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Capítulo 20

Y el gran día había llegado.

Viernes

¿Y saben que pasa los viernes?

¡No me baño!

Bueno, en realidad de eso no se trata, el tan ansiado viernes se debía a que por fin ¡Jeongyeon iría a la casa de Nayeon!

De hecho, Jeongyeon ya se encontraba parada frente a la puerta de la casa de la mayor. Tenía su mirada clavada en el timbre de la casa pero no podía moverse, algo se lo impedía. Serán, tal vez, ¿Nervios?

Claro que si, aunque desconocía el motivo de su origen. Hasta hace 10 minutos se encontraba emocionada y feliz de que vería a su bajita preferida, incluso esa misma mañana había estado con Nayeon demostrando su alegría, pero en ese preciso instante había caído en cuenta de que entraría a la casa y se relacionaría con la familia de la chica a la que estuvo haciendo la vida imposible.

Y Nayeon no se quedaba atrás, el nudo en su estómago era incluso más intenso que el de la alta. Ella si había estado nerviosa toda la jornada escolar y era un avance que en ese instante no estuviera hiperventilando.
Entonces cada una había ido a su casa a prepararse con la condición de que Yoo estaría en dos horas en la Im House.

Además, no sabía que hacer para reducir su ansiedad, ya que había limpiado toda su casa el día anterior, había almorzado, ya se había duchado, estaba lista y tan solo le quedaba observar a Paul, su cactus, que a pesar de ser una planta, también era su terapeuta.

-Siento como si una princesa fuera a pisar mi casa y yo fuera tan solo una campesina, no es una situación fácil de enfrentar ¿Entiendes?

Los segundos pasaban mientras Im, recostada sobre sus brazos cruzados en su escritorio, asentía en el profundo silencio de su habitación.

-Tienes razón, todo esta en las condiciones correctas, pero tú más que nadie sabe que es lo que más me preocupa.

Miró a un lado donde se ubicaba un marco con una bella foto. La foto que había capturado la alegría de Nayeon y su madre abrazadas en medio de un viaje que habían realizado hace dos años.- Yo amo a mi madre con mi alma, pero a veces me avergüenza un poco que haga lo mismo con todas las visitas. Sé que es muy gracioso en ocasiones pero no creo que a todos les caiga bien la insistencia de mamá, sobre todo si no comparten la ideología de su profesión; y no dejo de pensar en lo que pueda llegar a pensar Jeongiie de esto.

Nuevamente se concentró en su planta cactácea recibiendo su respuesta.

-Si tu dices que sea positiva lo seré, a Jeongiie le caerá bien mi mam…

-Nay -la voz de su madre desde otro lugar de la casa la interrumpió. -¿Puedes venir a la sala, Cielo?

-Ya voy mami. -respondió al mismo tiempo que se colocaba de pie.

Salió de su cuarto y camino al lugar donde la necesitaban. Al llegar, sus pasos se detuvieron con brusquedad al percatarse de Jeongyeon observando toda la sala con la mirada, que parecía bastante sorprendida, junto a su madre.

¿Por qué no había sonado el portero? Era la pregunta del millón.

-Mira a quien me encontré en la puerta de casa. -comentó la señora Im con una sonrisa.- Estaba por salir a comprar más inciensos y la encontré afuera. Sabes, es la semana de descuentos en la tienda de la señora Yeun pero ahora quiero conocer a tu simpática amiga.

Jeongyeon, quien se había mantenido en un trance luego de presentarse con la madre de su amiga, piso la realidad y con una sonrisa nerviosa se acercó hasta Nayeon para abrazarla como un saludo informal.

-Por cierto, quiero preguntarte algo Jeongyeon. -la voz de la autoridad de la casa volvió a escucharse. -¿Qué comes generalmente? Porque niña, tu altura no es normal, eres más alta que yo.

Yoo río con el comentario y se separó de la más bajita.

-Si no le molesta señora Im, yo también quiero hacerle una pregunta. – miró el panorama otra vez.- Conozco muy poco de todo lo que usted tiene aquí pero ahora tengo mucha curiosidad ¿Puede explicarme?

Se podía ver con claridad la alegría de la madre de Nayeon quien asintió con una sonrisa de gran amplitud.

-Si a ti no molesta, estaría encantada de responder todas tus preguntas. -contestó la adulta.- Claro que no me molesta, es más, me interesa. -Yoo miró a la mayor que aún no había articulado una sola palabra. Le brindó una sonrisa y luego le guiñó el ojo. -Nayeon, ¿a ti no te molesta?

Nayeon, quién se estaba asfixiando luego de aquel guiño, comprendió el mensaje. A Jeong no le molestaba ni incomodaba lo que estaba viviendo y tenía el valor de demostrarle que había sido muy tonto el insistir con no venir a su casa.

-Para nada. -respondió y fue testigo de como la felicidad de su madre aumentaba.

En ese mismo instante, la señora tomo el brazo de la alta y la llevó hasta uno de los estantes.

-Estas son cosas que seguro conoces. Aquí hay velas, ahora, cada vela tiene una función diferente según su tamaño, color y forma. -tomó una vela grande de color morado – Por ejemplo, estas son mis favoritas, duran una semana encendidas, por su tamaño, y su color cumple la función de transmutar las energías. Eso quiere decir que transforma las energías negativas en positivas. Luego te explicare todos los colores.

Para entrar en contexto, la madre de Nayeon era astróloga. Y su casa estaba repleta de velas, inciensos, amuletos y con constante flujo de clientes ya que también era tarotista y vendía algunos productos esotéricos. Se podría decir que tenia una pequeña tienda y consultorio dentro de su propia casa.

Todo aquello era lo que había estado preocupando a la bajita porque nunca se sabía cuando su madre podría aparecer vestida con una túnica, quemando plantas y esparciéndolas por la casa haciendo una limpieza energética.

Pero por lo visto, Jeong se veía bastante interesada con todo lo que la señora le decía, así que no había nada que temer.

-¿Y esto que es? Estoy segura que ya lo he visto -la alta señaló una estatuilla de un símbolo de procedencia Egipcia.

-Es un símbolo Egipcio muy conocido, es el Ojo de Orus. -tomo la pequeña estatuilla entre sus manos- En el antiguo egipcio se lo relacionaba con la protección, se creía que tenia poderes curativos. Este amuleto, como otros símbolos y conceptos, están muy relacionados con el esoterismo; mucha gente confunde el esoterismo con el ocultismo porque tienden a pensar que sus prácticas están basadas netamente en la magia blanca o negra, pero son definiciones diferentes.
¿Sabes que es el Esoterismo?

-Realmente no. -respondió Yoo.

-Para empezar es difícil definirlo porque ten en cuenta que en el esoterismo todo se relaciona con todo, así que es una charla sin fin. Es metafísica porque siempre hablamos de la escancia, de lo extra corporal, del aura, de las energías y del universo también. Por supuesto que hay más cosas relacionadas pero como te dije, seria una charla sin fin y mucho más si comienzo a profundizar, pero todo esto es un poco a lo que me dedicó, si no le estuviera quitando tiempo a Nayeon te estaría explicando todo.

-Pero volveré pronto para que me de una clase de todo esto porque no creo poder dormir con tanta intriga. -manifestó su interés.

-Nayeon, tenias razón cuando dijiste lo dulce y simpática que era tu amiga. -dijo la señora Im totalmente encantada mientras que su hija evitaba el contacto visual con la alta.- Ven cuando quieras cielo y podre explicarte con lo que se relaciona, como la astrología, la reencarnación, religiones, el tarot, las en…espera, ¿alguna vez te leyeron el tarot?- La mayor negó con su cabeza.

-¿Quieres que te lo lea?

-Claro.

-Entonces ven, vamos a mi oficina donde atiendo a mis clientes. -la señora emprendió camino y las dos chicas la siguieron desde atrás.

Jeong se había colocado junto a Nayeon casi con sus hombros unidos y sus manos rozaban con sutileza. Había algo en la alta que continuamente le generaba la necesidad de tocar de alguna forma a la mayor, aún así fuera un simple rozamiento de sus pieles. Quería mantenerla cerca y abrazarla, como si fuera un esponjoso oso de peluche.

Cada cosa que sentía Nayeon era realmente nuevo, cualquier sentimiento duplicaba su intensidad al estar junto a la menor y era tan maravilloso como  terrible.

Las tres entraron en la oficina y la mayor de todas le indico a Jeongyeon sentarse en un sillón frente a una pequeña mesa que llegaba hasta sus rodillas.

-Primero que nada, ¿Qué quieres saber? -preguntó la señora mientras también se sentaba y tomaba las cartas de gran tamaño.

-Ehm, no lo se.

-Si quieres podemos hacer una lectura sobre tu presente y si acierto, podemos hacer preguntas mas específicas, si es que quieres saber, sobre tu familia, el futuro, el dinero, el éxito, el amor, lo que tu decidas.

-Entonces dígame como es mi vida en este momento.

-Esta bien- Nayeon se mantuvo de pie junto a Yoo observando como su madre barajaba las cartas.  -Divide el mazo en dos con tu mano izquierda.- explicó dejando las cartas frente a su nueva clienta.

La alta siguió las indicaciones y regresó su mano atendiendo a las acciones de la señora Im. Esta tomaba carta por carta y las colocaba con las imágenes sobre la superficie de la mesa, sin posibilidad de ver los dibujos, de una determinada forma.

Dejando algunas cartas aún en su mano, comenzó a darlas vuelta muy concentrada haciendo su lectura y asentía.-Primero aparece tu familia. -inició señalando la primera carta- Tienes una excelente relación, veo que eres muy unida con tus padres. Viviste momentos económicos bastante duros con ellos cuando eras pequeña ¿No? -Jeongyeon asintió- Creciste en la humildad pero veo que han hecho sacrificios muy grandes para darte una gran vida y estas muy agradecida con ellos. Ahora están posicionados muy bien económicamente y…tienes una hermana, aquí aparece, eres su modelo a seguir y siempre la priorizas. Tiene un gran referente -agregó haciendo sonreír a la alta- Le temes al futuro, acabarás tu primer año escolar pero pensar en la universidad te pone muy nerviosa. -Yoo asintió- Deberás esforzarte mucho pero finalmente veo éxito. -Tomo otra carta- Esta carta significa cambio, un cambio en tu vida. Iniciaras otra etapa muy pronto, más cerca de lo que crees, que será fuente de muchas alegrías pero también de varías tristezas. -el silencio hizo su aparición por algunos segundos hasta que levanto la mirada y miro a la chica sentada- Estas saliendo o sientes algo por una chica.

El tiempo se detuvo para Nayeon quien no sabia que tan beneficioso era conocer la respuesta de la declaración de su madre.
Según muchos testimonios de clientas, la señora Im era muy acertada con sus lecturas así que Nayeon asumía que la respuesta fuera un “Si” y en su interior completaba la afirmación con un “Pero me gusta Nay”

-Ehm, no, no creo. -pronunció con nerviosismo.- Soy bastante abierta con mis sentimientos pero no me gusta nadie por ahora.

Y la ilusión de la mayor cayó al piso pero por suerte su Jeongiie no estaba interesada en nadie.- Tranquila cielo, habla con confianza porque aquí dice que si. Esta carta es la gestación emocional, estas muy interesada en alguien mayor que tu y últimamente la tienes muy presente en tu mente.

Y ups, la única chica mayor que no dejaba de rondar por la cabeza de Yoo era Nayeon quien se encontraba junto a su lado. Pero quería pensar que no salía de su cabeza por la culpa que la carcomía por dentro.

-Ehm, pero todos sus sentimientos y pensamientos estan siendo opacados por culpa. -la señora se detuvo por un momento. – Hija, ¿Puedes darnos privacidad?

La pregunta paralizó a Jeongyeon y confundió demasiado a Nayeon. ¿Qué es lo que no podía saber?

Obedeciendo, salió del cuarto y cerró las puertas dejando a su madre a solas con su amiga.

Una vez hecho esto, la señora retomó lo que iba a decir.- Jeongyeon, le pedí a mi hija que se fuera porque aquí veo que ocultas algo y tiene que ver con la culpa que sientes, al ser algo tan profundo y que te daña preferí que tu sola lo escuches. -continuó observando sus cartas.- Dañaste a alguien muy importante, a una chica, tal vez una amiga o alguien muy cercana a ti y no quieres que lo sepa.

La alta bajo su cabeza con el corazón en sus manos y tal vez estaba viviendo el momento mas vergonzoso de su vida.

-Créame señora que estoy muy arrepentida.

-Si, lo veo. -se recostó en el respaldar del sillón.- Sabes que si no quieres decirle lo que hiciste le estas mintiendo ¿No?

-Si, pero voy a perderla si lo sabe.

-Si hay algo que las cartas no hacen es mentir y puedo ver en ellas que eres una buena persona.
Pero dejando las cartas, yo, como adulta y madre, también percibo que eres buena chica. -Yoo levantó un poco su mirada- No se lo que hiciste, ni la gravedad del asunto. Claro que es bueno que sientas arrepentimiento, es correcto, pero no es bueno permanecer con el, trae muchas consecuencias mientras más lo cargas. Peores consecuencias que perder a una persona.

Jeongyeon no podía negar las palabras de la señora Im porque reconocía que tenía razón.

-Mi consejo, ya que estas arrepentida y eres buena persona, es que digas la verdad. Además, no eres una niña, sabes que debes asumir tus errores y enfrentar las consecuencias. Se valiente, y si la verdad viene acompañada de amor, es invencible y el perdón no es imposible.

Jeongyeon estaba sorprendida de las palabras de la madre de Nayeon.

Había encontrado en esa conversación un golpe de realidad que le advertía que aún así Nay no supiera nada, continuaría lastimándola y esa no era su intensión.

La alta se había redimido de sus acciones hace ya algún tiempo. Mientras más conocía a Nayeon y se involucraba en su vida, surgieron sentimientos que no estaban programados en su plan. Incluso desde antes de comenzar a ejecutar su error ya se había fijado en la chica.

¿Pero podría haberla conocido de otra forma? Claro que si, pero Jeongyeon es idiota.

Y todos esos buenos sentimientos que guardaba por Im fueron eclipsados por su manía de verla con la mejillas rojas, de hecho, porque así es como colocó su atención en ella por primera vez.

Luego todo se transformo en cargo de consciencia al notar que había sido egoísta por no haber tenido en cuenta el daño que le había generado.- Tiene razón Señora Im . – reuniendo valor levanto su mirada y asumió su error con real consciencia. – Muchas gracias, necesitaba entrar en razón.

-No fue nada, lo importante es dar el primer paso y reconocer el error. -se colocó de pie seguida de la alta. – Ahora relájate un poco porque desde que llegaste puedo sentirte tensa.

-Es cierto -reconoció con una suave risa- Me suelo poner muy nerviosa a la hora de conocer a los padres de mis amigos.

-Tengo una idea, te ayudare a relajarte un poco. -expresó- Si fuera por mi propondría una sesión de Reiki que se utiliza para equilibrar la desarmonía del paciente, pero dura alrededor de cuarenta minutos y Nayeon me mataría si continuó reteniéndote porque desde que te conoció no para de hablar de ti.

Al escuchar aquello, la sonrisa involuntaria hizo presencia al mismo tiempo que su corazón latía desenfrenadamente.- Puede que este excediéndome al decirte esto que ella me confió, pero durante un largo tiempo me comentaba que sentía un vacío en ella y ni siquiera sabía que le hacía falta. Al instante, comprendí que no me hablaba de algo material así que es mucho mas complejo llenar un vacío espiritual y se escapaba de mis manos. No por eso quiere decir que ella no sea feliz. Mire su aura varías veces, sin que lo sepa, aunque creo que descubrió que la observaba en ocasiones así que comencé a hacerlo mientras duerme, en el estado mas puro de su alma. En fin, siempre que lo hacía veía que emanaba conformidad y alegría con su vida, pero no una irradiante felicidad. Es decir, creó que todos vivimos en ese estado porque la felicidad es una emoción y como las demás, también es pasajera, uno tan solo debe encontrar la manera de equilibrarse. El problema es que siempre encontraba esos huecos extraños en su luz y suponía que eran su vacío, de hecho, siempre creí que aquello lo había generado su padre al abandonarnos. -La adulta suspiro mientras se acercaba a la chica sentada y colocaba las manos sobre su cabeza sin tocarla.- Pero el punto de todo esto es que, no se que le generas a mi hija porque extrañamente al mismo tiempo que te conoció sus huecos desaparecieron. Tal vez tu tienes algo que a ella le faltaba, le agregaste algún tipo de emoción a su vida o necesitaba una amistad nueva, realmente no lo se, solo te digo esto para que seas cuidadosa con la influencia que puedes tener sobre ella aunque supongo que será buena.

Yoo estaba en una crisis. Si era tan importante, una decepción le dolería el doble a Nayeon. Es que si ese conejito de peluche quedaba destruido ella se convertiría en la escoria más grande del planeta tierra.

-Claro señora Im, Nayeon también se ha convertido en una gran amiga en poco tiempo y no se me ocurriría hacer algo que la perjudique de alguna manera.

-Estupendo, ahora cierra los ojos e intenta distender tu cuerpo. -a pesar de que el nudo en su estomago ardía de nervios, intento relajarse por unos segundos y dejarse llevar por la sensación del movimiento de manos recorriendo su cuerpo.

Durante un tiempo corto sintió que flotaba pero cuando la señora le pidió que abriera sus ojos quince minutos después, debía reconocer que se encontraba mejor que antes.

-Tu aura es amarilla. El color refleja nuestra personalidad y nuestras emociones -Dijo la señora mientras Yoo se colocaba de pie. -Eso quiere decir que eres encantadora, alegre, fuertemente magnética, segura y muy creativa. El amarillo desarrolla la intuición y la inteligencia. Este aura infunde una voluntad individual, carisma y eficiencia, y corresponde a la potencia y el control. ¿Estoy en lo correcto?

-Es muy acertada. -respondió atónita.

-Tienes manchas oscuras. Supuse que correspondían a tus conflictos y preocupación así que me concentre en disiparlas un poco pero es complicado en tan poco tiempo.

-Me siento mucho mejor, gracias. -manifestó- Y estoy impresionada, no a fallado en nada de lo que me dijo.

-Denada, y ahora vamos porque Nayeon se pondrá celosa.

Veloces como la luz salieron del consultorio y se dirigieron hasta la cocina suponiendo que la mayor estaría allí.

-Mhm, ella no esta aquí. -comentó la adulta- seguro esta en su habitación. Ve a la sala y camina por el pasillo hasta llegar al baño, a los lados están las habitaciones. La izquierda es la de  Nayeon.

Jeongyeon asintió y guiándose con el mapa mental que había hecho, recorrió el camino hasta llegar a la puerta de la menor.

Toco una vez pero nadie abrió.

Toco dos veces pero nadie abrió.

Toco tres veces y nadie le abrió.

No iba a tocar por cuarta vez y abrió un poco para saber si Nayeon  se encontraba allí.
Y cuando abrió la puerta no vió absolutamente nada así que la cerró.

Dio media vuelta para regresar a la sala y esperar a la bajita, pero al pasar frente al baño captó una melodiosa voz proveniente de este.
No quería interrumpir así que decidió recostarse en la pared y disfrutar de lo que parecía Nayeon cantando.

Al instante salió la bajita con sus auriculares puestos y haciendo movimientos extraños, podía verse como una clase de baile tradicional de Macedonia. No habia notado la presencia de la alta ya que tenía sus ojos cerrados y seguía cantando.

La alta presionó sus labios tragando la risa. No sabía exactamente como sacar a Im de su mundo y tampoco quería dejar de mirar la tan atrapante escena.

Los seres humanos tenemos la capacidad de percibir cuando nos observan y Nayeon podía corroborar aquello muy bien porque dejo de cantar. Una corriente electrica recorrió su cuerpo  y dio media vuelta por instinto deseando no encontrar a la persona que encontró.

Dio un pequeño grito y su cuerpo dio un salto. Quitó sus auriculares rápidamente para luego ocultar su rostro entre sus manos.
Jeongyeon no dudo en abrazarla mientras moría de ternura.

-Ya, ya, eres tan linda. -dijo la alta acariciando la espalda de quien continuaba escondiéndose aún más entre sus manos. -No te avergüences, además, me gusta mucho la canción que estabas cantando.

Aunque Nayeon estuviera en una crisis, agradecía que Yoo no entendiera el Inglés porque se moriría si comprendiera la letra de Suffer de Charlie Puth.

-Pero yo si quiero mirar la linda carita que tienes. -expresó riendo mientras Nayeon metía el rostro dentro de su propia camiseta.- ¿Acaso quieres que yo también me ponga a cantar para que salgas de allí? Con tu voz humillas a cualquiera.

-Es que no me avergüenzo de mi voz, me avergüenza que tú me escuches cantar. -declaró saliendo con lentitud de su escondite.

-¿Y por qué yo? -preguntó.

-No lo sé, ¿Podemos dejar de hablar de esto? -Pidió la bajita finalizando el abrazo.

Pero la contemporánea no quería que acabara y volvió a tomar el cuerpo de Nayeon.

-Me haces llorar de ternura. -comenzó a reír mientras la otra, entre gruñidos y quejas, claro que felicidad por dentro, aceptaba el abrazo. -No te quejes tanto que hay momentos más vergonzosos.

-Dices eso y automáticamente comienzo a pensar en los momentos mas vergonzoso de mi vida. – Y nuevamente se estaba escondiendo en Jeongyeon como antes- ¡Por qué tenías que decir eso!

Y ahora hacía berrinches de niña pequeña.

-Mírame -pidió la alta pero Im se negó.- ¿Por qué no?

-Porque siento mi rostro caliente ¡Y eso solo significa una cosa!

-A mi me gusta cuando te sonrojas. -por impulso beso la cabeza de la contraria y la abrazó de forma protectora.

Nayeon no podía negar que Jeongyeon era muy cariñosa siempre, pero en ese momento estaba siendo diferente. La secuencia de palabras y acciones que había hilvanado la menor no eran habitual de su comportamiento.

Comenzaba a asustarse pero le gustaba.

-Jeongiie, ¿Te sientes bien? -salió de su escondite conectado la mirada con la de Yoo.

-Claro, mejor que nunca. -contestó perdida en la mirada de la mayor. Hasta su sonrisa había cambiado.

-C-creo que el tiempo con mi mamá te hizo algo.

La menor entendió que se había dejado llevar por lo que sentía. Era cierto que el tiempo con la señora le había afectado, sea lo que sea que le había hecho ahora se encontraba tan relajada y fuera de las tensiones que se dejo guiar por sus emociones.

-Lo siento. -se disculpó bajando su mirada- Te incomode.

-No, no -la situación se iba saliendo de sus manos porque no podía no hacer sentir mal a la contemporánea sin exponerse a ella misma. -Solo te note distinta, nada malo.

Ahora era la mayor que intentaba disminuir la vergüenza de la otra.
Levanto su cabeza con lo que parecía un pequeña sonrisa.

-Si, fue un momento bastante fuera de lo común con tu madre. -admitió.

-La vida con mi madre siempre es fuera de lo común. – sonrió mientras tomaba el brazo de la alta y la llevaba hasta su habitación. – Ella se interesó mucho en el esoterismo y comenzó a trabajar en ello luego de que mi padre nos abandonara.

-Lo lamento.

-No lo lamentes, de hecho nos hizo un favor, mi madre encontró un refugió en su trabajo y una fuente de ingresos para mantenernos, además, sacó de su interior a una mujer fuerte e independiente. -comentaba mientras se sentaban en su cama.- Yo por otra parte, al crecer a su lado y vivenciar sus cambios, aprendí mucho de ella y es mi modelo a seguir.

-Y si opinas así de tu madre ¿por qué no querías que yo la conociera?

-En la propia constitución del país esta la libertad de las creencias religiosas ¿No? -Jeongyeon asintió.- Cuando sales a la calle te encuentras con millones de religiones diferentes, claro, también están las predominantes por mayoría. Pero luego de definir una religión te conviertes en parte de una masa y hay  gente que no tiene demasiada tolerancia a la hora de escuchar otras ideologías. También, aquí han llegado personas diciendo ser agnósticas o ateas, luego experimentan lo que mi madre les ofrece y a muchos les gusta, otros gran parte deciden desvalorizar su trabajo. -Explicó – Cuando dije que mi madre era rara lo dije porque temía que tu fueras de esas personas que no están dispuestas a saber más además de sus creencias y, además, tu accediste a la lectura de cartas al instante, pero mamá a veces insiste un poco cuando las personas se niegan. Hay gente que hasta se ha enfadado.

-Para tu completa tranquilidad, me encanta el trabajo de tu madre y los temas de los que me comentó. Desearía saber todo lo que ella sabe.

Lo siguiente que sucedió fue la llegada del mutismo absoluto mientras Nayeon sopesaba si debía hacer la pregunta que mataba de curiosidad.

-Jeongiie , cuando mamá me sacó de su oficina, ¿Por qué fue? -Los nervios volvieron a llenar el delgado cuerpo de la alta. – No importa si no quieres decirme, puedo entenderlo, mamá tiene la habilidad de leer el interior de la gente y saber que considera secretos.

La mente de Yoo estaba en blanco, no podía siquiera recordar como formular una oración y apenas un hilo de oxigeno entraba por su nariz.

-N-no es algo de lo que me guste hablar. -logró pronunciar a duras penas. – No es que no quiera decírtelo a ti pero es algo que hice y estoy decepcionada de mi misma.

-Oh, esta bien. -sonrió como una muestra de apoyó. -Tu hablaras cuando te sientas preparada o con quien te sientas segura. Yo, por ejemplo, le cuento todos mis secretos a Paul.

-¿Paul? -la mayor la miró confundida.

-Es el amigo más fiel que tengo. -señaló su escritorio- Mi cactus.

-¿Es en serio? -sonrió también señalando el pequeño cactus. Nayeon asintió repetidas veces.

-Es muy callado. -aquello hizo reír a las dos. -Es una buena forma de decir las cosas en voz alta y asumirlas sin tener que tener una persona en frente.

-¿Entonces puedo decirle algo a Paul?

-Claro.

Conteniendo la risa y con una idea en mente, Yoo se colocó de pie y camino hasta el escritorio.
Acerco su rostro al cactus para empezar a hablar.

-Paul, un gusto, soy Jeongyeon -comenzó- Quiero que le digas algo a Nay por mi cuando la veas y es que, es cierto que no entiendo Inglés pero si se buscar la letra de canciones.

Nayeon frunció el ceño, al principio, confundida. Luego su mente lo procesó y entendió a lo que Jeongyeon se estaba refiriendo.

Definitivamente no volvería a cantar canciones con connotaciones sexuales aunque estuviera en otro idioma.

Cuando Yoo volteó, estallando en risas, la mayor ya se encontraba con una almohada tapando su rostro.

-Dime si hoy viniste únicamente para avergonzarme. -lo que dijo se entendía a duras penas por el objeto sobre su boca.

-Claro que no. -respondió aún riendo para luego tomarla de la mano. – Sácate eso de la cara.

-¿Qué es lo divertido de que me avergüence? -preguntó sacando la almohada- Ya te pareces a…a la tonta que escribe las notas.

El corazón de ambas se detuvo. La mayor rogaba internamente que la suposición que acabada de hacer, y que sus amigas ya le habían comentado, no fuera real. Mientras que Jeongyeon rogaba que Nayeon no se diera cuenta de nada pero debía actuar rápido para eso.

-Lo siento, es…es que…-volvió a tomar asiento junto a ella. -Hay algo en ti, en el momento en que te sonrojas, que….que te hace ver linda. Es decir, siempre eres linda, p-ero…¿Me dejas comenzar de nuevo? -la mayor estaba paralizada así que no podía darle una respuesta.

Aún así Jeongyeon continuó. Tomo aire y entrelazo sus dedos con la mano de Im que había tomado antes y, a la otra mano, la colocó en la mejilla de la contemporánea. – Tal vez ya entendiste lo que quiero decirte pero me gustas.

Jeongyeon sin pensarlo se acercó y dejó un rápido beso sobre los rosados labios de la mayor.

Aunque el contacto hubiera sido mínimo y veloz, el corazón de ambas explotaba. La menor había decidido ser rápida por sus nervios, que eran lo de menos, y por Nayeon que acababa de tener su primer beso, por lo tanto, no quería excederse

La menor no dejo de mirar a Nayeon quien tenía sus ojos abiertos como platos y podía sentir su mano temblar. Aquello era aún más tierno pero había dos problemas que se sobreponían.

El primero era que Jeongyeon realmente deseaba que la mayor le correspondiera y el silencio la impacientaba demasiado.

El segundo problema es que no debía corresponderle, era mucho mejor para las dos, porque si Nayeon llegaba a tener un mínimo sentimiento por la alta, terminaría sufriendo el cuatriple de lo que pensaba en la charla con la madre de la nombrada.

-¿Me sobrepase? -preguntó Yoo luego de que los segundos continuarán corriendo y la contemporánea no hubiera hecho ni un solo movimiento.

Nayeon seguía totalmente callada y, a pesar de todo, logró negar con su cabeza provocándole una sonrisa a la menor la cual había olvidado el segundo problema.

-Entonces, ¿Puedo volver a hacerlo? -se acercó peligrosamente al rostro de la bajita.

La mayor en ese momento solo era capaz de distinguir cuatro cosas. La crisis que había en su cabeza, la revolución en su corazón, su cuerpo rígido y, por supuesto, el hormigueo en sus labios.

A duras penas pudo gesticular una pequeña sonrisa y asentir.

Jeongyeon satisfecha con la autorización, nuevamente beso a Nayeon dejando que solo ocurriera el contacto pero ningún movimiento. Podía sentir el temblor en los labios de la mayor y sus ojos cerrados con fuerza, como si estuviera asustada.

Con el pulgar comenzó a acariciar la mejilla de Im. Luego de algunos segundos el cuerpo de la nombrada cedió ante las caricias, por más nerviosa que estuviera, sentía su cuerpo distenderse.

Con mucha sutileza Jeongyeon decidió mover sus labios. Nayeon, insegura y a pesar de su inexperiencia, hizo su mejor esfuerzo por seguir el desacompasado beso. No iba a comprender el ritmo la primera vez por mas lento que fuera.

De cualquier forma, aquel movimiento era tan dulce y sutil que se dejo llevar por el momento.

Al cabo de unos segundos tomaron distancia, sin perder la magia, y sus miradas tímidas se conectaron. No hace falta decir que Im se encontraba sonrojada pero no tenía la suficiente voluntad como para ocultarse.

-Y…¿Me quieres decir algo? -nuevamente Jeongyeon decidió hablar ante el mutismo de la bajita.

-¿Tienes hambre? -preguntó aún en un trance.

Inmediatamente su expresión cambió, como si estuviera preguntándose a si misma porque dijo lo que dijo.

-Un poco, pero no me refería a eso…- respondió con esa sonrisa roba corazones.

Cada mínimo gesto que realizaba Yoo o cada sonido que emitía su boca era suficiente para generar un corto circuito en Nayeon.

Reuniendo todo el valor que podía dejó un fugaz beso sobre los labios de la menor para luego colocarse de pie y correr hacia la puerta.

-Entonces vayamos a buscar comida.

Jeongyeon se había paralizado ante el sorpresivo movimiento de Nayeon. Tocó sus labios al mismo tiempo que una sonrisa crecía por su rostro y la mayor salía de la habitación.

El momento fue hermoso hasta que Jeongyeon regresó a la realidad y nuevamente la culpa llenó su cuerpo.

-Soy una basura.

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