
Capítulo XLVIII
La noche anterior dormí muy bien pensando en lo bien que la pasé con Sax. Habíamos ido al concierto, reímos, disfrutamos, comimos, bromeamos. Todo parecía un hermoso sueño pero había sido real. Sin embargo, cuando llegué a la escuela me extrañé al no verlo.
—¿Y Sax? —le pregunté a la maestra.
—Lisandro no pudo asistir. Al parecer está enfermo.
Mis piernas temblaron un poco. Sentí una angustia y una preocupación enorme que me hizo entrar en pánico, aunque rápidamente puse en orden mis ideas cuando él me envió una carta con un compañero para hablar desde el teléfono del colegio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro