Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 29

La cuenta regresiva seguía corriendo. Estaban a tres semanas del cierre del año escolar y las dos chicas aún no se dirigían la palabra.

Sowon prefirió detener su cabeza por un tiempo, si continuaba obsesionada con Eunbi no dejaría de lastimarse. Estaba trabajando en perdonarse a si misma y acabar con el cansancio provocado por sus propios lamentos y culpas. Aún así, su corazón seguía aclamando por la chica de baja estatura y mejillas redondas. No podia detener su amor y tampoco quería hacerlo, simplemente decidió que dejaría que pase lo que tenga que pasar.

Eunha era otro caso, desde el momento de su rompimiento con la alta había redireccionado su vida fuera del recuerdo de Sowon, al menos al principio fue así y se sentía bien. Ahora, al contrario de la otra chica, cada vez pensaba más y más en ella, aunque aquel deseo recurrente de darle una segunda oportunidad había aparecido exactamente hace dos semanas cuando Kim se presentó en su casa. Según la madre de Eunbi, ya que esta no se encontraba en la vivienda sino en casa de Yerin, Sojung fu hasta su casa a disculparse con la señora.

Había llevado su vida con normalidad, sin rencores ni penas  y mucho menos imaginando como sería reconstruir algún vínculo con la alta pero aquel gesto fuera de lo común hizo tambalear sus convicciones, ahora no podía evitar pensar más de la cuenta en su ex y comenzaba a sentirse tonta por ello.

Debía admitir que la extrañaba, incluso lo hacía antes de que Kim tocara su puerta hace dos semanas. La negación y la desconfianza aún estaban aferradas a ella, y cuando extrañaba a Sowon se obligaba a pensar que era ella la que estaba idealizando un mundo donde todo volvía a ser perfecto.

Perfecto, perfecto, la perfección no existía y por algo ella se encontraba en su situación actual.

Claramente al decir "situación actual" se refería a la maldita fila de devoluciones de la central de correos. Llevaba esperando nada más y nada menos que cuarenta minutos solo para devolver un pequeña caja con algún producto que había comprado su madre por internet. A juzgar por el tiempo de espera y la fila interminable de personas, ella no había sido la única que había recibido el paquete equivocado ¿pero acaso se equivocaron con toda Seul o justamente ese día a todas los habitantes de la capital se les habia dado por formarse en la fila de reclamos? Por si fuera poco estaba sola lo que significaba que estaba muy, muy aburrida, e intentaba rellenar aquel vacío de diversión entreteniendose con las quejas provenientes de la gente agotada de la demora. Ella no tenía mucho de que quejarse, tal vez solo diría que estaba hambrienta y quería volver a su casa, pero debía hacer aquel trámite ya que su madre estaba ocupada trabajando.

Al cabo de unos veinte minutos más, Eunha había  alcanzado el mostrador donde finalmente logró hacer la devolución. Su dinero fue retornado y salió satisfecha a la calle para comenzar a caminar hacia alguna parada de bus en el centro que la dejara cerca de su casa.

En el camino, mientras estiraba las mangas de su largo suéter para cubrir sus manos y protegerlas de la brisa fresca se topó con una silueta familiar.

Es decir, no bastaba con que la mitad de Seul se encontrara aglutinadas en la central de correo, si no que ahora, siendo una de las ciudades más grandes del mundo, casualmente tuviese que pasar frente a Sojung. No tenía opción, Kim no se iba de su lugar, estaba parada en el medio de la acera con una canasta y Eunbi debia pasar por allí. La parada de autobuses estaba al final de la manzana y ella ya iba casi por la mitad de esta; retroceder, cambiar de acera o ir a otra parada de autobús no eran las mejores elecciones.

Miró al cielo y sonrió para ella misma en busca de valentía. Comenzó a caminar, pensó que tal vez si se mezclaba con las personas que cruzaban por allí pasaría por desapercibido.

Lo estaba haciendo, estaba muy cerca y ni siquiera lo había notado. Continuó disimulando, estaba cruzando en frente de ella y nada, continuó un poco más ¡La había pasado y Sojung no la noto!

-¿Eunha?

La susodicha queria desmayarse en ese momento con tal de buscar la salida más fácil, podría fingir y tirarse al piso pero ya era demasiado tarde, de hecho en cuanto escucho su nombre dejo de caminar así que ya no había forma de disimular.

Moraleja: no apresurarse a festejar.

Dio media vuelta y sonrió amablemente.

-Hola Unnie, ¿cómo has estado?

-¿Yo? Bastante bien.

Peligro, momento incómodo entrante.

La conversación no podía acabar ahí ¿O si? Sería extraño, es decir, ya era extraño porque ninguna hablaba solo se miraban sin emitir sonido o hacer algún gesto.

-Y...¿Qué estas haciendo? -preguntó Eunbi en un intento desesperado por salir de aquellos segundos intensos e incómodos que acaba de pasar. -¿Ahora repartes muestras gratis de shampoo?

Preguntó llevando se mirada hacia el interior de la canasta que llevaba Sojung para encontrar pequeños muestrarios.

-Conseguí este empleo de medio tiempo hace un par de semanas en está farmacia -señaló la entrada frente a la que estaba parada -Es ideal para casi graduados que buscan ahorrar algo de dinero como yo. -sonrió orgullosa -No solo doy muestras de shampoo gratis, a veces son muestras de perfumes o simplemente volantes.

El inicio de una sonrisa verdadera sobresalió por la comisura de los labios de Eunbi.

-Genial -respondió un poco distraída en los ojos brillantes de la contemporánea -Cambiando un poco de tema ¿Fuiste a mi casa hace algunas semanas?

Eunbi ya sabía que la respuesta era un "Si" pero no había pensado demasiado antes de hacer la pregunta, ni siquiera sabía a dónde iba a llegar con ella.

-Si, queria disculparme con la señora Jung por el respeto y aprecio que siento por ella. -respondió sinceramente -Tu madre fue muy especial conmigo y siento que le falle, así que creí que lo más conveniente era disculparme personalmente.

-Si, fue lo correcto. -asintió levemente con su cabeza en acompañamiento y retomaron el silencio incómodo. Antes de que pasara más tiempo Eunha volvió a hablar. -Fue bueno verte, me alegro que estés bien. Adiós.

Sojung sonrió en respuesta y la menor regresó a su camino hacia la parada de autobús.

"Eso fue extraño" Pensó mientras reproducía nuevamente en su mente el encuentro con la mayor.

-¡Eunbi! -Kim caminó a paso rápido y tomó del brazo a la nombrada.

La bajita volteó con cierta perplejidad por el hormigueo en todo su brazo que aún era tomado por la contraria.

-Queria...ehm, queria hablarte de algo. -completó la sentencia con algo de dificultad debido al temor de la respuesta de Eunha a la siguiente pregunta que vendría en unos segundos. -De hecho, estaba pensando hablarte de esto el lunes pero ya que nos encontramos hoy, prefiero aprovechar el tiempo.

-Si, te escucho.

-¿Podrías asistir a la ceremonia de mi graduación? -preguntó velozmente pero entendible, antes de que las palabras quedaran atascadas en su garganta. -No tienes que responder a la pregunta, solo quería que supieras que me gustaría que una de las personas más importantes de mi vida forme parte de un momento tan especial.

Eunha tenía su ceño levemente fruncido, se encontraba confundida y sorprendía, y no era para menos con el descontrol de sensaciones que había dentro de ella. Evidentemente no lograba formular una oración en respuesta así que solo se mantuvo observando a la alta.

-Es dentro de una semana pero no te preocupes por los detalles, el lunes dejaré en tu casillero la tarjeta de invitación con la información necesaria. Tu solo decides si ir o no, y si no asistes  voy a comprenderlo.

¿Sojung estaba loca? Para Jung si lo estaba pero algo se había derretido en su corazón luego de la propuesta.

Maldita debilidad por Kim Sojung.

-Ahora puedes continuar con tu camino ¡Ah! Y casi lo olvidaba -metió su mano en la canasta y le extendió una muestra de shampoo a la menor que cada vez entendía menos que estaba sucediendo. -Tengo que volver. Adiós.

Y así es como Eunbi quedo parpadeando en una posición estatica y  con un sobre de shampoo en su mano mientras veía a la mayor alejarse tranquilamente.

《●●●》

Exactamente una semana después, nuevamente en un día sabado a las seis de la mañana, se encontraba Jung Eunbi dando vueltas en su cama.

La chica que más amaba dormir en el planeta estaba despierta a las seis de la mañana lo que podría significar que se avecinaba un evento catastrófico.

Por fortuna era algo mucho menos trágico que eso.

El día anterior, es decir, el viernes, luego de pensarlo cuidadosamente por seis días, decidió asistir a la graduación de Sojung. Ese mismo día era el evento lo cual la mantenía en un estado de nervios inimaginables; eran tanto los nervios que había comenzado a dolerle levemente su estomago y esa era otra de las razones por la cual se encontraba dando vueltas entre sus sabanas.

Sin embargo, la decisión estaba tomada, iría a la graduación. Su argumento más convincente fue expuesto ante si misma y este era: dejar de negar y reprimir su deseo de estar en la ceremonia más allá de lo sucedido en el pasado.

¿Podría ser el momento de darle una nueva oportunidad?

Sowon estaba cambiada, debía admitirlo, y sin querer sonar idealista o fantasiosa, ella lo había sentido cuando tuvieron su encuentro en la calle.

Luego de pensarlo tanto concluyó que lo que veía de Sowon no era una nueva persona, ya que Eunbi siempre sostuvo que las personas no cambiaban, si no que lo que habia presenciado era la Sojung genuina. Por este motivo, la curiosidad salio a flote y asumió que deseaba encontrarse con la persona que siempre fue Kim, no con aquella faceta atada a las mentiras, culpas y presiones; ahora quería conocer a la verdadera Kim Sojung.

Empezar de nuevo...podría ser una buena opción.

Y realmente estaba emocionada por plantearle un nuevo comienzo a Sojung pero no había tenido en cuenta que con el correr de las horas, el minúsculo dolor de su estómago en la mañana se convertiría en algo mucho peor por la tarde y arruinaría sus planes.

-Ya casi llegamos, cielo. -avisó la señora Jung avistando en la lejanía el estacionamiento del hospital.

Mantenía una mano en el volante del auto y con la otra tomaba la mano de su hija. Eunbi asintió débilmente con sus ojos cerrados auto abrazando su abdomen con un brazo.

Pero eran las seis de la tarde y aún faltaban dos horas más para la ceremonia. Si pensaba en positivo tal vez con un par de medicamentos la fiebre y el dolor se irían, y así ella podría asistir tranquila a su compromiso.

-¿Apendicitis? -repitió Eunha incrédula en mitad de su desfallecimiento sobre la camilla en la que estaba recostada.

-Exactamente. -Respondió el médico terminando de escribir el informe en su planilla luego de realizar todas las pruebas pertinentes y de administrarle una dosis de antibióticos para tratar la infección. -Las pruebas físicas y el análisis de sangre indican que tu apéndice está inflamado. Además los síntomas que describiste comúnmente están presentes en la aparición de está afección.

-¿Y que debemos hacer ahora? -preguntó la señora Jung.

-Debemos intervenir quirúrgicamente lo antes posible, de no hacerlo podría acarrear consecuencias aún más graves y poner la vida del paciente en riesgo.

Mientras Eunha atravesaba aquel suplicio, su madre arremetió con preguntas al médico.

Ni siquiera podía concentrarse en las respuestas que daba el profesional ya que lo único en lo que podía pensar era en esa operación, es decir, ¿quién querría atravesar por ello?

-Ire a pedir que preparen el quirófano.

Finalmente la situación de Eunha se resumía en: observar el blanquecino techo tomando de la mano a su madre en busca de suavizar su nerviosismo.

Por fortuna, la espera acabo más rapido de lo que podía percibirse en la habitación, como si allí el tiempo se hubiese detenido y los minutos se hubiesen constituido por tortuosos segundos similares a tres décadas, hasta que apareció el enfermero en busca de la paciente para llevarla a destino.

Lo siguiente es evidente. La cirugia se llevó a cabo con naturalidad y fue exitosa.

Cuando Eunha despertó, mientras aclaraba su visión, lo primero que logró distinguir en su estado somnoliento fue a su madre.

-¿Cómo estás? -preguntó la señora acercándose a la camilla. Con ternura llevó su mano hasta el rostro adormilado de su hija y con suavidad carició su mejilla. -Despertaste rápido.

-Siento como si me hubiesen arrollado con un camión. -explico. -Me duele el abdomen.

-El médico dijo que sería normal. También dijo que tendrás que quedarte aquí dos días, o al menos hasta que puedas ingerir alimentos sólidos.

Antes de que Eunbi pudiese quejarse el doctor ingresó a la habitación.

Le explicó a su paciente y a la madre todos los pasos a seguir desde ese mismo momento en adelante hasta su completa recuperación. Serían varios días de cuidado y reposo.

-Sin embargo, el ritmo de recuperación tiende a ser diferente con cada persona; por lo general el tiempo va de una a tres semanas si es que las instrucciones se siguen de manera correcta.

En definitiva, Eunbi ya había comprendido que sería más tiempo de lo que ella hubiese preferido.

Por otra parte, recordando el caso que tenía pendiente y observando la hora en el reloj colgado en la pared, ya había resignado ver a Kim al menos hasta dentro de dos semanas. Por el momento le tocaba descansar ya que a duras penas podía moverse y, teniendo en cuenta esto, una vez el médico se despidió y salió de la habitación, solo transcurrieron un par de segundos mientras acordaba con su madre volver a dormir.

Y el tiempo comenzó a correr. Pasaron los días, la recuperación iba haciéndose notable y al cabo de dos semanas Eunbi podia regresar a su rutina medianamente normal. No había podido asistir a las últimas dos semanas de clase pero poco le interesaba ya que sabía que esos días no haría más que nimiedades.

Por otro lado, tal y como lo había previsto, no habia tenido la oportunidad de charlar con Sojung. El día de la graduación no hizo acto de presencia por evidentes razones, luego no pudo contactarse con ella porque había borrado su número y mandarle un mensaje por otra red le parecía incorrecto, es decir, prefería hablar en persona, y si quería verla en persona tampoco hubiese podido hacerlo en el establecimiento escolar ya que ninguna de las dos estuvo allí; Kim porque ya estaba graduada y Eunha porque estaba saliendo de una operación.

En fin, la situación no se había dado correctamente pero Eunbi queria cambiar eso. Por esta misma razón, tomo la decisión de ir hasta la casa de la mayor para poder hablar.

Y allí estaba, llegando a destino y tomando una gran bocanada de aire antes de tocar el portero.

Con valentía se preparó para todo pero lo único que recibió fueron cinco minutos de espera. Pensó que tal vez no la habían oído así que volvió a tocar pero nuevamente quedó en la espera.

Dando por hecho que no se encontraban en la casa decidió regresar a su hogar con la idea en mente de regresar esa misma semana y realmente lo hizo, volvió dos días después pero la casa parecía vacía. Más allá de esas dos situaciones desafortunadas no se rindió y regresó a la semana siguiente cruzando sus dedos en busca de un poco de suerte que la ayudara a encontrar a Sojung o a sus padres, su hermana o alguien que le dijera dónde estaban.

-¿Acaso estamos jugando a las escondidas y yo no estoy enterada?

Claro que si, un nuevo fracaso intentando hallar a la familia Kim.

Regresó tres días después asumiendo que recibiría su cuarto fracaso, estaba resignada y frustrada, pero en el momento que menos pensaba alguien abrió luego de que ella llamara a la puerta.

-Hola, Nayeon unnie ¿Esta Sowon unnie?

-Hola, Eunbi. -respondió algo extrañada. -Sojung no está.

-¿Y cuándo volverá a la casa?

-No lo se, ella se mudó a Daejeon. Yo solo le estoy cuidando la casa a la familia.

-¿También se mudaron?

-No, ellos vuelven en una semana. Están en Daejeon ayudando a Sojung a instalarse en su nuevo departamento y conocer la ciudad antes de comenzar la universidad. -explicó -Supongo que viniste hasta aquí para decirle algo a ella.

-Algo así. -suspiró -Necesito que me pases su número.

Nayeon no se negó más allá de que el comportamiento de la menor le pareciera extraño. Muchas veces podia empatizar con ella y suponer que pensaba simplemente utilizando el sentido común, pero estaba claro que era extraño que Eunbi llegara a la casa de la familia Kim casi un mes después de la graduación.

《●●●》

¿Debía escribirle?


Ese había sido su dilema toda la semana posterior a su encuentro con Nayeon.

Tenia el número de Sojung, tenia la oportunidad de escribirle, de explicarle todo lo que le había sucedido, pero luego de escuchar a Im y toda la historia de la mudanza de Sowon ya no estaba tan segura.

Por suerte tenía a sus amigas junto a ella que casualmente, mientras estaban teniendo una interesante conversación sobre quien moriría primero, a Yerin le pareció buena idea preguntar sobre el tema.

-Hablando de morir ahogada por un pedazo de muslo de pollo -comenzó Rin -Eunha, ¿al final le escribiste a Sojung?

-¿Qué tiene que ver un muslo de pollo con Sojung? -preguntó con desconcierto la pulgarcita.

-No siquiera yo lo sé, lo dije para poder conectar el tema. -termino la oración y miró a Eunha esperando una respuesta.

-No lo hice y no lo haré, ya lo decidí. -respondió con seguridad.

-¿En que momento? -intervinó Hwang con desconcierto.

-Ahora mismo. -mintió. No estaba en sus planes comentarle a sus amigas que lo habia decidido luego de llorar toda la noche anterior.

Tenia miedo y sentía que no podría avanzar debido a sus propias emociones. Ahora era ella la que no quería perder a Sojung pero no podia evitar sentirse atacada por sus pensamientos sobre el futuro y la incertidumbre.

-¿Por qué? Pensé que querías reconciliarte con ella. -Yuju se abrió paso en la conversación muy confundida.

-Lo quería pero, hasta el momento, todo lo que hice para acercarme a ella no funciona. -dijo resignada -No pude ir a su graduación porque estaba siendo operada y cuando quise buscarla en su casa ¡Ella estaba en otra ciudad! Siempre parece que hay algo que me impide acercarme y no es que yo tenga el mismo pensamiento místico que mi mamá pero estoy empezando a creer que si suceden estas cosas es por algo, tal vez revincularme con ella sea un error y el universo me lo está advirtiendo.

-Dicen que la tercera es la vencida ¿no? -dijo SinB.

-Prefiero no constatar nada. Quien sabe, puede que me suba un tren para viajar a Daejeon y la estación se derrumbre, el tren se descarrile o lo que sea.

-¿Y si estás exagerando? Podria acompañarte hasta Daejeon. -sugirió Yerin.

-No soy supersticiosa, pero si se descarrila el tren prefiero que no estés allí. -le dijo SinB a su novia.

-¿Debería ofenderme? Sacas a Unnie del tren pero a mi me dejas allí. Te agradezco. -ambas se sonrieron con sarcasmo -En fin, como estaba diciendo, si la situación no se basa en un mensaje universal entonces simplemente utilizando el sentido común es claro que no debería.

-Creo que si los errores te hacen más fuertes los padres de Sojung deben ser mega musculosos pero el ser humano es conocido por tropezar dos veces con la misma piedra y, aunque Sojung no me agrade demasiado, si a ti te hace feliz mi mejor consejo es que pelees por lo que quieres.

-Es que no se trata sobre lo que yo quiero.

-¿Entonces sobre que se trata? Porque das vueltas  sobre el mismo asunto y siento que no quieres llegar al grano. -habló Umji exponiendo su punto de vista -No logró entender que quieres con ella.

De pronto, un nudo comenzó a formarse en la garganta de Eunbi, uno tan grande que detuvo el paso de aire por unos segundos.

Tenia que dejarlo ir, todo el proceso emocional por el que había estado pasando los últimos meses en donde se había restringido derramar una sola lágrima luego de lo sucedido, pero allí estaba, apareciendo como una gran bola de realidad que quería ser expulsada.

Conteniendo sus emociones se decidió a hablar, tenia que asumirlo, no debía ser tan difícil.

-La razón por la que prefiero no revincularme con Sojung es porque no soportaría estar lejos de ella manteniendo algún tipo de contacto. -respondió sintiendo como su mirada se perdía en algún lugar del piso. -Si yo iba a esa graduación, estoy casi segura que...no lo se, algo iba a suceder pero Sojung se mudaría de todas maneras haciéndolo más difícil para las dos. Si ella cree que no fui porque simplemente no tenía ganas de cumplir con su pedido, se sentirá un poco decepcionada pero pronto hubiese entrado a una nueva vida y todas esas penas se hubiesen esfumado; además, exactamente la universidad es otra razón por la que una relación a distancia hubiese durado poco tiempo, ella está en una nueva etapa de su vida y seria algo tedioso salir con una chica de secundaria que se encuentra en otra ciudad ¿Qué pasaría? Incluso yo tengo una propia vida y por mucho que quiera a Sojung no quiero ser la responsable de atar dos vidas. -decía sumamente inmersa en su exposición -Y si Sojung logró enamorarme con una mentira, siento que terminaría de perder la cabeza si me habla con la verdad y yo no estoy preparada para muchas cosas y menos para afrontar un tipo de relación así, una especie de reconstrucción de lazos a la distancia, definitivamente no podría.

Hizo una pausa y tomó aire bajo las miradas de sus amigas.

Su visión se volvió un poco borrosa debido a la fina capa de agua que comenzaba a recubrir su globo ocular.

-Y si todo eso no es argumento suficiente entonces simplemente quédense con esto: no estoy preparada.

《♡》

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro