El viaje no se me hizo largo pero tampoco corto era algo raro la verdad; cuando llegue a la ciudad empecé a buscar el hotel que había reservado; estaba caminando muy tranquila por las calles de París, no sabía si me iba a perder pero tenía ganas de conocer esta hermosa ciudad a la que llaman; "la ciudad del amor". Las gentes iban a sus temas y ninguno te miran no es como en España; es muy curioso de que los países sean distintos.

Mientras que estaba pensando en eso de repente sentí algo, mi imaginación me estaba haciendo una mala pasada así que era mejor irme al hotel y descansar para el día de mañana; el día del concierto. No tarde en ir al hotel y ir a mi habitación, esa misma sensación de antes había vuelto y me estaba asustando, no sabía qué hacer pero lo mejor es ir a tomar un baño relajante: dejé la ropa en el armario, puse mi cargador y la foto de mi familia en la mesilla de noche; siempre me llevó la foto de ellos ya que son muy importantes para mí, elegí el pijama para esta noche cuando tocan a la puerta. No tenía ganas de abrir pero puede ser de que era del hotel.

Al abrir era los empleados del hotel y me dieron la bienvenida pero junto a eso me entregaron una cesta de frutas, la verdad es que se lo curraron ya que este hotel es de cinco estrellas y ellos era así con sus clientes. Se lo agradecí y a cambio le di una buena propina al empleado; después de eso me tomé mi gran baño que me lo merecía; más quién iba a pensar de que yo estaría aquí, en un gran hotel y de que iría al concierto de mis pequeños.

Miré al techo y muchos pensamientos se cruzaron en mi mente y sobre todo de cuando mi vida cambió por culpa de un ex pero gracias a ellos hicieron de que mi vida cambiará por completo.

Mi celular empezó a sonar y rápidamente me salí de la bañera para ver quien me llamaba, me puse la bata y al tomar el celular para ver la llamada: era mi mejor amiga; Alba la que me llama.
Se dibujó una sonrisa en mi rostro, ella es como esa hermana que nunca he tenido y que siempre la voy a cuidar porque es muy importante en mi vida; le doy a gracias a Dios por conocerla.

No tardé en responder y estuvimos hablando de que tal me fue el viaje e cómo llegué, mientras que charlamos sentí eso de nuevo me estaba preocupando ya; mi amiga notó que me sucedía algo y se lo conté.

Alba: Tranquila tía, seguro que es por los nervios. Por cierto, no se te olvide pasártelo bien.

Laura:Claro jaja, te compraré algo pero es una sorpresa jiji

Ambas reímos después de eso nos despedimos: las horas pasaban y una vez más esa sensación venía pero era intensa que antes; comencé a caminar por la habitación cuando tocaron la puerta, una vez más, pensé de que era uno de los empleados pero no.
Al abrir la puerta, me encontré con un hombre con el rostro cubierto, iba como los coreanos que se tapan la boca con esa máscara rara.

La verdad de que me quedé impresionada, así que le dije que si quería algo pero este me dijo de que dónde estaba la cocina, no me esperé eso para nada. Simplemente le dije de que no sabía y le comenté de que fuera a bajo de que seguro que le iban a ayudar; el me dio las gracias, esté se marchó y me fijé en su color de pelo; no me podía creer de que me hablará a mi, ¿Es que acaso existe la coincidencia?