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Acto 4

Momoka sigue caminando y detrás la sigue Kashimo, el cual está al pendiente de cualquier cosa que aparezca... Desde hace rato ha detectado una presencia, una que muestra sed de sangre pero se oculta bastante bien, no puede dar con ella por más que se concentre, sonríe de tan solo pensar que es un oponente que le puede dar un buen calentamiento.

—¡Kashimo!.—El grito de Momoka lo hace reaccionar, viendo hacia la mujer.

—No grites estoy aquí. —Le regaña, caminando hacia ella.

—Uraume me enseñó a saber cuando hay maldiciones cerca... Si hay un gran silencio y solo eres capaz de escuchar los latidos de tu corazón, entonces no dudes que te están acechando.

—Hmm. —El de cabello celeste no lo había notado por estar pendiente de la otra presencia pero se dió cuenta que ella tenía razón, sonrió complacido.

Momoka se movió de su lugar rápidamente y Kashimo lanzo un rayo ahí mismo, un enorme brazo deforme salió, esa cosa no tenía forma, solo eran un monton de brazos y piernas, teniendo ojos y bocas en las extremidades, empezo a gritar, causando que Momoka se cubra los oídos pero Kashimo está como si nada. —Mirame niña, vas a presenciar algo fenomenal. —Dijo Kashimo usando su gran báculo para empezar a acumular su energía eléctrica e iba contra el monstruo, sabe a qué se enfrenta, se ve poderoso.

—Kashimo... ¡Espera que tal si tiene expansión de dominio!.—Grito ella, y entonces alaridos se escuchaban de la criatura, usando sus manos para hacer una seña, pronto ambos fueron envueltos en una esfera.

Los ojos magenta de Uraume vieron con impresión como ambos desaparecieron de la nada. —Tch. —Gruñe con frustración, esa maldición era de Kenjaku, la reconocía, después de todo le había ayudado a reunir varias antes del incidente de Shibuya.

Pronto apareció el mencionado, sonrió. —Bien, debo admitir que esto fue un error de cálculo, no pensé que tú esposita estaría aquí. —Le dijo al fin el hombre que tiene el rostro de Suguru.

Uraume empieza a congelar el piso y grandes picos de hielo se hacen presente, casi atravesando al azabache que fácil evadió dando un par de pasos. —Ja.

—Primero en vez de hacer que encarne haces que sea una reencarnación, y ahora esto. —Le contesta Uraume, tensando la mandíbula con enorme enojo.

—Ya te dije, ella tiene todos los recuerdos intactos del pasado... Además ya tenía un plan B por si no funcionaba. —Le respondió Kenjaku. —Pero hey, lo hice bastante bien... La verdad fue como haber tenido una hija, más o menos. —Dijo entre risas.

—Que tonterías.

—Como sea, ya te dije, es Momoka... Lo comprobarás pronto.

Uraume le dió la espalda al fin a Kenjaku, aún no podía creer como le dijo tan a la ligera como Momoka termino siendo diferente a los demás.

Ella nació, de un par de padres no hechiceros, incluso tuvo hermanos, llevando una vida normal y llevando el nombre de Moka, cuando supo de aquello por supuesto que se preocupo.

...

Realmente era una época de mucha calor en ese momento, incluso las concubinas de Sukuna que acostumbran a usar varios kimonos ostentosos los dejaron de lado... Usando Yukatas, dejando abierto arriba y abajo de la prenda.

Momoka también tenía calor, ha pasado un mes desde que se volvió concubina de Uraume, él suele estar ocupado en el trabajo, pero cuando viene siempre lo recibe... Él no le ha puesto una mano encima, se ha mantenido lejos en distancia, por un momento pensó que la cambiaría pero después empezó a traerle kimonos y peinetas, aún se esmeraba por enseñarle a leer y escribir, incluso empezó a contarle del mundo de la hechicería.

—Llegue. —Al fin entro Uraume, después de la cena que se hizo en la sala principal se venía a descansar, ladeó la cabeza y se dió unas palmadas suaves en el cuello, vio a Momoka tirada en el piso al lado de la ventana, se nota que muere de calor.

—Ah... Me estoy asando y eso que es de noche. —Ella dijo, levantando su vista para ver a Uraume se puso de pie al fin y dió una reverencia. —Buenas noches Uraume-Sama.

—¿Ya cenaste?.—Momoka asintió dando a entender que si.

—Perfecto... Si tienes tanta calor date un baño, ah, Pero antes de eso intenta darme un masaje en los hombros. —Momoka noto como el usa su kimono elegante, siempre le pareció caluroso esa cosa y con este calor aún más, pero nota que Uraume no tiene ni una gota de sudor, y está bastante tranquilo, además no se quita el kimono por completo en si, simplemente se lo baja lo suficiente para dar a notar sus hombros. —Empieza.

Las manos de Momoka se posaron sobre los hombros del albino, empezando a masajear pero notando algo curioso. —Uh. —Sigue con el masaje pero se agacha y posa cerca su mejilla de la apenas espalda descubierta del albino, es tan helado, Pero refrescante con este clima. —Uraume-Sama, es muy frío. —Contesta emocionada.

—Me suelen decir serio. —El contesto.

—No, no... Me refiero a que lo toco y está helado. —Dijo Momoka poniéndose frente a Uraume quien está sentado al borde la cama.

Uraume frunce el ceño ante las palabras de ella. —¿Y?.

—¡Eso es genial!.—Esa respuesta lo tomó por sorpresa.

Recuerda cuando era más joven cuando alguien lo tomaba de la mano soltaba está, diciendo que era demasiado helado... Que se sentía como tocar a un muerto, que le causaba una sensación desagradable, desde ese momento no dejo que nadie se acercara a él.

—¿Ah sí?.—El pregunta con poco interés.

—¡Si!... O sea por eso puede usar su ropa sin problema ¿Verdad?. —Ella cuestionó emocionada.

Debía admitir que de principio se abstuvo con Momoka por esos pensamientos, si bien la podía desechar rápido cuando dijera algo malo de su temperatura corporal, también sentía cierto pesar de que de nuevo debía escoger y esperando que no lo vieran con desagrado.

Se quedó pensativo unos segundos y al fin se bajó la parte de arriba del kimono, extiende apenas sus brazos. —Anda. —Momoka se sonrojo, vaya que era pálido, no tenía tanta musculatura Pero tampoco era un flacucho... Verlo por primera vez así le emociona.

—¡Oh!. —Dijo emocionada y lo abrazo y vaya que era refrescante apoyo su mejilla sobre el pecho de él, realmente le encantaba. —Es tan agradable. —Dijo ella, frotándose contra él.

Apenas un leve rubor se vio en las mejillas del albino que pronto correspondió al abrazo, posando sus manos sobre la cabeza de Momoka y en la espalda de ella.

Momoka lo seguía abrazando, estando de pie y Uraume sentado aún en la cama. —¿Realmente te gusta?.—Pregunto Uraume con tranquilidad y Momoka asiente felizmente mientras sigue apoyado contra él.

—Con este calor es el paraíso su pecho. —Dijo ella sin pudor alguno.

Uraume pasó su mano por la espalda de Momoka, empezando a acariciar, podía sentir el sudor acumulado en la prenda que usaba... Él insistió en qué ella no usaría Yukatas como las concubinas si no kimonos. —Vaya si que estás sudada. —Susurro Uraume aún acariciando con empeño, posando su otra mano sobre la cabeza de Momoka.

—Si... Je, que pena. —Dice Momoka sin percatarse aún de eso toque tan atrevido de Uraume... Pues su mano bajo lo suficiente para posarse en sus posaderas, acariciando primero con curiosidad, mirando la expresión de Momoka, mantiene sus ojos cerrados con una sonrisa complacida, ella disfruta de no morir de calor.

—No te preocupes...—Murmura Uraume aún continuando... Está vez bajando su mano hasta el muslo de Momoka apretando ligeramente.

Haciendo que se acostumbre a la frialdad de su cuerpo... Poco a poco para no tomarla con sorpresa.

—Oh... ¿Me está manoseando verdad?.—Se escucho a Momoka preguntar aquello, sorprendiendo apenas un poco a Uraume.

—Si. —Contesto sin rodeos.

Momoka se sonrojo hasta las orejas, mientras sonreía tímidamente, no sabiendo que decir... Realmente le sorprende, ya había creído por un momento que Uraume simplemente no estaba interesado en el sexo.

—Tu cara me dice que no tienes tanta experiencia. —Dijo Uraume, sujetando a Momoka para sentarla a su lado.

—Bueno... Tampoco soy tan inocente, se lo que conlleva Pero experimentar eso de primera mano no lo sé del todo.

—Puedo decirte que yo si tengo experiencia, poca de hecho... Yo estuve casado. —Hizo saber con tranquilidad, Momoka abrió sus ojos con sorpresa mirando a Uraume con atención, claramente quería escuchar más.

—Esta muerta. —Refiriéndose a su esposa. —Yo la asesiné. —Aquella revelación hizo que Momoka tragara saliva lento. —Me engaño, por supuesto eso no justifica el asesinato... Pero me deje llevar por la ira. —Hablo con tranquilidad de tal atrocidad, Momoka se encogió de hombros, debió suponerlo de alguien como él pero su trato tan amable hacia ella hizo que olvidara el tipo de persona que puede ser Uraume. —¿Cambiaría lo que hice?, no. —Dice secamente.

—Tal vez mi pregunta sea tonta... ¿Pero la amaba?.

—Es una buena pregunta. —Dice Uraume. —La respuesta es no... Nuestro matrimonio fue arreglado, los más beneficiosos serían nuestras familias, honestamente acepte por aburrimiento... Quería una experiencia, y fue decepcionante. —Dijo con aburrimiento. —Solo una vez intentamos tener hijos, después de eso cada uno dormía en habitaciones diferentes, aún así no la engañé, de todos modos no tenía tanto interés en las mujeres en ese tiempo.

Momoka lo miró con curiosidad, inflando sus mejillas como si se contuviera de decir algo malo.

—Ni mucho menos en hombres...—Gruño molesto Uraume al ver la cara de Momoka.

—Je. —Ella soltó una carcajada seca y nerviosa. —Perdón.

—Como sea... Simplemente no tenía interés, así pasaron los meses, una vez llegué antes a casa, y allí estaba ella, encima de un vil sirviente, al menos esperaba un mejor reemplazo. —Dijo Uraume. —Obviamente estalle en colera... Y su actitud no ayudó de mucho, diciendo que amaba al tipo y que yo fui el peor, porque la ignoraba por ser indiferente, su lloriqueo me harto, congelé su cabeza y después la arranque. —Explico con bastante tranquilidad aquello. —El amante estaba llorando e implorando perdón... Eso me puso de buen humor, pero igual lo maté.

—Entonces huyó...—Dijo Momoka, tan solo suponiendo.

—No. —Le contesto. —En lo personal tengo cierto gusto por la carne humana... Así que preparé algo de la carne de ella y él, su sabor era... Aceptable. —Momoka se volvió a encoger de hombros. —Pasó un mes y sus padres estaban preocupados al ya no recibir sus cartas, los invite y les hice saber lo que hizo su querida hija y como actúe. —Uraume sonrió burlón. —Sus caras fueron interesantes... Tan enojados y tan dolidos, dijeron que le dirían a mi familia para que me dejarán en la calle y yo pagará por lo que hice. —Solto una carcajada. —Y precisamente mis padres estaban en otra habitación y escucharon todo.

—¿Y que paso?.—Cuestiono Momoka intrigada.

Uraume miro a Momoka, podía ver qué estaba algo asustada, pero no se apartó en ningún momento... De cierta manera eso le agrado.

Recuerda bien las expresiones de sus padres cuando confesó su crimen... Dijeron que con él sirviente podían dejarlo pasar, pero lo que hizo con su esposa fue imperdonable y les costaría la reputación, lo dejaron como él peor hijo de la familia, como su madre lloraba y reclamaba a los dioses por darle un hijo así... Por darles a un niño maldito, aún recuerda como su padre se abalanzó contra él con un cuchillo, se sorprendió, Pero no por qué lo atacó si no porque no vio venir el ataque.

—Los maté a todos. —Contesto al fin. —Honestamente me daba muy igual mi reputación, quedarme sin su herencia... Simplemente deteste que me amenazaran.

Momoka seguía en silencio mirando a Uraume.

—Despues fui a buscar a mis hermanos y hermanas... No quería estar al pendiente por si buscaban venganza los asesiné a todos. —Dijo Uraume contra tranquila, y Momoka solo lo seguía observando. —Y después de eso termine sirviendo a Sukuna-Sama.

Momoka trago saliva, pensando en cómo desviar aquella conversación, no tenía idea de que decir, y tampoco quería expresar mucho. —Ah... ¿Y porque de repente te intereso estar con una mujer?.—Pregunto Momoka esperando con eso cambiar de tema.

—Ya me había ofrecido Sukuna-Sama concubinas Pero simplemente no me llamaban la atención, hasta que te ví a ti. —La mano helada acarició brevemente el cabello grisáceo de Momoka. —Supongo que resultaste ser mi tipo. —Uraume se inclino para estar cerca del rostro de Momoka, ella se le quedó mirando, se veía muy nerviosa. —¿Ahora me tienes miedo por lo que te conté?.

—Honestamente... Siempre sentía un poco de miedo. —Le confesó. —Ah. Me asustaba la forma en que me fuera a tomar.

Uraume la miro en silencio, acariciando suavemente ahora la mejilla de Momoka. —A diferencia de Sukuna-Sama no halló placer en violar. —Le contesto dejando de tocarla. —Si no hubieras querido simplemente te hubiera dejado y listo. —Responde con simpleza. —Aunque de todos modos no estoy tan interesado en formar lazos.

—Oh...—Momoka de nuevo lo observa en silencio, ya sabía bastante del pasado de Uraume, no se imaginaba que tan bonito rostro tuviera las manos manchadas de sangre.

—¿Y tú?.—Pregunto de repente Uraume.

—¿Yo?.

—Si. ¿Que hay de ti?... Sabes ese día que te secuestramos del pueblo no te ví oponiendo mucha resistencia, era la más calmada entre todas, al principio pensé que eras...

—Tonta. —Momoka termino la frase encogiéndose de hombros. —Bueno a diferencia de usted soy de baja cuna... Se cómo sobrevivir, además si no eran ustedes quienes me llevaban seria otro hombre, aunque pensé que sería una sirvienta.

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¡Una disculpa la espera!, quería traer un buen headcanon del pasado de Uraume <3 muchas gracias por haber leído.
Mi fanfic de Suguru espero continuarlo en menos de una semana ☺️☺️☺️

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