Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Despedida

Aviso: Esto es solo de fans y para fans. No metais a los idols en esto. Woojin está porque no tengo tiempo de quitarlo de la historia pero ni se molesten en comentar sobre esto porque no me voy a molestar en mirar los comentarios ni en responderlos. No quiero malos rollos ni peleas. Las escenas subidas de tono, os recuerdo que son personajes con los nombres y el físico de los idols pero NO son ellos. No pretendo sexualizarlos, ni decir que deberían o que en realidad son como aparecen en esta historia. Esto es solo producto de la imaginación de una fan para puro entretenimiento de otras fans también. Ahora ya pueden seguir con la historia.

Llamaron a su puerta por décima vez en lo que llevaba de día. No quería hacerlo, no quería abrir la puerta, no quería salir de allí, no quería despertar. Tenía pensado quedarse eternamente durmiendo, eso era muchísimo mejor que lidiar con el dolor.

Pero el gran estruendo le hizo abrir los ojos de golpe. Se levantó sin ganas de la cama y observó la puerta en el suelo. La habían hechado abajo. Que bien ¿no? Muy bien por ellos.

Chan cruzó la puerta con la cara más enfadada posible en el planeta. Le cogió de la cuello de la camisa y le empujó contra la pared.

- ¡Lee Minho! ¡¿Eres subnormal?! ¡¿Imbécil?! ¡¿O las dos cosas?! ¡¿Cuándo mierdas nos vas a escuchar y hacer caso?! La vida sigue tío. No puedes permanecer eternamente encerrado en tu habitación. Acabarás muerto tu también. ¿Crees que Jisung habría querido eso?

- ¿Y qué más da ya? - la voz de Minho sonaba ronca y sin sentimiento, como si fuera un robot que simplemente reproducía las palabras que se formaban en su mente - ¿Qué más da lo que Jisung hubiera querido si ya no está vivo?

- Pero tú sí.

- Chan-ah - Woojin apareció por el hueco de la puerta y les miró a los dos preocupado - No creo que esa sea forma de tratar con él. Sueltale por favor.

- Hemos intentando tratar con él de mil formas diferentes, Woojin. Yo ya me cansé. Hemos estado aplazando el funeral por él. Porque el niño no quiere salir de la cama a despedir a su novio como es debido. Porque el niño no quiere superar que su novio está muerto. Un mes ha pasado. ¡Un maldito mes! No voy a hacer esperar más al cura - Chan soltó de golpe a Minho - El funeral comienza a las doce. Creo que ya sabes en que iglesia.

Woojin negó con la cabeza en desacuerdo mientras el otro salía de allí. Observó por unos segundos a Minho, que se había quedado quieto mirando la pared sin ninguna expresión en su rostro. Se acercó lentamente a él.

- Minho... Yo... Chan estaba enfadado, no decía esas cosas en serio... No le hagas mucho caso ¿sí? Tú solo... Preparate y ve al funeral hoy. Si necesitas ayuda, puedes llamarme.

El otro le miró y Woojin pudo sentir la enorme tristeza y el profundo vacío que emanaba de sus ojos. Minho solo asintió y el mayor salió de allí asustado por el torbellino de emociones negativas que acababa de sentir.

- No debiste de ser tan duro con él - le dijo a Chan, que esperaba fuera.

- Es que me pone de los nervios, Woojin... El no encontrar la forma de ayudarle. Yo también hecho de menos a Jisung. Todos lo hacemos. Pero a este paso el que morirá será él.

- No somos los únicos preocupados por esto, Chanie. Changbin y Félix no saben que hacer porque quieren invitar a Minho a su boda, pero no quieren ofenderle o algo y la están posponiendo por él también. Seungmin, Jeongin y Hyunjin le traen todos los días videojuegos y películas que el rechaza. Todos estamos haciendo un esfuerzo por ayudarle a superar esto. No estas solo. Pero tienes que tener en cuenta su situación y no ser tan duro.

- Lo sé, lo intento pero yo... Realmente ya no sé que hacer Woojin - Chan le abrazó con fuerza comenzando a llorar - Si Jisung estuviera aún aquí... Él si sabría que hacer... Siempre tenía una solución a todo.

Woojin correspondió su abrazo y comenzó a llorar sigilosamente también - Lo sé, bebé. Lo sé.

- ¡Dios mío!

- ¿Qué ha pasado aquí?

Changbin y Félix se miraron a la vez preocupados al encontrarse la puerta de la habitación de Minho en el suelo. Este no tardó en aparecer en la oscuridad de su habitación por el hueco que esta había dejado en la pared. No se le veía bien, pero su rostro era inexpresivo; eso si podían notarlo.

- Mandaré a alguien a arreglarla. Lo siento - dijo con voz robótica e hizo una reverencia. Se giró para volver a su cama, pero Changbin le cogió del brazo.

- ¡Corre Félix! - le dio la señal al otro. Su prometido corrió hasta la ventana de la habitación; exagerando su carrera como si estuviera en una película, y abrió las persianas. La luz entró de golpe en la habitación y Minho calló hacia atrás tapándose los ojos. No podía abrirlos de lo poco acostumbrados a la luz que estaban.

Changbin se agachó a examinar a su amigo. Su ceño se frunció, preocupado. Félix se acercó a él y observó también al chico que estaba en el suelo.

Su piel estaba más pálida de lo normal, sus pómulos demasiado marcados, su piel tensa, sus labios morados, su cuerpo demasiado delgado, su pelo revuelto y grasiento, su ropa era la misma de la última vez que le vieron en el tanatorio (toda arrugada y sucia), olía a la mayor cantidad de mierda junta y tenía la brava descuidada.

- Félix.

- Changbin-hyung.

- Creo que es hora de arreglar este desastre.

- Estoy de acuerdo.

- Prepararle un baño y ropa limpia. Recuerda, tiene que ser negra. Yo iré a preparar algo de comida, buscaré colonia y prepararé lo de afeitar.

- A sus órdenes, señor.

Les costó mucho hacer que Minho les obedeciera, pero finalmente hizo todo lo que le decían como si fuera un robot. Aún así, tuvieron que ducharle ellos, afeitarle y darle de comer como si fuera un niño pequeño que no supiera hacer nada.

Ahora Minho se encontraba frente al espejo, mirando su rostro maquillado para que no pareciera tan pálido y demacrado. Observó sin interés el traje que llevaba; negro como su alma, como el interior de sus ojos, como sus pensamientos, como él en esos momentos. Parecía todo un hombre en verdad.

- Buen trabajo - dijo Changbin satisfecho mientras le observaba. Su prometido alzó la mano entusiasmado y la chocó con él. - Y ahora nos vas a acompañar, Lee Minho.

- No pienso ir - por primera vez en todo aquel tiempo, el chico habló con voz ronca pero decidida.

- Tienes que hacerlo.

- No puedo.

- Si puedes.

- No quiero.

- Se lo prometiste.

- Hay promesas que no se pueden cumplir.

- Esta sí.

- No voy a ir.

- Lo mismo decías sobre bañarte, arreglarte y comer. Y lo has hecho.

- También vomité. No quiero vomitar de nuevo.

- No he entendido eso - susurró Félix al oído del chico a su lado.

- Quiere decir que no quiere sufrir - le respondió este en un susurro también.

- Se ven felices juntos. Seguro que lo son. Disfruten esa felicidad antes de que se acabe - Minho se dio la vuelta y volvió a su habitación, aunque sus piernas fallaron en el camino y cayó al suelo.

Sus dos amigos corrieron hasta él y le sujetaron de los codos para levantarle de nuevo. Colocaron sus brazos sobre sus propios hombros.

- Bien, ahora que ya estamos preparados. Vayámonos - dijo Changbin.

- No quiero ir - contestó Minho.

- Pero tienes que hacerlo.

El enfermo fue arrastrado por los otros dos fuera de la casa, maldiciendo el no tener fuerzas para resistirse.

Le subieron al coche y se le llevaron hasta la iglesia, donde un montón de gente se reunía en la puerta.

Al salir del coche, alguien corrió a abrazarle de pronto. Al observar, pudo ver que era la madre de Jisung llorando. Minho colocó una mano sobre la espalda de la mujer y la dio palmadas en esta una y otra vez, solo porque sentía que era lo que tenía que hacer.

- Ven a mi casa - dijo de pronto la mujer - Lo estás pasando tan mal - le acarició el rostro - Tienes que estar con alguien que te pueda cuidar en estos momentos. Lo estoy pasando como tú. Sé lo que se siente. Puedes vivir conmigo y con mi marido hasta que te recuperes... Debes de amar mucho a nuestro hijo.

- Ya sé lo dije señora Han. No hace falta.

Todo mi cuerpo temblaba. Mi mente era incapaz de procesar nada.

Entré en el vestíbulo con mi traje negro, sin saber muy bien que hacer o decir. Entonces la vi, la madre de Jisung siendo consolada por su marido. Los dos lloraban pero solo a ella se la escuchaba.

Miré la sala de la que acababa de salir Chan. En sus ojos, podía ver que había estado llorando. Y Woojin también. Y Changbin. Y Félix. Y Hyunjin. Y Seungmin. Y Jeongin. Y todos los familiares que habían ido a ver el cadáver.

Pero en mi cabeza no entraba. No lo podía creer. Incluso si ya sabía que esto iba a suceder tarde o temprano, aún esperaba ver a Jisung saliendo por la puerta con su radiante sonrisa y diciéndoles a todos que estaba bien.

Aún sentía su olor en mi nariz, su manos en mi pelo, su mirada sobre la mía, el tacto de su piel, la sensación de estar entre sus brazos, sus labios besando suavemente los míos, su respiración en mi boca, su voz en mis oídos...

Entre en la sala con el corazón a mil. Esperando que todo hubiera sido un sueño y él me fuera a sonreír desde la cama. Pero solo era carne. Solo eran huesos. Solo era un cuerpo inerte, que no respiraba, que no sentía, que no hacía nada. Sus ojos estaban cerrados, su cabello peinado, su piel maquillada, sus labios en una ligera sonrisa. Parecía que estuviera durmiendo en paz, pero su pecho no se movía, su boca no cogía aire, su corazón no latía. Estaba muerto.

Me dejé caer sobre el suelo; al lado de la cama, y comencé a llorar dándome cuenta de que no era un sueño. Era real.

¿Pero por qué él? ¿Por qué de todas las personas del mundo tenía que morir él? ¿Por qué?

Le tomé de la mano y no cesé de llamarle mientras lloraba. No cesé de intentar despertarle. No cesé de sacudirle para terminar abrazándole. Y aún así repetía su nombre, una y otra vez, mientras lloraba.

Pero él no respondía. Él no hacía nada.

- Minho... por lo que estás pasando. Si quieres puedes quedarte en nuestra casa.

- No hace falta señora Han. Estoy bien.

Pero no estaba bien. Para nada estaba bien. Mi corazón dolía como nunca, mi cabeza daba vueltas y un gran vacío se instaló en mi corazón.

No puedo hacerlo Jisung. No puedo cumplir la promesa que te hice. No puedo seguir adelante. No puedo amar a otra persona. No puedo vivir sin ti.

Si fuera porque me hubieras dejado. Si fuera porque no quisieras saber más de . Si fuera por eso, podría haber cumplido esa promesa. Pero no es por eso por lo que te he perdido. Te he perdido por la muerte, que me ha apartado de tu lado.

Ni siquiera llegamos a decirnos: Hasta que la muerte nos separe, y ella ya se encargó de hacerlo. Ni siquiera llegamos a terminar la lista que escribiste sobre cosas que hacer antes de morir, y eso último ya lo has realizado. Ni siquiera llegamos a decirnos adiós, y ya fuiste a su lado. Ni siquiera pude despedirme de ti como es debido y ya te he perdido. Ni siquiera a pasado un día, y ya te hecho de menos.

Por favor, Jisung, vuelve a mi lado. Por favor Dios, devuelvele a la vida. Incluso si el precio es no volver a vernos nunca. Incluso si el precio es mi propia vida. Incluso si el precio es que lo pierda todo. Hazle volver. Haz que viva. No puedo vivir en un mundo en el que Han Jisung no viva.

Minho observó la gran iglesia, intentando apartarse de todos y estar solo. No quería estar con nadie, solo quería su soledad.

Una mano se posó sobre su hombro y se giró para ver el rostro de Chan.

- Lo siento mucho por lo de antes. Fui muy duro.

- No lo sientas. No tienes la culpa de nada - Minho volvió a mirar la iglesia.

- ¿Necesitas algo?

- Soledad. Y no entrar ahí. Cualquier sitio menos ahí. Dios no existe. Y si lo hace, es un capullo.

- No digas esas cosas.

- Le pedí a Dios miles de veces que hiciera que volviera a mi lado y él no me hizo caso. ¿Por qué debería hacérselo yo ahora y seguir creyendo en él?

- No te digo que creas en él. Te digo que no digas esas cosas. No digas palabrotas.

- ¡Oh! Vale. No diré palabrotas entonces.

- Igualmente... Ahora podrás hacerlo ¿no?

- ¿Él que?

- Lo que hubieras querido hacer y no pudiste. Despedirte de él. Despedirte de Jisung.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro