Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3.

Siento que agonizo, lo siento en mi garganta y en la presión sobre mi pecho, lo siento en mis piernas entumecidas y en los cortes de mis brazos.

Lo siento en cada centímetro de mi cuerpo.

Capítulo 3.

No sé cómo se siente morir, pero muchas veces deseé hacerlo. Llámale suerte o destino, pero aquí sigo. Tú, la única persona que conocía que aún tenía un poco de respeto por la vida, te fuiste, y yo, quién estuvo persiguiendo a la muerte durante mucho tiempo, irónicamente, sigo con vida.

No sé cómo se siente morir, pero he estado agonizando gran parte de mi vida. Supongo que eso es peor. ¿Lo es? ¿Es peor que esa sensación de asfixia? O sentir las entrañas jugando twister dentro de ti, como si no importara una mierda el desayuno. La piel ardiendo cada que la navaja se abre camino entre los tejidos, cada que escurre la sangre y se resbala entre mis dedos. ¿Es peor que seguir aquí, cuando tú te has ido? Me está matando, Mase, tan lento y tan doloroso.

No sé cuánto más pueda soportarlo.

Por ahí leí que las personas con alto umbral de dolor físico eran frágiles y quebrantables emocionalmente, lo cual es cierto según mi experiencia.

¿Alguna vez te hablé de la primera vez que me corté? ¿No? No importa, si lo hice, no lo recuerdo. Es una historia divertida, considerando que solo quería preparar un sándwich para Leo. Prometo contarte la historia alguna vez, por ahora no quisiera desviarme del tema.

En algún punto de alguna madrugada te hablé sobre mis sueños oscuros y las pesadillas de muerte que habían dejado de aterrarme y se habían convertido más bien en un anhelo. Debías saberlo porque siempre ha sido una parte importante de mí. Tenía miedo de que eso te asustara y decidieras que no podías amarme completamente. Yo quería que amaras de mí incluso la mierda más jodida que tenía, pero en el fondo sabía que esa clase de amor no existe, que en realidad no es amor.

Aun así te deje entrar en mi mente y deje que exploraras cada rincón, cada espacio y desempolvaras los baúles que tenía guardados bajo llave junto a mis secretos más alarmantes.

En mis sueños, Mase, siempre había monstruos acechando, cazando, buscándome. Todos con un único objetivo; matarme. Pero no lo lograban nunca, ¿sabes por qué? Siempre despertaba justo a tiempo. Agonizando. La respiración me fallaba y sentía que en cualquier momento el corazón dejaría de latir en mi pecho. Leo sabía qué hacer en cada ocasión. Ese pequeño bastardo tiene ganado el cielo a costa mía.

Dijiste que solo eran pesadillas, que solo los buenos sueños se hacen realidad. Vaya optimismo de mierda, mi amor.

Anoche, Mase, ni siquiera mi hermano y sus incontables contenciones de experiencia pudieron ayudarme. Porque no había un monstruo a quien culpar, solo estabas tú, solo existíamos nosotros.

La habitación, en la que había compartido a tu lado las mejores noches de mi vida, se sentía fría y tenía un aire casi melancólico. Las memorias me juegan una mala pasada en cuanto a los detalles, pero las bajas temperaturas, el olor a limón que penetraba el lugar y esa extraña pero reconfortante sensación de que mi fin estaba cerca, eso jamás lo voy a olvidar.

-Ya no quiero seguir- te dije- Por favor haz que pare

Suplicar misericordia frente a ti, con las manos hechas puño entre la tela de tu camiseta, una que jamás había visto, y tu agarre firme sosteniendo mi cabeza a centímetros del suelo, no es fácil de procesar. De hecho, nada ocurrido en ese sueño lo era.

-No te preocupes, casi termina

Entonces lo supe, Mase, descubrí porqué se sentía como el final. Tu mano restante, aquella que no había logrado ver antes, sostenía dentro de mi vientre un hermoso cuchillo de plata.

Me susurraste cuanto me amabas mientras hacías realidad un juramento eterno de nosotros en la madrugada. Agonizando, los dos; mi sangre corriendo lejos de mi cuerpo para unirse con la tuya en algún lugar del espacio sobre nosotros. Volviéndonos eternos juntos.

Y desperté. Con un llanto ahogado y la espalda empapada de sudor. Todo había sido un sueño, tan bello, tan lejano y tan perfecto. Si los sueños se hacen realidad, Mase, tal como lo dijiste, volveremos a estar juntos.

Porque no concibo la idea de llegar a casa y que no estés esperándome entre las sabanas de mi cama. Las noches no son igual si no estás ahí. No me deja tranquila, me quema la espalda, los brazos, las piernas, me quema el alma. Me echa, como diciendo vete y no vuelvas hasta que regreses con él. Pobrecilla, aún no sabe que jamás vas a volver.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro