006.
— Él es extraño — Le murmura Yeol a myung mientras ambos ven al chico rubio atendiendo con una gran sonrisa a los clientes que poco a poco llegan.
Y tal vez se escuche mal, pero ambos le tienen cierta envidia pues ahora él posee más propinas.
— Tal vez es solo optimista — Defiende myungsoo.
— Es extrañamente optimista, y eso llega a asustar.
— Dongwoo es así, y no veo que te moleste — Contraataca myungsoo.
— Bueno, tal vez no sería así con él sí en me regalarás a mí también galletas como lo hiciste con él, solo digo —. Se queja Yeol mientras comienza de nuevo a limpiar la barra.
— ¿Puedes dejar eso? La barra ya está impecable como para que la sigas desgastando. En segundo lugar, le devolví el favor porque él me compró unas a mí.
— Si hiciste eso... ¿No es como si cada uno hubiese comprado sus propias galletas? Además, ¿Sungjong no está casi en la ruina?.
Eso último lo murmura pero myungsoo logra escucharlo y para no sentirse muy estúpido por la primera pregunta decide centrarse en lo último.
— ¿Ruina? Creí que no lo conocías antes de aquí.
Sungyeol suspira y deja de hacer su tarea, mira al chico rubio quien está muy entusiasmado atendiendo a una pareja.
— Es la verdad, no lo conozco pero escuche que sus padres le retiraron el apoyo económico y tuvo que dejar su carrera.
— ¿Por qué?.
— ...
Sungyeol se queda en silencio un rato pues no sabe si eso le corresponde decirlo.
— Olvida eso, no debe ser de mi interés. ¿Tan mal está económicamente?.
— Debe demasiado alquiler y si para cuando acabe el mes no logra pagarlo todo, acabara en la calle. Por eso creo que es raro que se haya ofrecido a comprarte unas galletas, vamos, es lo más económico pero aún así cada centavo cuenta.
No es raro, piensa myungsoo y sin poder evitarlo también mira al chico, por primera vez repara en su delgadez, es incluso aún más delgado que él y si pasa por problemas económicos... Eso quiere decir que entiende más que nadie al pelinegro.
Y como si ambos se hubiesen puesto de acuerdo, Jong también voltea en su dirección y sus miradas se encuentran.
El chico en apariencia puede verse feliz, pero ahora que lo estudia bien puede notar que tiene ojeras, y que su felicidad no llega a sus ojos.
Oh, el destino es un hijo de puta al querer juntar a dos marginados con problemas económicos.
Y hablando de destino, myung dirige su mirada al hilo que lo conecta con el rubio, pero a diferencia del suyo propio de Sungjong no sufre ningún nudo.
Se siente culpable, es por eso que aparta su mirada con brusquedad y eso hace sentir un poco mal a Sungjong pero finge que no, después de todo ya está acostumbrado a ese tipo de gestos.
— ¿Qué significo eso? — Le pregunta Sungyeol a su amigo.
Cierto, él estaba a su lado, se había olvidado de eso.
— Me recuerda a mí, debe sentirse solo, es todo.
No deja que su amigo le responda y se dirige al otro extremo para seguir trabajando.
Sabe que tal vez su actitud está siendo infantil, y se odia un poco por ello, pero... ¿Por qué el destino era tan cruel? ¿O es que él es estúpido por sentir cariño hacia Howon?.
Tal vez si primero conocía al rubio y después hablaba con su vecino sería otra cosa, pero todo se dió de una manera distinta. Con algo de enojo comienza a tirar del hilo intentando infringir un daño en el, pero no puede tocarlo y por su fuese poco si alguien lo ve haciendo eso pensara que está loco.
Ahora sí le vendría bien hablar con Gyu, su amigo y jefe podría ser una persona con un carácter difícil pero siempre es un buen consejero y sin duda sabe como levantarle el ánimo.
— Disculpa... ¿Te sientes bien? — Myungsoo no sabe en qué momento el chico de apariencia delicada llegó a su lado sin escucharlo.
— ¿Por qué preguntas? — La pregunta sale de los labios del pelinegro de forma agresiva y el rubio se remueve incomodó.
— Tienes la mirada perdida, si te sientes mal puedes tomarte un descanso yo me encargo de todo — Le responde de manera suave aunque aún se puede apreciar cierta incomodidad.
Y myungsoo no puede sentirse más estúpido al estar tratando mal alguien que también tiene sus problemas, y que se está portando tan bien con él.
— Estoy bien, creo que necesito comida de verdad, es todo — Intenta bromear el pelinegro pero contrario a la reacción que esperaba la cara del rubio adquiere aún más preocupación.
— ¿Crees que él me deje ir a conseguirte algo?.
— ¿Conseguir?.
— Sí, se que aún faltan tres horas para que el turno termine pero si estás muy mal deberías comer algo.
La mente de Myungsoo se nublo un momento, rara vez recibía aquella atención que el chico le estaba poniendo y si seguía así no dudaba en que se pondría a llorar.
Sí, así de sensible es. El rubio se cansa del silencio y se aparta del lugar para dirigirse a dónde Yeol, parece preguntarle algo pues ve a su amigo pensar un poco para después asentir.
Sungjong toma algo de dinero de su bote de propinas y sal del establecimiento con paso apresurado.
Por tercera vez myungsoo se pregunta, ¿Qué está pasando?.
Sungyeol se acerca preocupado a su amigo.
— Si tanta hambre sientes y estás mal, debiste decirme. Ve a la caja, yo me encargo de las mesas.
Se retira lo dicho, por cuarta ocasión myung se pregunta, ¿Qué carajos está pasando?.
En definitiva no está acostumbrado a que todos se preocupen por él, pero no puede decir que le incomoda, porque es todo lo contrario y un sentimiento de calidez se apodera de su pecho.
¿Ya está de más decir que te amo, Chelle? JAJAJA, lo repito mucho pero nunca es suficiente.
Ya a partir de aquí tu wey no se muere tanto de hambre... Creo jsjsjs.
Si Wattpad me vuelve a cambiar los guiones largos por cortos me mato, primero aviso.
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