[17]
Color de ojos: (c/o)
Color de pelo: (c/p)
___ al retomar conciencia y levantar la vista, reconoció que estaba siendo sostenida por el rubio. Sus mejillas a pesar del frío del invierno comenzaron a quemar, y frunció el entrecejo hacia él que no le devolvía la mirada. Adrien hacia una mueca de susto repentino, con las cejas levantadas y los ojos bien abiertos.
— ¡Shoo! ¡Shoo! — el paraguas que tenía en la mano lo comenzó a agitar con fuerza hacia arriba y abajo—. ¡Aléjate de nosotros mariposa! ¡Alejate...! — su voz sonaba tan desesperada, que la confusión de ___ se convirtió en una carcajada enorme.
Él se detuvo inmediatamente, el paraguas lo había dejado caer y se había concentrado completamente en su repentina risotada, sus labios entreabiertos daban a entender que intentaba hacer un comentario, pero nada se le venía a la cabeza.
— Uh, perdón — se disculpó ella entre carcajadas—. Debiste ver tu cara — cubrió sus ojos con su mano mientras intentaba olvidar las expresiones que había hecho el mayor hace unos pocos minutos—. Espera un momento — mencionó respirando profundamente hasta quedar completamente tranquila.
La mariposa se había alejado con los revoloteos de sus alas, tratándose de solo ellos dos. No Nathanaël, no Plagg.
Por fin.
Esa mala sensación en su pecho se había ido con solo verla sonreír.
— ¿Encontraste a Elliot? — preguntó ella, inclinando ligeramente la cabeza.
Adrien tragó con dificultad, inspeccionando su rostro con cuidado.Las lágrimas estaban secas, su piel estaba templada, sus ojos tenían brillo, ella estaba sonriendo.
Todo estaba en orden. El rubio cerró los ojos aliviado.
— ¿Eh?
— Hace tiempo que no te veía, ____ — contestó con una sonrisa dibujándose ligeramente en su rostro. Abrió sus ojos verdes con la mirada al suelo—. Tuve que despedirme rápido aquella vez... — frunció el entrecejo, y se le escapó el aire al notar que su corazón parecía esforzarse por salir de su pecho.
Ella prefirió no hacer ningún comentario, esperando que él no recuerde nada más.
Lentamente sus espejos reflejaron la bufanda azul que protegía el cuello de la chica de pelo (c/p) y lo mantenía cubierto.
"Fue mi culpa" pensó él "fue akumatizada por mi" se culpó sin compasión alguna.
— Sé que no quieres verme, princess — continuó con la mirada fija en la bufanda—. Y sé que todo lo que pasó fue por mi. Comprendo que no quieras estar cerca...
La lluvia seguía empapándolos sin parar, y ella solo se mantenía con la atención puesta en él.
— Pero después de todo, recuerda: desde ahora, no quiero a nadie más, más que a ti — ella se sorprendió de que no parecía actuar como lo hacía usualmente, diciendo "usted" o "recuerde", sus palabras sonaban mucho más directas—. No te dejaré caer, dije que te salvaría siempre — pausó un instante para respirar—. Y que si no te encontraba, te iba a buscar siempre.
Ella estaba hipnotizada por sus ojos que reflejaban perfectamente su rostro atónito. El cielo grisáceo producía una sombra a los jóvenes, y un trueno provocó que ella reaccionara alejándose de él rápidamente, e inclinándose a sostener el paraguas que él había soltado.
— D-Dices eso, pero todo ese caos no fue producido por ti ¿entiendes? — mencionó ella, levantando el paraguas y agitando las gotas de agua, colocándolo encima de él, la lluvia mojándola a ella—. Sigues diciendo lo mismo, pero te digo que desde que te conozco he hecho puros problemas.
— Y yo te dije que siento que si no te salvo, las peleas no van a valer la pena ahora — sonaba enfadado—. Te pedí que no me dejaras.
— No comprendo por qué quieres que me quede — ella comenzaba a tartamudear, desviando los ojos para todos lados en busca de tranquilidad—. No comprendo que es lo que ves en mi--.
Ella fue interrumpida por él tomándola de los brazos y acercando un poco su rostro al de ella, apretando suavemente su agarre, como si no quisiera que se escapara.
— No lo sé — murmuró sin dar vueltas. Sus ojos se habían oscurecido bajo el paraguas, su cabellera húmeda, y gotas escurriendo de sus mejillas hasta su barbilla al igual que ella—. Plagg había mencionado tanto como el Yin y el Yang estaban hechos para estar juntos y complementarse, pero ¿qué es el bien y el mal?
— No tengo ganas de meterme en los asuntos de salvar al mundo--.
— Solo soy una persona, el Miraculous no puede definir lo que pasa conmigo.
Ambos se miraban a los ojos, y el ambiente era frío. Pero desde esa otra vez en el colegio, el silencio se había vuelto una dicha.
____ recordó la platica que tuvo con Plagg esa otra noche, como ella había llegado a la respuesta después de tantas preguntas.
Ella tenía en la punta de la lengua la palabra que él quería decir, pero que no había descubierto aún.
— Yo no soy mi Miraculous ¿si? No soy solo mala suerte y destrucción, ese solo es mi poder. Pero yo soy Adrien Agreste, una persona que como puede hacer malas acciones, puede hacer buenas. Ser Chat Noir solo es una responsabilidad que tengo, estoy destinado a complementar el Yin y el Yang cuando soy él, pero eso solo dura un instante, yo no soy él en sí. Fuera de esa responsabilidad, tengo mi propio destino, mi propio bien y mal, mi Yin y Yang... No estoy incompleto — se quedó pensativo ante todo lo que había dicho, y sus mirada pareció perderse en sus pensamientos.
Él sostuvo el paraguas, tomando la mano de la de pelo (c/p) y sintió una energía recorrer su cuerpo hasta su estómago, acomodándolo de manera que la proteja de la lluvia también.
— Supongo que veo mi destino en ti, ____. Puedo ver que realmente no estoy encerrado en vivir detrás de máscaras o imágenes públicas. Puedo ser yo mismo contigo, decidir mis propias acciones, no tener una responsabilidad amarrándome todo el tiempo. No tener que fingir una sonrisa a las cámaras, o ser un personaje que no soy...
Ella sintió el contacto de su mano sobre la suya, y cerró los ojos al notar que su rostro ardía de nuevo, cubriéndolo con su otra mano. Su corazón latía en su garganta. Adrien no quitaba su mirada de encima.
— Me gusta cómo me siento contigo, me siento real.
Para ella esto no era una confesión de amor, simplemente estaba abriendo completamente la razón por la cual él la apreciaba tanto, como una amiga cercana, o como una compañera, o como la primera en poder comprender quién era el en realidad.
Y ella sentía algo por él, quería decirlo, pero lo que había sucedido la otra vez por sumirse demasiado en esas emociones la había dejado con una mala experiencia.
El paraguas hizo un movimiento extraño, cerrándose de repente y dejándolos a ellos dos dentro.
— ¡A-Ah! — la chica de pelo (c/p) soltó un grito del susto, intentando buscar una forma de abrir el paraguas de nuevo.
Adrien no tardó en volver a acomodarlo, y ella levantó la vista al verlo extendido. Sus ojos (c/o) bajaron un poco hacia la figura del rubio, que la miraba con los ojos bien abiertos.
— ¿Por qué siento que siempre me pasa esto con los paraguas? — parecía que no le agradaba mucho lo que había sucedido, hasta que empezó a reír a carcajadas. Su risa era suave y agradable.
Ella sonrió al verlo, riendo junto a él.
****
— ¿Nuevo? — preguntó el kwami muy parecido a un gato negro.
— No creí que esto podría pasar... Después de tanto tiempo — la voz de un anciano que se encontraba lejos de los jóvenes, sosteniendo su propio paraguas, parado en medio de la calle, mirando con atención.
— ¿Entonces qué significa todo esto? — volvió a preguntar la criatura, flotando cerca del anciano.
— Pues... Todo depende del destino, supongo — susurró, sonriendo con emoción—. Esto es cada vez más interesante... — rió, caminando más lejos de ellos—. Muy interesante, oh si, interesante — repetía para sí mismo en busca de una respuesta concreta a lo que iba a suceder.
****
— ¡Elliot! — el pelirrojo finalmente logró encontrar al primo mayor, que se veía bastante frustrado por haberlos perdido en tanto catástrofe.
Cat-ástrofe.
Lo siento, no lo pude evitar.
— Nath ¿cómo está ____?
— Te estábamos buscando junto con Adrien.
El chico de ojos color avellana se detuvo a medio camino, y sonrió maliciosamente para sí mismo.
— Entonces está bien — canturreó sin importancia, rodeando al pelirrojo por los hombros y llevándoselo con él—. Vamos a ese lugar que estaba mencionando que se veía encantador — continuó sin dejar de sonreír.
— ¿Y ____?
— Esta en completa paz y tranquilidad, gracias por preguntar — contestó de vuelta—. Así que vámonos, no quiero que se acabe el tiempo antes de llegar.
— Hum...
Oh, mencionado destino...
¿Qué tienes entre manos?
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