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(Not) Selected • || ChanBaek ||

Estatura: 1,74 m.
Peso: 58 kg.
Tipo de sangre: O.
Melanina cutánea: #dac1ab
Melanina craneal: #1c1301
Melanina ocular: #231101
Extensión fémur: 45,3031915 cm.
[...]

—Date la vuelta, por favor.

BaekHyun obedeció de inmediato y se volteó hacia la pared blanca. Por detrás suyo los hombres permanecieron en silencio y solo prosiguieron a tomar sus medidas; hombros, espalda, cintura, caderas... Sobre cada centímetro de su piel se posó la cinta de medición y posteriormente una serie de instrumentos médicos que buscaron averiguar el matiz de su tez y su porcentaje de producción de toxinas.

Se sintió nervioso al instante, con el corazón martilleándole intensamente dentro del pecho. Sabía perfectamente lo crucial que eran las medidas, el peso, las marcas en la piel... Absolutamente todo podía repercutirle de alguna manera, ya sea de forma positiva o negativa, y él se esforzó toda la vida para que su cuerpo le fuese un beneficio en El Selectivo, organización que para el año 14.087 se convirtió en algo así como una especie de "universidad" —término del cual solo quedaba constancia en la base de datos—, donde la belleza se tornó en el motivo de calificación y de posibilidad de éxito.

—Levanta los brazos. —El enfermero pasó las tibias manos en torno a su cuerpo, desde las axilas hasta los tobillos.

Luego el sujeto apretó unas cuantas teclas sobre la pantalla azulada que se proyectaba a su lado. Posteriormente el hombre se agachó a sus pies con la intención de tomar la medida de sus muslos y pantorrillas.

—¿Tienes frío, BaekHyun?

Prefirió negar con la cabeza, aunque su cuerpo empezaba a tener una serie de estremecimientos debido a que llevaba desnudo mucho tiempo.

—Estás listo. Puedes vestirte.

Se volteó y sonrió hacia el uniforme que dejaron sobre la camilla. Se sintió feliz consigo mismo por las letras bordadas sobre el lado izquierdo del pecho, las cuales le daban la bienvenida al Dormitorio D.

La D estaba muy cerca de la A, la cúspide de El Selectivo, donde solamente se alojaban los seres calificados como más hermosos y perfectos de lo poco que quedaba de humanidad.

—Por favor, sal de la habitación —dijo el médico una vez que se cambió—. Afuera te esperará uno de mis colegas. Él te llevará hacia los demás para que puedas formarte.

Asintió con fingida serenidad y caminó hasta la puerta para salir por esta, encontrándose de inmediato con un joven un poco más bajo que él, quien le hizo un gesto para que lo siguiera.

—Byun BaekHyun —llamó una vez ambos llegaron a la gran y luminosa sala donde se extendía la fila con sus numerosos compañeros—, ponte a la fila.

Obedeció y se puso detrás de un chico rubio, el cual le dio una hermosa sonrisa cuando llegó a su lado. BaekHyun se mantuvo serio e hizo un asentimiento de cabeza a modo de saludo. Bajó la mirada, encontrándose así con la camiseta que le exigían usar con la D bordada en el lado izquierdo superior. De tan solo verla sonrió.

Su nueva habitación era blanca y solo tenía dos escritorios junto a otras dos camas individuales con su respectivas mantas de color gris, una para él y una para LuHan, aquel chico que estuvo delante de él en la cola. Su nuevo compañero era simpático y fue una tremenda suerte compartir habitación con él en vez de estar con el pesado chico pelirrojo que estuvo por detrás suyo en la fila.

—Por favor, salgan de sus habitaciones y diríjanse al Salón B para hacer la nueva inscripción.

LuHan dejó de hacer sus deberes de estudio espistemológico sobre el empirismo del conocimiento abstracto y él se levantó de su cama, en la cual decidió tomar una breve siesta antes de que empezar con su curso de cocina ornamental.

Llevaban cerca de un mes haciendo lo mismo. Salían por lo menos una vez al día para formar la extensa fila en la que él alguna vez fue nuevo. Se quedan ahí quietos mientras esperan que se unieran más y más hombres a lo largo de la cola, todos con la esperanza de que alguien se detuviese en ellos y los sacase de ahí con la promesa de una vida mejor.

—Odio esto —susurró LuHan, quien se giró ligeramente. BaekHyun soltó una pequeña risa a pesar de que no debería.

Uno detrás de otro se formaron a lo ancho y largo del Salón B. Las manos permanecían inertes a los costados mientras se mantenían las piernas en una posición relativamente cómoda. Nadie se podía voltear o conversar con nadie, por lo que no se escuchaba nada más que la voz mecánica que salía por los distintos parlantes que se encontraban en la habitación. Era tan aburrido que BaekHyun solo se entretuvo contando las raíces oscuras que se escondían en el pelo rubio de LuHan.

—El vicepresidente Park. —BaekHyun, asustado, desvió la cabeza del cabello de su compañero cuando escuchó su murmuro.

LuHan era más alto que él y BaekHyun lo odió, porque le cubrió la visual y no pudo ver la entrada del salón. No entendió exactamente a qué se refirió su amigo hasta que vio al hombre ahí, a unos siete compañeros por delante de él. Se paró derecho, con las manos y las piernas separadas, tal cual como indicaba el protocolo.

El vicepresidente Park era la segunda persona con más poder en El Selectivo, por ende, era una especie de monarca en el planeta. LuHan se lo dejó bien claro el primer día que se conocieron. Así como decían, Park ChanYeol era un joven guapo y elegante, al cual le sentaba increíble el traje azul marino a la medida que portaba ese día. BaekHyun maldijo el no poder dejar de mirarlo, porque fue precisamente por eso que tuvo dolor de cuello al girar la cabeza tan rápido al notar al contrario a tres chicos por delante de él. Respiró con dificultad cuando estuvo a su lado, sabiendo que se tardó un poco más del tiempo normal en analizarlo.

—¿Qué hace este chico aquí? —BaekHyun pestañeó unas cuantas veces y miró de reojo a su derecha, dándose cuenta que en realidad el vicepresidente no le habló a él, sino a uno de los guardias que lo acompañaban.

—Fue catalogado aquí, señor. No creo que estén equivocados.

El señor Park frunció el ceño mientras miraba a BaekHyun, descontento por lo que dijo su empleado.

—Llama al doctor Do. Este chico está mal posicionado.

BaekHyun sintió una opresión en el pecho y le faltó el aire. Miró de reojo como la mano derecha de LuHan se retorció con nerviosismo, en un gesto que parecía decirle que aquello no era normal.

—Voltéate hacia mí y dime tu nombre. —BaekHyun tuvo que girar la cabeza para corroborar que le hablaron a él. Se volteó con nerviosismo y quedó frente al contrario, aunque no le dirigió en ningún momento la mirada—. Tu nombre.

—B-Byun BaekHyun —se apresuró en contestar, titubeando al hablar.

—Voltéate tú también. —BaekHyun se sorprendió cuando vio a LuHan girarse con agilidad hacia el vicepresidente—. Joven Byun, por favor, mire con atención.

El hombre se hizo a un lado, dejado así que viese su propio reflejo y el de LuHan en el espejo, el cual cubría todo el perímetro del Salón B. En realidad, cubría gran parte del edificio a exceptuar de las habitaciones y algunos pasillos. Después de todo, la organización valoraba la belleza física, la carne, y era lógico que repitiesen en todos lados lo importante que era el cómo se viesen.

—Hay una gran diferencia entre este cuerpo y el suyo, ¿lo entiende? —Vio a través del espejo la pequeñísima mueca molesta que hizo LuHan con los labios y miró su cuerpo, por supuesto.

BaekHyun se preparó arduamente para eso, para llegar a una buena posición dentro de El Selectivo. Sus manos, su pelo, su producción hormonal, su todo está puesto ahí. Si conseguía llegar a una buena posición obtendría una buena vida, era así de fácil. Entre más atrás estuviese, más difícil sería.

—Observe con atención, Byun. —Continuó mirando a través del espejo su cuerpo y el de su compañero, quien se mantuvo muy quieto y con la mirada seria—. Mire su pelo y el de él, los ojos, la estatura, el cuerpo. ¿Es necesario que ambos se saquen la camiseta para seguir comparando?

BaekHyun inmediatamente se cubrió el cuerpo con un cruce de brazos, sabiendo de antemano lo escultural que era el cuerpo de LuHan. Se suponía que ambos debían ser equivalentes en belleza, proporcionalidad e incluso porcentaje de grasa, pero francamente no era así, LuHan estaba más por rozar el Dormitorio C y él el E.

El señor Park le dio una media sonrisa, una de esas burlonas que le restregó en la cara que ganó y que haría todo a su gusto, aunque BaekHyun no dudaba de ello.

—¿Me llamó, vicepresidente Park?

El aludido se volteó hacia el bajo doctor que se acercó a ellos. BaekHyun ya lo conocía, era el doctor que lo revisaba a él cada dos días para examinar su producción hormonal y barajar la posibilidad de inyectarle despigmentación en el iris, que era la nueva tendencia.

—Me parece que sus médicos se equivocaron con este chico.

El más bajo frunció el ceño y se giró a mirarlo, pronunciándose aún más su expresión cuando lo reconoció.

—Él está perfectamente bien aquí donde está —contestó el doctor Do con voz tensa.

—Pues a mí no me parece bien. Cámbienlo de dormitorio.

El médico apretó los dientes con fuerza y miró hacia otro lado, evitando encontrarse con ese dominio irrefutable y la expresión burlona del más alto.

—Está bien, señor Park. Lo haremos como usted lo estime conveniente.

El vicepresidente sonrió aún más cuando BaekHyun fue sacado de la fila por medio de gestos del joven médico, poniéndolo tenso de inmediato porque el salón era inmenso, habían cientos de personas ahí y todas estaban en completo silencio para ver cómo uno de los hombres más importantes del mundo le destrozaba la vida a un chiquillo sin gracia.

—Lo siento, BaekHyun —susurró el doctor una vez que ambos caminaron por el silencioso pasillo, teniendo solo al señor Park por delante de ellos y a los guardias de este caminando a sus costados.

No contestó y bajó la cabeza mientras miraba sus pies avanzar por el corredor iluminado por las luces blancas. Era enfermizo ver tanto blanco, tanta pulcritud.

—Llévalo al Dormitorio K.

—¡¿Ah?! —El grito del doctor los detuvo a todos—. ¡¿Estás loco?!

BaekHyun abrió los ojos, sorprendido por la confianza del profesional. El más alto alternó la mirada entre él y el médico, claramente incómodo por la falta de seriedad del otro.

—Estamos trabajando, KyungSoo. Tenme respeto.

—Yeol, ¿de qué hablas? —preguntó KyungSoo, ignorando completamente al contrario—. ¿Cómo te atreves a enviar a BaekHyun a un dormitorio tan bajo? Está mucho mejor calificación que los chicos del Dormitorio K. Tiene fertilidad del 85%, ensanchamiento de la cresta iliaca de unos 2 centímetros, aumento del 3,5% de producción de feniletilamina...

—En mi idioma —exigió el vicepresidente con el rostro serio y los brazos cruzados frente al pecho.

El doctor resopló—. Tiene las caderas anchas y suele excitarse con facilidad.

Sin poder evitarlo se giró a mirar al médico con los ojos amplios y sintió sus mejillas sonrojarse. No supo ni por qué le sorprendió, después de todo, la belleza debía traer consigo factibilidad y aquello se enlazaba con lo sexual, era eso lo único que le importaba a la especie humana.

—¿Y a mí qué con sus caderas? No es guapo, así que no me sirve.

BaekHyun agachó la cabeza y se mordió el labio inferior para controlar sus impulsos. Sus dos superiores hablaban de él frente a sus narices, pero no podía hacer nada más que callar y acatar órdenes.

—Yeol, no digas estupideces. Sabes que El Selectivo no va solo a criterio tuyo, es por eso que me tienes a mí y a todo el equipo detrás.

El aludido soltó un suspiro y metió ambas manos en los bolsillos de sus pantalones con aires relajados.

—Lo sé, KyungSoo. Siempre me mantengo al margen de las decisiones propias de El Selectivo, pero ahora mismo no estoy de acuerdo con que él esté en el Dormitorio D.

BaekHyun miró detenidamente al vicepresidente por debajo de sus pestañas y frunció el ceño con preocupación en el proceso. Por mucho que lo pensase, no entendió por qué el hombre se empeñaba en ponerlo en un grupo tan bajo, podría ser que estar en el Dormitorio D fuese mucha suerte para él, pero estar en el K perjudicaba por completo su desarrollo y su atractivo para el cliente.

—Señor, no creo que sea adecuada su decisión. —Esas fueron las primeras palabras de BaekHyun en la conversación, ganándose de inmediato una mirada alarmante de KyungSoo y un ceño fruncido por parte de ChanYeol.

—¿Cuándo te di permiso para abrir la boca?

—Yeol...

—No tienes ningún derecho a opinar, BaekHyun. —El más alto puso ambas manos en su caderas y se le acercó de forma intimidante—. KyungSoo, cambié de idea. Trasládalo al Dormitorio X.

La boca de BaekHyun se abrió vergonzosamente debido al impacto que tuvieron las palabras de ChanYeol. El más alto retomó el camino con calma y él se arrugó la nariz en una clara expresión de disgusto.

—¿Quién se cree...?

—Baek —interrumpió KyungSoo con un agarre por el codo—, no sacas nada en irte contra él. Aún tienes opciones de quedar peor.

Apretó los dientes con fuerza y se contuvo lo más que pudo para no salir corriendo por el pasillo y tirarse sobre la ancha espalda del hombre para así botarlo y que se diese un buen golpe en la cara. BaekHyun no debía pensar en esas cosas, aunque sí lo hizo y por cerca de dos meses, dos horribles meses en los que tuvo que soportar la mala comida del comedor que compartían los últimos cincos dormitorios, el tener que dormir en una habitación con otros nueve chicos más y ni hablar de lo que ellos intentaban hacerle, porque no solo hubieron bruscos empujones o absurdas bromas que lo dejaban sin comer, sino que fue la intimidación, aquellas ásperas manos que tocaban su espalda mientras se duchaba, las cuales intentaban bajar cada vez más y más... Quizás esa fue una de las razones por las que empezó a pensar de manera distinta. Ahora no estaba LuHan, sino que era solo él, porque nadie tenía ninguna intención de acercársele para algo más que no fuese tocarlo de manera indecente o burlarse del odio que le tenía el señor Park por poner "una cara bonita" entre ellos.

—BaekHyun, puedes pasar.

Se levantó de su asiento y afirmó la hoja con firmeza, arrugando esta de paso. Una vez que abrió la puerta se encontró de inmediato con JongIn, el guardia que estaba encargado de los últimos dormitorio, aunque este no era el único en la habitación como estimó. Agachó la cabeza a modo de saludo y con pasos tímidos se acercó al escritorio del moreno, dejando la hoja expuesta sobre el mueble.

—¿Qué te sucedió en la cara?

BaekHyun agachó aún más la cabeza en un intento inútil por esconder su rostro, el cual se teñía con distintas tonalidades de rosado y morado. Se mantuvo en silencio y en la misma postura, porque sabía de antemano que el hombre alto que tenía las manos en las caderas lo examinaba minuciosamente mientras mantenía su ceño fruncido. JongIn suspiró al darse cuenta que no recibiría respuesta de él.

—¿No me dirás qué sucedió ahora?

BaekHyun levantó la cabeza para mirar a JongIn, pero se encontró de inmediato con la mirada de vicepresidente, provocando que volviese a cohibirse, tímido y avergonzado. Ese hombre tenía el poder suficiente como para sacarlo de El Selectivo si se lo proponía y si ya era lo suficientemente malo estar en un dormitorio tan bajo no quería ni imaginarse qué haría afuera en ese maldito apocalipsis.

—Permiso. —Hizo un último asentimiento en el intento de despedirse, pero la voz de JongIn lo detuvo.

—Dame ese papel que tienes debajo de la manga de tu camiseta, BaekHyun.

Se volteó asustado y no pudo evitar dirigirle una mirada al vicepresidente, quien seguía mirándolo con el ceño fruncido, cuestionándolo en cada movimiento. Se sonrojó al ser descubierto y se encaminó a paso rápido al escritorio de JongIn para dejar la hoja sobre el pedazo de madera y, para su sorpresa, esta fue rápidamente tomada por la gran mano de ChanYeol. El sujeto la leyó en silencio y BaekHyun saltó hacia él para arrebatarle el papel. Estaba sonrojado porque ni siquiera debía moverse en presencia del tipo ese. Le tenía un miedo atroz.

—¿Intentaron...?

Hizo una última venia con rapidez y salió de la oficina sin esperar que el más alto terminara de formular su pregunta. ChanYeol frunció aún más el ceño y se giró hacia JongIn una vez que el Seleccionado (SL)* salió de la habitación.

—¿Qué fue eso?

JongIn suspiró sin mucho humor ante su pregunta y procedió a leer el papel.

—ChanYeol, ¿por qué no haces algo respecto a esto?

Se sentó en la silla que estaba delante del escritorio del moreno y recibió las dos hojas que llevó BaekHyun ese día, aunque estas no eran las únicas, porque JongIn se las arregló para sacar unos cuantos papeles más de los cajones que estaban por debajo del escritorio.

—¿Qué es esto? —preguntó y le echó una rápida ojeada al documento.

—Son reclamos de KyungSoo, algunos otros médicos y personal de guardia.

—¿Por qué hay tanta gente quejándose? —ChanYeol tomó con urgencia uno de los papeles y JongIn se echó hacia atrás sobre su silla giratoria.

—Será mejor que leas esta que acaba de entregar BaekHyun, es la único que escribió hasta el momento.

ChanYeol tomó el papel que le tendió JongIn para empezar a leerlo:

Sé que no debería hacer este tipo de cosas, pero el doctor Do me convenció dado que la situación, según él, pasó a mayores. También sé que algunos compañeros del doctor Do hablaron de este tema con usted, al igual que algunos de sus propios compañeros. Por favor, no malentienda mi conocimiento sobre esto, lo sé porque ellos hablaron conmigo. Es por eso que no voy a entrar en muchos detalles e iré directo al punto: Estoy presentando una queja.

No creo que sea adecuado pedir una revaluación. Sé que no lo harán, ya que mi degradación fue a petición del vicepresidente Park. Solo pido que tengan un poco más de cuidado y vigilancia en mi área. Los acosos se hicieron más insistentes y la situación colmó cuando mis compañeros me rompieron una costilla.

Espero que tenga comprensión y busque una solución.

SL-BBH.

—¿Qué quiere decir esto?

JongIn gruñó.

—Intentan abusar de BaekHyun, lo golpean y humillan. Hace poco le rompieron una costilla, KyungSoo me lo dijo. —ChanYeol fijó su vista en el moreno, abrumado—. No sé qué más harás, pero mantenerlo vigilado de vez en cuando no bastará. Incluso los mismos guardias lo han tocado.

—Hey... —empezó con la mirada fija en la hoja que hace un momento leyó—. No estoy para juegos. No debe ser tan grave.

JongIn soltó una pequeña risilla sarcástica.

—¿No me crees? BaekHyun es atractivo, todos quieren tirársele encima. —El guardia bufó—. Esa es una de las malditas razones por las que son separados en grados.

ChanYeol se mantuvo callado, porque no supo qué responder. Sabía que no debía importarle, tan solo era un chico más entre los miles que habitaban y pasaban por El Selectivo. Como hijo del anterior economista a cargo sabía que la organización no era más que una compra y venta de bienes, invertían en cada uno de los jóvenes que postulaban, anhelantes, para ingresar a El Selectivo y ellos se encargaban de evaluarlos y dejarlos lo más decentes posible para revenderlos. La gran economía estaba en lo alto de la pirámide, por supuesto, desde el Dormitorio F hacia arriba, no con el X, por lo que ese chiquillo debería importarle bien poco.

Removió incómodo sus propios pies y suspiró—. ¿Desde cuándo?

—¿Desde cuándo qué? —preguntó enfadado el otro.

—¿Desde cuándo lo tocan... así?

JongIn hizo una mueca con los labios y agrupó los papeles, entregándoselos finalmente.

—No lo sé, pero deberías arreglar esto de inmediato.

ChanYeol no quería ayudarlo. Sentía que era su culpa y así parecía ser, dado que fue él quien lo envió a un dormitorio tan bajo cuando BaekHyun claramente no pertenecía a un grupo inferior al G. Sin embargo, en su momento se pasó los protocolos y estamentos por el culo, porque no le gustó esa mirada desafiante que le dio el otro, como si tuviese dentro una fiera dispuesta a saltarle encima y a él nadie le saltaba encima si así no quería.

De igual forma, terminó pensando mucho en ello. Después de todo, era conocido como alguien desagradable, pero tampoco era idiota y sabía que había que hacer las inversiones correctas en los cuerpos correctos. Inclusive el tema llegó a tal grado de importancia que hasta su mismo padre interrumpió en su oficina para soltarle un regaño no solo respecto a su mala elección matemática y económica, sino también por los problemas que generó entre el personal de El Selectivo, porque todos parecieron encariñarse con Byun BaekHyun. Todo ello, más un KyungSoo bastante molesto gritándole y tirándole papeles de exámenes químicos a la cara, lo hizo llamar al SL del Dormitorio X a su oficina esa mañana. El día anterior ChanYeol soñó con cosas malas, horribles pesadillas se instauraron en su mente, las cuales tenían que ver con un BaekHyun demasiado desprotegido para su salud mental y, al despertar, notó lo acelerado de su corazón y se dio cuenta que aquello no tenía que ver netamente con estadísticas ni con las habladuría de la gente.

—Disculpe, señor. —Levantó la cabeza hacia la puerta para encontrarse con su asistente—. El SL del Dormitorio X ya está aquí y lo espera fuera.

—Hazlo pasar.

ChanYeol se levantó de su gran silla giratoria y se acomodó el traje en espera de BaekHyun. A pesar de que intentó mostrar un aire relajado para arreglar los inconvenientes que tenía con el chico, sintió de todo menos alivio cuando el otro entró a la oficina. Su uniforme blanco estaba limpio, como siempre lo portaba, aunque el contrario no se veía para nada pulcro como su vestimenta. BaekHyun tenía el rostro de tantas tonalidades que a ChanYeol le asustó, no porque se viese desagradable, sino porque esa era una clara evidencia de que el problema ameritaba atención y que era su culpa, tanto por ser el causante como por aplazar la intervención y llevar la situación hasta ese extremo.

—¿Estás bien? —BaekHyun unió ambas manos como indicaba el protocolo y se quedó de pie con la cabeza gacha—. Toma asiento.

—No quiero molestarlo, así que preferiría que me dijese rápido lo que me tiene que decir.

ChanYeol se dejó caer en su asiento un poco impactado por ese tono tosco, agobiado y cansado, como si estuviese al límite de gritar, dar patadas y largarse a llorar.

BaekHyun no se movió de su sitio y solo esperó por alguna orden suya, pero él no dejó de observarlo, notando así su labio inferior magullado, lo único que llegó a ver porque el contrario se negaba a levantar la cabeza.

—BaekHyun, creo que las cosas no están muy bien, especialmente contigo.

El aludido lo miró y frunció el ceño—. ¿Qué quiere decir?

ChanYeol tomó bastante aire para cuando lo vio directamente. JongIn no le mintió, de verdad recurrieron a la fuerza física con él y eso se notó demasiado en su fino rostro.

Se levantó de su asiento con ambas manos en las caderas y lo miró fijamente. El muchacho que estaba delante de él no se comparaba para nada con aquel que envió hace unos meses al Dormitorio X. ChanYeol se lamentó tanto por ello... Nunca debió descenderlo, no había ninguna razón justa más allá de ese choque brutal que le dio a su ego cuando le respondió.

—¿Puedes desvestirte, por favor? Quiero verte. —En seguida se pronunció el ceño fruncido en BaekHyun y este se llevó ambas manos al pecho a la vez que arrugaba la camiseta blanca—. No te asustes. Solo quiero ver tus heridas.

BaekHyun agachó la cabeza y miró hacia otro lado. Lo primero que se sacó fue la camiseta, mostrando la gasa blanca que cubría su torso.

—Es por mi costilla —explicó el contrario al ver su ceño fruncido.

—¿Ese tema ya se solucionó? —ChanYeol volvió a su escritorio y tomó la ficha médica del SL para empezar a leerla en silencio.

—Aún no me trato. —ChanYeol de inmediato levantó la cabeza para mirarlo—. Ya sabe, como estoy en el Dormitorio X me aplazan... Sin embargo, no hay de qué preocuparse, estoy en la lista de espera.

El vicepresidente dejó escapar todo el aire que estuvo conteniendo en un soplido y cuando se recuperó se apresuró en tomar su celular y llamar a su amigo.

Vicepresidente Park, no estoy de humor ahora mismo —se mofó en un gruñido KyungSoo desde el otro lado del aparato—. ¿Qué mierda quieres?

—¿Qué tan grave está BaekHyun?

—¿Ah? —El otro se mantuvo unos segundos en silencio antes de volver a hablar—: ¿Por qué preguntas por BaekHyun?

—Solo contéstame —gruñó en un susurro.

Tiene una costilla rota. No hay peligro de que cause algún daño mayor, pero a BaekHyun debe dolerle como la mierda. Ahora mismo está en lista de espera. Es probable que para la próxima semana se pueda operar...

—¿Por qué aún no lo has operado tú? —interrumpió con la voz ronca, enfadado.

No puedo hacer eso, Yeol. Me rijo por un reglamento, el mismo que tú ayudas a establecer y revisas todos los años, por cierto.

Se quedó en silencio y apoyó la mano abierta sobre el escritorio mientras intentaba buscar una alternativa, sin embargo, no la encontró.

—Opéralo hoy en la noche.

—¡¿Estás loco?!

—Solo hazme caso.

No puedo hacerlo, Yeol. Va en contra de cualquier ley y yo ya estoy lo suficientemente viejo como para operarme la cara con la finalidad de gustarle a un depravado.

—Lo harás hoy, ¿bien? —Se tomó un tiempo para tranquilizarse y se levantó del escritorio. Puso una mano en su cadera y le dio la espalda a BaekHyun—. Prepara todo para él. —Cortó la llamada y deslizó el celular sobre el escritorio de madera. Volvió la mirada hacia el chico—. ¿Por qué aún no te desnudas?

A BaekHyun le recorrió un leve estremecimiento, pero aun así continuó desvistiéndose, quedando solo en ropa interior. ChanYeol tuvo que apretar los dientes cuando lo vio. El chico miró el suelo y mantuvo una de sus manos afirmándose al codo del brazo contrario. Él arrugó el entrecejo y se acercó a su escritorio para seleccionar la ficha de BaekHyun.

—Súbete a la pesa. —Apuntó el objeto que estaba apegado a una de las paredes de la habitación y el chico caminó hacia ella.

ChanYeol se acercó para ver finalmente el dígito y lo comparó con el que estaba en la pantalla digital.

—¿Por qué bajaste tanto de peso? —BaekHyun se abrazó a sí mismo y miró hacia otro lado—.  Sácate la venda.

El más bajo elevó ambas cejas, sorprendido. Sin embargo, aceptó soltarse la tela. Para el vicepresidente Park fue una gran sorpresa encontrarse con el torso del contrario, tanto así que tuvo que acercarse para tocarlo él mismo, y no fue por el gran hematoma que teñía su costado derecho, sino también por la marcación de los huesos. Pasó las llemas con cuidado por sobre las marcadas costillas del contrario, recorriendolas lentamente y sintiendo cada relieve.

—¿No comes bien?

BaekHyun no le contestó, lo que lo llevó a levantar la cabeza, aunque otra vez el chico esquivó su mirada, sin embargo, ChanYeol se encontró con sus ojos.

—Decidí que quiero cuidar más mi cuerpo. —Frunció el ceño y esperó a que el chico terminara—. Además, la comida del comedor es asquerosa.

—Pero esto no es cuidar tu cuerpo, BaekHyun. No te ves sano. —El aludido miró hacia otro lado, incómodo—. ¿KyungSoo no te regañó por bajar tanto de peso?

—El doctor Do ya no es mi médico rutinario.

—¿Qué? ¿Por qué te cambiaron de doctor?

—Me trasladaron de dormitorio, señor. —ChanYeol sintió una opresión en el pecho y se encontró con la mirada intensa que le dirigió el contrario—. Es una pena que tenga tan bien controlado los dormitorios superiores, pero que a los inferiores no le eche ni un vistazo.

Se quedó callado porque no supo cómo contraatacar, aunque tampoco quizo hacerlo.

—Volvamos al tema importante, BaekHyun. —ChanYeol arrugó el entrecejo, se acercó a su escritorio para apoyar el trasero en él y se cruzó de brazos—. ¿Por qué bajaste tanto de peso?

—Ya le dije que es porque trato de cuidar mi cuerpo...

—Y yo también te dije que no te ves sano, BaekHyun. No te ves bien.

—¿Ahora resulta que estoy muy delgado? —ChanYeol volvió a sentirse incómodo. BaekHyun sonó de manera extraña, como si le costase formular las palabras, como si quisiese llorar—. ¿Eso significa que me trasladará de nuevo? ¿Me degradará al Dormitorio Z?

—¿Lo hiciste por mí? —susurró sin poder creérselo. De inmediato BaekHyun se apresuró en ponerse los pantalones junto con la camiseta—. No debiste hacerlo por mí, BaekHyun...

—¡Entonces, ¿qué mierda esperas que haga?! ¡Tengo que gustarte de alguna puta manera para volver a ascender! —El más bajo tuvo que tomarse un tiempo para controlar su respiración debido a tanto griterío. Sabía que la cagaba, maldición, estaba tan cerca por arruinarlo aún más—. ChanYeol, esto es todo para mí, me crié para esto y me esforcé para tener una buena calificación. Estuvo bien sacarme de mi ensueño por estar en un dormitorio demasiado alto, pero el que me degradases a uno tan bajo solo porque a ti no te gustase... —BaekHyun calló y llevó ambas manos a su rostro para cubrírselo, dejando escapar unos lijeros jadeos mientras el estremecimiento se hacía presente en su cuerpo.

ChanYeol fue criado con mano dura, pero con amor al fin y al cabo. Le dolió verlo así, especialmente porque era su culpa y eso no podía dejar de repetírselo.

Se acercó al otro y no dudó en sacarse la chaqueta del traje para ponérsela al contrario sobre los hombros, pasando después ambos brazos por alrededor del chico. No estaba para nada acostumbrado a abrazar. El tacto con satisfacción bi-direccional no era común, para decir, además, que ni siquiera era bien visto. Agregando a ello, nunca antes estuvo en contacto con una figura como esa, donde sentía que la persona que tenía entre los brazos desaparecería, la rompería. BaekHyun era tan pequeño y delgado, tan diferente a su propio cuerpo, que se le era casi imposible abrazarlo con fuerza por temor a hacerle daño.

—Siento mucho faltarle el respeto, vicepresidente Park. —ChanYeol apegó su nariz al cabello del contrario luego de encontrarse con la voz llorosa del chico.

Se alejó de él con lentitud, lo tomó de la mano para llevarlo a uno de los sofás de la habitación y lo sentó ahí para ir hacia su teléfono, el cual quedó sobre el escritorio. Hizo una rápida llamada para pedir un té mientras miraba a BaekHyun con las cejas alzadas, preguntándole si gustaba de aquel que pidió para él. Por suerte, el chico asintió, así que el líquido caliente no tardó nada en estar entre sus manos. ChanYeol se sentó a su lado y desabotonó los dos primeros botones de la camisa para verse más relajado, un poco más joven quizás, y así darle una imagen más accesible y simpática a BaekHyun. Deseó mostrarle un poco de la persona que él solía ser, una imagen más allá del "vicepresidente Park".

—Lamento todo esto —susurró sincero. El más bajo bordeó la taza con sus delicadas manos—. Fue estúpido degradarte. Ni siquiera sé por qué lo hice.

—Quizás simplemente no le gusto —murmuró el contrario sin mirarlo, más bien perdido en el líquido caliente que tenía entre las manos.

Miró sus propios pies recubierto por los zapatos costosos y se lo pensó seriamente.

—Es verdad que cuando te vi consideré que estabas en un Dormitorio muy alto. —El contrario hizo una mueca, aunque no pareció realmente sorprendido por sus palabras—. Sin embargo, no me hubiese detenido mucho en ello si no estuviese LuHan ahí.

El contrario frunció el ceño—. ¿LuHan?

—Bueno. En realidad, yo... —Tomó aire profundamente al sentirse intranquilo—. Lo hice por él, en realidad. —BaekHyun frunció el ceño con confusión y ChanYeol se enderezó para intentar explicarse, aunque por alguna razón se puso bastante nervioso—. M-Mi intención nunca fue perjudicarte a ti, solo quería alabar un poco a LuHan en frente de uno de mis guardias y mientras buscaba al chico te encontré a ti.

—¿Por qué... ?

—A LuHan le gusta el guardia que me acompañó ese día. No tenía nada contra ti, simplemente estabas ahí y eras distinto a LuHan, pensé que si los comparaba lograría...

—Pero ¿por qué me descendió de Dormitorio? —interrumpió el contrario en un susurro, impactado por la información.

—Ciertamente, me llamó la atensión tu gama de melanina. —Le dio una sonrisa incómoda—. Deduzco que sabes lo importante que son las tonalidades.

BaekHyun miró el suelo pensativo y asintió sin muchas ganas—. Siendo así, ¿por que me designaron el Dormitorio D en un inicio?

—Puede que fuese precisamente por lo que mencionó el doctor Do. —Al ver la expresión extraña del contrario formó una sonrisa—. Tus atributos, aquello que te hicieron quedar en el Dormitorio D en primer lugar, pudieron ser aquellos que directamente no se ven. De hecho, puede que fuesen mucho más allá del límite, porque te dejaron ingresar aún teniendo un color natural de cabello tan oscuro.

Sabía perfectamente que no tenía que verse afectado ni mucho menos, pero no pudo evitar sentirse mal cuando el chico a su lado se tocó su propio pelo de manera distraída, de seguro sintiéndose aludido de inmediato.

—No alcancé a empezar con el proceso de despigmentación antes de que me tocase mi turno de postular. No obstante, sí es cierto que invertí más en mi química.

Asintió al comprender un poco más las cosas y no pudo evitar sonreír al sentirse mucho más aliviado, de seguro porque por fin podía tener una conversación medianamente normal con BaekHyun sin que los sentimientos negativos abrumasen.

—De igual forma, mi intención no fue degradarte tanto. Pensé en el Dormitorio K porque es acogedor y te asemejabas más a los chicos que hay en esa área, considerando que ignoraba tu ficha médica. Sin embargo, luego me contradeciciste y no suelen contradecirme, cariño. Me sentí como en un desafío y terminé por descenderte demasiado.

BaekHyun abrió levemente la boca, totalmente sorprendido—. Me dijiste 'cariño'.

—¿Eso fue lo único que escuchaste? —preguntó ChanYeol sin mirarlo y asomó una media sonrisa, ligeramente enternecido por la situación y aliviado de que no discutiesen.

ChanYeol no era muy fanático de fijarse en los SL a pesar de que se pasaba prácticamente todos los días en el edificio y lo recorría seguido. Tuvo la oportunidad de ver a distintos hombres ahí dentro, pero nunca se sintió realmente afectado por ninguno, al menos hasta ese momento. Se equivocó varias veces y en distintas cosas, ya sea en nimiedades como con asuntos más serios y legales. Solía arreglárselas y generalmente se libraba de las cosas en unos pocos meses, pero hasta ese momento no supo cómo actuar. Sentía entre una mezcla de arrepentimiento, inquietud y desasosiego al ver los delgados dedos de BaekHyun temblar al sostener la taza a su lado, con las heridas apenas cubiertas por las cicatrices. Inevitablemente pensó en las marcas, en lo que habría después, cuando la correspondiente costra cayese y quedase la cicatriz. La primera vez que vio al joven este no tenía ninguna marca en las manos y probablemente no fue sino hasta ese momento que realmente estimó la repercusión de sus acciones en el otro.

—Debo irme, señor Park. Tengo clases.

—Lo solucionaré —aseguró y se puso de pie al ver al otro haciéndolo.

El contrario, quien empezó a acomodar sus ropas, se detuvo con una expresión de extrañeza.

—¿A qué se refiere?

—Te trasladaré nuevamente al Dormitorio D. —Caminó a su escritorio con convicción y BaekHyun le dio una sonrisa extraña, como si no le creyese.

—Ya no tengo manera de ascender tan alto, señor, ni siquiera alcanzaría el Dormitorio P. ¿Me ha visto? —Alzó la mirada para encontrarse con el pecho desnudo del contrario, con la venda cubriéndole nuevamente el torso y la camiseta con la X bordada entre las manos—. Tengo cicatrices de más de 10 cm de largo, mi metabolismo y sistema inmunológico cambiaron bruscamente, por lo que ya no tengo la misma química que antes tampoco. —El chico se encogió de hombros mientras sonreía, pero pareció realmente destrozado—. Esta vez sí ve lo que soy. Ya no tengo nada que ofrecer, así que puede que ahora el Dormitorio X sí sea para mí. —El contrario se puso la camiseta—. Dudo que alguien quiera comprarme.

ChanYeol por supuesto que sabía todo eso, sin embargo, nadie se lo dijo directamente hasta ese momento. Debería importarle poco, después de todo, estaba ahí para hacer negocios y no caridad, pero no pudo quitarse de encima la pesadumbre que sintió porque fue su culpa. Trasladó a BaekHyun a un dormitorio más bajo de puro capricho y terminó convirtiendo semejante joya en un chico digno del Dormitorio X.

—Prometo que lo recompensaré. —BaekHyun, en respuesta, solo negó sin darle importancia a sus palabras y él se apresuró en llegar a un lado del chico cuando lo vio listo para irse—. Te acompañaré hasta tu habitación.

BaekHyun pareció aturdido a su lado y lo miró mientras parpadeaba unas cuantas veces. ChanYeol le indicó la puerta y el contrario solo se acercó a ella luego de que él lo hiciese.

—Oh, su chaqueta. —El joven se apresuró en entregarle la prenda que él le prestó hace unos minutos.

—Quédatela.

—No... —susurró el otro casi sin aire, probablemente porque se encontraban cerca.

No sé incómodo y solo se echó hacia atrás mientras suspiraba. Recibió la chaqueta que le tendió el otro, pero terminó dejándola sobre el sofá porque tuvo la idea extraña de que si no la tenía el otro entonces él tampoco. No obstante, casi se llevó un resoplido por parte del castaño y hasta le pareció cómico que el otro pareciese regañarlo con la mirada.

BaekHyun miró a su superior de reojo y apretó los labios antes de caminar hacia la puerta de la oficina, decidiendo que no podía estar mucho más tiempo allí. No se sintió bien, ni física ni psicológicamente. Llevaba unos meses de mierda, con acoso, golpes y una oleada de desaires que no le daban ánimos de nada. De hecho, le resultaba hasta idiota y humillante plantarse delante del vicepresidente Park así como se veía, pero el hombre lo llamó y él debía chuparle los testículos si el tipo lo quería, muy a su pesar.

Se inclinó hacia el otro en una reverencia para despedirlo, más por obligación que por anhelo propio, ya que deseó deshacerse de él. No obstante, el tipo se mantuvo a su lado con las manos en los bolsillos de los pantalones y un aire más relajado, justo frente a las grandes puertas que daban ingreso a su oficina.

—Te acompañaré.

Elevó una ceja y formó una mueca mientras miraba al otro, quien rio por lo bajo al ver su reacción, aparentemente enternecido. Sin embargo, BaekHyun no estaba para ello, de verdad tenía clase dentro de unos minutos y, como llevaba tanto tiempo de pie, le dolía la herida que tenía en una de sus pantorrillas.

—No es necesario, señor.

Dio una sonrisa incómoda y se inclino a modo de despedida antes de caminar por el pasillo en dirección a su dormitorio. Sabía que no podía moverse antes de que el otro lo hiciese, pero no estaría toda la vida ahí de pie cuando le pesaba tanto el cuerpo.

—¡Espérame!

Apretó los labios y suspiró, gesto que, por suerte, realizó antes de que el otro se plantase a su lado, por lo que no corrió peligro de ningún modo. Sin embargo, se sintió amenazado por ese cuerpo ancho que caminó junto a él.

—¿Cuáles son tus intereses?

Descolocado se detuvo y se giró a mirar al contrario, quien le sonrió, casi como si se sintiese tan nervioso como él por su pregunta. Tomó aire y volvió a retomar su andar con incomodidad.

—Prefiero omitirlo.

No poseía derecho a omitir cosas, mucho menos al vicepresidente, pero no tenía ni la más mínima intención de ponerse a dialogar con el sujeto después de todo lo que sucedió. El vicepresidente Park le caía como la mierda, lo odiaba por lo que le hizo, dado que el sujeto actuó a propósito, hizo todo con el deseo de hacerlo sentir mal y joderle la maldita vida, y lo hizo.

—Por favor, no me acompañe más —gruñó, olvidándose de que podía estar más jodido de lo que ya estaba—. No quiero que mis compañeros me vean con usted. —Fue sincero y no pensó mucho en ello cuando el contrario lo miró sorprendido. Incluso el hombre se sonrojó en el proceso y BaekHyun no hizo más que cuestionarse quién mierda era el vicepresidente Park y por qué de repente parecía un chiquillo de dieciséis años.

—¿Por qué?

—Porque daría más razones para molestarme. —Se giró a mirarlo enseriado y suspiró. Dio una última venia a pesar de todo lo que le dolía el cuerpo con tal acción—. Que tenga un buen día.

Simplemente se largó y no escuchar los zapatos costosos siguiéndolo de cerca fue espectacular para él. No obstante, perdió todas las ganas de vivir apenas llegó a su habitación, donde de inmediato cruzó miradas con otros de los chicos y suspiró. Odiaba estar ahí, odiaba El Selectivo a pesar de que se crió para aspirar a él. Sin embargo, la realidad era muchísimo más desalentadora en los dormitorios inferiores y no solo lo decía por sí mismo, ya que su desgracia también iba acompañada por el desánimo del grupo de hombres al que correspondía ese grupo, como si ellos se desquitasen con él únicamente porque venía de un dormitorio superior. De igual forma, no tenía muchas opciones más allá de aguantarse y hacerse a la idea de que terminaría pudriéndose allí dentro, pero al menos tenía comida —por asquerosa que fuese— y donde dormir.

—BaekHyun, prepara tus cosas. El doctor Do vendrá a buscarte para llevarte a pabellón.

Asustado se giró hacia uno de los encargados que le habló.

—¿Hoy?

—Sí, adelantaron tu hora. —El empleado le dio un suave golpeteo en el hombro de forma desinteresada antes de desaparecer por uno de los pasillos.

Se sorprendió en un inicio y estuvo muy feliz, sin embargo, no le costó sacar cuentas para percatarse que el señor Park tenía que ver y eso no le gustó. No quería involucrarse más con ese hombre, no quería temer quedar aún peor. Además, lo odiaba, lo detestaba hasta el cansancio, porque no solo lo trató mal durante ese momento, sino que le jodió todo la maldita vida.

Por suerte, la operación fue bien y se pudo quedar unos cuatro días descansando en una camilla en el Departamento de medicina. Habían más pacientes en la habitación, pero ninguna estaba realmente bien como para molestarlo, si es que quisieron hacerlo, porque tampoco se vieron muy cautivados por su persona.

—Baek, tengo noticias.

Miró sobre su propio hombro, notando así al doctor Do ingresando a la habitación con una pantalla táctil en la mano. Cuando recibió el objeto se sentó sobre la camilla que ocupó los últimos días. Justo durante aquella mañana lo dieron de alta, así que estaba preparando todas sus cosas para volver al Dormitorio X.

El hombre solo le tendió la pantalla para mostraele una serie de listados y él identificó algunos como tratamientos, sin embargo, no entendió por qué el otro le mostraba eso.

—Puedes escoger los que quieras. Puedes tomar todos incluso. —Frunció el ceño y miró a KyungSoo, quien amplió la sonrisa—. Yo haré los tratamiento que tomes, así que puedes quedarte tranquilo con eso.

Aquello no era algo común, para nada. La posibilidad de tratamiento dependía del departamento de asignación, por lo tanto, BaekHyun no tenía posibilidad de escoger ninguno de las opciones que habían en la lista.

—¿Por qué tendría que escoger un tratamiento? En el Dormitorio X no ofrecen ninguno.

El médico pareció incómodo con su pregunta y se removió sobre sus propios pies. Para su sorpresa, el hombre miró a su alrededor antes de acercarse más, aparentemente con la intención de que no los escuchasen.

—El vicepresidente Park habló conmigo y quiere arreglar la situación.

Hizo una mueca—. No aceptaré nada del señor Park.

—¿Qué? ¿Por qué? —El contrario se movió impaciente—. BaekHyun, esto no es algo que se ofrezca. Incluso hay tratamiento que ni siquiera están disponibles para cualquier SL del Dormitorio A.

Miró nuevamente la tableta y suspiró con una sonrisa irónica.

—Entonces, ¿por qué me lo ofrecen si es exclusivo? —KyungSoo tuvo amago de hablar, pero se apresuró en cortarlo—. Ya me dan igual estas cosas. Ofrézcanselas a alguien que tenga mayor potencial. Yo no saco nada con decolorarme las pestañas —se burló de sí mismo y se puso de pie.

Tomó su bolso y simplemente salió de ahí, aunque el doctor Do volvió a aparecer en su dormitorio un poco después para insistirle con el tema, pero él ya no estaba interesado en tratamientos de despigmentación, pulir huesos ni quitar lunares. Ya no importaba, podía ser que antes sí, cuando ilusamente ingresó a ese lugar en espera de que alguien lo quisiese, lo viese y lo comprase para llevárselo a un palacio donde pudiese pintar, cuidar el jardín y tener conversaciones gratas. Sin embargo, confundió todo ese tiempo esa vida de ensueño —que sí existía— con su realidad, porque LuHan podía tener oportunidad para ello, incluso para trabajar en un alto cargo dentro de El Selectivo, pero él no.

Los días pasaron y eso alivió su dolor, además, nadie se le acercó ni para molestarlo. A pesar de que se lo cuestionó, no hizo nada. Después de todo, era mejor así, podía dormir tranquilo, sus heridas sanaron e incluso se asomó al comedor, en un inicio solo para tomar vitaminas, pero luego notó que había más fruta y entonces comenzó a comer.

Generalmente se sentaba solo en una mesa que estaba en la terraza que daba con el jardín. A pesar de estar en un dormitorio bajo, El Selectivo era una especie de castillo de cristal precioso y moderno, por lo que solían haber muchos espejos, agua y vegetación. En el Dormitorio X no había mucho de los dos últimos, pero fuera del comedor había una pequeñísima laguna con muchas totoras, papiros y jacintos de agua. Era hermoso y a BaekHyun le gustaba mucho ir ahí, pero odiaba visitar el comedor y más de una vez lo lanzaron a la laguna, así que llevaba un tiempo sin dirigirse al sitio.

Rio bajito al ver a la cría de ánade tropezarse sobre una de las rocas, cayendo finalmente al agua. Volvió a pellizcar un trozo de piña y observó al pequeño animalito, el cual aleteó hasta que se estabilizó y los hermanos de este se abalanzaron al agua al notar que no había mayor peligro.

Una gruesa voz carraspeó a su lado—. Me alegra saber que por fin vienes al comedor.

Se puso de pie de inmediato, porque el vicepresidente Park estaba ahí y a él le correspondía inclinarse y saludarlo con respecto, aunque el contrario no pareció realmente interesado en las formalidades, dado que se sentó en la silla que estaba a un lado de la suya y tiró de él para que volviese a su posición anterior. Se quedaron uno al lado del otro mirando la laguna, con BaekHyun aún con el trozo de piña en la boca y el tenedor de postre en la mano.

—Te ves mucho mejor de salud.

Encogido miró a ChanYeol y este solo le sonrió en respuesta. No tenía ni idea de qué hacía el tipo ahí, más aún en el comedor cuando los dirigentes no iban nunca.

—¿Por qué aún no tomas los tratamientos?

Claro. Como se lo imaginó, fue ChanYeol quien tuvo la iniciativa de ofrecerle tantos tratamientos como si de drogas se tratase, como si BaekHyun lo quisiese siquiera.

—No los tomaré. Muchas gracias por el ofrecimiento. —Hizo una venia hacia el hombre.

—¿Qué? ¿Por qué? —Se aguantó el suspiro y en vez de eso tomó otro trozo de fruta para llevárselo a la boca—. Lo que más quieren los SL son los tratamientos.

—Lo sé. —Dio una pequeña y tranquila sonrisa. Su mentalidad cambió con todo lo sucedido y ya no se veía tan afligido por ajustarse a lo que le gustaría al cliente—. Ya no aspiro a que me compren, así que no me interesa sufrir todo lo que implica los tratamientos para llegar a gustarle a otros.

El señor Park frunció el ceño, pero no supo si estaba enfadado o preocupado—. Entonces, ¿esperarás al Periodo de Depuración*?

—Supongo. —Se encogió de hombros y sonrió—. Así que muchas gracias por el ofrecimiento, pero puede dejar de preocuparse por mí a partir de ahora.

Se puso de pie y tomó el pequeño bol donde aún quedaban unos trozos de piña. Le hizo una inclinación al hombre y tuvo intenciones de dirigirse a interior del comedor para luego emprender camino a su habitación, pero se vio obligado a detenerse cuando sintió unos dedos anchos sujetándolo de la muñeca. Al momento de voltearse se encontró con el presidente Park demasiado cerca de él.

—¿Qué esperas hacer afuera? —No entendió por qué el contrario pareció tan afligido y quiso preguntárselo, pero no tuvo tiempo para ello porque el otro volvió a hablar—: ¿Dejarás que prueben mierdas químicas en ti o te exploten en las fabricas de tecnología?

Pestañeó aturdido y llevó la mano libre hacia la ajena que sujetaba su extremidad y así alejar al otro.

—Me haré cargo de eso una vez que sea el momento, señor.

—No quiero. —Miró a ChanYeol directo a los ojos, sorprendido por su timbre serio al hablar—. No te irás.

Le costaba creer que las cosas se tergiversaron de esa manera. En un inicio solo pensó que era producto del ego inmenso que tenía el vicepresidente Park, porque si ya fue sorprendente que el sujeto hiciese cosas por debajo de la mesa para darle oportunidades, todo se volvió aún más caótico cuando fue el mismo hombre quien apareció en el Dormitorio X con su traje pulcro de siempre, el pelo negro bien peinado hacia atrás y la poco informalidad que ofrecía cuando se sacaba la chaqueta del traje junto a la corbata.

La segunda vez que lo vio BaekHyun quiso pensar que iría a contactarse con el empleado a cargo del Dormitorio, pero el tipo llegó a su habitación, encontrándose de lleno con tres de sus compañeros pegándose a golpes en una esquina mientras él estaba sentado en su cama leyendo un libro de astronomía. Claro. Ahora no lo molestaban, pero eso no quería decir que se acabó la violencia en el Dormitorio X ni mucho menos. Todos vivían en un mismo piso y las habitaciones estaban unas al lado de otras, por lo que en la noche se volvía un caos tremendo con apuestas, sexo, alcohol y drogas. BaekHyun solía dormir en la ducha, pero desde que el vicepresidente Park puso reglas sin que él supiese, volvió a su cama y nadie más se metió entre sus sábanas ni le gritó al oído. Sin embargo, la vida seguía, pero en otro lado, molestando a otras personas.

—¿Tienes clases hoy? —preguntó directamente ChanYeol, ignorando a los otros tres que se detuvieron a verlo, estupefactos.

—No —susurró aún un poco impactado por la presencia del otro y solo recibió un movimiento de cabeza.

—Sígueme.

BaekHyun no quería, no, no y no. Se contuvo de chillar y dar patadas, pero no evitó hacer una mueca, por lo que sus compañeros empezaron a decirse cosas entre ellos, algunos lamentándose por él y otros sacando conclusiones de que le lamía el escroto al señor Park.

—¿A dónde vamos? —se atrevió a preguntar cuando notó que el contrario se dirigía al piso superior.

—Hay alguien que quiere comprarte.

Se detuvo en seco y abrió la boca con sorpresa. ChanYeol no notó su estado de asombro hasta que entró al ascensor y se volteó hacia las puertas abiertas, viéndolo a unos tres metros. El hombre abrió amplios los ojos al notarlo tan lejos y le hizo un gesto con la mano, urgido por que se acercase antes que la programación del ascenso lo llevase a la cúpula del edificio. El contrario fue mucho más rápido que él, porque alcanzó a salir antes de que las puertas se cerraran y llegó hasta él para tomarlo del brazo, provocando que chocase con el otro apenas tiró de él.

—P-Pero... Señor Park...

—Dime 'ChanYeol' —interrumpió el contrario y se subió al ascensor, haciendo que se sintiese tan impactado que jadeó.

—ChanYeol —llamó y se encontró de inmediato con sus ojos oscuros mirándolo desde la altura, cosa que lo puso nervioso y lo hizo removerse sobre sus propios pies—, no quiero que me compren.

—¿Desde cuándo un SL escoge quién lo compre? Además, tú sabes bien que esta es la finalidad de entrar a El Selectivo: ser comprado. —El contrario se acercó lentamente a él, ocasionando que se apegase a la pared de vidrio que lo rodeaba.

—Pero quiero irme.

—Sabes que no puedes irte hasta el Periodo de Depuración.

—Sí, lo sé. Sin embargo, solo quedan un par de meses. ¿No puede cancelar la solicitud?

Sintió un suave toque sobre la mejilla e instintivamente cerró los ojos, de primeras porque temió que el contrario lo golpearía, pero la situación fue aún más chocante porque terminó con los labios ajenos sobre los suyos, el cuerpo apegado a la cristalera y el corazón latiéndole fuertemente dentro del pecho, agonizando porque jamás fue besado, tampoco aspiraba a ello porque, independiente de la objetivación sexual, como SL no aspiraban a lo que en los libros filosóficos se conocía por 'amor', choque de labios torpes, manos nerviosas sujetando mejillas y el rostro caliente por la vergüenza.

ChanYeol no se tardó en alejarse, ya que el "beso" no fue mucho más allá que una presión de labios casi infantil. Se quedó, mirando al sujeto con los ojos abiertos y el jadeo atrapado en la garganta. El otro dio un paso tan largo hacia atrás que terminó golpeándose con el vidrio.

El ascensor dio aviso de que estaban en el último piso y BaekHyun bajó de inmediato para huir de ahí, pero una vez fuera no supo dónde ir ni qué hacer, porque nunca antes estuvo en ese piso, así que se vio obligado a esperar a ChanYeol, quien tosió nervioso a sus espaldas. Ambos se quedaron ahí un momento, él sin saber qué hacer y el otro detenido no supo por qué. Por suerte, ese momento extraño les duró poco, dado que se acercó otro hombre hasta ellos.

—¿Vicepresidente Park? —El aludido se tensó y BaekHyun no pudo evitar reparar en ello—. ¿Qué hace por aquí con un SL?

—Vengo a hacer una compra.

Se sorprendió al sentir un suave toque alrededor de la muñeca, fue más como un gesto para guiarlo. Le pareció clara la necesidad de ChanYeol para salir de ahí.

—¿Usted comprando un SL?

El pelinegro a su lado se detuvo para mirar sobre su propio hombro y BaekHyun no se contuvo de notar sus expresiones, el ceño fruncido y la mandíbula tensa. Al parecer el otro hombre lo ponía inquieto y eso le preocupó, aunque ni siquiera supo bien por qué.

—Que tenga buena tarde —soltó ChanYeol sin más, con la clara intención de no ser irrespetuoso, pero de mantener las cosas a raya.

—¿Comprará al SL-BBH, vicepresidente Park? ¿No es este el mismo chico que desechó unos meses atrás? —El comentario sarcástico no se hizo esperar y supuso que el hombre a su lado haría lo mismo que antes, mantendría la compostura y seguirían avanzando. No obstante, ChanYeol se movió con los dientes apretados hacia el otro sujeto y él, de forma instintiva, lo sujetó de la camisa para que no continuase avanzando. Ni se sorprendió cuando escuchó una risa de parte del desconocido—. ¿Qué pensarán los clientes cuando sepan que compró un SL del Dormitorio X? ¿No estaría desvalorizando nuestra prestigiosa pirámide de venta?

El sujeto simplemente se fue luego de ello y el hombre a su lado se mantuvo gruñendo bajo, aún sin apartar la mirada del pasillo por donde se perdió el desconocido. BaekHyun reparó en sus manos aferradas a la camisa del otro cuando este se volteó a mirarlo, relajando drásticamente su expresión y descolocándolo en el proceso, porque se le era imposible creer que ChanYeol se esforzaba en mostrarse suave con él.

—Disculpa por eso. —El vicepresidente le hizo una ligera inclinación a modo de disculpa y él entreabrió los labios, sorprendido.

—¿Qué le pasa? —cuestionó directamente y se topó de lleno con los ojos de ChanYeol.

—Por favor, tutéame.

Apretó los labios para no quejarse. No le gustó la idea. No quería tener un vínculo con el señor Park. Podía recibir las disculpas y todo el cuento, pero no quería exponerse nuevamente a lo sucedido con el sujeto en su pasado. Ya lo pasó lo suficientemente mal con el abuso en su Dormitorio como para verse ligado a otros pesares.

—¿Puedes...? —ChanYeol se calló y le hizo un gesto con la mano para que se acercase a él—. ¿Puedes acompañarme?

—Me lo hubiese preguntado en un principio —espetó entre dientes, olvidándose del favor de mostrarse coloquial con él—. Porque no, no quiero acompañarlo.

El señor Park pareció sorprendió por su actuar y BaekHyun no entendió por qué si hace unos minutos lo regañó dentro del ascensor por decirle que no quería ser comprado.

Fue sencillo huir y él no entendió muy bien cómo el otro le dio la libertad de ello, pero no se devolvería a preguntárselo tampoco. Escapó de ChanYeol, pero este pareció acompañarlo dentro de su cabeza a pesar de no encontrarse con el sujeto en persona. Le resultó sorprendente lo insistente que se volvió la figura de otro en su mente. Durante la mayor parte de su vida no pensó en nadie más que en sí mismo, no tenía a nadie tampoco. Su hermano mayor ingresó a El Selectivo cuando él apenas tenía diez años y en ese momento se quedó a cargo de su bisabuelo, ya que su padre era un SL comprado y aún no jubilado. ¿Las mujeres? Por supuesto que no habían mujeres. El establecimiento de La Consagración —tratado mundial entre los capitolios de los continentes habitados— establecieron al sexo femenino peligro de extinción, por ende, la raza humana estaba en peligro y ya no quedaba mucho más que planear guerras entre unos y otros, juguetear con los implantes ovulatorios y utilizar a los más pobres o débiles al gusto propio. Fue así como nació El Selectivo, una especie de distribuidora inmensa y masificada en todo el mundo que buscaba poner en vitrina a la gente misma, como una especie de portal de curriculum, aunque no para contratar, sino para comprar. Por ende, su empatía con alguien era nula, quizás solo con su abuelo, LuHan y el doctor Do; además, posiblemente —solo quizás— el vicepresidente Park. No lo mencionaba porque le tuviese aprecio al hombre, sino porque no dejaba de salir de su cabeza aún después de que terminase chocando con uno de sus compañeros más altos y este quisiese partirle la otra costilla por botarle el café caliente encima.

—Perdón. —Urgido le pasó una serie de servilletas y, por suerte, solo recibió una mueca y luego un bufido.

—Agradece que eres el chico del vicepresidente Park, de lo contrario te hubiese aplastado la cabeza. —El sujeto se fue después de eso y él no hizo más que quedarse ahí de pie, totalmente estupefacto ante lo que dijo su compañero.

No tuvo ni idea del rumor hasta ese momento y de seguro no fue el único, porque estuvo en pleno comedor cuando sucedió todo eso y sus compañeros, tanto del Dormitorio X como del V, W, Y y Z, escucharon lo que el mastodonte ese tuvo para decir. Maldición, a BaekHyun le quedaban unos meses aún para el Periodo de Depuración, al menos quería llevarse bien con alguien antes de matarse fuera de la residencia de jubilados, porque a la casa de su abuelo no lo dejarían entrar si no era un SL comprado.

De mala gana se dejó caer en la mesa de jardín que acostumbraba a ocupar frente a la laguna. Desanimado removió la sopa dentro del plato y sujetó los palillos para tomar algo de kimchi. Para su sorpresa, vio un cuerpo interponiéndose en la vista y tapándole la luz, haciéndolo bufar. Ya empezó con mal pie esa mañana como para que alguien quisiese molestarlo.

—Perdón. Solo quería que me mirases. —Se sorprendió al reconocer la voz y el rubio se carcajeó frente a él—. ¿Qué pasa, chico X?

—LuHan —susurró sorprendido y este le guiñó un ojo con diversió. Sonrió hasta que le dolieron las mejillas—, ¿qué haces aquí? ¿Cómo pudiste salir del Dormitorio D?

—Ascendí al Dormitorio B, papacito —bromeó el otro. BaekHyun se sorprendió y lo felicitó, a lo que el chico simplemente rio—. De igual forma, tú estás con el premio mayor.

Bufó y blanqueó los ojos.

—¿Qué premio? ¿No ves que sigo en el Dormitorio X? —Apuntó su propia camiseta y el otro sonrió de medio lado.

—Ya estás en la cama de Park ChanYeol. ¿Por qué te complicas? —Abrió la boca, ofendido, y el otro solo rio. Quiso pedirle que no hablase ese tipo de cosas ahí, porque lo podrían escuchar y no quería que dijesen cosas raras de él nuevamente, pero LuHan parecía entretenido con su sonrojo y sus dedos temblorosos—. Me enteré que te compró.

—No me compró. No he firmado nada —dijo reacio y revolvió la sopa antes de llevarse una cuchara a la boca.

—¿Está bueno?

Asintió algo aturdido porque no pensó que el rubio desaprovecharía la oportunidad de molestarlo, pero el otro terminó por sorprenderlo aún más cuando elevó el pulgar para dirigirse a alguien que estaba por detrás de BaekHyun, quien le daba la espalda a la pared de vidrio que mostraba el comedor. A la hora de girarse no solo notó a ChanYeol, quien se escondió detrás de la columna del edificio cuando se encontró con su mirada, sino también con un joven guardia alto y rubio que miraba hacia ellos con los brazos cruzados y hablaba con el presidente.

—¿Qué hace ChanYeol aquí?

—Uy, ya lo llamas 'amor' y todo —se mofó el otro y él estuvo tentado a chillar, cosa que el SL notó porque rio—. El señor Park me pidió que viniese a verte, porque te notó muy solito. ¿No es tierno?

—¿Tierno? —preguntó casi sin aire y volvió a concentrarse en su sopa—. No, LuHan. No es nada tierno. ¿No recuerdas lo que me hizo? —Con ímpetu elevó amabas manos y sujetó las pulcras extremidades del chico, sobresaltándolo—. No podré ser modelo de anillos y yo quería, LuHan.

El chico rio y se deshizo de su agarre para probar la sopa, sacándole de inmediato una expresión extraña al rubio.

—Esto está delicioso. Que mal la preferencia...

—¿De qué hablas? —preguntó suave  y LuHan pareció extrañado de su interrogante.

—El señor Park trajo un chef de su palacio para que les preparase comida a los SL de esta sección, supongo que fue porque tú estabas muy regodeón y no querías comer nada, pero mira ahora cómo estás. —El chico apretó una de sus mejillas—. El vicepresidente te cuida bien, ¿eh?

Miró el plazo con la sopa bien aliñada, con el trozo de carne en el centro, los vegetales y la bonita hoja de perejil danzando sobre el líquido. Le dio un vistazo al plato de LuHan y no tenía mucha diferencia, salvo que estaba más lleno. También aprovechó de observar sobre su propia espalda, reparando en sus compañeros comiendo en el comedor. Todos tenían lo mismo porque era jueves de sopita y el cartel lo decía.

—Aquí te dejan repetirte el plato. No es justo. En el Dormitorio B nos cuentan las calorías y parecemos conejo comiendo tanto pasto.

—¿Por qué hace esto? —preguntó confundido y con un volumen muy bajo, entre impactado y temeroso de que alguien los escuchase—. Un día me mandó a llamar y me explicó lo que pasó. Entendí en parte y... —Tomó aire porque era la primera vez después de meses que veía al chico y había algo que quería sacarse de la cabeza—. ¿Te gusta un guardia?

LuHan se sonrojó—. ¿Cómo lo supiste? ¿Se me nota mucho?

No le prestó atención al contrario y en vez de eso miró por sobre el hombro del otro, viendo como las totoras se sacudían, de seguro por la presencia de algún ánade que buscaba comida en la laguna.

ChanYeol no le mintió.

Se concentró en su plato y bebió su sopa, agradecido de tenerla cuando LuHan parecía intoxicarse con glucosa en el Dormitorio B.

—¿Baek? —Se concentró en el rubio y sonrió incómodo, porque no le prestó atención y no sabía si esperaba una respuesta de su parte o no. El chico solo rio enternecido—. ¿Qué más pasó? Escuché al doctor Do quejándose de ti entre dientes en el Dormitorio B. ¿Es verdad que el señor Park te ofreció todos los tratamientos?

Abrió la boca impactando y boqueó unos segundos con el rostro afligido. Si LuHan, quien estaba prácticamente al otro lado del edificio, ya se enteró, no quería ni imaginarse lo que debían hablar de él a sus espaldas. La gente se callaba cuando pasaba.

—Ehh... No lo sé. Quizás solo bromeó conmigo.

El rubio hizo una mueca pensativa—. No lo creo. Se esfuerza mucho en que lo mires.

—¿Que lo mire? —preguntó extrañado y el otro asintió.

—Claro. Le gustas. Quiere que le prestes atención.

Estuvo tentado a jadear, chillar y hacer escándalo, pero aún estaba en un lugar público dentro de El Selectivo y el vicepresidente Park estaba a unos cinco metros por el otro lado del cristal y no quería los ojos del sujeto puestos en él nuevamente.

—¿Qué dices? —intentó sonar cómico, quizás burlarse de lo que dijo su amigo, pero al final terminó sonando más atormentado que otra cosa.

—Mmh... Pues algo de contacto he tenido con ChanYeol, especialmente luego de que te degradó. —Elevó ambas cejas con sorpresa—. Antes fue por un tema de cordialidad, ya que mi madre alcanzó a trabajar con su padre y me dio sus condolencias y respetos cuando me conoció. —Asintió sorprendido. Eso no lo sabía—. Puede que la confianza fuese mínima, pero de puro nervioso le dije que me llamaba la atención uno de los guardias y luego pareció querer ayudarme con eso, aunque solía ponerme en situaciones vergonzosas más que ayudar, ¿sabes?

—Al parecer es bueno destrozando cosas, ¿no? —quiso burlarse, pero sonó cruel incluso para él.

—Pues... Supongo que el mayor error lo cometió contigo y por eso quiere remediarlo. —El rubio se encogió de hombros y bebió un poco de sopa, así que BaekHyun lo imitó—. Sin embargo, dejó de "remediarlo" hace mucho, porque eso de la lista de tratamientos era para desterrarlo, ¿sabes? ¿Tienes idea del caos que hizo su padre? Estaba metido en la jefatura de El Selectivo antes y menos mal que tú no aceptaste nada o sino ChanYeol no estaría aquí.

Miró sobre su propio hombro hacia el vicepresidente, quien pareció atento al otro hombre que lo acompañaba. Para su sorpresa, ChanYeol sonreía como si estuviese atento a un buen chiste y, como se esperó, el hombre terminó doblegándose ligeramente cuando el otro finalizó de hablar, riéndose a la par del guardia.

—No es malo, creo. —BaekHyun se giró a mirar a LuHan y este se encogió de hombros—. Solo es un poco extraño.

Rio y terminó de beber lo que le quedaba de sopa. Frente a él su amigo tomó el bol de porcelana y bebió de ahí mismo.

—Esperame. Me repetiré —advirtió el rubio mientras ambos se ponían de pie. BaekHyun solo rio.

Cuando se dirigieron a la barra para pedir la comida él se detuvo momentáneamente con las frutillas bien lavadas y miró sobre su hombro, encontrándose nuevamente con la mirada de ChanYeol ya muchísimo más cerca. Así como antes, el hombre lo esquivó y solo se concentró en sus propios pies. BaekHyun quiso reírse al verlo así y por un momento se le olvidó que se besaron hace una semana y que no lo veía desde entonces. Prefirió no pensar mucho en eso y caminó hacia el otro aún con el plato en la mano y con LuHan pidiendo más sopa. Se puso cerca del vicepresidente, quien tenía las manos dentro de los bolsillos de los pantalones y miraba hacia abajo. A su lado el guardia le dio unos codazos cuando lo vio a él acercarse, pero solo recibió de ChanYeol una mala mirada y un bufido. BaekHyun tuvo que llegar justo frente a él para que le pusiese atención. Elevó ligeramente su plato e intentó no sonrojarse cuando se encontró con los ojos oscuros del más alto.

—¿Quieren comer con nosotros?

|•••|

Quizás eso fue la que lo llevó a estar ahí, firmando con nerviosismo los papeles mientras escuchaba al hombre repetir una y otra vez lo que tenía escrito el contrato. BaekHyun tuvo oportunidad de leerlo en silencio en su habitación y también frente a la laguna mientras comía con LuHan, quien pareció demasiado ansioso con cada punto de su contrato excepcional.

—Ya está —susurró ligero y corrió la hoja hacia el hombre que tenía delante, quien revisó minuciosamente el trazado sobre la hoja.

Una firma como aquella no era una cosa sencilla por lo que implicada, estaba comprando por su persona, quitándole su derecho de ser humano —que hace mucho todos lo perdieron— y comprometiéndolo a atarse al hombre que estaba a su lado como si se estuviese casando, así como contaban los antiguos textos de la edad contemporánea. No obstante, no estaba ahí para ello, sino para venderse a otro a cambio de comida, alojo y, por ridículo que sonase, a cambio de vivir.

—Perfecto. Estamos listos.

Apretó le labios para aguantarse la sonrisa y miró a ChanYeol, quien pareció aniñado a su lado a pesar del traje y su altura, pero tenía una sonrisa con hoyuelo y ojos brillantes que a BaekHyun no dejaba de parecerle encantadores.

Le costó un poco acostumbrarse a que el vicepresidente Park no era lo mismo que ChanYeol. Era extraño decirlo, pero fue mucho más comprensible cuando vio al más alto presentarse ante él con unos jeans gastados y una camiseta suelta, diciéndole que se llamaba ChanYeol, que tenían la misma edad y que realmente le parecía un hombre muy bonito. BaekHyun quiso golpearlo por avergonzarlo tanto, pero terminaron dando una vuelta por los pasillos de El Selectivo a eso de las cuatro de la madrugada, porque el señor Park no tenía permiso para andar de forma informal en la empresa y él no podía salir del edificio, así que fue una primera cita bastante extraña, donde corrieron de algunos guardias y terminaron comiendo la fruta picada que llevó ChanYeol en la mesa de jardín frente a la laguna.

Para él no fue fácil acostumbrarse, pero le dio una oportunidad porque se prometió a sí mismo que saldría de El Selectivo costase lo que costase, incluso si eso significaba salir y morirse ante el primer virus mortal que se encontrase allá afuera. No obstante, ChanYeol estuvo muy empeñado en que lo notase y no pareció afectado por sus rechazos constantes o por lo que la gente hablaba a sus espaldas, incluso si eso le quitaba respeto como vicepresidente. Le dijeron anticuado muchas veces y él no lo entendió hasta que el otro llegó con un libro físico, con hojas, de aquellos antiguos y de los cuales aseguraban que prácticamente no existían. El título dictaba 'No lo confundas con el amor' y BaekHyun no entendió lo que significaba realmente esa última palabra hasta que terminó de leer y se quedó esa noche fugitiva observando a ChanYeol más de lo normal.

—¿Qué te parece la habitación? —El alto se removió nervioso a su lado—. Me dijiste que te gustaba el color coral y la laguna.

—Menos mal que solo pintaste la laguna y no la trajiste hasta aquí —bromeó y se acercó a la pintura de la pared, la cual le daba un ambiente hermoso. ChanYeol era fanático de lo antiguo y le gustaban mucho más esas cosas palpables que la pizarra transparente que acostumbraba a dejarlos ciegos.

—Abajo está la laguna —murmuró el contrario tímidamente y apuntó hacia el balcón, lo que generó rápidamente en él un ceño fruncido y lo llevó a mirar por la ventana, encontrándose con una pequeña acumulación de agua en el patio trasero, no era tan grande como la que había en El Selectivo, pero era igual o más frondosa y también tenía ánades.

—¿Podré hacerle ropita a esos patitos? —preguntó enternecido y ChanYeol rio.

—Ropita no, porque no podrán hacer sus cosas de siempre. Recuerda que ellos son perfectos así como están. —Asintió, recordando uno de los libros de zoología que el otro le compartió—. Pero necesitan una casa. Quería esperar a que llegases para que la diseñásemos juntos, ¿qué dices?

Sonrió animado—. Genial.

—¡Ah! Además, tengo algo que mostrarte. —ChanYeol estiró la mano hacia él y BaekHyun no dudó en tomarla y entrelazar los dedos con los ajenos. Ya no era el otro tirando de él, sino ambos caminando a la par, así como indicaban los libros.

Cuando llegaron al jardín trasero el hombre le apuntó un invernadero y él se sintió confundido. Al entrar al pequeño espacio se encontró con una serie de flores y pequeños arbustos en el interior. ChanYeol lo llevó casi al final y apuntó un árbol pequeño en maceta.

—Me costó un montón encontrarlo, pero aquí está. —Se acuclilló a un lado del contrario para mirar las hojas—. Se llama 'matico' y te ayudará con las cicatrices. —Frunció el ceño y el otro solo sonrió—. Bueno. Podemos probarlo juntos si quieres. Ya me aseguré de revisar tu química como la de la planta y no hay ninguna incompatibilidad.

Asintió algo aturdido porque entendía a medias ese planteamiento distinto de ChanYeol. Después de todo, la gente no se interesaba en eso, ni dentro de El Selectivo ni fuera, de hecho, el vicepresidente Park dijo que tampoco lo hizo en un pasado y que la necesidad le surgió cuando no supo qué hacer con él, justamente con BaekHyun. Al enfurecer el tipo terminó haciendo una rabieta, golpeó paredes y se encontró con un montón de libros empolvados al ahuecar una de las láminas divisorias; su abuela le heredó una biblioteca que incluso ocultó del mismo padre de ChanYeol.

—¿Dónde debo inyectarme? —preguntó a pesar de que no le gustó mucho la idea, pero sí le gustaba ChanYeol y creía en él.

No fue novedad encontrarse con una sonrisa amplia y deslumbrante—. No es inyectable, sino tópica. Solo debes poner la hoja sobre la herida.

—¿En serio? —preguntó sorprendido y el otro asintió emocionado.

—¿No es genial?

—Sí —susurró asombrado y se miró a ChanYeol, quien le sonrió también y BaekHyun no tuvo vergüenza de acercarse al otro para besarlo.

Recargó su cuerpo sobre el contrario y este se dejó caer sobre el suelo al sentir su peso extra, pero a ninguno de los dos pareció importarle y ChanYeol de inmediato se hizo con sus mejillas para acariciarlas con cuidado. BaekHyun disfrutó de las caricias y se permitió reír entre el beso cuando el otro le hizo cosquillas a los costados del cuerpo.

—Bienvenido a casa, BaekHyun.

Sonrió a más no poner y acarició también el rostro del otro.

—Gracias por seleccionarme a mí, ChanYeol.

—Lo haría una y mil veces.

Así hizo, una y mil veces se lo corroboró, cada vez que le sonreía, le daba un beso de las buenas noches o lo despertaba con el desayuno en la cama. BaekHyun no conocía eso, probablemente ningún ser humano de aquellos tiempos lo hacía, pero él estaba encantado con ser uno de los pocos que tuviese la oportunidad de vivir en un cuento de hadas, también en uno de filosofía, historia y educación, en los poemas y las novelas.

Probablemente todo fue de ensueño aniñado hasta que revisó una de las estanterías más alejadas dentro de la biblioteca de su Señor Supremo (SS)* y se encontró con la palabra 'placer' y 'erótico'. No era tonto, por supuesto que entendía lo que significada, pero no comprendió el trasfondo real que implicaba la palabra 'amar' hasta que llegó a la mitad del libro y se sintió acalorado, solo en su habitación de una tarde nublada. Poco después, aún con ChanYeol en el trabajo, terminó tocándose a sí mismo al leer ese tipo de cosas y se encontró pensando tanto en su conviviente que acabó manchándose de un líquido viscoso y blanco que le dio un placer tremendo, haciéndolo arquearse y gemir profundo. Se sintió mal de inmediato, extraño, sabía lo que un orgasmo significaba, pero nunca tuvo uno en su vida hasta ese momento; estaban químicamente configurados para lo que la humanidad desease. De igual forma, terminó escondiendo el libro en uno de sus muebles porque le daba vergüenza que ChanYeol se enterase, pero al paso de los dos días se sintió mal por no contarle a su 'amante' —así como denominaban los poemas— y no sabía si estaba del todo bien que tuviese orgasmos pensando en el otro, aunque lo que más le causó conmoción fue el pensamiento de que llevaban unos cuantos meses viviendo juntos, pero aún cada uno se quedaba en su propia habitación. ¿No se suponía que los amantes compartían la cama?

—Yeol, necesitamos hablar. —Se movió con paso decidido, con el ceño fruncido y la mandíbula tensa porque quería explicaciones. Sin embargo, ChanYeol era demasiado tierno y acabó dándole un beso en la mejilla antes de sentarlo sobre la encimera de la cocina a una distancia prudente del fogón. El tipo estaba cocinando la cena y BaekHyun recién salía de la ducha—. ¿Sabes lo que es 'hacer el amor'?

El contrario pareció confundido, pero siguió moviendo la pala de madera al interior de la olla.

—¿No es lo que nosotros hacemos todos los días?

—¡No! —ChanYeol se sobresaltó ante su alza de voz—. Es tener sexo.

—Ah... hablas de ese 'amor'... —Apretó los labios al escuchar la respuesta.

—¿Así que sabes qué significa?

—Mmh... —El pelinegro hizo una mueca y apagó la estufa—. Algo leí, pero pensé que era eso de los mitos.

—¿Cómo? —BaekHyun sonó desilusionado—. ¿'Hacer el amor' no existe?

—No lo sé. —ChanYeol se encogió de hombros y procedió a servir la comida. Desde que empezaron a cultivar en el jardín trasero ya no tomaban pastillas y eso era genial para ambos; menos intoxicación—. No lo creo, ¿y tú? ¿No es muy de ensueño sentir algo así?

—Muchos autores dicen que el 'amor' es de ensueño, pero aun así existe —argumentó y eso le sacó una sonrisa al otro.

—Estoy seguro que hubieses sido un muy buen orador en otra época, BaekHyun.

Resopló y dejó que ChanYeol pusiese ambos platos sobre la turmalina negra pulida de la isla de la cocina. Se removió incómodo donde estaba y acabó por bajarse de la superficie al ver al contrario exprimiendo las naranjas.

—Yeol... —El tipo le hizo un sonido de garganta antes de entregarle un vaso de jugo recién exprimido—. Gracias, bombón —contestó por inercia y continuó—: ¿Qué tal si lo intentamos?

—¿Qué cosa? —ChanYeol lo tomó de la cintura para direccionarlo hacia el taburete, donde tomó asiento distraídamente.

—Hacer el amor.

Se mordió el labio inferior, inseguro por la reacción del otro y solo obtuvo la mirada atenta del hombre por el otro lado de la mesa. Para su sorpresa, ChanYeol se sonrojó, cosa que lo hizo fruncir el ceño y activar las alertas de inmediato.

—Ya leíste 'Detrás de cámara', ¿cierto?

Patito...

—¡Nada de 'patito'! ¿De verdad lo leíste y no me dijiste? —preguntó ofendido y el contrario solo arrugó el rostro con preocupación.

—No creí que fuese relevante o existiese algo así.

—Entonces, ¿no te parezco excitante?

—Por supuesto que me excitas. —ChanYeol se sonrojó—. A diferencia de ti, a mí no me han intervenido químicamente y siento que se me cae el cerebro cada vez que te veo. —El contrario de mala gana revolvió la comida que preparó, una especie de sofá con muchas verduras. BaekHyun no sabía por qué se empeñaba tanto en cocinar cuando nunca fue bueno entendiendo recetas—. Pero prometí que no te tocaría, está en el contrato incluso, así que no te preocupes por ello.

El contrario de mala gana se metió un trozo de papa cocida a la boca y él suspiró al verlo concentrarse en su plato. Con ternura estiró la mano por sobre la mesa hasta tocar la extremidad ajena.

—Tú también me excitas. —Inconscientemente se removió sobre el taburete—. No conocía eso antes. Debiste explicarme.

—Perdón. No creí que te interesaría.

—Pero se siente bien —susurró con las mejillas sonrojadas, avergonzado por saber lo que ello implicaba y los ojos amplios de ChanYeol desde el otro lado de la mesa parecieron confirmar lo raro que debió sonar eso de su parte—. ¿Te has tocado?

—Eh... Baek, bebé, estamos comiendo y no quiero calentarme ahora mismo. Primero come bien. —El contrario sujetó sus manos para poner la cuchara entre sus dedos, haciéndolo resoplar.

—Pero yo quiero comer otra cosa.

Se pasó con el comentario y lo supo, le pareció obvio cuando vio los ojos amplios de ChanYeol desde el otro lado de la mesa, quien terminó ahogándose con el jugo de naranja y botándolo por la nariz. Si fuese otro momento se largaría a reír, pero en ese instante se sentía entraño y estaba empezando a tener miedo, porque su pene se ponía cada vez más duro entre sus pantalones. Una vez que ChanYeol se recuperó lo miró con los ojos tan oscuros que lo hizo estremecerse.

—¿Quieres intentarlo? —Asintió efusivamente y el otro tomó aire con dificultad—. ¿Ahora?

Dio otro asentimiento y no les costó mucho llegar a la cama de ChanYeol del segundo piso. Era un colchón amplio, donde de seguro cabrían cuatro personas adultas y, a pesar de que la cama de BaekHyun no era precisamente pequeña, se sintió realmente satisfecho el acostarse en la cama de su SS.

Entre los dos el vicepresidente pareció más nervioso y BaekHyun estuvo tentado a mofarse de ese comportamiento extraño, pero no era momento para reírse, sino para disfrutar de esa extraña situación y a él de verdad le pareció encantador cuando se recargó ligeramente sobre el pecho de ChanYeol y lo besó. Se excitó de inmediato y todo fue al extremo cuando su miembro chocó con la pierna ajena, haciéndolo gemir. Así como supuso, el contrario perdió el pudor en ese momento.

Muchas veces lo tocaron de forma brusca o necesitada en El Selectivo, de hecho, muchos de esos toques fueron efectuados por manos grandes, pero ninguna de ellas se sintió como las de ChanYeol, quien le sujetó las caderas de una forma tan segura y con tanta facilidad que lo excitó y lo llevó a abrir las piernas sin ningún tipo de recato para que el otro se metiese entre ellas.

Fue de locos ese primer encuentro, pero no llegó a mucho más que ellos dos besándose suciamente mientras se mecían entre sí, acabando con sus gemidos siendo ahogados por la boca del otro y las ropas húmedas por la eyaculación dentro de sus propios pantalones. No obstante, aquel no fue el único encuentro que hubo entre ellos. De hecho, luego de ese vinieron una serie de otros que cada vez iban con mayor intensidad, primero fue BaekHyun quien se atrevió a sacar el miembro de ChanYeol de los pantalones y lo masturbó hasta que se corrió. Hizo eso en unas tres ocasiones, inseguro de ir más allá y sin la oportunidad de dejarse acariciar mucho por el contrario, porque venía el proceso de admisión para El Selectivo y el vicepresidente Park estaba demasiado ocupado como para complacer a su SL, sin embargo, se lo compensó bastante bien cuando todo acabó y para el próximo encuentro BaekHyun terminó en cuatro sobre el colchón, con los gemidos ahogados contra la almohada y los dedos de ChanYeol entrando y saliendo de su trasero sin ningún maldito pudor, al menos no ahí, cuando ya llevaban más de media hora toqueteándose, sumando a ello que estaba bañado en lubricante y los gemidos se le escapaban demasiado fuertes. Esa noche su amante lo hizo eyacular por primera vez con el acompañamiento de sus dedos y a BaekHyun le encantó muchísimo, optó por ello en vez que le toquetease el pene, porque lo que puso de inmediato las manos sobre la encimera al día siguiente cuando ChanYeol le besó el cuello por detrás y meneo las caderas contra él.

Pensó que acabaría como la noche anterior, pero el contrario se agachó y sujetó con fuerza sus muslos. En un inicio no entendió lo que haría y se sintió infinitamente avergonzado cuando la mano ancha se posó en su espalda baja para hacerlo curvearse y abrió sus nalgas, dejando a la vista su entrada limpia por la reciente ducha. Le pasó la lengua por ahí y BaekHyun chilló, dispuesto a enumerarle la lista de cosas por la que no debería hacer eso, pero terminó quedándose callado y con la cabeza contra la pared mientras jadeaba porque ChanYeol lo penetró con un dedo mientras lo lamía y colaba su lengua. Le encantó, maldición. No se contuvo de empujar las caderas contra el hombre mientras tenía tres dedos dentro, más su lengua jugueteando por ahí y la mano apretando su nalga para abrirlo. Fue la maldita mierda más excitante que vivió en toda la vida y no esperó conseguir algo mejor, pero terminó encontrándolo un poco menos de un mes después.

BaekHyun descubrió cuánto amaba que el otro fuese descarado en la cama, así que perdió cualquier vergüenza y gimió agudo solo para tentar a su amante, logrando que el contrario le apretara por la cintura y él le envolvió las caderas con las piernas. Ya estaban desnudos, ambos tuvieron su propio orgasmo siendo cuidado y consentido por el otro, así que mudamente se dispusieron a ir más allá. Toqueteó a ChanYeol muchísimo más e hizo que se apegase a su cuerpo, sintiéndolo caluroso contra la piel y eso lo llevó a dirigir ansioso la lengua hacia la zona más expuesta, donde aprovechó de mordisquear también, aunque al contrario no le gustaba mucho aquello, porque KyungSoo, JongIn y SeHun —nombre del guardia que le gustaba a LuHan— se burlaba de él y cada vez su papel directivo parecía tener menos respeto. BaekHyun se lamentaba por ello, pero aun así quería marcar al hombre como suyo una y mil veces.

—Ven aquí, ChanYeol. Consiénteme —murmuró suave e intentó darle una mirada profunda a su SS, quien se mordió con ansiedad el labio inferior y gimió.

Desde ahí las cosas se hicieron ligeramente más intensas. Se besaron con mucha vehemencia contra el colchón, metiéndose la lengua y gimiendo profundo, agarrando el miembro del contrario sin mayor pudor. El más alto se sentó sobre sus caderas y BaekHyun bajó las manos por el torso ajeno, dejando las uñas marcadas sobre la piel y perdiéndose por completo al acordarse de la novela erótica que encontró hace unos días. Gimió cuando sintió al contrario balancearse por encima de él, entre sus piernas. Lo abrazó por los hombros y apegó sus labios al oído contrario para que su SS escuchase perfectamente sus jadeos.

—Me encanta tenerte entre mis piernas —comentó casual y sintió a su amante lamer uno de sus pezones.

—Y a mí me encanta estar entre tus piernas, cariño, no sabes cuánto.

Gimió cuando sintió a ChanYeol tocando su miembro, envolviéndolo y haciéndolo gemir fuertemente, algo que optó hacer al notar que el contrario parecía maravillado con sus sonidos.

El más alto dejó un camino de besos por su piel, pasando desde sus labios hasta su ombligo, deteniéndose ahí para mordisquear la zona de las caderas. Una vez que siguió bajando no se detuvo hasta llegar al inicio de su miembro, el cual se metió a la boca.

—¡Oh, sí...! —siseó aún más fuerte cuando percibió la lengua del contrario darle la última lamida a su glande, aunque luego se sintió bastante descontento cuando no notó la caliente boca en torno a su miembro.

Cualquier intención de alegar se desvaneció cuando sintió las enormes manos de ChanYeol acariciar sus nalgas y luego se olvidó hasta de su propio nombre cuando sintió la tibia lengua del contrario escurriste entre su trasero. Gimió fuerte y agudamente cuando sintió a ChanYeol abriéndole más las piernas mientras se encargaba de lamer su entrada con entusiasmo.

BaekHyun apenas sintió cuando el primer dedo se deslizó dentro de él, pero fue exquisito. ChanYeol aún seguía lamiéndolo mientras le daba un excitante movimiento a su dedo. El segundo y el tercero entraron y lo abrieron con rapidez, haciéndolo sentir el típico ardor del comienzo, obligándolo a recordar que aquella era la primera vez que todo iba más allá.

—Entra ya... —pidió entre gemidos, recibiendo la risa con voz gruesa de ChanYeol mientras se instauraba entre sus piernas, pero no hizo más que toquetearlo—. De verdad quiero probarlo, ChanYeol. Apresúrate.

Su SS claramente estaba fuera de sus cabales, probablemente cegado por la excitación, como en un momento le advirtió. Sin embargo, BaekHyun no temía, por supuesto que no. Estaba demasiado duro y ansioso. Además, por muy loco que sonase, quería enloquecer a su amante. Meneó las caderas hacia arriba en la búsqueda de sentirlo más cerca y cuando se topó con el glande húmedo del contrario pensó que sería buena idea, pero no fue así y logró darse cuenta cuando el otro lo sujetó de las muñecas y las llevó a lo alto de su cabeza, robándole el aire por completo. Gimió cuando sintió al contrario tantear su agujero, enterrado un poco la punta de su pene en él, pero luego sacándola de inmediato. Lo escucho reír y él gruñó sin poder evitarlo.

—Maldito bastardo.

A ChanYeol no pareció gustarle su comentario porque se posicionó mejor, dejar caer abundante lubricante y empujó, adentrándose en él. El contrario siempre fue lento y cuidadoso al jugar con él, incluso exasperante a veces, por lo que le sorprendió que se encontrase tan cegado. No le dolió, después de todo, el hombre se entretuvo bastante rato metiéndole los dedos y la lengua, haciéndolo tener un par de orgasmos antes de decidirse por ponerse finalmente entre sus piernas.

—¿Cómo estoy, bebé?

Se sorprendió por la pregunta del otro, pero no se permitió conmocionarse mucho, porque era demasiado excitante como para pensar que estaba teniendo sexo con el vicepresidente Park y no con ChanYeol, su tierno novio. Sin embargo, BaekHyun ya no era un SL en venta, así que también se permitió ser algo descarado.

—Caliente, cariño —susurró lascivo y el contrario empujó un poquito más contra él, dejándolo con el diálogo a medias—. Caliente y duro.

Escuchó a ChanYeol gruñir y luego enterró la nariz en su cuello—. No estoy jugando, amor.

—Tampoco lo hago, cariño.

Sintió al hombre empujar hasta el final y él inevitablemente enterró las uñas en la espalda ajena para aferrarse a algo, de repente demasiado conmocionado por la nube de placer que lo abrumó. El contrario lo esperó un poco, probablemente fueron minutos, pero BaekHyun lo percibió como muy poco tiempo y se sintió realmente desilusionado cuando el otro salió de él. Estuvo dispuesto a quejarse, pero terminó soltando un alarido increíblemente agudo cuando el pelinegro se metió de una sola estocada.

—¡Mierda, ChanYeol...! —gruñó cuando sintió al otro rotar las caderas, haciendo de él un lío de gemidos y sonidos obscenos.

—Te amo.

BaekHyun sonrió con los ojos cerrados y con las lágrimas ocasionadas por el placer a los bordes de los ojos, peligrando por caer. Gimió en cada estocada y de él se hizo un completo lío de sentimientos cuando sintió a ChanYeol presionar la nariz contra una de sus mejillas, dándole el claro indicio de que esperaba por su respuesta.

—También te amo, ChanYeol. Lo sabes —susurró con dificultad al sentir las penetraciones de su novio hacerse cada vez más profundas y rápidas, dando con el punto exacto dentro de sí, aquel que lo hizo enloquecer.

—BaekHyun... —El aludido sonrió sin poder evitarlo. Una de las tantas cosas que más le gustaban era escuchar su nombre de los labios de ChanYeol.

—Quiero terminar —avisó urgido y el contrario continuó dándole un poco más rápido ahí, en ese punto que tanto le encantaba, intentando así complacerlo en todo lo que pudiese.

No le faltó mucho por eyacular, provocando que sus paredes se contrajesen y que su amante soltase uno de sus gruñidos tan guturales, de aquellos que soltaba solo cuando BaekHyun le apretaba lo suficiente la polla como para hacerlo correrse. El orgasmo fue loquísimo y caliente y no fue consciente de sí mismo hasta cuando el otro cayó pesadamente sobre su cuerpo y luego rodó por la cama, recién ahí se dio cuenta de lo sucio que fue y de que ya no era 'virgen' como decían los libros, aunque aún no entendía el porqué del término.

De reojo vio a ChanYeol moverse y, como siempre, se sintió algo avergonzado cuando lo limpió. Sin embargo, el otro fue todo sonrisas, ojitos achinados y ese hoyuelo precioso, así que a BaekHyun le dio igual que el hombre le hiciese cosquillas y que terminara nuevamente besándolo. No llegó mucho más allá de igual forma, ambos estaban cansados y después solo sintió un brazo rodearlo e inmediatamente sonrió al sentirse cubierto por unas cuantas mantas. Estaba sudado, sucio y agitado, pero no era la primera vez que se encontraban en la misma situación y ninguno de los dos tenía energía como para hacer algo más digno que apegarse al otro y disponerse a dormir.

Esa noche BaekHyun soñó con una especie de álbum de recuerdos donde siempre estuvo ChanYeol, siendo el primero en besarlo, en darle la mano, en hacerle el amor. El primero con quien fue al cine y el primero que lo hizo escabullirse y correr por los pasillos de El Selectivo entre risas mientras iban tomados de la mano. El primero en absolutamente todo para BaekHyun y definitivamente el último.

(No) Selected


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*SL: Seleccionados, nombre otorgado a los hombres en venta que pertenecen a El Selectivo.
*Periodo de Depuración: Momento en el que El Selectivo evalúa a los SL y saca a aquellos que no poseen factibilidad de venta.
*SS: Señor Supremo, nombre otorgado a los compradores o dueños de un SL.

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