Cuando todo parece ser perfecto, siempre hay algo -o alguien- que está presente para encargarse de evitar esa felicidad por completo. En el caso de esta historia, había ocurrido de esa forma, luego de que la barrera en la isla de los perdidos fuese abierta totalmente y nuestros queridos protagonistas hayan formado una vida, ocurrió un incidente que provocó el encarcelamiento -nuevamente- de los villanos junto a sus hijos y secuaces.

¿Por qué? ¿Qué había sucedido? De no ser porque la memoria de los protagonistas fue borrada, estas serían las preguntas que invadirian sus cabezas día y noche. A excepción de estos, todos sabían lo que había ocurrido, pero el poder de la amenaza siempre era más fuerte y nadie se atrevía a contar la verdadera historia.

Empecemos con la historia para así empezar a aclarar dudas.

5 años después...

—atrapame si puedes.—una pequeña niña de tez blanca, ojos celestes y cabello castaño claro corría por los callejones de la isla de los perdidos, sus pies estaban descalzos y su ropa estaba demasiado sucia como para que alguien pensara que la niña tenía una familia o alguien a cargo de ella.

Su padre, quien corría detrás de ella ya estaba algo agotado de perseguirla por toda la isla, el solo quería poder llevar a cabo su baño, ya iban dos días que la niña evitaba darse una ducha a toda costa.

—Janeth, ya basta, estarás castigada por el resto de tu vida—decía el adulto deteniéndose para tomar un respiro.

Su salvación fue la abuela de la pequeña traviesa, quien junto a sus amigos villanos, detuvieron a la niña apareciendo en frente de ella. La abuela, de una forma cariñosa la tomó en brazos sin tomar en cuenta lo realmente sucia que se encontraba la pequeña y la saludó con un beso en la mejilla.

—¿Cómo está la niña más hermosa de esta isla?—le preguntó haciéndole cosquillas en la barriga, la pequeña fingió tristeza y señaló a su padre, quien se acercaba a ellos algo cansado.

Detrás de aquel chico, se pudo divisar a tres de sus amigos, quienes eran los hijos de el resto de villanos que estaban allí, iban caminando detrás de él ya que justo estaban acompañándolo cuando se quiso llevar a cabo el plan de darle una ducha a la pequeña y esta escapó.

—Papi quiere bañarme—la niña hizo un puchero, lo que provocó que su abuela mirase enojada al padre de la pequeña.

—¡Carlos! ¿Qué te he dicho de molestar a Janeth? Si ella no quiere, no vas a obligarla—regañó Cruella a su hijo.

—No puedo creer esto—dijo entre dientes la villana que la acompañaba—Mal, hija. Mamá tiene una noticia—exclamó, ya que su hija estaba junto a Carlos.

El chico arrebató de los brazos de su madre a su hija, regañandola con la mirada al dejarla en el suelo y darle la mano para que está no volviese a escapar.

—¿Qué sucede?—preguntó la niña al ver que todos los padres de sus tíos y su abuela estaban reunidos.

—Se adelantaron sus vacaciones mi cielo—exclamó Jafar, el padre de Jay, quien apretó las mejillas de la pequeña de forma exagerada.

La pequeña le dio un pequeño golpe en la mano y se escondió detrás de su padre asustada.

—¿De qué habla, mamá?—preguntó Evie observando a su mamá.

Maléfica suspiró molesta, le alteraba el hecho de que todos hicieran preguntas y no la dejasen hablar. La pequeña Janeth la observo algo asustada y se escondió aún más detrás de las piernas de su papá, quien le acariciaba el cabello para que ella supiera que nada malo le iba a pasar.

—Irán a Auradon, el nuevo rey hizo una proclama y ustedes cuatro son los elegidos—explicó la villana de cuernos algo sonriente—quieren que su reino conviva con villanos, es más un experimento a mi parecer.

Carlos empezó a reir—Yo no iré a ningún lado, mi hija no se quedará sola. No pienso alejarme de ella.

Maléfica rodó los ojos.

—Carlitos, Janeth irá con ustedes, el rey está al tanto de su existencia y es tan bueno que no la alejara de su padre—exclamó Maléfica sonriendole a la pequeña, causando más susto en ella.

—Ese lugar está lleno de príncipes y princesas mimadas, no iré—se negó Mal.

—¿Príncipes?—preguntó Evie ilusionada.

—¿Mimados?—preguntó Jay imaginando todas las cosas que podría robar.

—¡No les estamos preguntando si quieren ir o no!—gritó Maléfica—Van a ir, van a robar la varita del hada madrina, abrirán la barrera y nosotros seguiremos con el plan—explicó señalándose a ella y sus amigos.

—¿en ese lugar está mamá?—a la niña se le iluminaron los ojos al escuchar sobre Auradon, siempre le habían dicho que era un lugar muy lindo y lleno de magia, todo lo contrario al lugar en donde vivía. La pequeña supuso que su mamá podría vivir en un lugar como ese.

Carlos sintió algo de emoción al ver a su pequeña de tan solo 5 años ilusionada, el no pensaba aceptar ese viaje a Auradon, pero al escuchar lo que su hija le había dicho, se dio cuenta que podría ser de gran ayuda para encontrar a la madre de esta. Por alguna extraña razón, el chico jamás supo algo sobre aquella mujer, los recuerdos de la madre de Janeth estaban completamente nulos en su mente y no entendía el porqué.

En Auradon...

—¿Por qué no lo consultaste antes con nosotras?—el rey Ben se encontraba en una reunión con sus dos ayudantes de confianza, prácticamente sus manos izquierda y derecha, estas chicas habían sido sus amigas desde la infancia y se trataban como si fuesen hermanos.

Antes de hacer la proclama, Ben no lo consultó con nadie ya que sabía que la respuesta de todos seria un rotundo no. Sin embargo, el siempre había pensado en que los villanos pueden tener una segunda oportunidad y no estaba mal empezar con aquellos cuatro chicos,no podían ser tan malos si tenían una pequeña niña a cargo de ellos.

—Ben, es muy riesgoso, no solo para nosotros, también para nuestros hijos—exclamó la hija del hada madrina, la dulce chica tenía en sus piernas a su pequeño hijo de 5 años durmiendo.

—Jane, por ellos es que lo hago, ¿no les parece cruel que nosotros estemos viviendo tan a gusto mientras en esa isla los niños comen nuestra basura?

—Ben tiene razon—lo apoyó Lonnie, su otra amiga—Tenemos hijos, no podemos ser tan crueles con esas personas, hay que darles una oportunidad.

A la habitación en la que estaban, entró corriendo una pequeña de 5 años también, en sus manos tenía unos guantes de tourney mientras en su cabeza portaba un casco, la niña al darse cuenta en donde estaba su mamá se dirigió hacia ella para abrazarla.

—¡Mamá, vamos a casa!—exclamó la menor abrazando a su mamá y fingiendo un rostro de dolor.

La chica de inmediato se dispuso a revisar a su hija, le parecía extraño que esta llegara corriendo hacia ella cuando minutos antes estaba en el patio jugando a su deporte favorito.

—¿Qué te sucedió, mi cielo?—le preguntó Lonnie confundida al cerciorarse de que su hija no tenía ningún daño por el cual quejarse.

—¡Me fracturé la rodilla!—dramaticó la pequeña, su madre la miró seriamente mientras Ben y Jane se aguantaban las risas, esa pequeña era todo un caso.

—¿Te fracturaste la rodilla?—preguntó la mamá con duda—Es una lástima que sea justo ahora, mañana tienes una exposición importante en la escuela, cariño—mencionó cruzandose de brazos.

—Es un caso muy lamentable—aclaró la niña—Con la pierna rota no podré asistir, ¿cómo caminaré?—levantó su brazo y lo llevó a su frente fingiendo preocupación.

—Tendrás que ir en silla de ruedas—se lamentó su mamá, la pequeña le hizo un puchero para que está accediera a no enviarla a la escuela, pero Lonnie solo negó con la cabeza.

—Jordan, si quieres mentir, la mentira debe parecer realista cariño—le aconsejó Jane señalándo las dos piernas de la pequeña, las cuales estaban a la perfección.

Jordan se cruzó de brazos molesta, ya que su plan no había resultado. Lonnie la tomó de la mano para que esta no volviera a salir de la habitación y así, pudiese seguir la reunión con sus amigos sin miedo a que la menor hiciera alguna travesura.

—¿Cuando llegarán esos chicos?—preguntó la misma chica observando a su amigo.

—Mañana antes del medio día.

—¿Qué?—exclamaron ambas, estaban aceptando la proclama pero jamás pensaron que sería tan pronto, querían hacerse la idea y que luego sucediera, pero al parecer ni siquiera podrían digerir por completo la decisión de Ben.

—¿Quienes vendrán a Auradon, mami?