Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 109. Liam Kavanagh

Estoy tan emocionado de estar de vuelta que apenas puedo esperar a que mi transporte llegue por mi, y miro una y otra vez por la puerta de salida del aeropuerto hasta que una camioneta se detiene y reconozco a mi mejor amiga.

—¡Si! —tiro de la manija y subo al asiento del copiloto, apretujando mi mochila entre mis piernas—. Gracias por venir por mi.

Phoebe frunce las cejas, pero luego las levanta de sorpresa y puedo decir ya que extrañé todas sus ruidosas opiniones.

—Es bueno verte de nuevo, Li. Pero, ¿No es muy pronto para que estés aquí? Estoy segura de que apenas va a ser un año desde que te fuiste.

Un año.

Un escalofrío me recorre la espalda y los brazos porque no me siento como ese chico, resentido y enojado porque las cosas no estaban saliendo como lo planeaba. Maldición, estar ahí afuera con un montón de tipos gritones y exigentes me hizo extrañar a mi familia.

—Terminé el entrenamiento básico y algunos cursos, pero todavía necesito hacer una carrera universitaria para convertirme en oficial de la fuerza aérea.

—¿Si? —sus cejas siguen arriba y comienza a ser molesto—. Bueno, eso suena bien, ¿Verdad? Volviste para ir a la universidad.

No, volví para ver a Maddie.

Espero hasta que Phoebe pone el auto en marcha para seguir hablando o nunca me llevará a dónde quiero ir.

—Estoy haciendo una licenciatura en línea, pero tengo otros planes mientras tanto.

Mi amiga sonríe y conduce, pero la interrumpo para pedirle que me lleve a una dirección específica porque tengo algo qué hacer primero.

—¿Le dijiste a alguien que venía de regreso?

—No. —me mira brevemente y continúa conduciendo—. Aunque casi le digo a Jamie, es tan difícil ocultarle cosas cuando me mira con esa actitud mandona que tiene.

Una pequeña sonrisa tira de mis labios porque la conozco, incluso si no la mirara, ella estaría soltando la verdad porque estamos hablando de Jamie Sawyer. El chico podría pedirle que cante ópera y Phoebe correría a inscribirse a algún curso para principiantes.

Phoebe debe sentir la burla dibujada en mi cara porque pone los ojos en blanco.

—Dije casi, Li. Aunque él ya sospecha suficiente de ustedes, pero te juro que es culpa de Marcie.

Arqueo una ceja en respuesta y me pregunto si Maddie le dijo a su hermana sobre nuestras cartas. Tal vez lo hizo al inicio cuando las cosas eran todavía amistosas, pero cuando la conversación se movió hacia un coqueteo inocente y ella no lo detuvo, se encendió un interruptor.

E hicimos promesas importantes.

Phoebe estaciona en la acera y mira los negocios de la calle, tratando de localizar el correcto. Cuando lo hace, sus expresivas cejas vuelven a volar en su frente.

—Por Dios, Liam. Dime que venimos a comprar un obsequio para tu mamá.

—No. —es lo único que alcanzo a decir—. Vamos.

Bajo de su camioneta y espero a que ella lo haga, quedándose parada en la acera frente a la joyería con una expresión de incredulidad.

—Phoebe, andando. Ese anillo no se va a comprar solo.

Se detiene a mi lado y por primera vez me mira. Mi uniforme, las insignias, mi estatura y la ligera barba que me dejé para parecer mayor.

—Creciste. Ahora te ves como un hombre adulto.

—Lo soy. —casi—. Es la actitud, sobre todo.

Necesito que Phoebe deje su asombro atrás y me siga hasta la joyería, así que tomo su brazo y la llevo conmigo a través de las puertas de cristal y hacia el mostrador. Una mujer mayor sonriente se acerca para recibirnos.

—Bienvenidos. —su mirada nos recorre y sonríe más—. ¿En qué puedo ayudar a la feliz pareja?

¿Qué carajos dijo? Retiro la mano del brazo de Phoebe y ella se endereza con los hombros tensos. Decido hablar para corregir el malentendido:

—Ella ya está casada.

Phoebe gira su cabeza hacia mi y la mujer lucha para disimular la sorpresa en su rostro.

—Oh, bueno. —su mirada baja a la mano de Phoebs que lleva los anillos—. ¿Tal vez quiera algún regalo para su... Amiga?

No necesito verla para saber que pone los ojos en blanco antes de empujarme fuera de su camino.

—No soy su amante, soy su amiga. Y él está aquí para comprar un anillo de compromiso para nuestra niñera
... —gira para mirarme con los ojos muy abiertos—. ¿Te vas a casar con Maddie?

Eso es fácil.

—Si.

—¿Y ella está de acuerdo?

La mujer de la tienda ladea la cabeza tratando de entender nuestra discusión. Y no la culpo, incluso para mí suena confuso pero es solo porque nadie sabe lo que pasa entre nosotros.

—Todavía no se lo he pedido, porque como sabes, estuve un año fuera y no tenía un anillo. —luego señalo a la mujer con la cabeza inclinada—. Con ayuda de esta buena mujer y la tuya, voy a conseguir la pieza adecuada para Madison.

Mi mejor amiga se toma su tiempo para pensar en lo que digo, luego suspira y se gira hacia el mostrador más cercano para mirar los anillos.

—¿Alguna idea de lo que le guste a ella? —pregunta, y agradezco el cambio de tema.

—Sé que tal vez prefiera alguna reliquia familiar, pero dudo que mi madre quiera darme su anillo.

—Si. —voltea para mirarme—. Es probable que la tía Leila prefiera perder la mano que su anillo. ¿Te gusta ese?

Señala una caja pequeña y una de las vendedoras se apresura a sacar la caja para ponerlo sobre el mostrador. Lo tomo cuidadosamente en mis manos y lo sostengo, imaginando que le hago la pregunta a Maddie.

Phoebe suspira.

—¿Alguna vez imaginaste que estaríamos aquí algún día? —le pregunto, mirando todavía el anillo—. Porque puedo imaginar a papá haciendo esto con tu papá y el señor Luke.

Mi amiga sonríe, golpeando mi brazo de forma juguetona. También mira el anillo que sostengo y vuelve a sonreír.

—Es un momento importante, ¿No? Te agradezco por dejarme acompañarte y ayudar a elegir el anillo de tu futura esposa. De verdad deseo que todo vaya bien entre ustedes.

Yo también.

Es decir, las cartas han sido amorosas y constantes, pero me preocupa el momento en que nos veamos de frente porque ella podría decidir que no soy lo que quiere. Mierda. Mis manos comienzan a temblar.

—Entonces, ¿Esta pieza es de su agrado? —señala el anillo con la piedra rosa en mi mano—. ¿Quiere mirar algunos otros?

Phoebe también me mira esperando una respuesta pero sé que es este, tengo un presentimiento sobre él. Deslizo la tarjeta que contiene todo mi dinero del último año y firmo el recibo de la compra.

Está hecho.

Ahora solo me falta convencer a Maddie de que nos dé una oportunidad.

Esta vez, cuando subimos a la camioneta de Phoebe, la sensación de calma se asienta en mi pecho. Es el momento correcto, hemos dado pasos en la dirección correcta y la emoción apenas se contiene dentro de mi pecho.

—Y entonces... ¿Te llevo a casa o tienes algún otro plan?

Me toma dos segundos decidir mi próximo paso.

—¿Dónde está Madison a esta hora? ¿En su casa?

Phoebe consulta su reloj y sacude la cabeza.

—En la escuela, tiene unos días quedándose hasta tarde por algunas cosas administrativas. ¿Quieres que te lleve ahí?

—Si.

Es mejor que hablemos en privado antes del escándalo que armará mi familia cuando se entere que regresé. Enciendo la radio mientras Phoebe conduce por varios minutos más, luego se detiene afuera de un edificio escolar.

—Llegamos. —me dedica una sonrisa de labios apretados—. Todavía me cuesta creer que nuestras familias de verdad están uniéndose, desde que dejé de ser una Grey para ser una Sawyer. Y ahora una Sawyer se convertirá en una Kavanagh...

—Si ella acepta. —le recuerdo.

—Si, si ella acepta. Ahora baja de mi auto y ve a convencerla porque tengo que ir a buscar a mi esposo.

Le doy un apretón a su brazo y bajo, dirigiéndome al pasillo principal y luego buscando la oficina del director, el corazón me late en las orejas con cada paso que doy. Carajo, aprendí a pilotar un maldito avión, encontrarme con la mujer de mis sueños debería ser más sencillo.

Pero no lo es. Lo sé tan pronto como entro al área de maestros llena de cubículos y distingo al fondo una cabeza pelirroja por detrás de una ventana de cristal. Tal vez es la tensión, mi mirada insistente o el destino, pero ella levanta la mirada hacia mi y juro que mi corazón se detiene.

Me mira de arriba a abajo, sus ojos ensanchándose cuando la realización de lo que ocurre la golpea. Se pone de pie el tiempo suficiente para que yo vea la hermosa mujer en la que se ha convertido desde la última vez que la vi.

—¿Liam? —incluso mi nombre suena espectacular cuando sale de sus labios.

—Si. Soy yo. —le dedico un saludo militar antes de acercarme lentamente.

Deslizo mi pesada mochila por el piso y camino los últimos pasos hasta que me detengo a un lado de su escritorio.

—Volví. —digo, y me arrepiento al instante por lo tosco que eso salió—. Por ti.

Su bonita boca se abre y un pequeño jadeo se desliza fuera de su pecho cuando me detengo a su lado. Este año me ha favorecido, soy más alto que ella y mucho más constituido de lo que era antes. Cómo siempre quise hacer, enredo un dedo en su cabello rojo.

—Hola, preciosa.

Las mejillas de Maddie se sonrojan, luego desvía la mirada tratando de mantener la compostura. Y carajo, no dejaré que me vuelva a poner en la zona de amigos.

—Estaba alistándome para salir. —dice, señalando sus libros y bolso en el escritorio—. ¿Te gustaría ir por un café?

¿A esta hora? Tomaré lo que sea que ella quiera que tome, así que asiento antes de que cambie de opinión. La veo poner todo dentro del maletín y señala otra vez el pasillo.

—Por aquí.

Camino a su lado, me detengo para recoger mi mochila de dónde la dejé y voy con ella por el pasillo. Puedo sentir su mirada en mi, recorriéndome en pequeños vistazos y sus mejillas rojas cuando se da cuenta que también la miro.

Por suerte la cafetería a la que quiere ir está en la otra cuadra, por lo que rápidamente pedimos las bebidas y tomamos una mesa.

—Entonces... —sus cejas se arquean de incredulidad—. Estás aquí.

—Si. —Maddie no puede ocultar su asombro—. Y te ves bien.

—Gracias. —le dedico una pequeña sonrisa torcida—. Nos hacen trabajar mucho en nuestra condición física, ya no queda mucho del flacucho que era.

La pelirroja esconde una risita detrás de su mano.

—Aún tienes cara de niño, William, pero estoy segura de que eso cambiará cuanto más te acerques a los veinte años.

Mis cejas se fruncen por el tono condescendiente de su voz.

—Soy mayor de edad, Madison. Un adulto para las leyes de nuestro país y un hombre capaz de ir a la guerra. —me inclino para estar más cerca de su rostro—. Puedes rechazarme si quieres, pero no por mi edad. Ya no.

No me enderezo, me quedo ahí mientras ella mira algún punto en la pared de la cafetería, lentamente parpadea para volver a mirarme.

Sus ojos marrones se detienen en mis labios por largos segundos.

—No lo haré. —suspira—. Lo prometí, ¿Verdad? Dije que te daría una oportunidad y así será. Tendremos un nuevo comienzo.

Un nuevo comienzo. —digo en acuerdo. Esta vez no me detengo y le beso la comisura de la boca—. Estaré feliz de conocer a la hermosa mujer que me escribió todas esas cartas.

En lugar de dirigirme una mirada tierna como hacia antes, vuelve a sonrojarse y me dedica una sonrisa que me acelera el corazón por segunda ocasión esta tarde.

La próxima vez que me inclino para besar su boca, Maddie no se aparta y mis labios finalmente tocan los suyos en el mejor maldito beso del mundo, ese por el que esperé años.

Lo logré.

.
.
.

Estamos muy cerca del final de esta historia, esperen los próximos capítulos para más sorpresas.

Capítulo dedicado a las cumpleañeras de hoy DARLINFLORES022 y CarolinaSaezPeradot2 Mis niñas, deseo que tengan muchos años más de felicidad y amor 🙌❤️✨ ¡Feliz cumpleaños! 🥳🎂🎉

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro