
Una nueva aventura. La traicionera Amie
[Amie]
Era un sábado por la mañana, desperté de nuevo sintiéndome una más al vacío, miré al lado de mi cama donde había un espejo. Estaba roto.
Veía como mis ojos marrones se veían tan vacíos, tan muertos, ya había actividad en el barco, mi deber como capitana había empezado, así que tomé mis sandalias y caminé hasta la ducha con mi bata de baño rosa y una toalla esmeralda, todos me saludaron, yo les devolví el saludo con una sonrisa.
Sé que saben que en las mañanas no estoy de buen humor, y no es que estuviera enojada, simplemente estoy desconectada.
Abrí la regadera, y poco a poco me empecé a desvestir, era la misma maldita rutina todos los días, buscando libertad, dinero y a veces diversión.
El agua recorría mi cara y espalda, eso hizo que me despertara más, así que volví a mi modo neutral, junté mis manos y deseé algo con todas mis fuerzas y esperanzas, lo deseé más que nada en este mundo pero sabía que no se cumpliría, unos golpes en la puerta me sobresaltaron pero miré tranquila a la puerta.
—¿Amie-Chan? ¿Eres tú ahí cierto? —la voz de Marget se oyó desde el otro lado, suspiré mientras masajeaba mi cabello castaño y miré hacia otro lado.
Marget, segundo al mando, una chica bastante ruda y orgullosa, pero es amable y bondadosa con las personas que en verdad ama, es mayor que yo.
— ¿Que pasa Marget? —pregunté cerrando la llave del agua pues ya había acabado, tomé la toalla del cabello y la coloqué alrededor de mi cabeza en dirección hacia arriba.
—Hay nuevas noticias Amie-san. —sonó como se apoyaba en la puerta y sacaba un papel, supongo que era una hoja recién arrancada. —"Desde ayer a las diez de la noche hasta hoy, dos de la tarde no se ha avistado ningún barco pirata, dicho esto con gran pesar sugerimos regresar a la isla y volver a intentarlo en dos días"
Es el informe de los chicos Amie. ¿Cuál es tu decisión?
Quedé en silencio, ya estaba secando mis piernas cuando de repente me incorporé y abrí la puerta ya con mi bata de baño alrededor de mi cuerpo, Marget se cruzó de brazos esperando una orden.
—¿Pues que más se puede hacer? Gracias por informarme, Marget. Mi orden será que volvamos a casa y mi petición es la misma de siempre, manténganse callados. —dije esbozando una sonrisa triste, Marget suspiró y me tomó del hombro.
—Lo siento, Amie. Tal vez para la próxima. —mencionó palabras de apoyo que claro, se veía su intención. —Me retiro. —dijo esto y se fue.
El día iba a ser más aburrido que de costumbre, pero bueno ¿Al mal tiempo buena cara? Caminé hasta mi cuarto que de buenas hay un pasillo donde puedo caminar con toda tranquilidad hasta desnuda, al llegar a mi recámara observe mi cama donde preparé mi ropa de pirata, la que siempre utilizo al surcar los mares, busqué en mis vestimentas un suéter verde y un pantalón rosa, decidí cambiarme con eso cuando abren mi puerta.
—¡Amie-sama se informó que....! —dijo un tipo de mi tripulación entrando sin ninguna pizca de vergüenza, observó que estaba desnuda por lo que se sonrojó y yo también.
—¡Idiota! —le proporcioné un buen golpe en la cabeza. —¡Se toca antes de entrar, imbecil! —le di unas cuantas patadas y un golpe, después cuando me sacudo y me vuelvo a acomodar mi bata, pregunto. —¿Qué es lo que ibas a decir?—dije mirando desconfiada.
—Pues se informó que... pues... —observé como se detenía de hablar, miraba mi cuerpo con algo de encanto, ¿Que más puedo hacer? Es algo que no puedo controlar.
—¡Basta! —dije otra vez proporcionando un golpe. En serio, si no conociera a este tipo ya hubiera muerto. —¡Pervertido! —dije una vez más alto enojada mientras posicionaba mis nudillos en mis caderas.
—Ya, ya. Lo siento. —dijo sonriendo y después aclaró su garganta. —Amie-sama, avistamos un barco pirata cerca de aquí, es nuestra oportunidad. —dijo con un puño mientras sonreía, mis ojos se iluminaron y una sonrisa se fue formando de poco en poco.
— ¡¿En serio?! —pregunté juntando mis manos casi saltando de la emoción.
-Sí -Dijo asintiendo con la cabeza, acomodó sus guantes y mirándome de nuevo.
-¡Perfecto! -dije sentándome en mi cama y tomé de nuevo el corsé rojo, cuando me iba a quitar mi bata de baño miré a mi acompañante y poco a poco alze una ceja, él se dio cuenta de que estaba estorbando sólo un poco.
-Me retiro. -dijo rojo y tartamudeante mientras cerraba la puerta. Sonreí y miré mis manos ahora sosteniendo mi traje.
Lo sé, ésta rutina es aburrida y la detesto pero ninguna cosa en este mundo es cien por ciento buena, una de las pocas razones por la que sigo haciendo esto es porque en una de estas ocasiones puedo verlo de nuevo a él.
Al terminar de vestirme me miré al espejo donde sonreí y bajé un poco mi falda pues estaba corta, no es que quisiera pero mayoría de piratas se fijan en las piernas y lo sensual cuando ven a una mujer y yo sólo participo en mi propio acto. Como sea, me veo como una auténtica pirata, salí afuera de mi habitación y me apoye en la barda mirando las olas pasear junto a mi barco.
-El barco se acerca por babor atrás de nosotros, -dijo Marget caminando lentamente hacia mi por detrás, cuando finalmente se posicionó al lado mio. -Amie-san, ¿Podrás trabajar bien?
La miré sin mover mi cabeza, suspiré y apoye mi cabeza en mi mano. -Si Marget, no es tan difícil. - dije cerrando los ojos y mi pelo movía mi cabello.
-Bueno.. No puedo decir que no vayas a lograrlo, por que si la tripulacion esta comformada por hombres, lo enamorarás- se lanza una carcajada- Con tu largo cabello castaño y esos ojos color miel tan lindos.
-¡Hey, Marget! - dije observandola sonrojada mientras mi labio temblaba, no era muy buena con los halagos, no me gustan ¿Porqué no pueden sólo decir cosas como "me gusta tu ropa" ó "me encanta tu actitud"? El físico es lo de menos, aclaró que no iba a llorar ¿Porqué iba hacerlo? Soy penosa pero no tanto.
-Y esas orejitas de gato tan lindas. -fue la gota que hizo que me precipitara y al instante cubrí mi cabeza.
- ¡Diablos! ¡Alguien traiga mi sombrero, por favor! - dije gritando para abajo en la superficie del barco. -¿Cómo se me pudo olvidar? - dije para mí misma. Observé que Marget suspiraba y se cruzaba de brazos mientras movía su cadera a un lado ligeramente.
-Amie, es hora de que te olvides del sombrero, nada va a suceder han pasado diez años, hasta una organización gigantesca como el gobierno se cansa de buscar.
Me reí de forma irónica mientras negaba con la cabeza. -Si tú piensas eso entonces debes ser más ingenua que yo Marget. No soy la única persona que fue buscada.
Las nubes cubrieron el sol haciendo que se oscureciera un poco quedando un tono gris en donde fuera, el viento sopló más moviendo el cabello corto y rubio de Marget. Sentía que iba a decir algo importante y algo en mi interior me gritaba que tuviera cuidado, Marget abrió la boca para hablar.
- ¡Amie- Sempai! ¡El barco enemigo se alcanza a ver desde aquí! Nos acercamos. - dijo Emil, un hombre de la tripulación.
Volteo para atras mientras camino para poder observar el futuro barco visitado por mi. Se acercaba lentamente y no había señal de que quisiera atacar, su bandera negra llevaba un gran jolly roger de un sombrero de paja, un flash inundó mi mente por unos segundos y después desapareció, fue extraño, voltee sonriendo con confianza a mis nakamas y alzé un brazo.
-¡Esto no tiene nada de diferente! El mundo es traidor y el mar es su aliado, siempre te van a criticar por cualquier singular cosa que hagas, el mundo mismo nos tacha de traidores pero el trasfondo de esto es la libertad!
Todos damos un gran gritó tanto de guerra como de motivación y miré con optimismo el barco.
[Luffy]
Estaba en el mástil del barco viendo la gran vista que me ofrecía el East Blue, faltaba poco para ya partir y hasta luego mar, el Grand Line era otro paso para acercarme a cumplir mi sueño de ser el rey de los piratas, ¡Sólo faltaba cruzar una isla!
-¡Luffy! -oigo gritar mi nombre, era Nami quien me llamaba así que decidí bajar con cuidado de no volar mi sombrero.
-¿Qué pasa? -digo sonriendo mientras me acerco a mi navegante favorita.
Me mira con algo de inseguridad y desconfianza mientras sus labios forman una trompa pequeña.
-¿De casualidad y de pura casualidad no sabes que le pasó al veinte por ciento de nuestro tesoro? No los encuentro en ninguna parte.
-¿Veinte por ciento? ¿Veinte? ¿por ciento?... ¡Claro! creo que los gasté en ingredientes para que Sanji los utilizara.
-¡E-espera un poco Luffy! ¡Nunca me dijiste que habías sacado eso de Nami-san! - dijo Sanji saliendo de algún lugar y apretando mi hombro, me limito a sonreir.
Nami coloca sus brazos por detrás de su cintura y sonrió mientras se acercaba a nosotros lentamente, Sanji se hizo un poco para atrás.
- ¿Nami? -alcanzo a decir antes de que mostrara una cara maligna y ¡de miedo!
-¡Idiotas! ¡Son unos descuidados! -nos lanzó una patada tan fuerte que le hizo un agujero al Merry y yo quedé adentro de la cocina junto al desastre.
Alcancé a escuchar los regaños de Usopp a Nami aunque ésta sólo le mostrara indiferencia, yo reí.
[Amie]
Estábamos a segundos de estar lado a lado con el barco contrario, miré con algo de emoción y desesperación el barco, no aguantaba no ver nuevas caras y sólo estaban a segundos de mí, mis ojos se iluminaron al ver que podría juzgar de nuevo.
- ¿Segura que lo vas a poder lograr?- me preguntó Marget nuevamente, la miré ahora ya con decepción y algo molesta pero después calmé mi expresión y cerré ambos ojos.
- Ya no es como antes Marget... - dije suspirando sin voltear a verla.
-Si lo dices tu entonces... Esta Bien, prepárate. - dijo con firmeza.
- Uno...- dicen miembros de mi tripulacion.
-Dos... -dice Marget susurrando.
-Tres. -digo impaciente mientras me apoyo en la barda y sonrío mostrando mis dientes.
Nuestros barcos estaban lado a lado finalmente, mi corazón Maria rápido; Su barco parecía tener un agujero y se veía que una chica de cabellos naranjas le estaba pegando a un chico rubio muy lindo.
-¡Hola!- dije alegre agitando mi brazo de un lado a otro.
La chica pareció voltear y tres segundos después tiro al chico y se hizo para atrás.
-¿Q-quiénes son u-ustedes?... ¡No se llevaran nuestro tesoro!- dijo la chica temblorosa, niego con la cabeza.
-Nosotros no venimos a robar su tesoro señorita- dijo Marget acertando a las mismas palabras que iba a decir.
El chico rubio pareció incorporarse y acomodó su corbata.
-Nami-san, ¡Eres tan fuerte! ¡Me encantas!- Pareció verme a lo que le sonreí moviendo mi mano y dedos cerca de mi cara.- ¡Mellorine,Mellorine!~- empezó a decir el chico actuando de forma extraña pero he de admitir que adorable -y graciosa vaya-
-¿Mellorine? ¡Vaya! Palabra francesa, merci beaucoup, Je n'ai pas utilisé cette langue depuis longtemps et je pense que c'est génial que quelqu'un de si beau le parle.
- ¡Es perfecta! -dijo para tirarse al suelo, la joven que lo acompañaba lo miró con la ceja alzada.
-¿Puedo entrar a su barco? Por favor. - dije con esperanzas altas de que dijeran sí, puedo tener suerte y que los tripulantes fueran tipos débiles y enamoradizos.
- ¡Serás incredula! Eres una desconocida... ¡La respuesta es...!
- ¡Sí! ¡Mellorine!- interrumpe el chico y trató de no reirme.
-¡Pero si son muy amables! - dije riendo y me preparé para saltar cuando Marget me sujeta la mano- ¿Que te pasa Marget?- murmuro mirándola sorprendida.
- Iré contigo- dice mirando con desconfianza a los piratas.
-¡De ninguna manera! -murmuro con algo de firmeza. -No soy una niña, o al menos ya no lo soy, lo haré, sé que puedo. -Quito su mano de la mía pero después le sonrío, finalmente me brinco a su barco y el rubio es el primero en atenderme... este tipo es algo extraño.
-¡El amor es lo que mueve la tierra y las olas! Amor. ¡Dos personas desconocidas pueden caer profundamente enamoradas y así gobernar el mundo. Nunca se sabe quienes serán las afortunadas, ¿Qué coincidencia no es así? ¿Qué es lo que atrae a una dama a un barco como este?
Raro. R-a-r-o.
-Si no es molestia... quiero hablar con su capitán. - dije sonriendo algo extrañada mientras acariciaba mi codo.
- Nuestro capitán se encuentra ocupado...yo soy la segunda a cargo - dice la joven con actitud ruda y más valiente. Me agrada.
- Si... - dije girando los ojos de forma no grosera sino reflexiva. -¡Entonces vamos a hacer un trato!
-¿Trabajas para la Marina? -soltó de repente, me miraba muy desconfiada, no la juzgo.
-¿Yo? -ladeo la cabeza. -¡Ni de broma! Soy pirata a mucha honra. -digo colocando un brazo en mi pecho.
Me mira de cabeza a pies y de regreso, suspira.
-Mi nombre es Nami. -dijo extendiendome la mano.
Agarro su mano para saludarle. Sonrío.
- Señorita Nami, quisiera proponerle un trato muy bueno donde ambas partes se beneficien pero... antes que nada... ¿Algún miembro de la tripulación tiene recompensa?
-¿Qué? ¿De qué hablas?
¿Para que es esa pregunta?- pregunta seriamente con ojos entrecerrados.
La miro con algo de miedo y nervios mientras trató de mantener mi postura.
-P-porque es vi-vital para mí trato... -digo sonriendo con nervios.
- Supongo que ese trato, tiene que ver con la marina, la cual tú no tienes nada que ver, ¿eh?, entonces supongo que te puedes retirar. - dijo para cruzarse de brazos y mirarme seria.
-¡Pe-pero yo... ! - dije intentando pensar en algo para no irme tan rápido.
-Oye Nami eso dolió.- dijo una voz que salia del agujero, terriblemente conocida.
-Oh, capitán, despertaste. - dijo el chico rubio prendiendo un cigarrillo.
-Sí ¡Nami eso dolió!..- todavía no salia del agujero pero toda la atención se fue para allá.
-¿Ese es su capitán, señorita Nami?- pregunté divertida pues estaba salvada por la campana.
- Ehh...-dijo nerviosa y supe que le había tocado a la mismísima campana.
Miré por detrás de ella a donde estaba el agujero, su capitán salió y entonces el mismo flash cubrió mi vista ahora por unos segundos más largos así que cuando paró, parpadeé muchas veces ¿Qué estaba pasando?
[Luffy]
Me acomodo el sombrero y acaricio mi mejilla, quiero decir algo más pero ahí estaba alguien más, una chica, todos mis sentidos se activaron pues creo que la conozco, de alguna parte.
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