Me gustaría creerte, amigo mío

Me gustaría dormirme a la sombra de tu espera

Que me arrope con fiereza y me suelte con miedo cuando llegues tú

¿Pero acaso no es esto, amor, lo que siempre dices?

Lo que tus suaves labios están acostumbrados a decir

«Pasaré por ti a las cinco y treinta»

¿Cuántos cinco y treinta tendrá tu reloj?

No quiero decírtelo, pero tengo hambre

Hambre de la que solo se sacia con un poco de ti

Con morderte las esperanzas, hacer temblar tu futuro

Para que poco a poco se derrita en mi boca

Tu destino, y también el suyo

No quiero decírtelo, pero tengo un poco de miedo

Pánico, terror, para ser exactos

A veces te sueño, pero sueño que te escapas

Que te me escapas a mí, y no para estar conmigo

Y entonces voy corriendo, dejándome trozos de alma por el camino

Clamando a gritos por ayuda

Subo a una nube, gris y algo destartalada

«Siga a ese taxi» y señalo donde vas

Yo no quiero salir, te ruego que no me obligues

No pretendas que abandone nuestros castillos en el aire

Con esfuerzo los hemos construido

Bloque a bloque, ilusión a ilusión

Ahora no me digas que, solo por ella, quieres verlos arder

Porque me veré obligado a decirte

Que yo quiero vernos arder

A nosotros, solo nosotros dos

En un mismo fuego

Sabes bien que no merece nada

Ni siquiera ser enterrada en cenizas

Porque de las cenizas renace el fénix

Y es mejor estar seguros

No me digas que por ella es que te marchas,

Aunque lo intente

No puedo creerte