1. Expectativas
☔☔☔☔☔☔☔
Taehyung miraba el techo del cuarto con la respiración agitada.
Digamos que la habitación no era lo más decente que pudiera haber, pero fue para lo que alcanzaba. Y es que ser estudiante universitario becado tenía sus ventajas y una de esas era que podía trabajar sin tener que cubrir las mensualidades y ese dinero ocuparlo en otras cosas, como por ejemplo, la habitación en la que estaba, en la cual hace unos veinte minutos había perdido su virginidad con el que ha sido su novio por los últimos seis meses.
Kim Namjoon era el alfa soñado. Nunca pensó que alguien tan brillante, inteligente, guapo, talentoso y uno de los mejores promedios de toda la facultad de ciencias fuera a poner sus ojos en él, pero así fue y se sentía tan afortunado, porque creía no merecerlo.
--¿Estás bien?, ¿Te duele? --preguntaba el alfa, acariciando su mejilla.
--S-sí, estoy bien. No me duele tanto. Estuvo bien --le respondía con dulzura y algo de timidez, mientras cubría su cuerpo con las cobijas de la cama. El alfa le sonreía feliz, porque por fin el bonito omega había accedido y lo hizo suyo hace unos minutos.
--Fue increíble --Namjoon le expresa poniendo sus manos detrás de su cabeza. --Estuviste increíble, bonito. --le dedicaba una sonrisa con esos hoyuelos que lo hacen derretir.
Taehyung iba a decir algo más, pero de repente veía que el alfa se ponía de pie y comenzaba a vestirse. --deberías vestirte, ya casi se cumplen las 3 horas. --y es que claro, el omega de cabellos azules estaba tan nervioso que estuvieron en juegos previos por mucho tiempo. El habría querido un abrazo, tal vez unas palabras tiernas y un poco de cariño, pero ya las horas que habían pagado entre los dos se habían agotado.
Lentamente y evitando mostrar su piel por más tiempo, iba recogiendo sus prendas, cubierto por una de las sábanas.
--Bonito, ¿por qué te escondes tanto? Te acabo de ver desnudo hace unos minutos --le decía en tono divertido el alfa. --y no solo esto, también-
--¡No! No lo digas, lo sé. Eso no evita que me sienta avergonzado. --Taehyung tomaba su última prenda y se dirigía al baño con la cara ardiendo. --me vestiré en el baño. --finalizaba, cerrando la puerta.
Se vestía rápidamente mientras miraba su cuerpo en el espejo detalladamente. Agradecía que su novio no le hubiera dejado marcas visibles en la piel, porque sabía que en casa su padrastro pondría el grito en el cielo si lo veía con moretones de pasión y oliendo a otro alfa.
Ya vestido, abría su bolso buscando el spray con neutralizador de olores y se lo aplicaba hasta casi acabar a la botella, aunque amaba el aroma a madera de su novio, sabía que era riesgoso oler a él. Suspiraba con frustración y guardaba lo que quedaba de la botella.
Salía del baño, buscando con la mirada a su novio, pero la habitación estaba completamente vacía. Así que, con una sensación extraña y con el corazón latiendo fuerte, corría a la salida y entonces veía al chico ya dentro de su auto, esperándolo. El mayor le hacía una seña con la mano, para que se apresure a subir. El omega cerraba la puerta de la habitación, caminaba rápidamente hasta el auto y abordaba el asiento del copiloto.
--Creí que me habías dejado... --le decía Taehyung en voz bajita, aún asustado.
--¿En serio crees que te dejaría ahí? --el alfa le depositaba un tierno beso en la mejilla y luego ponía en marcha el vehículo --Nunca haría algo así, Taehyung.
El menor solo asentía. Y es que quién podía culparlo. No tenía muchas personas valiosas en su vida y las que alguna vez tuvo, ya no estaban a su lado. Ese sentimiento de abandono ha ido persistiendo a lo largo de sus ya 21 años y era muy probable que persistiera hasta el fin de sus días.
--Te dejaré en tu casa --Namjoon interrumpía sus pensamientos y de nuevo lo miraba, asintiendo.
--Solo déjame a una cuadra y caminaré hasta ahí. --le indicaba el omega, puesto que no quería tener problemas otra vez.
--Está bien, solo avísame cuando estés en tu cuarto, ¿sí? --El castaño sabía la realidad de su novio y era por eso que mostraba un poco de preocupación al ver que eran las 10:23 de la noche y el omega aún no estaba en casa.
Finalmente, llegaban al lugar acordado y Taehyung se quitaba el cinturón de seguridad, tomaba su bolso y abría la puerta, pero su novio alcanzaba su mano y lo miraba. --Te quiero, ¿lo sabes? --le confesaba y la verdad es que el chico también lo quería, pero estaba preocupado.
--También te quiero, pero debo irme ya. --le constestaba, no sin antes darle un rápido beso en los labios para luego salir disparado hasta su casa.
Al llegar, notaba la casa en penumbras y suspiraba aliviado. Probablemente, Cho debía estar con sus amigos, jugando Go y apostando. Aún así, entraba sigiloso al lugar y cuando estaba llegando al pasillo que daba hacia su habitación la luz se encendía y aterrado giraba su cabeza y lo veía, sentado en el sofá con una botella de soju en su mano.
--¿Estas son horas de llegar, Taehyung? -la voz siniestra del alfa lo hacía estremecer.
--Lo-lo siento, se nos pasó la hora estudiando, pero el papá de Jimin me trajo. --le respondía con voz trémula. Jimin tampoco tenía padre, él vivía con su madre y hermana menor, pero Cho no lo sabía. Decir que el alfa lo asustaba, era poco. En realidad lo aterraba.
El alfa se ponía de pie y caminando a paso lento, llegaba hasta tener de frente al omega. Acercaba lentamente su mano hasta los cabellos azules del chico y lo jalaba, haciéndolo jadear de dolor.
--¿Crees que soy estúpido? ¿Crees que nací ayer? Estabas revolcándote con un alfa, con lo puta que eres no me extraña. --le susurraba al oído y Taehyung comenzaba a temblar aún más mientras silenciosas lágrimas caían por sus mejillas.
--T-te digo la v-verdad. Si quieres puedes llamarlo. --le entregaba su teléfono, sabiendo que el alfa siempre lo revisaba y por supuesto, este lo tomaba buscando el chat de kakaotalk en donde se encontraba la evidencia que su amigo y él ya habían fabricado. --¿Lo ves? N-no estoy mintiendo.
Cho le daba una última mirada, olía su ropa y su cuello sin encontrar rastros de olor ajeno, solo el del omega, palomitas de maíz de caramelo, y asentía. --bien. Sube a tu cuarto, no te quiero ver. --al fin lo soltaba y Taehyung no corría, si no que volaba a su cuarto y se encerraba con llave y todo, aún tembloroso.
Se acercaba a su cama y de entre su ropa tomaba su otro teléfono, el que su amigo le había obsequiado para su cumpleaños y enviaba dos mensajes, uno a Jimin y otro a su novio, anunciando que ya habia llegado a casa y que estaba todo bien.
Pero en realidad no lo estaba. Claro que no lo estaba, su vida, desde que su madre había muerto era una mierda, un verdadero infierno al lado de ese hombre y sus amigos.
Muchas veces había tenido que huir de ahí, a veces a mitad de la noche, descalzo, incluso en ropa interior, todo con tal de no ser golpeado o peor, abusado.
Se vestía con su tierno pijama de ositos, abría las cobijas de su cama y se acostaba abrazando entre lágrimas su almohada, ya en la mañana tomaría una ducha.
Se suponía que esa noche sería maravillosa, había compartido un esperado momento íntimo con su novio, pero incluso después de eso, se sentía vacío.
Finalmente, se dormía, soñando con el día en que pudiera abandonar ese lugar o mejor aún, con que su padrastro decida irse de su casa, anhelando el momento en que se pudiera sentir libre y feliz, porque no sabía lo que era la felicidad desde que la madre Luna había decidido llevarse a su mamá.
☔☔☔☔☔☔☔
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro