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19. Regreso

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--¿Y qué pasará con Cho? --preguntaba Jimin a Taehyung, mientras Jungkook conducía con el par de amigos en el asiento trasero del vehículo, hasta la casa del peliazul.

--Ya le avisé a su madre, que ella se encargue de él, a mi no me importa. Solo quiero volver a mi casa. --respondía, mordiéndose la uña del dedo pulgar.

--Entiendo. --decía el pelirrosa asintiendo lentamente. Luego tomaba una de las manos de su amigo y le daba un apretón. --¿Has hablado con Kim?

--¿Con Jin? Emm... sí, hablamos ayer. La verdad es que no tengo cabeza para eso ahora, necesito estar enfocado en esto. --contestaba mirando a la nada por la ventana.

--Él se contactó conmigo, está muy preocupado por ti, Taehyung. --replicaba Park, tratando de mirar a los ojos a su amigo --Trata de hablar con él. Kim cree que hizo algo mal...

--Lo sé, lo sé... -- respondía para luego frotarse la cara con las manos. --Es solo que ahora tengo que resolver este tema y luego hablaré con él. Soy un desastre en este momento, no quiero que me vea así.

--Si no tienes la suficiente confianza con él-

--No es eso --lo interrumpía --es solo que siento que él se merece más de mi que... esto

--Pero-

--Ya no quiero hablar más de este tema, ¿sí? Por favor... --rogaba Taehyung, tratando de ponerle fin al asunto.

--Está bien. --respondía Jimin, aunque se notaba preocupado por su amigo.

Finalmente llegaron a su casa y el peliazul sintió su estómago hecho un nudo. Tomó la llave con manos temblorosas y abrió la puerta.

No más al entrar, un olor nauseabundo lo golpeó. Decir que la casa era un desastre es decir poco. No había rastro de lo que alguna vez él había llamado "hogar".

El suelo estaba cubierto de basura, botellas de soju y cerveza. Papeles, colillas de cigarrillo y basura regados por todo el espacio. Faltaban muchos muebles y algunas ventanas estaban rotas y sin cortinas. La cocina parecía un vertedero.

Desesperado corrió hasta la que por más de veinte años fue su habitación y al llegar hasta ahí notó que la puerta había sido destrozada con lo que parecía un hacha. Su labio tembló. Empujó la puerta y con horror descubrió que estaba todo hecho trizas. De su cama solo quedaba el colchón, no había mantas, ni sábanas. Faltaban algunos de sus muebles y su ropa. Se acercó lentamente al armario y al abrirlo vio la caja que tenía con fotos y recuerdos de su madre esparcidos en el suelo.

Un sollozo liberó su pecho mientras caía de rodillas, tomando algunas fotografías que estaban borrosas y olían a alcohol. Jimin corrió a su alcance, abrazándolo y apretándolo contra su pecho.

Ambos lloraron, inundando la habitación de tristeza. Sus lobos aullaron con pesar y amargura.

Jungkook solo los miró con lástima desde el marco de la destrozada puerta.

Mientras fueron pasando las horas se dedicaron a limpiar cada habitación que pudieron. Estuvieron horas tratando de hacer lucir esa casa como alguna vez se vio, como un hogar. Y mientras Jimin limpiaba el baño con dos cobrebocas y guantes demasiado grandes para sus pequeñas manos, Taehyung se dedicó a la cocina y Jungkook a la sala principal. No fue tan difícil ya que casi no quedaban muebles, era solo recoger, meter en bolsas de basura o cajas y botar. La mayoría de las cosas que ahí había estaban inservibles. Terminaron de limpiar hasta muy tarde en la noche y como era jueves, debían regresar a casa de los Park para ir a clases al día siguiente, así que con mucho pesar, cerró con llave la puerta principal y salió.

Seokjin jamás había entrado a esa facultad, no correspondía a su especialidad y aunque así fuera, él estudiaba de manera remota, pocas veces asistía a su campus. Pero acciones desesperadas requieren medidas desesperadas y él estaba volviéndose loco. Diez días sin hablar con su novio, diez malditos días sin escuchar su voz, casi sin poder dormir. Decir que se sentía mal era poco, se sentía podrido.

Aún con toda su fobia social y sus ganas de salir corriendo de ese concurrido lugar, se armó de valor, apretando las correas de su mochilla hasta volver sus nudillos blancos y caminó seguro por los pasillos del centro de estudios de Taehyung. No tenía idea por donde empezar, pero no se detendría.

Miraba sala por sala, pasillo por pasillo. Algunos omegas se detuvieron a mirarlo con curiosidad, pero no prestaba atención. Hasta que de repente, una cabellera rosa llamaba su atención, corrió a tropezones de la ansiedad al reconocer a Park Jimin, el mejor amigo de su Navi.

--¡PARK! --Gritaba con desesperación, nombrando al omega que al voltear lo reconocía enseguida.

--¡Kim! ¿Qué haces aquí? --le respondía, con los ojos como platos. No esperaba encontrarse al novio de su mejor amigo ahí.

--¿Sabes donde puedo encontr-...? -- Iba a preguntarle donde podía encontrar a Taehyung, pero el olor a palomitas de caramelo le respondió a sus espaldas. Se volteaba rápidamente y lo veía venir a su encuentro totalmente sorprendido, pero lo que más llamó su atención fue su cabello. Ya no había rastro del azul característico en su pelo, ahora lucía un negro azabache y aunque se le veía tan precioso y angelical como siempre, le causó tristeza despedirse de su hada Navi. --Taehyung, ¿podemos hablar un momento? --preguntaba al omega en tono serio, pero desesperado.

--S-sí, c-claro. --el mencionado se dirigía a su mejor amigo con una expresión indescifrable --Minnie, iré a hablar un momento con Jin, ¿está bien?

--Ya les hacía falta. Vayan, yo guardaré tu sándwich, me iré a casa con Kookie. --decía, quitándose la mochila y abriéndola para guardar el almuerzo de su amigo.

--Bien --asentía, el ahora azabache --sígueme --le indicaba con la mano al alfa, quién apretó la mandíbula y luego lo siguió.

Llegaron hasta el tercer piso, el que siempre estaba abandonado y Taehyung se apoyó en la pared del baño que estaba dañado, mirando al suelo. No se atrevía a mirar a su novio a la cara.

--¿Cómo estás? --fue lo primero que preguntó el rubio apenas se detuvieron.

--Yo... estoy... solo estoy, ¿sabes? --lograba decir el omega, aún sin atreverse a mirar a la cara al alfa.

--... Taehyung, yo, ¿hice algo mal? --decía el alfa con angustia. No pudo evitar sentirse sobrepasado por sus emociones. Estaba triste, se sentía solo. Se había acostumbrado a su novio, a escuchar su voz a diario, a su aroma, a su dulzor, a su calidez. Y ya habían sido días sin poder disfrutar de su presencia. Se sentía desolado. Las lágrimas inundaron sus ojos sin esfuerzo y se sintió abrumado al punto en que un sollozo abandonó su pecho.

Taehyung levantó la vista al escucharlo y al percibir su aroma repleto de melancolía se horrorizó. --Ay, no. No, Jinnie, no. Lo siento, lo siento tanto. No quise herirte, perdón --rogaba el omega, mientras lo estrechaba entre sus brazos. --Jinnie, tú no has hecho nada mal, fui yo, es mi culpa. Yo decidí tomar distancia --explicaba desesperado, mientras el alfa limpiaba sus lágrimas con las mangas de su sudadera.

--Yo... Yo c-creí que es-estabas molesto c-conmigo... --decía entre hipidos, con la voz entrecortada y es que Jin llevaba días con insomnio, preguntándose qué, de todas las cosas que había hecho, era lo que había hecho mal. Buscando mil maneras de corregir su error, tratando de comunicarse una y otra vez con su novio para enmendar la situación. --E-estaba tan asustado. S-siempre es mi culpa y-

--No, Jinnie, yo decidí alejarme. No quería involucrarte en toda esta mierda. Lo siento. Mi vida es un desastre. Mataron a mi padrastro y por fin recuperé mi casa y ya nada es igual. Perdí todos los recuerdos de mi madre y hemos estado limpiándola con Jimin y su novio.

Seokjin al oír esto sintió su corazón aún más apesadumbrado, porque, ¿cómo era posible que el novio de su mejor amigo sí estuvo al lado de Taehyung y él no? ¿cómo era que podía confiar en ese tal Jeon, pero en él, que era su novio, no? --No confías en mí --aceveraba, siendo lo único que se atrevió a preguntar.

--No es eso. Yooo... tuve miedo. Miedo de que si veías esa parte de mi, ya no me quisieras más.

--Eso es imposible, Taehyung. --dijo el alfa, mientras atrapaba entre sus manos el rostro del azabache, mirando detenidamente cada orbe ocular de su bonito novio --Yo a ti te amo, te amo como nunca he amado a otra persona en mi vida. Te amo hasta sentirme estúpido. Te amo más que los videojuegos, los mangas, manhwas, las series y coleccionar figuritas. Te amo hasta marearme y perder el aire. Te amo tanto que me duele aquí adentro y aún así se siente bien. Amo cada cosa de ti, Taehyung. Te amo tanto que no hay nada de ti que me parezca feo, al contrario, todo de ti me enamora. --confesaba en un hilo y sin esperar reacción por parte de su novio, se lanzaba a su boca en un beso desesperado.

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