POV. Rebecca Sawyer.
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En circunstancias normales ni siquiera pensaría en tomar alcohol o cualquier cosa que podría entorpecer mis sentidos, pero hoy no es un día normal.

Apuro el resto de mi copa de vino blanco y espero a que se asiente en mi estómago, así se calman algunos de los nervios que estoy sintiendo.

Cuando parece surtir efecto, dejo la copa en la encimera y me dirijo a la sala deteniéndome en el umbral para escuchar a mi esposo.

—Solo digo que mis chicas estarían muy felices si ustedes lo hacen. —Luke suena convincente con lo que sea que dice—. Ya saben, seremos la gran familia Sawyer.

¿Qué?

Reynolds levanta la mano inmediatamente.

—Si llamita quiere, lo haré.  No tengo ningún problema.

Luego él y Luke giran para mirar al pequeño Liam, que arruga las cejas.

—Lo siento, Señor Sawyer, pero me gusta mucho mi apellido y quisiera conservarlo.

¿Están discutiendo por los apellidos? Me obligo a dar un paso adelante e interrumpir lo que sea que estén discutiendo.

—¿Nene? ¿Qué pasa?

Luke sacude la cabeza con una pequeña sonrisa.

—Estaba hablando con mis yernos sobre la idea de renunciar a sus apellidos y adoptar el de sus esposas. —sus cejas se fruncen inmediatamente—. Y por lo visto, ahora sé quién de los dos es mi favorito.

Dios.

Las cejas rubias de Liam se fruncen y su expresión cae.

—Señor Sawyer, no lo tome a mal, solo dije... —lo interrumpe.

—Sé lo que dijiste, chico. Y está bien. Sé la oveja negra de la familia.

Reynolds sonríe como si acabaran de decirle que va a heredar las armas de Luke y estira los brazos sobre el respaldo del sofá.

—Yo digo que lo castiguemos de alguna forma, que se gane el permiso para pertenecer a la familia.

A mi esposo le brillan los ojos tan rápido que suspiro y me acerco más a él.

—¡Mierda, si! ¡Que me traiga alitas picositas durante un año!

—No. —es mi turno de interrumpir el maldito disparate—. Nadie va a castigar a nadie, nene.

Y no quiero ni imaginarme  lo que las chicas van a pensar de su padre presionando a sus futuros esposos para que accedan a sus disparates.

Niego con la cabeza lista para detener esta locura cuando un par de cabezas aparece por el pasillo que viene del comedor.

—¿Chicos? —Ana Grey nos mira—. El reverendo Murray quiere saber si están listos.

Pongo la mano sobre la boca de Luke y sonrío.

—Lo están.

Como si apenas recordaran la razón por la que estamos aquí reunidos, los chicos se levantan de un brinco del sofá con sus elegantes trajes negros y salen de la habitación para prepararse.

Sé que Liam caminará con su madre y yo entregaré a Reynolds, mientras que Luke lleva a ambas chicas al altar.

El esposo de Ana frunce las cejas con molestia y señala el camino por dónde los chicos acaban de irse.

—¿Qué carajos fue eso, Luke? ¿Los estás amenazando?

Mi esposo usa su expresión de inocencia, la misma que pone cuando niega haberse comido un trozo del pastel que tiene embarrado en la comisura de la boca.

—Por supuesto que no, Christian. ¿Qué clase de suegro crees que soy? —arruga los ojos—. ¿Fue así como trataste a mi chico?

Estoy realmente intrigada cuando la cabeza de Ana Grey gira también para mirar a su esposo.

—¿Lo hiciste?

Christian luce ofendido.

—Pff, claro que no. —niega rápidamente—. ¿Crees que Phoebe me permitiría maltratar a Jamie?

Ana sonríe y yo me alegro de escucharlo.

—Bueno, supongo que es momento de dejar las charlas para después y asegurarnos que todos ellos se casen, ¿No?

Ana encoge los hombros con una pequeña sonrisa.

—Phoebe es la madrina de los chicos, ¿Crees que los dejaría escaparse?

No.

—Y Jamie es el padrino de sus hermanas. —le recuerdo—. Cazaría a esos dos si se atreven a huir.

Luke carraspea para llamar la atención porque se siente ignorado.

—¿Hola? Tienen aquí a los dos mejores detectives de la policía de Seattle. Si alguien va a cazar a ese par, seré yo y gatillo fácil, aquí presente. —señala a Grey y Ana y yo reímos.

Al esposo de Ana no le parece tan divertido.

—¿A quien mierda le llamas gatillo fácil, imbécil?

—A ti. —Luke le golpea el pecho con un dedo—. ¿Hace falta que te recuerde que me disparaste?

Christian sujeta con fuerza el puente de su nariz.

—¡Eso fue hace años, maldito idiota!

—¿Y? —chilla mi esposo—. ¡Me dolió, cabrón insensible!

Dios, hoy no es un buen día para mis nervios. Antes de que Ana Grey pueda intervenir, toco su brazo y señalo la cocina.

—¿Te gustaría tomar una copa de vino conmigo? Estoy demasiado estresada para lidiar con ellos.

Ella parece considerarlo por algunos segundos y asiente.

—Tienes toda la razón, Becca. Muéstrame ese delicioso vino espumoso de tu colección privada.

Guío el camino hacia la cocina y lo último que escucho es el sonido de la madera de mi mesita crujiendo, luego un golpe seco y un cristal.

Nos detenemos algunos pasos más adelante y nos miramos la una a la otra.

—¿Sabes que? —Ana se ríe—. Tengo una playlist genial en mi teléfono, la voy a poner.

Y como nada más va a arruinar el día especial de mis niñas, Ana y yo nos tomamos algunas copas mientras tenemos una charla agradable y llega la hora.

Este es el primer día del resto de sus vidas...

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¡Un capítulo extra para todos ustedes!

Seguro habrá más, pero será una sorpresa. 🤭

ArisleydaSnchez hermosa, ¡Feliz cumpleaños atrasado! Sabes que te estimo mucho y te deseo todo lo mejor de este mundo. Un abrazo fuerte para ti 🤗😘🥳🎊❤️

Blue 💙