Junio 2020

—Por qué crees que todo debe ser como las historias de tus libros? Eso es solo ficción—rueda sus ojos—en la vida real esas cosas no suceden

Quiero decirle que se equivoca, que los libros no son solo ficción, que detrás de cada uno de ellos hay una historia, una historia que cuenta la realidad vista desde otra perspectiva, una realidad que no todos saben apreciar y comprender. Los libros nos transmiten aquello que pensamos y sentimos pero que no somos capaces de expresar en voz alta o, por miedo a cómo reaccionarán los demás, o, por miedo a cómo enfrentaríamos eso si tuviésemos que vivirlo como una experiencia propia y no como un simple espectador. Como si fuésemos el personaje principal y no un simple personaje secundario irrelevante para la historia.

—Aquí—señalo la pequeña caja—aquí hay historia, una historia que no pudo ser contada, y si ha permanecido aquí es porque el destino lo quiso así, porque el destino eligió que fuésemos nosotros quienes lo encontrásemos.—él niega con su cabeza—te has tomado siquiera el tiempo de leer y ver esto? O te niegas tan solo para contradecirme en uno de mis tantos caprichos?

—Millie, no quiero pelear, no quiero que algo tan insignificante como esto cause una discusión

—Pero para mi no es insignificante, eso es lo que tú no comprendes—una lágrima comienza a deslizarse por mi mejilla y rápidamente me deshago de ella con el borde de mi pijama, no quiero sentirme sensible y mucho menos débil, sé que el embarazo es el principal causante de ello, pero yo soy más fuerte, o al menos eso quiero creer.—Mi corazón me dice que debo entregar esto, y pues eso haré

—A veces debemos escuchar más a nuestro cerebro y no tanto a nuestro corazón. A veces al ser humano lo ciegan tanto los sentimientos que terminan nublando al razonamiento, provocando que cometamos un error, y eso es lo que estás a punto de hacer tu, cometer un error.

—No me echaré para atrás, lo haré tenga tu apoyo o no. Siempre me he dejado llevar por mi corazón y esta no será la excepción.

Charlie vuelve a negar con su cabeza y me deja sola dentro de la habitación. Él siempre ha sido muy comprensivo tanto conmigo como con las decisiones que tomaba, pero hay veces que en una relación no todo es color de rosas, a veces en las relaciones hay discordancias entre uno y otro, y este es claramente un ejemplo.

Ustedes se estarán preguntando que es lo que sucedió, pues lo que ha sucedido fue que ayer por la tarde mientras organizaba el que será el dormitorio de nuestro bebé sucedió algo muy raro y típico de película hollywoodense. Tanto el suelo de este dormitorio, como el de nosotros es de madera, esas maderas tipo tablones que están unidas una al lado de la otra, hasta allí todo iba perfecto, pero en un determinado momento los adornos de bebé se cayeron al suelo y me vi obligada a inclinarme y recogerlos uno por uno —fue un arduo trabajo, mi gran barriga me impide realizar un montón de tareas, el sentarme es una, y sentarme en el suelo se me dificulta aun más— en fin, me senté en el suelo con la caja de los adornos a mi lado y, en determinado momento mi vista se fijó en un punto de la habitación, más precisamente en el centro de la misma donde allí estará en unos días la cuna: Una de las tablas del suelo estaba sobresalida. automáticamenete mi cerebro se teletransportó a la decena de libros que leí y las miles de películas y series que he visto, ya que en todas y cada una de ellas cuando una tabla del suelo está sobresalida es porque algo hay, porque algo se oculta allí dentro, ya sea algo malo o algo bueno algo debajo de esas tablas estaba aguardando a ser descubierta en algún momento, y ese momento había llegado.

Como pude y sin pensarlo dos veces comencé a arrastrarme en el suelo hacia dicha tabla, la piel de mis manos y la de mis piernas desnudas se deslizaba sobre la madera y podía sentir debajo de ella la aspereza y cada imperfección del suelo. Estaba a dos simples pasos de llegar a mi destino cuando a mi bebé se le ocurrió la maravillosa idea de patalear

—Ahora no mi niño—le rogué acariciando suavemente mi panza por encima de la blusa—Ahora mamá está a punto de descubrir algo. Dicen que los bebes sienten y oyen todo lo que nosotros les decimos pues o fue eso o simplemente se aburrió de patalear —Yo quiero creer que fue mi voz lo que causó que se tranquilizara—

Finalmente llegué a mi destino y mi vista no había fallado, allí estaba esa tabla sobresalida esperando a que alguien jalase de ella. Con una mano sostenía mi cuerpo en el suelo y con la otra comencé a tirar suavemente hacia arriba para luego de dos intentos tener en mis manos la dichosa tabla. Miro en el interior y en principio mis ánimos y ansias por encontrar algo interesante se derrumbaron, allí solo había polvo, algún que otro insecto muerto y algunas telas de arañas. Volví a introducir mi mano en el hueco —debo admitir que lo hice con miedo de que algún bicho extraño subiera por mi brazo, pero mi curiosidad era mas fuerte que mi miedo— y algo duro y suave rozó la yema de mis dedos.

Definitivamente allí había algo.