[LUFFY]
Los alaridos de Amie resuenan por casi toda la taberna, asi que le grito al hombre que trajo el periódico.

—¡Oye, ese periódico es malo! ¡La hiciste llorar!—le grité mientras puse mis puños duros.

El tipo se quedó algo sorprendido y con la voz entrecortada, de un poco enojado seguí algo confundido por la expresión del tipo. Miré a Shanks que también estaba confundido con el tipo.

—Hey ¿te encuentras bien?—le preguntó Shanks. El tipo pareció reaccionar y tragó saliva. Miré a Amie y parecía que se estaba tranquilizando mientras se tallaba los ojos.

—¿Qué? ¿A-A-Amie? ¿Diamond Amie? —preguntó nervioso hacia la mencionada y ella asintió. —¿¡Vienes de la isla que se acaba de consumir por el fuego no es así!? ¡Eres la princesa!—esto me hizo estallar de sorpresa y abrir los ojos que casi siento que salen de mis cuencas. —¡Entonces las leyendas eran ciertas!

—¿¡Qué!?—gritamos yo y Shanks al unísono y nos volteamos directamente para ver a Amie, quien sólo bajó la cabeza y se abrazó a sí misma.

—A ver ¡dame eso!—Shanks va hacia su compañero y toma el periódico, lo lee rápidamente y se lo muestra a Amie,. —¿¡Tú vivías aqui?! —Asiente.

—¿Es chistoso no? Ese dia es el mas triste, y era mi cumpleaños. —dijo con voz apagada, suspiró y sorbió de su nariz

Shanks hizo una mueca. —Lo entiendo. —¿Luffy puedo hablarte un segundo?—asentí y me llevo para un cuarto enseguida de donde se encontraban los demás, me agarró de los hombros y me grita.

—¿¡Porqué no me dijiste que era una princesa!?—me gritó con ojos saltones y dientes filosos.

—¿¡Qué!? ¿¡Y como iba a saberlo!? —Le grité de igual forma. Era valiente de su parte que pensara que podía ser lo suficientemente listo para preguntar.

—¡Luffy! ¡Te pedí que me dijeras lo más importante de ella!—Me dijo mientras me agitaba.

—¡Mentiroso! ¡Fue tu culpa no saber su nombre antes! —le dije sosteniendo mi postura y algo exaltado.

—¿¡Sabes que pueden hacerte cuando te robas a una princesa!? —me gritó algo desesperado pero no pude evitar ver cierta gracia en la situación, es más hasta podía oír un piano, en mi mente, mientras tanto la pregunta de Shanks me dejo pensando,

—Mmm...¿Te convierten en sapo? —dije ladeando la cabeza. Shanks abrió la boca de más y sus ojos se tornaron saltones.

—¡Luffy!— se quedó pensando y pensando hasta que me soltó y miró hacia la puerta. —Tengo una idea...—se dirige hacia la puerta y se agacha para estar junto a la cama. —Amie, te voy a pedir lo más difícil para un niño de cinco años... Tú naciste para liderar, para tomar decisiones, sin embargo, esos años de preparación se van a juntar hoy, en esta taberna, junto ahora, tienes que pensarlo muy bien. Te daré el contexto.

[Amie]

El pelirrojo sonaba bastante serio pero tenía una cara bastante tranquila y hasta un poco sonriente, escuché atentamente.

—Yo... heh, esto es bastante difícil de explicar. —río un poco. —¿Sabes que tú isla ya no... está, verdad? —noto que está muy incómodo, pero nosotros los Savage nos desarrollamos de diferente manera, a los 3 años puedo recordar eventos importantes, somos algo "maduros" para nuestra edad, técnicamente. Al menos podía tener un concepto que es bastante literal ahora en mi vida, la muerte.

—Si sé que ya no... —me detengo. —se que ya no volveré a ver a mi familia... amigos... —siento un nudo en la garganta y las lagrimas quieren salir. —Lo se muy bien.

—Eso no significa que estés sola. —tomó mi mano. —Lamento que hayas tenido que pasar por todo esto, puede que este lugar no sea el más elegante, o el más "indicado" para una princesa pero ¡no estamos para nada mal! La gente de aquí cuidará bien de ti y también al señor que venía contigo. Y Luffy estará contigo para lo que necesites, y creo que lo que necesitas ahora es un amigo. —miré a Luffy quien estaba sonriéndome.

—Yo... Yo estoy muy agradecid—¡mi padre! ¿¡El señor que estaba conmigo!? ¡Es mi padre! —le dije emocionada, me había olvidado por completo de mi papá.

—¿¡Era tu padre!? ¿¡El rey!?—Shanks volteó hacia Luffy con una mirada enojada pero curiosamente divertida.

—P-pues si. —digo algo nerviosa y Shanks aprieta los labios al mismo tiempo que arruga la nariz mirando a Luffy con cierto enojo.

—¡LUFFY! —dijo a lo que él nombrado sonrió pero después suspiró, solo apretó más mi mano. —Cuando los dos se recuperen podrán vivir con Makino, tendrán que ganarse la vida y será... ¡como un nuevo comienzo! Por lo que tendrás que renunciar a todo aquello que dejaste atrás, ya no serías una princesa y tu padre ya no será rey.Es su decisión o mas bien tú decisión, tu padre está muy grave ahora, te estoy dando una opción bastante buena pero será dificil.

Me estaba hablando de algo que en un punto de mi vida me hubiera negado rotundamente, hasta me hubiera ofendido pero ¿en qué punto estoy de mi vida? Esto no era lo que planeé, es más, estoy segura que aquella vez que vi mi supuesto futuro con aquella anciana en la esfera de cristal ni siquiera pudo avisarme de esto. Esto era errático, sin fundamentos, sin mayor necesidad de arreglarse. Aquel hombre me estaba pidiendo dejar años de tradición, años de trabajo duro, pero, ser princesa no me había traído muchos bienes... Mi madre murió por ser reina, si fui una total malcriada fue por los aires de grandeza que este título me dio, si... si todo mi pueblo había sido reducido a cenizas... fue porque había realeza en aquella hermosa isla. Papá, papá perdóname, pero creo que es mi decisión ahora decidir lo que a ambos nos será mejor, perdóname si he errado en esta decisión.

—Yo... Yo renuncio a mi título, podré tener sangre azul, pero, será un secreto que preferiría no hablar con cualquiera que no sepa de mi pasado... ser de la realeza no me ha traído más que desgracias, perdí a mi mamá, perdí a mi mejor amigo y perdí todo lo que conocía. —me salio una pequeña lagrima y mi voz estaba quebrada. —Solo quiero que todos estén sanos y salvos. Shanks. —levante mi cara ya con muchas perlas cayendo por mi rostro. —¿Tú me dejarías ser normal? ¿Acaso puedo dejar de ver a todos los que amo irse de mi vida? Me prometes... —para esto ya me estaba descontrolando un poco y tuve que soltar su mano para limpiarme las lágrimas y moco que estaban sobre mi cara. —¿Puedo estar segura de que siempre estarán a mi lado?

Hubo silencio. —Nos alegrará tenerte aquí con nosotros pequeña Amie. —sollozó un poco más. —¿Qué dices Luffy? —lo miró y este solo se puso en la cama y me abrazo a lo que le correspondí.

—Prometo que seré tu mejor compañía desde ahora. Serás mi amiga desde ahora, y mi propósito será cuidarte si cuidas de mi. —me susurró y solo lo sujeté más fuerte hacia mí y oculté mi cabeza en su hombro.

—¡Tengamos una fiesta! —dijo Shanks de modo alegre mientras salía de la habitación y todos asintieron felices, no dije nada pero era algo que de verdad quería.

Para el atardecer la taberna se decoró de luces coloridas, bailes chistosos y memorias alegres. Shanks nunca se alejó de mi lado, tal vez unos momentos para cuando lo retaban a hacer cierta cosa típica de piratas, pero además de eso siempre se la pasó muy atento. En serio aprecio eso. Estábamos sentados en la barra de bebidas Shanks, Luffy y yo, mientras los demás comían, cantaban, bailaban y hablaban.

—Oye, Luffy ¿Ya hiciste que Amie se enamorara de ti?—dijo Shanks de forma burlona y después rió.

-¿Enamorarse? ¿Para que querría eso? Yo solo quiero que sea mi reina, parece fuerte y buena por eso la quiero a ella.

—Luffy para que sea tu reina necesita enamorarse de ti, a si se casarán y tendrán hijos—Shanks decía mientras se tomaba un jarron lleno de Sake, al parecer no estaba tan atento como yo pensaba.

—¿Hijos? Y como se tiene hijos, Shanks?

Entonces Shanks escupio todo lo del jarrón, eso me resultó gracioso pero por alguna razón no me reí, había algo raro en mí, de igual manera solo tomé de mi vaso mientras arqueaba una ceja, ¿como se tenía hijos?

—Em...pues... Makino les explicara.—dijo sobándose la nuca mientras un sonrojo cubría su cara.

—Ah no, tu6 les metiste esa idea en la cabeza, tú te encargas ahora.—le dijo mientras se recargaba sobre la barra, tal vez estaba curiosa también.

—Bueno... ¡Consulten en libros! —salió corriendo y fue ahí donde me reí enserio, no me habia divertido tanto. Luffy no se quedó atrás y salió corriendo tras él.

—¡No me respondiste! —le gritó, Makino río conmigo y entonces entendí qué tal vez empezar de cero fue lo mejor.