Capítulo 4
Yoo Jeongyeon, la responsable de la crisis que comenzaba a tener Nayeon, caminaba tranquilamente por los vacíos pasillos de su escuela. No sentía remordimiento alguno luego de haberse salteado la clase de Gimnasia pidiendo ir a la enfermería.
De algo servían las clases de Teatro a las que su madre la había mandado de pequeña.
Aunque estuvo a punto de fallar cuando le preguntaron: “¿Qué te duele?”
Y Jeongyeon respondió tomándose la costilla: “ME DUELE EL APENDICE”
Por esa misma razón alcanzaba el seis en biología, además de rogarle a la profesora por horas. Es una pobre anciana que ya quiere jubilarse, claro que al fin de cuentas le daría pena y la aprobaría.
En fin, Jeongyeon no sabía si la habían mandado a la enfermería por idiota o por exagerada, pero funcionó cuando dijo que tal vez era dolor de estómago.
No es lo que esperaba pero estaba satisfecha.
Continuaba caminando sin un rumbo fijo, solo esperaba que tocará el timbre de receso.
Su amiga si había decidido quedarse a esa clase así que el aburrimiento se apoderaba de ella cada vez más a cada segundo que pasaba.
Creía que no iba a encontrar algo para hacer hasta que en uno de los pasillos se podía ver a una chica solitaria, no sabía su nombre pero sabía que era amiga de su victima. Estaba leyendo un libro, o eso creía Jeongyeon, ya que la mayor sólo fingía y miraba todo el tiempo de reojo hacia algún punto.
Miró un instante el panorama preguntándose que hacía allí tan sola. Con mucha curiosidad se acercó, en silencio, algunos metros más cerca.
La distancia no era mucha y eso, le permitió a Jeongyeon seguir el camino de los ojos de la otra para darse cuenta de una cosa, más específicamente, de un sobre pegado en el casillero de Nayeon. Era muy parecido a los que ella usaba para enviarle notas con el único objetivo de ver ruborizarse esas mejillas. Esa simple reacción era tan divertida para Jeongyeon, era como ver un pequeño hámster asustado.
Por ahora, estaba enfocada en el sobre y suponía, que era para ella. Otra cosa que podía deducir por lógica, es que si alguien estaba de guardia allí era para atrapar a la culpable.
Con ese razonamiento, la alta decidió alejarse y espera el preciso momento para tomar la nota sin ser descubierta.
Iba a encontrar la manera de leerla, y pronto.
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—¡¿Cómo es eso posible?! —preguntó Nayeon sacudiendo de los hombros a su amiga.
—¡No lo sé! —gritó Sana.
—¡¿Cómo un objeto inanimado va a desaparecer?! —Mina también estaba arriba de la Japonesa.
—¿Tal vez le salieron pies? —contestó sintiendo a sus amigas aún más arriba de ella pidiendo respuestas. —No se que paso, solo hizo…¡Pum!
—¿Explotó? —preguntó Nayeon.
—No, no. Eso sonaría más como un Kapoom —corrigió Chaeyoung quién estaba con ellas pues ya estaba involucrada en el plan también.
—¿No sería un Boom? —preguntó Mina.
—¿Pueden parar de decir idioteces? —Momo detuvo la absurda charla de las otras —A ver idiota, ¿Qué estabas haciendo luego de que cambiaremos el puesto?
—Ehm…
Flashback
—Swish Swish Swish.
Y allí se encontraba, sola, a mitad del pasillo, bailando una canción de Katy Perry.
Fin del flashback
—Ehm…Estuve todo todo el tiempo mirando el casillero —mintió.
—A ver pequeñita, tu sabes el significado de vigilar, ¿no? —Chaeyoung preguntó cómo si estuviera hablando con una niña.
—No me caes para nada bien.
—Que bueno que el sentimiento sea mutuo. —mostró una sonrisa falsa.
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—¿Qué haces Jeongyeon?
Una chica llamada Jihyo, una de las mejores amigas de la alta, se había acercado hasta el puesto de esta al verla inmersa en un pequeño papel.
—¿Puedes creerlo? ¡Me escribió una nota!
—¿La chica a la que le juegas la broma? —Jeongyeon asintió —¿Y como vas con Nailon?
—Es Nayeon. —corrigió.
—Bueno, lo que sea, Nayeon y Nailon suenan igual.
—No Jihyo, no suenan igual, pero eso no importa ahora; importa que no puedo creer que me haya respondido.
—¿Pero como es que te dio la nota si no sabe quién eres?
—La vi pegada en su casillero y supuse que era para mí. También había una chica extraña bailando a unos metros del casillero, si no me equivoco es una de sus amigas, pero estaba tan distraída que fue fácil tomarla.
—Y qué es lo que te tiene con esa cara de “Oh no, ya no hay más papel higiénico y no hay nadie en casa”
—Es que es muy similar a las mías, es como si utilizara mi propio conocimiento en mi contra.
—A ver, pásamela.
Jihyo leyó y lo volvió a leer para luego dejar escapar una gran carcajada mientras que Jeongyeon se preguntaba:
“Que le da tanta gracia?”.
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