Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03: La prometida de Rafe Holtyn

Capítulo 03
La prometida de Rafe Holtyn

Mi único error fue madrugar e ir con la policía, no debí hacerlo, al menos debí comentarles el suceso de anoche a mis padres. No tenía la culpa, bueno... creo que no debí confiar en ese dicho que dice:

Al que madruga, Dios le ayuda.

Y en efecto, yo creía que hacía lo correcto, lo correcto para otros, no para mi.

—Hablaremos de esto en casa —susurró mi padre al salir de la oficina del jefe de policías.

Seguí a mi padre en completo silencio hasta la salida. No quería contradecirlo o decir algo incorrecto porque definitivamente este no es el lugar correcto para decir o defender mi posición.

—Papá, déjame explicártelo, por favor —pedí al llegar al parqueadero.

Mi padre estaba furioso, las venas le brotaban en la cara, sus manos estaban apretadas en puños y caminaba a toda velocidad.

—Sube al auto —dijo abriendo la puerta del copiloto.

Obedecí y me callé al ver su mirada. Él no quería escucharme, él no quería saber la verdad porque seguramente ya tenía su propia verdad y nada ni nadie la cambiaría.
Le di una última mirada, sería en vano decir algo.

Llegamos a casa y entré después de él. Mamá parecía no estar en casa, sus zapatillas no estaban al igual que las de Vinnie.

—Papá, escúchame —pedí asustada— por favor.

Abrió la puerta de su oficina y esperó a que entrara primero. Suspiré temblorosa. No había vuelta atrás, me había metido en problemas desde el primer momento en el que salí de casa a medianoche.

—¿Quieres hablar? Vamos a hablar.

Entré y supe que no había más remedio.

—No es lo que parece —dije volteando para verlo.

Mi padre me esperó con una bofetada. Una bofetada tan seca e inesperada que casi me desestabiliza por completo. Sentí el ardor en mi piel.

—¿No es lo que parece? ¿NO ES LO QUE PARECE? —preguntó gritando—. Mi hija asegura que ese chico la intentó matar, pero ¡cómo es eso posible si anoche estabas en casa, en la cama durmiendo!

Una lágrima se me escapó para finalmente rodar por mi mejilla. Es que todo este malentendido lo había provocado yo misma e incluso había puesto mi dignidad por los pisos ante mi padre y por supuesto que me dolía. Ver la desconfianza en sus ojos y la decepción en sus palabras.

—Papá, no es como parece, déjame te lo explico, anoche estaba en cama, sí, es cierto, pero tenía mucha sed y fui a la cocina por agua, fue cuando...

Pero papá no estaba escuchando, él solo se estaba dejando llevar por la ira, estaba creando películas y escenarios horrendos.

—¡Te fuiste con ese muchacho a medianoche! ¡¿Eso es lo que pasó, no es cierto?!

—¡¿Que?! No, no papá, eso no es...

Me dio otro bofetón que me mandó al piso. Me quede ahí por unos segundos. Mareada y con dolor.

—¡Mi hija menor se escapa de noche para verse con un chico! Esto es una vergüenza, eres una vergüenza para toda esta familia, Cleo.

Me agarro del cabello y me arrastró por toda la casa hasta llegar a mi habitación. Al entrar me tiró al piso.

—Recoge tus cosas —ordenó—. No pienso dejar que tus hermanos vean el mal ejemplo que eres.

—Espera, papá —pedí llorando—por favor, solo quiero explicarte todo.

Me arrodillé frente a él y supliqué. Él se quedó en silencio unos segundos y fui lo suficientemente rápida para explicar.

—Doty salió a una fiesta anoche y Vinnie la siguió, cuando me di cuenta yo corrí detrás de ellos con la intención de volver a casa con Vinnie, sabes cómo es Vinnie, es travieso y se metió a la mansión de los Holtyn y yo lo seguí, fue ahí cuando vi todo lo que dije en la delegación, por favor, te estoy diciendo la verdad, créeme.

—¡Doty! —llamó mi padre—¡Doty!

Mi hermana apareció en mi habitación, tenía los audífonos puestos, al vernos, asustada se los quitó.

—¿Que sucede, papá? ¿Por qué Cleo está así?

Yo seque mis lágrimas, Doty era mi salvación. Su confesión me libraría de la ira de papá.

—¿Es cierto que saliste anoche a una fiesta?

Doty me miró y luego nerviosa negó todo.

—No, cómo crees, papi. Yo no salí de casa anoche, como podría hacerlo.

Fue una traición que no esperaba. Me sentí molesta, con un pequeño sentimiento de ira y furia. Mi propia hermana había mentido.

—Doty, di la verdad.

—Estoy diciendo la verdad, Cleo. No se porque crees que no estuve en casa.

—Estas mintiendo —aseguré—. Papá, dile a Doty que diga la verdad.

—Estoy diciendo la verdad, papá —volvió a repetir Doty, utilizando esa mirada angelical con la que siempre se ganaba a mi padre.

—Voy a matarte, mentirosa.

Y fue suficiente para que mi padre me agarrara del cuello.

—Papá, suéltame, por favor.

El aire se me estaba cortando y fue cuando mamá intervino.

—¡Dios, que sucede, que está pasando! —exclamó asustada— Denny, suelta a Cleo.

Mamá se interpuso entre mi padre y yo, que no paraba de toser. Levanté la mirada y vi a Doty, llorando.

—¿Qué pasa? —preguntó furioso— ¡Que tu hija no es más que una zorra! ¡Todo nuestro esfuerzo por darle una mejor vida le vale muy poco, lo desechó todo al irse anoche con un chico!

—Eso no es cierto —negué.

Mi padre estaba tan enfurecido que dio un paso más a mí, pero mamá volvió a interponerse.

—Cleo, eso que dice tu padre, ¿es cierto?

Mire a Doty, ella es la única que puede ayudarme, podía decir la verdad, pero el podía nunca se convirtió en una acción.

—Mamá, lo siento —fue lo único que pude responder.

Mi padre iba a levantar su mano, pero no lo hizo por la presencia de mamá. Se dio una vuelta en su mismo lugar y rojo de la ira salió de mi habitación y de la casa.

Mamá salió detrás de él para tranquilizarlo y pedirle explicaciones.

—Cleo, ¿que hiciste? —preguntó Doty en tono de acusación.

—Doty, solo tenías que decir la verdad y no lo hiciste. Vete de aquí —dije dolida.

—Discúlpame, pero fuiste tú quien escapó con un chico, no yo.

Y mi hermana era la persona menos indicada para hablar de eso.

—Pues las cosas se aprenden en casa. Tal vez solo aprendí de ti —solté.

Y fue suficiente para hacer que Doty salga de mi habitación tan furiosa como papá.

Mama me encerró en la habitación por el resto del día, me quitó el celular, la computadora y hasta el televisor. Yo solo podía llorar, dolida por papá, quien no creyó en mi palabra o Doty, que prefirió salvarse. Me sentía molesta, sentía que esto era una injusticia, pero simplemente me la merecía.

—Cleo —susurró Sebastian— Cleo, aquí.

Miré la ventana y vi a Sebastian. Me seque las lagrimas y sonreí al verlo. Me acerqué a la ventana, sorprendida.

—¿Que haces aquí? —pregunté— creí que estarías en la universidad.

—Lo estaba, pero Doty me contó todo, que te castigaron y que escapaste anoche con un chico.

Yo absorbí mi nariz sin ganas de negar nada.

—Me reí cuando lo dijo porque conozco a mi prima y sé que no harías algo así, peor sabiendo que mi tío se quedó en el siglo pasado y es muy estricto con esas cosas. Después de todo se quien eres y cuánto te respetas así misma. Es que quienes te conocemos sabemos que nada de eso es cierto, aunque quisiera saber la razón de todo este malentendido, quisiera, pero no hay mucho tiempo.

Levanté la mirada y le sonreí a Sebastian. Él me creía y ni siquiera le había negado algo.

—Si mi padre te ve aquí es capaz de molestarse mucho contigo, Seb.

—Lo sé, pero no me importa arriesgarme por ti, prima.

—Gracias, Seb.

La confianza de Seb, sin duda era algo importante y muy significativo para mi.

—Traje comida, ten —me tendió una funda— es un sándwich de pollo, no es tu favorito, pero fue lo primero que encontré. Tengo que irme antes de que me atrapen aquí y me nombren como el primer enemigo de la familia Starky o que pierda mi examen de recuperación el que aprobare gracias a la ayuda de la mejor prima del mundo.

Abrace a Seb sacando medio cuerpo de la ventana.

—Eres el mejor —aseguré riendo.

—Se me hace tarde. Adiós, Cleo.

Sebastian bajo las escaleras en la que estaba subido, la escondió detrás de los arbustos y se marchó corriendo a su moto. Abrí la funda y me encontré con el sándwich y con un jugo de naranja. En cuanto olí el sándwich mi estómago rugió. Estaba comiendo a gusto y eso que el pollo no era de mi total agrado. Escondí todo en cuanto escuché los pesados pasos de papá.

Era seguro que descubriría que Seb me trajo comida si ve siquiera una servilleta. Rocié un poco de esencia de vainilla y el olor de la comida desapareció.

Mi padre le quitó el seguro a la puerta y entró. Yo me quede sentada en la cama, cabizbaja.

—Papá...

—He arreglado el desastre que has hecho —habló.

Y suspiré aliviada. No había arruinado todo. Seguro mi padre habló con mamá y ella le hizo entender que yo no haría algo así. No con otro propósito.

—¿En serio, papá? —pregunté contenta.

Me levanté y me acerqué a abrazarlo, pero me detuve a medio camino.

—El señor Holtyn y yo hemos hablado y llegamos a un acuerdo.

Y me detuve como piedra.

—¿El señor Holtyn? ¿Que acuerdo tendría con el señor Holtyn? —pregunté.

Mi padre con el gesto aún adusto, asintió.

—El señor Holtyn y yo hablamos y le dimos soluciones a nuestros problemas con un acuerdo.

—¿Un acuerdo? —repetí confundida.

—Vas a comprometerte con ese muchacho. Serás la prometida de Rafe Holtyn.

Me senté en el borde de la cama. Desconcertada.
Mire mis pies mientras trataba de entender todo. ¿Cómo mi padre había llegado a este acuerdo?

—No, eso no es posible, no quiero ser la prometida de nadie.

—No eres la prometida de nadie, eres la prometida de Rafe Holtyn.

Levante la mirada y encontré a mi padre. Ya no parecía tan rígido, hasta parecía encantado, podía ver que la idea le gustaba a pesar de que trataba de ocultarlo.

—No, no me comprometeré con nadie.

—Entonces, te vas de la casa y te olvidas de que somos tú familia.

Le mantuve la mirada a mi padre, escucharlo decir esas palabras sin ninguna pena en su rostro... no lo reconocía.

—¿Que tipo de acuerdo es este, padre? —pregunté molesta— ¡Que tipo de acuerdo es en el que comprometes a tu hija con un completo desconocido!

Levantó el dedo índice y me señaló mientras se acercaba.

—Saliste de casa a medianoche, llegaste a la casa de esta gente y dios sabrá que más hiciste mientras todos dormíamos. ¿Sabes que dirá la gente? ¿Sabes como afectará a tu madre escuchar de sus amistades que su hija es una pérdida? La única solución para salvar la reputación y tranquilidad de esta casa es el matrimonio, Cleo.

—No, no es una solución. No pasó nada, yo no conozco a este chico y...

—A la gente no le importa lo que paso, le importa lo que dicen los chismes y los chismes dicen que mi hija es una vergüenza para la familia.

Y empecé a llorar. Odiaba a papá, odiaba que se dejara llevar tanto por los comentarios de la gente. Odiaba que tuviera pensamientos e ideologías tan anticuadas y sin duda odiaba mucho la situación en la que estaba. Es que era perder a mi familia o perder mi libertad.

—Tienes que elegir...

No quería ser la prometida de nadie, mucho menos de ese peligroso hombre. No lo conocía de nada y no quería conocerlo, pero...

—Papá, si acepto ser la prometida de ese chico...

—Nadie podrá mencionar el apellido de esta familia o calumniar nuestro honor —respondió automáticamente.

Pero no era la respuesta que quería escuchar de mi padre, sin embargo, él sí que quería escuchar una aceptación de mi parte.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro