Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

-Entonces, Scarlet, ¿de dónde conoces a Subaru? –preguntó Ikary.

-Desde el kínder... -contesté tímida.

-¡Desde chiquitos! ¡Qué tierno! Y dime, ¿siempre ha sido así de reservado? –volvió a inquirir la pareja de Reiji.

-Pues sí, no ha cambiado nada de su personalidad de ese tiempo para acá –dije recordando lo tierno que Subaru se veía en mis recuerdos.

Kanato se estaba retando con Aline sobre cuál era el mejor dulce del mundo a pesar de que mujeres y hombres se habían separado en la reunión, formaban un punto neutro, mientras yo era interrogada por las parejas de Reiji y Ayato, aunque Andie no preguntaba mucho, la comunicación de ambas era como la de mis amigas y yo, así que comprendía un poco que al principio era tímida pero después se abría a las personas nuevas.

-¿Qué edad tienes? –preguntó Andie ahora.

-Casi 17 años –contesté

-Eres muy pequeña aún... -comentó Ikary.

-Y muy linda, también. Creo que Subaru no pudo haber escogido alguien mejor como amiga –dijo Andie.

Me ruboricé demasiado, que me elogiaran así tan de repente me hacía sentir tímida y pequeña ante los demás. Quizás era la falta de costumbre con ese tipo de cosas.

-Y dinos, ¿tienes hermanos? –dijo Ikary continuando la plática.

-No, soy hija única –dije.

-Eso tiene muchas ventajas, al menos no te peleas con nadie en tu casa... A menos que te pelees con tus padres demasiado... -dijo Ikary un poco pensativa.

-Ja, ja, ja, no, no peleo casi con mis padres. Actualmente no, cuando era niña sí, éramos muy irritables y nos enojábamos con frecuencia –contesté feliz recordando a mi familia.

-¡Qué maravilla! Entonces eres demasiado afortunada –comentó Andie.

-Sí, opino que si –dije con una sonrisa de lado.

Los hombres seguían al otro lado, según ellos para no escuchar pláticas que no les interesaban. Pero de poco a poco, se acercaban a donde estábamos platicando; Kanato seguía peleando con Aline y ahora era sobre el peluche del susodicho que se negaba a soltar:

-Déjame verlo –pidió Aline.

-¡No! ¡Teddy es mío! –exclamó Kanato cubriendo al muñeco detrás de él.

Aline en su desesperada lucha por quitarle el peluche se le echó encima al pelimorado y lo aplastó. Como todavía no cedía y seguía negándose a prestar a ¨Teddy¨, Aline le hizo cosquillas haciendo que Kanato se riera a más no poder y soltara al peluche tratando de parar a Aline.

En cambio Aline tomó al oso en sus manos y lo apachurró:

-¡Es hermoso! –gritó al pelimorado que la veía enojado.

Aline comenzó a jugar con Teddy y provocó que Kanato se irritara aún más y que se acercara furioso a ella, pero Aline sólo lo ignoró y se fue a la cocina a buscar comida:

-Ahora vengo, quiero más helado –dijo y me dejó ahí sola con los demás mientras Kanato la perseguía.

Me reí de su actitud infantil, y Andie e Ikary hicieron lo mismo, sin embargo ninguno de los demás hombres presentes, a excepción de Ayato y Laito se rieron. Esa actitud me incomodó un poco y Subaru lo único que hacía era mantener un ojo cerca de mis acciones, pero no se acercaba a mí.

Eso me hacía sentir sola e incómoda, como si mi presencia le pareciera mala o ajena, me refiero, él me había invitado... al menos por amistad debería hacerme caso.

Suspiré luego de mirar a aquel joven de cabellos blancos y bajé la mirada evitando mostrar mi decepción mientras platicaba con las parejas de Ayato y Reiji. Pasados unos minutos más, me levanté al baño y vi que Kanato seguía con Aline, así que sonreí y seguí buscando el baño en tan enorme casa.

Bufé desesperada por no saber moverme en lugares como esos, y ahora estaba perdida en un lugar prácticamente desconocido para mí. Me recargué contra la pared tratando de calmarme y pensar cómo salir de aquel lío, seguro ya me había tardado buscando nada más el baño.

Entonces, una silueta apareció en la negrura del pasillo, reconocí el color blanco de su cabello:

-Tonta, me hubieras preguntado dónde estaba y te habría llevado –dijo con burla en la voz.

-Si escuchaste, tú hubieras dicho que me llevabas –contesté un tanto molesta.

Chasqueó la lengua y ladeé la cabeza. Después de todo, no debía enojarse.

Acto seguido, me agarró de la muñeca con fuerza y me llevó a otro pasillo, donde intuí estaba el baño. El agarre había dejado un moretón en mi piel bastante marcado. Incluso creí que pasaría lo mismo que con Yuma.

Pero no pasó nada más, me abrió la puerta y me empujó dentro del gran cuarto de aseo personal. Luego cerró la puerta y dijo:

-Te esperaré, para que no te pierdas de nuevo.

Suspiré y me apresuré a hacer lo que tenía que hacer. Al terminar, lavé mis manos y me miré al espejo, mis ojos se veían cansados, quizás debía dormir más y descansar como es debido. Miré aquellos agujeros producidos por Ruki hace unos días, ya estaban sanando y parecían puntos oscuros en mi cuello, casi lunares.

Salí del baño y en la pared estaba Subaru recargado con los ojos cerrados. Me acerqué y le di un golpe en el brazo:

-¡Oye! ¿Qué te pasa? –dijo un poco irritado.

-Nada, sólo quería hacer eso –respondí de manera fría.

-Tonta...

-Idiota...

El ambiente se hizo más denso e irritante, pero pasados unos minutos, Subaru habló:

-Lo siento –dijo con un tono de arrepentimiento total. Tenía la vista baja y en la poca luz que había no vi su rostro, sin embargo, esas palabras me resonaron durante mucho tiempo.

No dije nada y miré a la oscuridad infinita del pasillo, luego, solté un suspiro. Me sentía mal, pero tampoco quería lastimarlo, así que busqué su hombro y le di un apretón, quería que dejara ese sentimiento de culpabilidad.

-¿Así que para eso la invitaste? –la voz del segundo hermano Sakamaki resonó en la oscuridad y una parte del pasillo se iluminó.

Jadeé asustada por la repentina aparición y solté el hombro de Subaru. Éste, hizo un sonido con sus dientes chocando contra su lengua y desvío la vista enojado.

-En serio, caer así de bajo con una humana... qué vergüenza –volvió a hablar Reiji y lo fulminé con la mirada.

Subaru tomó mi brazo y me jaló lejos de Reiji, pero entonces dijo algo de nuevo:

-¿Acaso no notas ese olor? Su sangre ya ha sido probada por los Mukami. La esencia del mayor está presente en ella.

Me detuve en seco ante aquellas palabras llenas de odio y frialdad hacia la familia de Yuma. Era verdad que había sido mordida por su hermano mayor, pero aún así, la forma en la que ellos me trataron en un inicio había sido simpática, a diferencia de la forma en la que me habían tratado horas atrás. Subaru siguió ejerciendo fuerza contra mi muñeca derecha y yo me forcé para liberarla.

Sin éxito, le dije al pelinegro frente a mí:

-Al menos su compañía era más simpática que la suya.

El joven con lentes me miró con desprecio y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios ante el comentario, dio un suspiro y caminó en otra dirección hasta desaparecer de nuestra vista.

-¿Qué acaso no le vas a decir nada a tu hermano? ¿Dejas que trate así a todos tus invitados? –dije exasperada y llena de odio a los comentarios del vampiro pelinegro.

-¿Qué quieres que le diga? Es la verdad lo que dijo –contestó Subaru y mis ojos se abrieron como platos.

-Entonces... ¿soy insignificante para ti después de todo? –dije tratando de no llorar.

-Sólo eres mi comida –el tono de su voz era de sinceridad.

-Ya veo...

Salí corriendo en dirección opuesta a la suya, mientras trataba de calmarme y llegué a la sala donde había estado platicando. Todos seguían ahí y busqué con la vista a Aline:

-Scarlet, llegas a tiempo para jugar –dijo Andie.

-Lo siento, tengo que irme ya, ¿han visto a mi amiga Aline? –pregunté lo más normal posible.

-Oh sí, sigue en la cocina con Kanato –respondió Ikary.

Les agradecí y caminé a la cocina, ahí estaba Aline comiendo dulces junto a Kanato. Llevaban tal vez más de media bolsa de ellos:

-Aline... ya debemos irnos –dije y Aline se levantó del suelo.

-Está bien, nos vemos –dijo volteando a ver a Kanato.

-Adiós, Aline –contestó Kanato mientras sonreía y seguía con los dulces.

Tomé mi abrigo y me despedí de las chicas presentes, quizás mis nuevas amigas. Despedirme de los demás hermanos no me importaba, así que Aline y yo salimos de la mansión y afuera ya estaba oscuro. Maldije para mis adentros y caminé hasta la reja principal.

Cuando estaba a punto de abrirla, alguien me tomó la mano:

-Suéltame, Subaru –dije herida por lo que había dicho minutos atrás.

Aún así, no me soltó y me dijo:

-Sabes que no te dejaré ir sola, menos cuando llevas a alguien más.

Me resigné y dejé que nos acompañara hasta mi casa, ya que Aline se quedaría a dormir conmigo. El camino fue silencioso y tranquilo pero seguía el pequeño resentimiento que Subaru me había causado.

Cuando llegamos, me despedí de él de manera cortante y entré a casa junto a mi amiga, cerré la puerta y di un suspiro. Mis padres seguían despiertos esperando a que regresáramos, entonces, me metí a dormir con todo y ropa puesta.

-¡Pero qué escena le armaste a Subaru, Reiji! –se burló Ayato cuando me vio entrar por la puerta de la sala. Solté un suspiro y me senté en el sillón.

-¿De qué habla Ayato? –preguntó Ikary.

-La verdad hasta a mí me pareció grosero... digo, su primer amor no merecía pasar por eso hoy –dijo Laito.

-Era necesario, el olor de esos malditos me dejó asqueado durante la comida. Además, en una reunión no deben hacer sus necesidades sexuales –contestó Reiji con los ojos cerrados y dando un suspiro de frustración.

-¿Qué hiciste Reiji? –aseveró Ikary preocupada.

-Sólo dije que el olor de esa humana era espantoso y que no debían ser indecorosos, eso es todo –dijo Reiji mirando a su mujer.

-Cállense, dejen de hacer alboroto por algo así –Shu contestó desde el sofá donde estaba acostado.

Justo cuando quería irme, Reiji dijo:

-Subaru, ¿por qué nos trajiste a alguien así a la casa? Tener ese asqueroso aroma...

-A mí me pareció dulce... -dijo Kanato.

-Kanato, yo hablo de la pelirroja no de la castaña que comió contigo –observó Reiji.

-No era comida para ustedes, era mi comida, para mí solamente –dije con un poco de agresividad. Comenzaba a hartarme que hablarán así de una persona que ni siquiera les importaba en lo absoluto.

-A mí me cayó bien, no me interesa su olor, creo que es una gran chica –comentó Andie al lado de Ayato quien le sonrió y besó su mejilla.

Ante la pequeña conmoción creada yo decidí irme a dormir, no quería seguir escuchando tonterías como esas. Era verdad que el olor que desprendían esos tipos era potente y llegaba a marear después de olerlo durante mucho tiempo, pero esa no había sido la razón por la que me alejara de Scarlet todo el tiempo, sino que realmente quería darles falsas ideas y evitar que le pasara algo gracias a mis hermanos... sólo alejándome de las personas puedo evitarles un daño mayor.

Me encerré en mi ataúd al llegar a mi habitación y durante un largo tiempo no pude dormir pensando en que Scarlet podría estar mal, o incluso, que me dejara por mi actitud hacia ella durante la cena.

Cuando por fin pude cerrar los ojos, soñé un pequeño camino donde había rosales y velas iluminando, la Luna estaba en eclipse y me sentía débil cada vez que avanzaba buscando el final del camino.

Una mano me tomaba el brazo izquierdo y evitaba que siguiera: Scarlet con una mirada de tristeza sostenía mi brazo tratando de alejarme de aquel lugar. Yo me resistía y me alejaba de ella cada vez más, hasta que la perdía de vista. Entonces, finalmente di con el final del laberinto de camino que había atravesado, de nueva cuenta, ella me esperaba:

-Subaru... -su voz era cantarina y más suave, como una sirena.

-Scarlet... ¿Qué haces aquí? –algo me atemorizaba en ella y no dudé en comprobarlo.

Otra vez Yuma estaba detrás de ella, sonriéndome como si hubiera ganado desde hace mucho, luego retiró la cabellera roja de su hombro izquierdo, dejando a la vista unas marcas cicatrizantes en su cuello.

Antes de que hiciera algún movimiento desperté con un sudor frío en mi espina dorsal que me hizo suspirar pesadamente...

La mañana me llegó tan rápido que desperté tarde para llevar a Aline a casa. Aunque ella ni siquiera había despertado aún, yo me alisté y fui a preparar el desayuno para ambas ya que mis padres habían ido a trabajar desde temprano.

El olor de comida hizo que mi amiga caminara hasta la cocina como zombie y que se sentara para desayunar, yo me reí ante su forma de caminar y ser atraída por un simple olor. Le di un plato con la comida y serví otro para mí. Platicamos un rato de lo que habían sido nuestras vacaciones hasta ese día:

-Oye, ¿estás bien? –me preguntó después de un rato.

-Sí, ¿por qué lo dices? –respondí extrañada.

-Bueno... es que ayer te veías triste cuando salimos de la cena...

Un nudo se me formó en la garganta porque recordé las hirientes palabras de Subaru y su horrible actitud. Aún así, contesté:

-No era nada, una cosa que había recordado, por eso mejor decidí que debíamos irnos –dije sin mirarla.

No me dijo nada más y en cuanto terminamos, fuimos a su casa. Yo regresé a la mía, no sin antes pasar cerca de uno de mis pequeños pedazos de cielo: artículos góticos. Una tienda modesta donde compraba mi ropa y otras cosas que me gustaban.

Compré una playera de uno de mis grupos musicales favoritos y unas cuantas revistas de dibujo. Luego, tomé el camión hacia mi casa y revisé lo que había comprado. Recordé que debía hacer unos dibujos y en cuanto llegué a casa, me puse manos a la obra.

Fue la única forma que tuve para distraerme de las malas experiencias de la noche anterior. Ni siquiera me conecté a ninguna red social, sólo descargué anime y música nueva.

Cuando por fin me dio sueño, eran casi las 3 de la mañana y caí profundamente en un sueño que me condujo hasta una persona, desconocida y mal definida, que me tomaba del brazo y clavaba sus dientes en mí provocando que sacara un gemido de dolor.

Desperté en medio de la noche con un sudor por todo el cuerpo. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro