Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7.

Todavía ansió encontrarte por la calle,

Escuchar las disculpas que nunca te atreverás a decir

Y ver en tus ojos el arrepentimiento de haberme hecho sufrir

Capítulo 7.

Siempre había tenido severos conflictos con el amor, pero nunca se trató de un problema entre tú y yo; siempre se trató de él.

Él sabía sobre el abandono, Mase, era un experto haciéndolo. Abandonó su vida; su casa, su trabajo, sus hijos. Abandonó a Leo... me abandonó a mí. ¿Cómo puede alguien ser tan cruel? Tan egoísta...

Mi padre se fue de nuestras vidas cuando Leo alcanzó la mayoría de edad. Supongo que al menos fue considerado y esperó hasta que mi hermano pudiera hacerse cargo legalmente de mí. Quizá no era tan hijo de puta, pero no le resta mucho en realidad.

Para que puedas entenderlo, Mase, debo decirte algo primero. Mi madre tomaba antidepresivos, comenzó a hacerlo uno o dos años después de que yo nací. La mayoría del tiempo se comportaba como una madre totalmente normal, no adivinarías jamás que su depresión posparto estaba haciéndole cosquillas en la nuca, mucho menos podrías deducir que había sido hospitalizada en un par de ocasiones por sobredosis.

Sé que mi madre estaba enferma, pero creo que es de gente más bien loca creer que los súper poderes existen. Un día a mi madre se le ocurrió que podía volar, que todos podíamos hacerlo y quería mostrarnos cómo. Vivíamos en un pequeño apartamento en los edificios del centro, me llevó a la azotea, y como toda madre a sus pajarillos, quería mostrarme primero, así que se posó en la orilla y saltó.

Está de más decir que no lo logro.

Mase, yo no entiendo cómo mierda funciona el cerebro ni los medicamentos para mantenerlo quieto. El doctor nos explicó que la interrupción de la medicina había alterado de alguna forma su química cerebral y había provocado una especie de brote psicótico, lo cual es raro, pero pasa. Hay que tener muy mala suerte para que esa mierda te toque, pero supongo que algo genético debe haber por ahí, porque, Mase, siento que me vuelvo loca y no puede ser casualidad, pero ese es un tema para otro día.

Mi padre nos culpó por ello, por todo. Estaba tan molesto con ambos, con Leo y conmigo, pero sobretodo conmigo, dijo que, de no haber nacido, ella seguiría con vida. Quizá sí, quizá no.

Hay muchas cosas que no cuadran, que por más que las piense, no tienen mucho sentido, ¿en qué momento había dejado de tomar las pastillas? ¿Por qué mi padre, si era quién proveía el dinero, no se dio cuenta de que ese gasto faltaba? ¿Fue realmente un desequilibrio mental o deliberadamente trató de organizar un suicidio colectivo? ¿De qué estaba escapando mi madre y por qué quería que yo escapara también? Si era de mi padre, entonces me alegra que se haya ido.

Debo admitir que su partida, huida o lo que sea, no me tomó por sorpresa. Habría deseado que fuese así, pero luego de tanto desprecio, parecía algo inevitable, inminente. Fueron un par de semanas de confusión, tratando de entender y justificar porqué mi padre, quién había jurado amarme con su vida, me acusaba de ser el motivo de su profundo sufrimiento. Meses esperando pacientemente que ese hombre amoroso y risueño, que me llevaba por helado los viernes por la tarde, volviera a ser el mismo de antes. Pero eso no pasó, en su lugar, viviendo bajo su piel y usando su rostro como mascara, existía una abominación que disfrutaba atormentándome, culpándome, haciéndome sufrir tanto o más que él. Aborrecí en lo que se había convertido. Incluso llegué a pensar que siempre fue así y jamás lo noté, que no lo conocía, que sus besos en la frente y sus te quiero de buenos días habían sido mentiras y más mentiras.

No quedaba ni huella ni seña de lo que alguna vez fue, y así, sin más, un día simplemente terminó por desaparecer. No supimos más de él.

Si es que se puede agobiar a un cadáver, lamento estarte agobiando con estos recuerdos, es que no logro sacarlos de mi mente estos días. Escribo esto sentada en la azotea del edificio, pero no voy a saltar, lo prometo. Es mi tercer día de abstinencia y la estoy pasando fatal. Me desvié del tema, Mase, discúlpame, es que este lugar me trajo recuerdos.

Te decía, siempre había tenido severos conflictos con el amor, y me he estado preguntando, he estado dudando si en verdad te amé. Leo dice que cuando amas a alguien sabes absolutamente todo sobre esa persona, pero yo no sé mucho sobre ti. Mase, siento que no te conozco, que no te conocí nunca. Es decir, conozco los gustos que compartíamos, conozco fragmentos de lo que solías ser cuando estábamos juntos, sé lo que te hacía reír, lo que te hacía enojar y aquellos temas de los que no te gustaba hablar, pero nunca supe si tenías una película favorita o si odiabas alguna comida o si despreciabas el color naranja tanto como yo lo hago. ¿De verdad necesitaba saber esas estupideces para estar segura de lo que siento por ti? Todo es tan confuso desde que no estás aquí, me dejaste con demasiadas preguntas entre las manos y siento que todo se me cae a pedazos.

Culpo a Leo por estos pensamientos estúpidos. Buscar consuelo en mi hermano no fue la mejor idea. Guarda sus sentimientos en una caja fuerte para después aventarla al rio. Es lo que hizo cuando mi madre murió. Es lo que hizo cuando mi padre se fue. Pero qué mierda sabe él de amor.

-Tu no lo amabas- me dijo- Solo amabas que él te amara

-Amaba que él me amara- repetí, como si estuviera tratando de darle sentido a sus palabras, pero era imposible, no lo tenían- También lo amo a él

-No sabías nada sobre Mason, ¿Cómo puedes decir que lo amabas?

Traté de no pensar en que hablaba de mi amor por ti como algo que ya paso, porque te amo Mase, todavía lo hago. No importa el tiempo que pase, no importa el pasado, ni el presente, ni siquiera el mismo futuro, Te amo siempre será la conjugación correcta de mis sentimientos por ti.

-¿Tú me amas?- le pregunté

-Por supuesto que te amo- no dudó en contestar

-¿Qué sabes de mí?

No importaba la respuesta que me diera, era una trampa y ambos lo sabíamos. Yo no tenía motivos para dudar del amor de mi hermano y él lo sabía perfectamente; me había cuidado cuando todo se vino abajo, incluso si no podía cuidar de sí mismo; dejo de lado su vida para ver por la mía; él era, es y será la razón por la que siga aquí.

-Eres mi hermanita- dijo, bajo y suave, casi como si supiera que iba a romperle el corazón con lo siguiente que dijera

-Sí, pues dime algo que no sepa

Sé que no estuvo bien haber dicho eso, sé que fue un impulso, sé que quería hacerlo sufrir por haber insinuado que yo no te amaba. Créeme, me arrepentí en el instante mismo en el que esa frase salió de mi boca.

¿Qué sabes de mí, Mase? Apuesto a que sabías sabes de mí cosas que yo no sabía de mí misma. Eso nunca me asustó, extrañamente, era reconfortante. Te había entregado todo de mí desde el primer instante, porque supe, casi sin pensarlo, que tú y yo estábamos destinados. Éramos la excepción, nosotros en el tejado. Siempre seremos, Mase, no hay nada en el mundo, en el universo, en el maldito plano astral, que pueda separarnos, ni siquiera la muerte, y te lo voy a demostrar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro