4. Curiosidad
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Seokjin, no estaba molesto, no, eso era poco, estaba furioso, casi echaba chispas por los ojos. Una vez más lo habían plantado. ¿Y es que acaso nadie se tomaba en serio los trueques?. Tenía unas figuritas originales de La leyenda de Zelda para intercambiar por un videojuego que quería probar y la otra parte nunca llegó al lugar acordado.
Esperó por horas hasta que perdió el último autobús que lo llevaría de vuelta a casa, así que estuvo caminando por casi una hora, bajo la lluvia y sí, estaba frustrado, lo único bueno de todo es que ni su padre ni su hermano estarían en casa para verlo llegar a pie.
Cuando faltaban un par de cuadras para llegar a casa, sintió el aroma de lo que más ama en la vida: palomitas de maíz, pero no cualquiera... ¡de caramelo!. ¿El problema? Olía algo rancio. Y hacía tanto frío que se imaginó frente al televisor, viendo One Piece y comiendo unas tibias palomitas y un tazón de chocolate caliente.
Se acercaba a la fuente del olor y lograba ver sentado en una banca, empapado de pies a cabeza a un chico, casi de su edad. Se veía tan triste que sintió algo en su corazón y su lobo lo instó a hablarle.
Así que se acercó un poco más, lo notó triste y lo invitó a casa, ¿no es lo que cualquiera haría? Al parecer, no porque el chico se veía desconfiado. Aunque de todas maneras aceptó.
--Kim Taehyung. --le daba su nombre.
--Hola, Kim Taehyung. Soy Kim Seokjin. --se inclinaba. Miraba la hora y ya eran las 11:52 de la noche. --Sígueme, Kim Taehyung.
--No tienes que decir mi nombre completo, solo dime Taehyung, o Tae, está bien. --le decía el chico caminando a su lado.
--Está bien, Kim... Taehyung. --aceptaba Seokjin con un temblor involuntario por el frío. Tenía los labios morados y solo iba cubierto por una fina chaqueta. --¿qué hacías ahí de todas formas? --consultaba curioso.
--Pues... mi padrastro borracho quería marcarme, así que arranqué con lo puesto --comentaba sincero el omega de olor a palomitas de caramelo.
--¿Tu padrastro? Eso no es correcto, K... Taehyung. --opinaba el chico extraño, como si fuera lo más lógico. --¿Y tu madre o padre omega lo permiten? --inquiría con intriga, sin lograr entender como su progenitor o progenitora podía permitir semejante atrocidad.
--Mi madre murió hace años, me dejó a cargo de un hijo de puta, alcohólico y ludópata, ¿lo puedes creer? --en realidad, Seokjin no lo comprendía. Su padre omega también había fallecido, pero su padre alfa estaba presente y era muy protector con él y su hermano. --así que prefiero morir de hipotermia en la calle o una neumonía a volver a esa casa con él ahí.
Seokjin miraba de reojo al omega y sentía lástima por él. Así que se alegraba un poco de haberle dado abrigo, aunque sea por un par de horas. --No te preocupes, Kim Tae... Taehyung, yo te daré abrigo por esta noche. Además, te prepararé un buen chocolate caliente, ya verás que te sentirás mucho mejor. --le daba una cálida sonrisa para luego abrir la puerta.
Taehyung solo asentía con una sonrisa sin ánimo. Temblaba de frío como una hoja y ya no sentía los dedos de las manos.
--Bienvenido a mi humilde morada. --le anunciaba el chico extraño en voz muy baja, nada más entrar al lugar. La verdad es que lucía bastante acogedor. --lo que sí, debes ir a mi cuarto. Mi hermano y yo tenemos tajantemente prohibido traer omegas a casa, órdenes de mi padre. Así que sube, ahí están las escaleras. Iré enseguida, debo poner a calentar agua. Mi cuarto es el del fondo, dice "No entrar", pero tú si puedes entrar, lo prometo.
Taehyung se lo estaba pasando bien raro, pero su lobo lo calmaba diciéndole que todo estaba bien y que confiara, que no presentía ninguna amenaza.
Rápidamente, subía hasta la habitación que tenía un cartel hecho a mano con la frase "No entrar" y entraba, ignorándolo, cerrando la puerta tras él.
Encendía la luz a su izquierda y la vista lo hacía jadear. La habitación era un completo caos. La cama estaba desordenada, habían vasos de vidrio y cuencos de ramen vacíos en el escritorio y había ropa extendida por el suelo que no sabía si estaba limpia o sucia, pero aún así, no olía mal. Solo lograba olfatear humedad o tal vez era ¿tierra mojada? Al menos no pasaría tanto frío.
Sin pensarlo mucho. Se quitaba la chaqueta aún empapada y la colgaba en una silla, se arremangaba la camiseta y se ponía a ordenar un poco. Recogía algunas prendas del suelo que parecían sucias y las depositaba en una canasta y las prendas que se veían limpias las doblaba y las iba colocando en el escritorio. Luego tendía la cama y se sentía mucho mejor.
Justo en ese momento entraba Seokjin con dos tazones gigantes y humeantes con lo que olía a chocolate caliente.
--Vaya --depositaba los tazones en una mesita y luego se rascaba la cabeza avergonzado. --este... gracias. Había olvidado que mi cuarto estaba hecho un desastre. --y luego se reía de manera peculiar, sonaba como un limpiaparabrisas.
El omega le devolvía una sonrisa --¿una de esas es para mi? --indicaba con el dedo.
--Sí. Toma, esta es para ti. Le puse unos cuantos malvaviscos, no estaba seguro... no sabía si te gustaban, pero así me gusta a mí. --le entregaba un tazón blanco con lo que parecía ser la figura de una alpaca con pañoleta roja.
Taehyung se calentaba las manos con el tazón y olía el contenido de ella.
Exquisito.
Tomaba un pequeño sorbo y el sabor casi lo hace llorar, le recordaba a su mamá. Sorbía su nariz y volvía a beber otro poco del líquido dulce y se sintió mucho mejor.
Seokjin lo miraba atento como esperando algún comentario aprobatorio por su chocolatada. --¿y bien? --le preguntaba ansioso.
--Esto está increíble, muchas gracias. --le respondía honesto. Era justo lo que necesitaba en ese momento y el extraño le dedicaba una sonrisa radiante.
Aún así Seokjin notaba que el omega no dejaba de temblar por el frío. --Si gustas, puedes tomar una ducha caliente. Te prestaré algo de mi ropa, estás temblando de frío. --no esperaba respuesta. Dejaba su tazón a un lado, se acercaba a su armario y buscaba un par de prendas y una toalla. --Toma, es por esa puerta. --Le indicaba el camino y luego le entregaba la ropa, quitándole el bonito tazón de alpaca de las manos. Taehyung recibía la ropa que constaba de un pijama de dos piezas que olía a Downey, ropa interior limpia que al parecer le quedaría un poco grande y una toalla blanca y esponjosa. El omega asentía y se dirigía a la puerta que el chico le había indicado.
Se daba una ducha con el agua casi quemándole la piel y tal vez se habría quedado a vivir ahí si no fuera porque su teléfono no dejaba de sonar. Cortaba el agua de malas ganas y se envolvía en la toalla. Se acercaba al espejo y con la mano lo desempañaba, viendo como tenía la nariz algo hinchada por el golpe que le habían dado contra la pared. Negaba con la cabeza y tomaba su teléfono. Tenía más de 10 llamadas perdidas y unos 50 mensajes de su mejor amigo. Suspiraba y enviaba una respuesta corta de que todo estaba bien y que al día siguiente le contaría lo que pasó.
Se secaba el cuerpo y se ponía la ropa que le habían prestado. Tomando la que estaba mojada entre sus manos, salía del baño y se encontraba con Seokjin quien daba vueltas por la habitación algo nervioso.
--Oh, estuve a punto de entrar al baño, pensé que te habías ahogado. ¿estás bien?. --Se acercaba a inspeccionarlo y Taehyung pudo notar el rico aroma a tierra mojada provenía de él.
--Eres tú, tú eres el aroma a-
--Tierra mojada, lo sé, es molesto-
--No, de hecho es uno de mis aromas favoritos en la vida. --le dedicaba una de sus sonrisas geométricas y el alfa automáticamente respondía con otra.
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