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[27]

Color de ojos: (c/o)
Color de pelo: (c/p)
Dónde vives: (d/v)

La gente que se encuentra en la ciudad se escondió dentro de hogares y edificios. Hay tanto silencio que solo puedes oír el soplido del viento y faltan unos cuantos minutos para que se corra la voz de un nuevo enemigo y lleguen los entrevistadores para las noticias en las revistas, periódicos, televisiones y múltiples redes sociales.

____ camina abrazando su cuerpo tembloroso, le castañean los dientes pero pone más atención en buscar a su primo. Con tanto silencio es mucho más fácil escuchar los gritos de su familiar en peligro.

Se le escapa el aire en un intento por reír. Sería un placer para ella el poder convertirse en Chat Noir.

Se ha dado cuenta de cómo no tiene tantas fuerzas como en la mañana, la vista se le hace borrosa a veces, y tose débilmente.

— Maldición... tengo hambre — habla para sí misma, tiene la boca seca—. Y que buena escena sucedió antes de que se lo llevara.

Sus pies se arrastran hasta dejar de caminar y observa el suelo con la mirada de ojos (c/o) completamente perdida. Su piel a perdido un poco de color, luciendo algo pálida; se le ha disminuido la presión variadas veces desde que supuestamente iba a casa.

A pesar de ello, solo se pone a pensar en lo que habló con su primo. Sentimientos, palabras, miedo... no es algo que le gusta aceptar.

Pero es verdad; supone que, después de todo es el miedo la razón por la que las cosas han sido como son, el miedo ha provocado que ella no sea capaz de decirle a Adrien lo que siente, que ponga barreras entre lo que quiere hacer y su meta, es verdad que por miedo ella acepta que prefiere dejar que las cosas pasen por si solas y que el chico decida a quien amar sin darse la oportunidad de intentarlo. ¿Que podría hacer? Siempre que intenta hacer un esfuerzo por algo a lo que teme, las cosas han terminado mal.

Tensa sus dedos que se sostienen a su cuerpo para mantener el calor y tiembla de frío.

Tiene tantas ganas de correr hacia el joven Agreste y abrazarlo con fuerza como el día en el que estaban en el puente, esperando conseguir que se detenga el tiempo a su alrededor.

— ¡AYUDENME! —la voz de Elliot hace eco por las paredes hasta llegar a los oídos de la chica. Busca en el cielo alguien que pueda reconocer, pero no hay nada—. ¡¿Q-QUÉ QUIERES DE MÍ?!

Agradece al silencio en la ciudad ya que la ayuda a reconocer de donde provienen los gritos. Para no perderse la dirección, comienza a correr soltando bocanadas de aire helado y exhalando el poco calor que le queda en el cuerpo.

****

— ¡Purr fin algo que me mantendrá ocupado de verdad! — el chico convertido en héroe da saltos ágiles sobre los techos de los edificios llenos de nieve blanca. Siente la emoción de pelear como nunca lo ha hecho, con tantas buenas vibras últimamente no había muchas batallas, y no es que quisiera que haya problemas en la ciudad, pero estaba agradecido de poder pelear de nuevo.

— ¡Aquí estás, Chat! — Ladybug se cuelga con su yo-yo, aterrizando a su lado y corren juntos—. Sé dónde están, solo sígueme.

— ¡No se preocupe, compañera del bien! ¡Yo mismo me sé la dirección igualmente! — contesta con un tono juguetón y ella rueda los ojos con una sonrisa.

— Ya vemos si llegas a mi alcance, gatito — comenta sonriendo con falso coqueteo y le guiña el ojo. Realmente no esperaba una reacción de parte del chico, pero este no sonrío en ningún momento, simplemente frunció el ceño y después de mirar al suelo volvió la vista hacia adelante mientras corría. Dio un salto y separaron sus caminos para encontrar a la akumatizada mucho más pronto, y así fue, la primera en verla fue la chica con traje de catarina.

El pobre de Elliot no se sentía para nada bien en brazos de un enemigo que extrañamente solo estaba en busca de él. Había intentado removerse, patalear y gritar pero no podía hacer que lo soltaran de una vez.

Ladybug lanza su yo-yo a un poste de luz y se cuelga hasta llegar al suelo, justo frente a la akumatizada. Elevando su brazo para apuntarla exclamó con un tono orgulloso:

— ¡Déjalo ir!

La akumatizada, conocida como Stealer sonreía con una aura oscura que a muchos podría darles miedo. Flotó hacia la chica catarina de manera carismática, su mano en su cintura y con su otro brazo sostenía al chico con facilidad.

— Tiene algo que quiero, y ¿sabes? Tú también tienes algo que quiero — habló pausadamente y señaló a sus lóbulos para referirse a que quería los aretes de la pelinegra—. También tu mascota tiene algo que quiero, y que voy a obtener a las malas si no están dispuestos a cooperar.

— Ya veremos — habla desafiante, Stealer vuela hacia lo alto de nuevo y Elliot se preocupa una vez más.

— ¡L-Ladybug! ¡P-Por favor! — las lagrimas quieren salir por sus ojos. Nuca había experimentado algo como aquello y no podía pensar en ninguna manera para salir bien de la situación.

— ¡No te preocupes! ¿Chat, estás aquí?

El mencionado responde con un brinco sobre la espalda de la chica con traje de múltiples piedras, y está comienza a perder el equilibrio.

— ¡Gato tonto! ¡Quítate de mi! — grita mientras vuela de un lado a otro para quitarse a Chat de encima. Este se sostiene lo mejor que puede hasta resultar siendo lanzado lejos pero aterriza dando una maroma de espaldas y cayendo de pie. Por otro lado, Elliot caía soltando un grito de pavor, intentando agarrarse al aire con sus manos desesperadamente hasta que Ladybug corre a atraparlo lo más rápido que puede.

Cierra los ojos con fuerza, está preparándose para sentir la caída mientras siente el viento en su rostro y de repente...nada, cae de manera amortiguada y abre los ojos lentamente esperando que no se trate de Stealer de nuevo. Sus ojos vieron el azul de los de la heroína, y pensó qué ella se había llevado el color del cielo y qué tal vez por eso últimamente se veía gris.

— ¿Estás bien? — pregunta tranquilamente avivando los sentidos del pelirrojo y este sintió como su alma se introducía a su cuerpo acompañado de un escalofrío. Era extraño una vez que tomó en cuenta que ella lo sostenía en sus brazos con facilidad.

— E-Eso creo...

Stealer agita su cabeza recuperando la conciencia y al elevar su mirada primero reacciona molesta al ver al chico de ojos avellana en los brazos de la heroína, pero no tarda en volver a sonreír.

— No importa, puedes quedártelo — habla mandando un beso con su mano—. Yo ya le quité lo que quería — su voz es arrastrada—. Y ahora, siguen ustedes dos, Ladybug y Chat Noir.

La pelinegra suelta a Elliot dejándolo de pie y se pone en posición para pelear.

— ¡Chat, llévatelo lejos por favor! — y con eso, ella corre hacia Stealer, quién se pone en defensa y está por saltar para volver a flotar pero Ladybug la sostiene del pie y la obliga a bajar. Los ojos azules logran ver a tiempo como la enemiga dirige su mano a las piedras de su cinturón para lanzarle una cadena y la agarra con su otra mano, enredándola en su cuerpo y no permitiendo que mueva sus brazos. Busca el objeto que pueda estar akumatizado pero logra encontrarlo entre las cadenas y se queja para sí misma, es una carta que está cerca de su cinturón. Los ojos rosados pierden la inseguridad que tenía hace unos segundos cuando creía que perdería y vuelve a sonreír con malicia.

— Mala suerte para la catarina — es lo único que dice antes de dar un salto hacia atrás y hacer que la heroína reciba un golpe en el estomago.

Un bastón plateado gira horizontalmente para atacar a la akumatizada y está logra agacharse antes a demás de desenrollar las cadenas y lanzarlas hacia Chat. El rubio resulta encadenado y no puede hacer ningún movimiento no importa cuánto esfuerzo haga, la piedra terminó de cerrarlas como un candado.

— ¡Aguarda ahí! ¡Encanto afortunado!

Al decir esas palabras, a sus manos cayó un anillo con un diamante resplandeciente. Buscó al rededor por alguna manera de distraerla con el, pero consideró que si quería destruir la akuma que estaba en la carta debía encontrarse lo más cerca que pudiera de ella. Ladybug aclara su garganta y se cruza de brazos fingiendo indiferencia hasta que abre la boca grande en sorpresa y sube su brazo con el anillo en la mano.

— ¡Vaya! ¡Pero que bonito es! ¡Que suerte que Stealer no podría robarme esto, después de todo, esto tiene mucho más valor y podría conseguir lo que sea con el pequeño diamante que tiene!

Al oír la noticia, el interés por su valor incrementó notablemente para la chica de pelo en punta y recordó lo mucho que quería conseguirle un regalo a su madre. El diamante era diminuto pero su reflejo era tan perceptible incluso a la distancia en la que se encontraban las dos.

Chat estaba aburrido, mirando en silencio y buscaba una escapatoria sin utilizar el cataclismo. Y eso que tenía tantas ganas de pelear, ahora había estado fuera de la batalla durante la mayor parte del tiempo. No logra concentrarse e inclusive en una posición tan tensa, recordaba la bufanda roja que había dejado en su casa, una vez que pensó en ello, seguía en su mente y tenía miedo si le estaba pasando algo malo para no poder dejar un tema tan común atrás.

— Un anillo con un diamante... podría funcionar — susurró la chica de traje turquesa, y sin pensarlo demasiado, comenzó a correr hacia la pelinegra de ojos azules—. ¡Dámelo!

— Te lo doy — habló Ladybug con seguridad. Cuando Stealer ya estaba a unos cuantos centímetros de distancia de atrapar el anillo entre sus dedos incide y pulgar, la heroína dio media vuelta e introdujo su otra mano de manera sigilosa para arrancarle la carta y escondió el anillo detrás de su espalda cubierta por el traje de puntos negros—. Pero debías entregarme algo a cambio, así que, gracias.

La akumatizada dio unos cuantos pasos creyendo que había conseguido el anillo, lo busco entre sus cadenas y se giró confundida pero no lo veía en ningún lado, mientras seguía preocupada por encontrar el anillo, Ladybug rompió la carta por la mitad y la dejó caer al suelo.

— Listo — lanzó el anillo al aire con una sonrisa victoriosa y dijo las palabras que hacían que todo volviera a la normalidad—. ¡Miraculous Ladybug!

Las cadenas que mantenían a Chat atrapado desaparecieron y Stealer cambió hacia la chica de pelo rubio y ojos miel, de estar buscando sin parar, ahora solo estaba parada con la mirada hacia la nada.

— ¡Todo está bien! ¡No te preocupes! — Ladybug habla sin borrar su sonrisa de victoria, y la chica accede con la cabeza sin decir nada—. ¡Feliz Navidad adelantada!

Los ojos de la chica catarina buscaban a su compañero hasta verlo estirando sus músculos que habían quedado adormecidos al principio, suspira suavemente y avanza hacia el chico con el traje negro y la personalidad llena de carisma y juegos de palabras.

— Supongo que la tranquilidad también nos mantiene un poco desacostumbrados ¿no es verdad? — habla conforme se acerca a él y suelta una risilla tierna—. No te preocupes, lo has hecho bien — continúa y estira su puño frente a ella.

Los ojos verdes que contrastaban con la mascara revisaron los puntos negros en el puño del traje de catarina y un peso se cargó en su pecho. Desanimado, chocaron los puños y ella se despidió apresuradamente como si tuviera algo importante que hacer con su verdadera identidad.

Chat dejó caer sus brazos a sus lados y todo su cuerpo tuvo un mal presentimiento que no le permitía actuar.

****

— Estoy segura de que estaba por aquí, se escuchaba mucho ruido y... ¿por qué rayos no lo encuentro? — ____ se asomaba de calle en calle, entre los edificios y dentro de ellos y lo único que veía era entrevistadores y fotógrafos amontonados en ciertos puntos que se iban en búsqueda de lo mismo que ella.

Estaba demasiado cansada, le dolía respirar aire tan fresco por correr con la boca abierta, a veces sentía que el suelo no era lo suficientemente estable para sostenerla pero sabía que solo se trataba de ella perdiendo el equilibrio. Exhaló una última vez y una pequeña nube se formó frente a ella, al caminar con la velocidad lentamente, daba por hecho qué tal vez estaba en problemas, perdida en la ciudad.

De la nada, la chica que había sido akumatizada corría del lado contrario sollozando levemente, chocó contra su hombro pero ni siquiera se disculpó, siguió corriendo hasta dar la vuelta en otra calle y ya no estaba a la vista de ____. Sintió una oleada de sentimientos cuando la vio, supo que era la misma chica que buscaba un regalo de Navidad para su madre, realmente quería ayudarla pero se había ido tan rápido.

Al mirar hacia adelante, se topó con una figura de un chico con un traje de orejas y cola negras, parado completamente solo. Definitivamente ____ estaba alucinando, o eso creyó hasta que lo vio caminando lejos con pasos lentos y agotados.

El corazón le latió con tal fuerza que su cuerpo debilitado no podía soportar, pero sintió un alivio al sentir una energía recorriendo su cuerpo de pies a cabeza, su respiración se volvió profunda, y aunque le había costado bastante llegar corriendo hasta el punto donde estaba ahora, estaba dispuesta a correr hacia Chat.

Sus piernas perdieron la debilidad, era como si hubiera sido recargada a una potencia tan alta que olvidó que había conseguido una gripa un tanto resistente. Frunció las cejas al volver a empezar a sentir dolor, y empezó a recordar la platica con Elliot repetitivamente, como una grabación que estaba trabada y no podía hacer más que empezar desde el inicio sin parar.

La distancia se acortaba con cada paso que daba, mantuvo la boca cerrada para no inhalar tanto frío y poder aguantar un poco más. Sus ojos no se despegaban del chico gatuno que seguía caminando cada vez más lejos y sintió miedo de que se fuera completamente dando sus saltos y trucos como ella solía hacerlos en camino a casa cuando era heroína.

Tragó con dificultad. En sus ojos (c/o) se reflejaba lo mucho que sabía que al paso al que iba tal vez no lo alcanzaría nunca y se decidió por llamarlo:

— ¡C-Chat!

Sonó demasiado bajo, no podría ser audible para él y se enfadó consigo misma mientras no dejaba de correr, volvió a respirar y se esforzó mucho más para hacer que voltee a verla, antes se aseguró de que nadie más estuviera ahí y lo llamó de nuevo.

— ¡Adrien...!

A lo lejos, el héroe dejó de avanzar al haber escuchado su nombre verdadero con el traje de súper héroe, temió que se hubiera descubierto su identidad y dio media vuelta desde sus tobillos. Su rostro hacia una mueca como cuando atrapan a alguien haciendo algo malo, pero al ver a la chica de pelo (c/p) corriendo hacia él, parpadeó creyendo que era una idea suya y su cara cambió al instante.

Cuando sus miradas chocaron, la menor sintió que su alrededor daba vueltas y se detuvo en seco cerrando los ojos. La cabeza punzaba de un dolor terrible, y que se diga de la temperatura que era tan alta que ella misma podía sentirla con todo y teniendo las manos casi insensibles por el frío de la nieve al rededor. Las lágrimas aparecieron en sus ojos y se formó un nudo en su garganta pero se contuvo las ganas de llorar quedándose quieta en su lugar.

Adrien seguía con el traje, pero al oír que lo había llamado por su nombre sintió como su corazón se cubrió de una sensación hogareña, su mente pudo dejar de pensar como si nada tuviese que cambiar y debajo de la máscara sus mejillas se pintaron de rojo, la mirada cristalina enfocada en la chica a lo lejos. Al ver que dejó de avanzar hacia él, levantó una ceja con curiosidad, esperaba que fuera ella quien llegará y no comprendía por qué se había quedado ahí. No soportaba con solo mirarla, esa misma persona no lo había dejado dormir, ni trabajar, ni siquiera descansar como sentía que debía hacerlo, si cerraba los ojos en medio de la madrugada, pensaba en ella, si estaba ocupado en sus sesiones, pensaba en ella, si estaba a punto de por fin salir con sus amigos... pensaba en ella.

Sus pasos fueron dudosos al inicio, y de un momento a otro todo su cuerpo se encargaba de correr hacia _____. Podía imaginar lo que diría Plagg en una situación así, e ignoró la molestia de aquello cuando se encontraba a poca distancia de la menor quien seguía sin abrir sus ojos.

Tanto vacío en la calle en la que estaban, con la nieve blanca y el silencio en la ciudad lo hacía sentir como si estuviese corriendo en un sueño. Estaba tan agobiado, su corazón no lo dejaba en paz, estaba molesto sin razón, triste, nostálgico, desesperado como si la última vez que la vio hubiera sido años atrás.

Su cabello rubio seguía rebelde como en la mañana, podría tener frío si no fuera por el traje que lo cubre bastante bien. Finalmente se detuvo, fue de golpe como si temiera tocarla y enterarse de que no está frente a él en verdad.

Dudó sobre lo que le estaba pasando, era como si se convirtiera en una persona completamente distinta a la que era antes de verla. Cualquier cosa que era ese sentimiento, los impulsos que lo provocaban actuar prefirió por detenerlos.

"Está mal..." pensó bajando la mirada de ojos verdes hacia sus manos cubiertas por el negro del traje "no puedo simplemente portarme de esta manera... no debería"

A pesar de lo mucho que quería convencerse de sus propias palabras, su mano sube lentamente hacia las puntas (c/p) del cabello de ____ y ella abre los ojos inmediatamente acompañado de un ligero temblor, estaban cristalinos y fruncía el ceño mordiendo la punta de su lengua con tal de no llorar.

El chico gatuno la observó con detalle unos segundos y pasó un mechón de su pelo detrás de su oreja para poder ver su rostro con claridad, a la menor le recorre por la espalda los escalofríos y sonríe débilmente hacia él.

— ¿N-No estabas perdido, cierto?— pregunta sofocadamente  y ríe adolorida—. Por qué yo sí... — susurró sintiendo como su voz quería volverse aguda y el nudo empezaba a desaparecer. Le picaban los ojos pero seguía intentado verse lo más feliz que podía.

Él rió ante su comentario con su típico tono sarcástico y ambas de sus manos se colocaron a los lados de su cara, acercando el suyo al de ella con ternura y recargó su mejilla sobre la cabeza de la menor.

— Podría decirse que lo estaba purr-inces...pero está es una grata sorpresa — murmuró suavemente y cerró los ojos—. Si estuviera perdido, definitivamente querría que fuera por ti — dice con sencillez, pero después de una pausa se da cuenta de que eso no es lo que quería decir—. Contigo...q-quise decir que me perdería contigo — rió nervioso e internamente se dio una cachetada con la risa burlona de Plagg al fondo.

Ella comenzó a toser y Adrien se separó para verla, bajando sus manos hacia sus hombros. El verde de sus ojos la reflejaban con atención en todo momento, sus pupilas se dilatan con solo tenerla a la vista y cuando ella deja de toser hace una mueca de disgusto.

— ¿E-Estás bien, ____? — la actitud bromista se va, llegando un sentimiento de responsabilidad ahora. Ni siquiera pudo contestar cuando sentía la mano del chico gatuno sobre su frente y cerró los ojos con fuerza, el traje se sentía helado a comparación de ella.

— Sí, lo estoy... — al hablar, siente la necesidad de sostenerse a él, sin embargo se queda inmóvil, paralizada del miedo que tenía por dejarse llevar.

¿Cómo podía ser este chico tan abierto? Se preguntaba sonriendo para sí misma mientras lo veía con sus ojos llorosos de recién haber tosido, definitivamente nunca podría estar con alguien como él, son demasiado...distintos.

Tal vez él esté enamorado de Ladybug, pero incluso asegura que Marinette podría ser perfecta para él, podrían pasar el tiempo juntos en la escuela, pasear por la ciudad, visitarse en los días festivos.

¿Y ella? Solamente está en algunas vacaciones, no visita muy seguido a sus tíos y primos ya que tiene más familiares en (d/v), más amigos a además. Nunca se verían, no coinciden en tantas cosas, no es cariñosa, es orgullosa y sabe que no tiene nada de malo pero también entiende que es difícil pasar el tiempo con alguien así.

— Tienes fiebre ¿como puedes decir que estás bien? — pregunta con un tono incrédulo hacia ella, pero se calla al instante al verla sonreír con los ojos completamente tristes.

Intentaba comprender lo que pasaba por su mente, que nunca se dejaba salvar desde el inicio, o durante las peleas insistía en que no se preocupara por ella, que repetía una y otra vez lo mal que se sentía cuando tenía que convertirse en trabajo para los demás. Le punzó en lo profundo del pecho con solo recodar la vez que fue akumatizada, y aún no sabe que fue lo qué pasó para que eso sucediera.

La chica respiro cortadamente y relamió sus labios antes de hablar de nuevo.

— ¿P-Por qué me miras así...? — cada vez era más bajo el volumen de su voz—. L-Luego me siento incómoda por ser tan mala para fingir... — le toma esfuerzo poder decir aquello, y parpadea dejando que resbalen unas pequeñas lágrimas que estaban retenidas.

Pero él no estaba juzgándola, simplemente observaba el estado en el que se encontraba y como era capaz de decir y esas palabras. Iba a salvarla, aunque ella se negara cada vez, iba a preocuparse por la chica que tenía enfrente cada vez que su sonrisa sea forzosa.

Ella quiso subir sus manos para secarse las lágrimas, se sentía avergonzada de verse tan infantil y rió cortante, estaba a punto de hacerlo pero las manos de joven Agreste la detuvieron rápidamente.

____ se sorprendió, mirándolo con los ojos bien abiertos y las cejas levemente alzadas, seguía llorando e intentó subir sus manos de nuevo pero él la detuvo una vez más suspirando pesadamente, ella se sintió cansada de seguir intentándolo, dejando sus brazos caer a sus lados y relajando los hombros. Presionó sus labios para no sollozar y estuvo por desviar la mirada cuando el rubio acercó su mano a su mejilla sin quitarle los ojos de encima, pasando su pulgar con cuidado sobre las lágrimas que tenía y secándolas completamente.

— Siempre haces eso cuando lloras ¿verdad? — pregunta y respira lentamente para calmar sus latidos—. Y ya sé lo que debes estar pensando, así que lo voy a decir de nuevo.

Ella traga y siente las lágrimas recorriendo su rostro , no está segura de lo que él quiere decirle pero se preocupa por qué al final de todo él realmente se canse de ella.

— Aunque lo digas miles de veces, e insistas sin parar sobre lo mismo cada vez más y más. ¿Entiendes? — habla buscando la reacción de parte de la menor—. Siempre voy a hacerlo, voy a cuidar de ti una y otra vez, y voy a ser tu caballero y haré lo que sea para mantenerte a salvo... no solo por qué sea mi responsabilidad cuando uso este traje, sino por qué...me importas ____ — le entrega una sonrisa cálida y ella siente las típicas mariposas en el estomago pero no demuestra nada—. Me importas de una manera que a veces yo no puedo entender, y Plagg molesta demasiado con eso y si supieras como no pude dormir ni hacer nada bien con solo pensar en qué podrías estar haciendo — sus palabras empiezan a salir sin pensarlo, simplemente era honesto y ni comprendía por qué pasaba todo eso gracias a ella. Se le escapó una risa y negó con la cabeza—. Que bueno que no me viste hace un rato, por qué no puedo creer que haya peleado tan mal y...

Cuando volvió a verla, su sonrisa se incrementó e inclinó la cabeza.

— El punto es, que yo no podría sentirme así de bien si nunca te hubiese salvado desde la primera vez, o si tú no me hubieses salvado a mi — se encoge de hombros cómodamente—. Tengo que admitir que no sé que es lo que me ha estado pasando, pero me hace entender lo mucho que aprecio que estés aquí — concluye y sus manos sostienen las de ella que son más pequeñas—. Siempre voy a estar aquí para ti.

Ella se queda callada unos segundos en lo que procesa todo lo que a dicho mirándolo a la cara e intenta comprender a que se quiso referir exactamente con todo lo que dijo. Abrió la boca para hablar, pero no pudo decir nada y bajo la vista a las manos que sostenían las suyas. Volvieron a caer unas pocas lágrimas de sus ojos pero sonrió levantando la mirada hacia la de él.

— Supongo que no podré negarme ahora ¿verdad? — dijo inclinando la cabeza igual que él—. Entonces ahora escúchame tu a mi — accedió con la cabeza para enfatizar y él espero a que continuará. Aguantó al respiración y exhalo volviendo a hablar—: Gracias... n-no sé que podría hacer para devolverte el favor cada vez que te arriesgas a encontrarme, y ya sé que no querrás pedirme nada pero aún así yo--.

La manera en la que la miraba la mantenía nerviosa, con los ojos entrecerrados por mantener la vista baja para verla, la máscara que cubría su rostro también escondía el color que tenían sus mejillas y su cabello algo despeinado cubría su frente un poco.

— ¿Qué pasa...? — pregunta interrumpiéndose a sí misma y él cierra los ojos riendo ligeramente.

— No pasa nada, continúa — niega con la cabeza y vuelve a abrir sus ojos para verla.

— ¡E-Estás haciendo u-una cara extraña! ¿Te estás burlando de mí? — habla sonriendo grandemente pero su cara entera se pinta de rojo y él vuelve a negar soltando pequeñas carcajadas—. ¡Ahí está!

— Está bien, ven acá — cambia el tema y de un momento a otro, los pies de la menor ya no tocan el suelo al ser cargada por él—. Aún tengo tiempo suficiente para llevarte a tu casa así que...

— ¿Eh? — sus brazos rodean el cuello de Adrien y este la mira coqueto—. ¿A mi casa? ¿Y Elliot?

— Estará muy feliz de verte allá también — le guiña un ojo—. ¿Estás lista?

— ¿Vas a ir a una altura muy alta?

— ¡Por supuesto! — exclama emocionado y ella mira hacia los lados sin saber que hacer, voltea hacia el cascabel que tenía en el cuello y le da pequeños golpecitos con sus dedos.

— E-Entonces yo solo voy a... recargarme aquí y no ver hasta que lleguemos — balbucea dejando su cabeza reposar sobre el hombro del chico y cierra los ojos con fuerza—. Y... no sé que más.

La sonrisa de Adrien disminuye un poco al verla de esa manera, de nuevo siente su rostro arder demasiado aclarándose la garganta para intentar volver a sentirse tranquilo.

— N-No te dejaré caer — dice, pero el encanto se ha vuelto tenso y ella sonríe adormilada.

— Lo sé, gato.

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