Reclutamiento, caos y un ensayo (o algo parecido)
Las luces parpadeaban de nuevo y nuestras protagonistas estaban en un semicírculo, cada una con una expresión diferente: Se-Mi, animada; Sae-byeok, despreocupada y No-Eul, con el ceño fruncido, como si cada segundo en ese salón fuera un desperdicio de su tiempo.
—Necesitamos más miembros, no podremos lograrlo solas.—anunció No-Eul, sin preámbulos.
Sae-byeok puso los pies sobre la mesa con descaro. No-Eul mirando los Converse negros de la pecosa con recelo.
—Siempre podemos secuestrar a alguien.
—Dije que no. —No-Eul le lanzó una mirada asesina antes de mirar a Se-Mi— ¿Tienes a alguien en mente?
Se-Mi toco su labio, pensativa.
—Bueno… conozco a alguien que toca la batería, tenemos juntas Literatura.
—¿Y es...?—preguntó Sae-byeok.
—Hyun-Ju.
Sae-byeok y No-Eul se giraron al mismo tiempo para mirarla.
—¿Cho Hyun-Ju? —preguntó Sae-byeok, incrédula—. ¿La que dejó fuera de combate a un tipo por hacer un chiste transfóbico?
—¿La que casi incendia la cafetería porque la hicieron pagar por un almuerzo que ya estaba cubierto? —añadió No-Eul con una mezcla de respeto y alarma.
—La misma.
Hubo un silencio breve antes de que Sae-byeok silbara con admiración.
—Esto no deja de sorprenderme.
—¿Y por qué se uniría a esta tontería? —preguntó No-Eul, cruzándose de brazos.
Se-Mi sonrió con complicidad.
—Porque un pajarito me dijo que no está en su mejor momento y le ofrecí un pequeño incentivo.
En ese momento, la puerta del aula se abrió de golpe y Cho Hyun-Ju entró con su característica energía imponente. Su cabello corto perfectamente peinado enmarcaba su rostro de facciones afiladas, y sus ojos brillaban con determinación.
—¿Hola?
—Viniste—Se-Mi la recibió con una sonrisa radiante.
—Se-mi, ¿dónde está mi dinero? —dijo, ignorando el entusiasmo de la de piercing
—Vamos, Hyun-Ju… —Se-Mi ladeó la cabeza. — El verdadero tesoro es la amistad y la experiencia de tocar juntos…
—¿Desde cuando somos amigas? Yo solo recuerdo que ella.—Señaló a Sae-byeok con la barbilla.— Me robó en una apuesta, esto no va a salirte barato, Se-mi.
No-Eul miró la escena con una mezcla de horror y fastidio.
—¿Le pagaste para que se uniera?
—No exactamente… —murmuró Se-Mi, mirando a otro lado.
Sae-byeok se rió, claramente disfrutando la situación.
—No puedo esperar a ver qué tanto vales por ese precio, Hyun-Ju.
Hyun-Ju le lanzó una mirada cortante, pero luego suspiró y miró alrededor del aula con desdén.
—Bueno, al menos tienen batería. Aunque parece que sobrevivió a una guerra.
—Nosotras también. —Sae-byeok sonrió con burla.
—Bien, supongo que puedo intentarlo. Pero quiero el dinero cuando esto termine.
No-Eul se masajeó las sienes.
—Esto es un desastre.
—Y aún no hemos hablado del bajista —intervino Se-Mi con una sonrisa traviesa.
Antes de que No-Eul pudiera responder, la puerta se abrió otra vez. Esta vez, con menos violencia, pero con la misma autoridad.
Hwang Jun-Ho entró con las manos en los bolsillos de su chaqueta. Con un porte relajado pero con una mirada que analizaba todo, el joven que hacia su servicio en la escuela observó a las presentes antes de hablar.
—Si que les dieron el peor salón.
No-Eul puso los ojos en blanco, si no toleraba verlo en la dirección junto a su padre ahora menos en su castigo.
—No es un club para evadir tu servicio, Hwang
—No, pero lo hará más ameno.
—¡Jun-Ho! —Se-Mi sonrió—. ¿Decidiste unirte?
—Si la señorita presidenta no le dice a su padre si. Si necesitan un bajista… supongo que podría ayudar.
—¿Tocas el bajo? —preguntó Sae-byeok con desconfianza.
—Cuando iba a la primaria.
No-Eul dejó caer la cabeza sobre la mesa con un golpe sordo.
—No vamos a graduarnos nunca.
Sae-byeok cruzó los brazos con una sonrisa de satisfacción.
—Nah, pero va a ser divertido.
Se-Mi aplaudió con entusiasmo.
—Bueno, bienvenidos a la "banda"
Hyun-Ju y Jun-Ho intercambiaron miradas, el chico le sonrió cálidamente, mientras que la azabache solo se limitó a encogerse de hombros.
No-Eul suspiró con resignación, pero por primera vez, en el fondo, sintió que tal vez… solo tal vez… esto podría funcionar.
—Bien—dijo finalmente—. Pongámonos serios por que-
—Si mencionas de nuevo lo de tu reputación...—interrumpió Sae-byeok ya cansada del mismo discurso.
—Porque si voy a estar atrapada en este desastre, al menos quiero que el resultado sea bueno.
—Bueno, ya cambiaste el discurso—Sae-byeok sonrió burlona.
No-Eul la ignoró y sacó su cuaderno.
—Ahora sí, pongámonos a trabajar.
Y así, oficialmente, el desastre tenía nombre y miembros.
Pero lo que no sabían era que ese desastre terminaría significando más de lo que cualquiera de ellos hubiera imaginado.
El aula de música nunca se había sentido tan caótica. No-Eul, con su impecable sentido del orden, miraba el desastre con una mezcla de horror y resignación.
Sae-byeok estaba sentada en el suelo, afinando una guitarra que claramente había visto mejores días. Jun-Ho había tomado posesión del bajo, aunque parecía más interesado en hacer girar la púa entre sus dedos que en tocar algo.
Hyun-Ju inspeccionaba la batería con el ceño fruncido, golpeando los tambores con el dedo como si evaluara si colapsarían en cualquier momento.
—Bien, ahora que estamos todos aquí —No-Eul suspiró—, propongo empezar con algo sencillo.
—Defíneme "sencillo" —intervino Sae-byeok con escepticismo.
—Que al menos toquemos algo sin que esto se convierta en un incendio, una pelea o un colapso mental.
—Bueno, ahí va toda la diversión, presi—Jun-Ho sonrió con burla.
Se-Mi, siempre la entusiasta del grupo, aplaudió. (De nuevo)
—Bueno, no hay presión, solo es para ver cómo encajamos.
—Oh, si hay presión. —Hyun-Ju apoyó un pie en el pedal del bombo—. Especialmente por que yo necesito cubrir mis deudas.
—Tranquila, ¿qué tan mal puede salir? —preguntó Se-Mi, con su optimismo característico.
No-Eul la miró como si acabara de invocar una maldición.
Cinco minutos después
—¡Alto! Detenganse—No-Eul se levantó de golpe, lanzando el cuaderno sobre la mesa.
Sae-byeok detuvo su guitarra, aunque parecía más entretenida tocando acordes aleatorios. Jun-Ho dejó de aporrear las cuerdas del bajo sin sentido. Hyun-Ju, que hasta ese momento había estado siguiendo su propio ritmo sin importar lo que hicieran los demás, se detuvo a regañadientes.
—No están siguiendo la estructura —gruñó No-Eul, pasándose una mano por el cabello, visiblemente frustrada.
—¿Cuál estructura? —preguntó Sae-byeok con una sonrisa de suficiencia—. No nos diste ninguna.
—Creí que era obvia.
—Lo siento presi pero no somos adivinos. —Hyun-Ju golpeó la batería con un bang que hizo saltar a Se-Mi.
—Tal vez deberíamos empezar con algo más fácil… —intentó la de piercing
—Más fácil la disolución de la banda.—murmuró Jun-ho
No-Eul le lanzó una mirada asesina.
—A ver, vamos a intentarlo de nuevo. Pero esta vez, sigan el ritmo, por favor.
—¿Qué ritmo? —preguntó Sae-byeok.
—El que estoy intentando marcarles desde hace diez minutos.
Hyun-Ju giró los baquetas en sus manos y suspiró.
—Está bien, pandereta , dinos qué hacer.
Sí, Sae-byeok y Se-mi ya le habían contado a Hyun-ju el "apodo ultrasecreto".
—Primero, no me llames así. Segundo, ¿todos recuerdan la canción de Byeok?
—"Recuerdan" es una palabra fuerte —dijo Jun-Ho, rascándose la cabeza.
No-Eul exhaló con la paciencia de un santo a punto de perder la fe.
—Mi-mi, canta el primer verso.—Dijo Sae-byeok, encogiendose de hombros, dejando el microfono.
La mencionada parpadeó un par de veces sin creer lo que le estaba pidiendo la pecosa.
—¿Se-mi? Creí que tu serías la vocalista.— No-Eul confundida miró a la pecosa.
—Lo soy, pero para el inicio necesitamos una voz dulce y quien mejor que Se-mi.
Se-Mi sonrió tomando el micrófono, la pecosa no lo sabia pero sus palabras habían provocado un calor en el pecho de la de piercing.
Inspiró profundamente, cerró los ojos… y cuando abrió la boca, un chirrido horrible salió de los altavoces.
Todos se llevaron las manos a los oídos.
—¡Se-Mi! —gritó No-Eul—. ¿¡Qué demonios!?
—¡No es mi culpa! —Se-Mi protestó, golpeando el micrófono—. ¡Esto está roto!
—Claro, porque definitivamente no fue tu voz la que nos mató por dentro —dijo Sae-byeok, conteniendo una risa.
—Déjame ver. —Jun-Ho se acercó, ajustando el amplificador—. Inténtalo otra vez.
Se-Mi aclaró la garganta y lo intentó de nuevo. Esta vez, su voz salió limpia, aunque un poco temblorosa.
—Eso ya suena mejor —murmuró Hyun-Ju.
Sae-byeok comenzó a tocar un ritmo suave en la guitarra. Jun-Ho, con un encogimiento de hombros, trató de seguirla en el bajo. Hyun-Ju golpeó los tambores con un ritmo contenido, y por primera vez en la tarde, algo parecido a una canción comenzó a tomar forma.
No-Eul los observó con los brazos cruzados. Aunque la ejecución era torpe, había algo en la forma en que las notas se conectaban, en cómo Se-Mi intentaba seguir el ritmo con su voz, en cómo incluso Hyun-Ju parecía un poco menos a la defensiva al tocar.
Tal vez… solo tal vez… esto podría funcionar después de todo.
Y aunque aún faltaba mucho, un pequeño y casi imperceptible atisbo de esperanza apareció en su rostro.
—Sigan tocando —dijo finalmente.
Y por primera vez, la banda realmente comenzó.
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