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Epílogo. Parte 2

POV. Ana Grey.

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¡Esto debe ser lo más divertido que hemos hecho en años! Y Dios sabe que he esperado por este momento.

Me ajusto los lentes oscuros sobre los ojos y me aseguro de que él sombrero de ala blanco esté en su lugar antes de bajar del avión con mi bolso de mano. Christian viene detrás de mi, echando un vistazo a los chicos.

—Harry, deja de tomar malditas fotos y camina más rápido. —se queja—. Hay demasiada gente alterando mis putos nervios.

Bajo la escalinata y me detengo a escucharlo cuando piso tierra firme.

—Amor, cualquier cosa altera tus nervios, por eso dije que necesitábamos unas vacaciones.

Sus cejas preciosas se fruncen.

—¿Y era necesario traer a los niños? Porque, Cerecita, pensé que seríamos solo nosotros dos.

No tengo qué mirar para saber que el gemido de frustración viene de mi hijo menor, pero de todas formas lo hago para señalar a mis niños.

—Christian, no serían vacaciones familiares sin la familia. Y es como una luna de miel para Ted y Jenny, y para Phoebe y Jamie porque tampoco tuvieron una. Es un viaje de celebración.

Harrison frunce las cejas igual que su padre.

—¡Estoy atrapado con todos ustedes, siendo la quinta rueda! Carajo, debí quedarme en el campus con mi novia.

Mi cabeza gira inmediatamente hacia él y por la ofensa de ser reemplazada por una chiquilla.

—Cuando termines la universidad y te cases será incluida en los viajes familiares, pero mientras tanto... —dejo la amenaza en el aire para que sepa que voy en serio.

Y lo hace porque se adelanta hacia la terminal, con ambas parejas detrás de él. Christian se acerca para hablarme bajito.

—Nena, entiendo todo eso pero, ¿El chico Abernathy? ¡No es de la familia!

Ambos miramos hacia donde Jason Abernathy está, tomándose fotos con las azafatas y me atrevo a decir que hasta con el piloto.

—Amor, míralo. Está tan feliz que no tengo el corazón para decirle que no puede quedarse.

Christian asiente rápidamente.

—Entiendo. Déjamelo a mí. —dice y se apresura hacia Jase, así que lo detengo estirando su camisa.

—¡Christian, no! Déjalo estar. Ni siquiera vas a notar que está aquí, lo juro. —y si no accede, tengo una carta bajo la manga con el nombre de su mejor amigo escrita en ella.

Pero él debe recordarlo porque frunce los labios en una mueca.

—Bien, espero que sea cierto.

Luego toma mi mano y ambos seguimos a los chicos hacia la terminar para recoger nuestras maletas. Ted, Jenny, Phoebe, Jamie y Harry ya tienen las suyas listas, por lo que tomamos las nuestras y esperamos a Jase.

Subimos a una minivan contratada para llevarnos al hotel y en cuestión de minutos estamos entrando en la recepción del Four Seasons Resort Oahu. Mi esposo suspira a mi lado.

—Ha pasado un tiempo desde la primera vez que estuvimos aquí.

—Si. —tomo su mano y lo llevo conmigo al mostrador—. Tenemos una reservación a nombre de Ana Grey.

El chico del hotel confirma las habitaciones y nos entrega las llaves, luego hace que el botones se lleve el equipaje. Lo que me hace recordar a cierto personaje entrometido.

Reviso mi teléfono móvil para confirmar su ubicación y estiro la mano de mi esposo para que vaya conmigo al restaurante del hotel. Ahí, en el medio del gran salón distingo algunas cabezas rojas y a un gran tonto.

—Solo digo, mamita. Ellos pudieron tomar sus propias vacaciones en otro momento.

Becca me ve acercarme pero Luke no, hasta que pongo la mano sobre su hombro y saludo:

—Oh, pero qué casualidad encontrarlos aquí, ¿Verdad, Christian?

Mi esposo se ríe y la cabeza de Sawyer gira como si estuviera poseído.

—¿Christian? ¿Ana? —su frente está tan arrugada que me preocupa que tenga un derrame—. ¿Qué carajos están haciendo ustedes aquí?

Con agrado señalo hacia mi gran familia.

—Estamos teniendo unas vacaciones familiares, ¿Ustedes también? —finjo sorpresa.

Becca se ríe para seguirme la corriente.

—Estamos celebrando nuestro aniversario y las niñas quisieron festejar una luna de miel adelantada.

Marcela, Madison, Greg y Liam asienten con grandes sonrisas que hacen que Luke ponga los ojos en blanco.

—¡Todos ustedes están arruinando mis vacaciones! —se levanta de la silla para mirarnos a todos—. ¿Quién carajos les dijo que estábamos aquí?

Las miradas caen de nuevo en su esposa.

—¿Qué? ¿Era un secreto? —ella frunce las cejas—. Solo le dije a Jamie.

Jamie señala a Phoebe.

—Yo le dije a mi esposa.

Mi hija sonríe.

—Y eso es lo correcto, bebé. Debes decirle todo a tu querida esposa. —Phoebe luego señala a su amiga—. Solo lo mencioné a Jenny.

La nueva esposa de Ted se sonroja de vergüenza, bajando la cabeza contra el pecho de mi hijo.

—Puede que se lo haya mencionado a Ted.

Mi hijo mayor la abraza con fuerza y sacude la cabeza con una gran sonrisa.

—Y yo se lo dije a papá.

Christian abre la boca para defenderse pero Luke interrumpe con la mano en alto.

—Si, Christian. Todo mundo sabe que le cuentas absolutamente todo a Ana.

Becca ladea la cabeza y yo agradezco la interrupción.

—Nene, ¿Eso quiere decir que tú no?

—Carajo. —suspira y le dedica una sonrisa forzada—. Por supuesto que sí, mamita. ¡Obviamente!

Se acomoda la camisa con diseño de flores antes de volver a sentarse y lanzar toda su bebida en su boca. El momento es perfecto porque escuchamos pasos apresurados acercándose y de pronto Leila e Ethan Kavanagh de detienen a nuestro lado.

—¡Hola a todos! ¿Llegamos tarde?

Sawyer está cada vez más agitado cuando los mira con los ojos muy abiertos.

—¿Ustedes también? ¿Qué carajos? —se endereza y golpea el vaso de cristal sobre la mesa—. Por favor no me digan que esto es una venganza por lo que ocurrió hace años.

Christian y yo sonreímos.

—¿Algo que ocurrió hace años? Décadas tal vez, ¿No, amor? —mi esposo hace un gesto exagerado de pensar—. Si, creo que recuerdo que te invitaste a nuestra luna de miel, y algo que pasó con el equipo de voleibol de...

—¡Hey, hey! ¡Basta! ¡Ya entendí! —chilla—. No tenemos qué contarle a los demás lo que pasó, ¿Si? Que sea una simple anécdota de viaje.

El tonto suspira y cierra los ojos cuando se da cuenta que acaba de lanzarse de cabeza a los problemas, sus ojos se abren con resignación.

—Mamita, te juro que cambié. Lo he demostrado cada maldito día desde que te conocí. Y todavia lo hago. Solo, por favor, no escuches nada de lo que esta malvada mujer quiere decir.

¿Malvada, yo? Podría mostrarle lo que una mujer malvada puede hacer, pero desisto cuando veo sus ojos de cachorro apaleado mientras Becca tuerce la boca.

Bien, dejaré de molestar al tonto que ha sido un esposo y padre ejemplar. Empujo el brazo de Christian para que me mire.

—Cariño, me parece que Luke acaba de ofrecerse para cuidar a nuestros chicos el resto del viaje, ¿Te importaría ayudarme a remendar una blusa?

—¿Qué? —escucho la voz quejumbrosa de Luke pero lo ignoro.

—¿Remendar una blusa? ¿Trajiste una blusa rota para...? —arqueo las cejas y él deja de hablar por un segundo—. Ay mierda, si, claro Cerecita. Vayamos inmediatamente a remendar lo que sea que necesites.

La expresión de Luke es claramente de fastidio y sé que quiere agregar algo, pero se queda callado cuando Becca se ríe. Nuestros hijos y el resto de las parejas jóvenes simplemente fingen que no escucharon una sola palabra.

—¡Bien, largo! —se queja—. No queremos escuchar sus perversiones locas.

—¿Perversiones? —mi esposo frunce las cejas—. Es solo hilo y aguja, Luke.

—Si, claro. ¿Y el cachondo soy yo? —gira y baja la voz pero escuchamos sus murmullos—. ¿A dónde mierda se fue el camarero? Necesito un puto trago doble o algo que me haga olvidar los últimos 10 minutos.

Evito decir algo más y simplemente vuelvo sobre mis pasos con Christian mientras nuestra enorme familia se queda a desayunar. Los más confundidos parecen ser los Kavanagh pero ya tendremos tiempo después para ponerlos al tanto.

Mi esposo y yo entramos al ascensor y esperamos a que nos lleve a nuestro piso, una habitación preciosa muy lejos de nuestros hijos y amigos.

Christian se ríe.

—Admito que no estaba seguro de esto cuando lo propusiste, pero tengo qué admitir que lo valió ver la cara de Luke.

—Lo sé, amor. —me cuelgo de su cuello y comienzo a besarlo—. Deberíamos hacer esto más seguido.

Su expresión es de confusión.

—¿Qué? ¿Colarnos en las vacaciones de los Sawyer?

Eso sería divertido.

—No. Me refiero a dejar a los niños ocuparse de sus asuntos y retirarnos para que puedas atender a tu muy amorosa esposa.

—¿Retirarnos? —sus cejas están volando en su frente—. Carajo, nena. No sé si estoy listo para dejar ir mi puesto. Sobre todo si podría caer en las manos de Luke.

Dejo un beso en su cuello.

—Solo digo que lo pienses, Christian. Eso nos daría mucho tiempo para viajar por el mundo y conocer. —agito mis pestañas de forma coqueta—. Siempre he querido hacer el amor en un yate en Montecarlo.

Puedo ver su piel erizarse ante la idea.

—Mierda, Cerecita. Tienes un buen punto ahí. Dame más argumentos.

Pongo seguro a la puerta y comienzo a desabotonar el frente de mi vestido floreado favorito.

—Aquí están, amor. Acércate.

Y cuando él lo hace, me aseguro de convencerlo de los beneficios de pasar mucho tiempo a solas.

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¡Buenas noches! ☺️

Actualización lista... ¿Uno más?

DoraGavarrete hermosa! Tarde pero segura con tu felicitación y tu capítulo. Espero que hayas tenido un excelente día de cumpleaños e inicio de año. Que recibas muchas bendiciones ❤️✨🎊

💙✨

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