Dejé todo lo que estaba haciendo para dirigirme inmediatamente al hospital tan pronto como escuché el código por la radio: "situación con sospechosos" y luego el "oficial herido".

Por supuesto, no esperaba que la situación estuviera a cargo de mi marido o que el ofician caído fuera su mejor amigo. Gracias al cielo solo fue un pequeño disparo.

Si, un martes cualquiera.

Recorro el pasillo del hospital con Corey detrás de mi mientras da indicaciones a sus oficiales para que trasladen a los sospechosos a detención y los vehículos implicados recogidos por las grúas.

Una enfermera me señala el camino pero no hace falta que lo haga, Leila e Ethan están en el pasillo de urgencias con las cabezas metidas en una habitación, las voces de mi marido y de Luke resuenan a gritos.

—¡Te dije que te apartaras, maldito idiota!

—¿A dónde? ¡El puto chico me estaba usando de escudo!

—¡Pudiste lanzarte al piso!

—¿Y ensuciarme el traje? —chilla Sawyer—. ¡Es mi favorito! Hace resaltar mis ojos.

Tengo que poner los ojos en blanco antes de mirarlos.

—Señores... —digo porque estoy aquí como su jefa—. Señora.

Leila asiente con una sonrisa, pero Christian y Luke solo fruncen las cejas. Sawyer es el primero en señalar desde la camilla.

—¡Tu marido me disparó!

—¡No fue a propósito! Te dije que te quitaras de en medio cuando comenzamos a forcejear.

—Porque estás oxidado, Christian. Un jodido chico llegó a tu arma.

Dios, no puedo creer que sigan siendo los chicos inmaduros que eran cuando los conocí. En su defensa, los dos lucen exactamente iguales, como un buen vino.

—Bueno, basta. Por lo que sé, la herida no compromete nada importante, así que cuando Sawyer sea dado de alta, irá a casa por dos días. Detective Grey, quiero su informe a primera hora de la mañana en mi escritorio.

—Si, señora. —dicen al unísono, pero escucho la voz de Sawyer en voz baja:

—¿Te van a suspender, Christian? Pensé que tu esposa era más considerada.

¿Qué rayos dice?

Le dedico una mirada cansada a Luke Sawyer para que cierre la boca, luego giro hacia Christian.

—Detective Grey, ¿Puedo hablar con usted un momento?

No espero a que asienta, solamente salgo de la habitación dejando a Luke, Leila e Ethan ahí dentro con Corey en el pasillo. Y como quiero tener una conversación privada con Christian, me alejo hasta una sala vacía.

—Nena... —se detiene detrás de mí—. Fue accidental, lo juro. Sabes que he amenazado con hacerlo durante años, pero esta vez se trató de una intervención policiaca.

Me giro para enfrentarlo.

—¿Qué pasó exactamente?

—Luke y yo fuimos a ver al sospechoso del robo en el asilo, y lo encontramos en una casa con sus amigos y con prácticamente todos los equipos robados tirados en la sala, así que hicimos un arresto. —su tono vacila y hace una mueca curiosa—. Pero eran demasiados y decidieron enfrentarnos. Tuvimos que sacar las armas, pero dos agarraron a Luke y otro forcejeó conmigo y fue ahí donde se produjo el disparo.

Mis labios forman una línea apretada.

—Debiste retirarte y pedir refuerzos, detective Grey. Esto pudo resultar el algo mucho peor que un rasguño en el brazo.

—Lo sé.

Su expresión cae porque él sabe también que se arriesgó demasiado. Y carajo, si hubiera sido yo en esa posición, él abría derribado la puerta con todo el departamento de policía a su espalda.

Ahora que hice mi parte como su jefa, cambio a mi papel de esposa.

—Christian, amor... —mis manos van inmediatamente a su rostro y tantean su torso en busca de lesiones—. Me asusté mucho, ¿Estás bien? ¿Te golpearon?

—Estoy bien, Cerecita. Esos cabrones no pueden con nosotros, ni siquiera con Luke herido. —una sonrisa brillante se estira en sus labios—. Logramos someterlos a todos.

—Me alegro. —le lleno la cara de besos porque mi amado esposo es un hombre muy valiente—. Pero por favor, necesito que estés a salvo, Christian. Si la situación se ve complicada, solo aléjate.

—Lo haré, Ana. No me pondré en riesgo ni a ningún miembro de mi equipo.

—Bien. —dejo que vea todo mi amor y mi preocupación—. Porque pronto Teddy estará ahí y necesito que sea prudente.

—Bueno, mierda. El chico tiene un largo historial de malas decisiones.

No puedo negarlo.

—Pero tienes que estar ahí para corregirlo, y no puedes hacerlo si te disparan. —me aparto de él para volver a mi papel de jefa.

Christian lo sabe porque levanta la cabeza y vuelve a dirigirse a mi como usted.

—¿Estaré suspendido?

Me tomo un momento para decidir, tal vez pueda hacerle solo una llamada de atención.

—No, pero necesito ese informe, Grey.

—Si, señora.

Él vuelve a entrar a la habitación de Luke y yo me alejo con Corey siguiéndome. Antes de que pueda entrar a mi auto, mi hijo mayor se detiene frente a mi.

—¿Mamá? ¿Qué pasó? ¿Papá está bien?

—Si. Fue solo una herida menor que requiere algunos puntos y antibiótico. ¿Todo bien en casa? ¿Phoebe y Harry están bien?

—Los dejé con la señora Jones.

—Bien. —hay algo que no he podido sacarme de la cabeza y tal vez no sea el momento, pero...—. ¿Estás bien tú?

Sus cejas se fruncen de confusión.

—Mmh, si. Si, claro.

Quiero decirle que sé que tienen una amistad con Jase Abernathy cuando claramente le advertí a Phoebe que no se acercara. Por el bien de Christian, sobre todo.

—Bien. Solo no dejes que tu padre se entere que fueron al cine con el hijo de Jess. —abro la puerta de mi auto y me siento—. Y no me mientan, yo siempre me estero de lo que pasa en mi ciudad.

Sobre todo porque mis oficiales conocen a mis hijos y me reportan directamente a mi cada vez que los ven, pero ellos no necesitan saber eso.

Corey sube en el asiento del copiloto y mira a Teddy, que se queda con el ceño fruncido.

—¿Quiere que lo siga otra vez?

—No. Deja que su conciencia lo guíe por el camino correcto.

Espero.