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002.

Cafetería.

La cafetería estaba hecha un caos.

Personas llorando, llamando como locos por teléfonos y otras sin comprender del todo lo que estaba pasando, los maestros gritaban que se calmen e intentaban mantener el control, pero ni ellos podían estar tranquilos teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban.

— ¡Por favor, manténganse sentados!— Gritaba Wooyoung, uno de los maestros de Historia de primer año.

— ¡Niel!— Jeri corrió al lado de su mejor amigo, quien estaba con sus amigos en una de las mesas.— Dios, es un alivio verte aquí...

— Yo también, Jackson ha estado buscándote como un loco...

— ¿Y dónde está é...

— ¡Jessica!— Gritó alguien, ese alguien era el escandaloso de su hermano, quien venía acompañado de Jaebum.— ¿Dónde mierda estabas, eh?— Preguntó mientras la llevaba a la mesa donde estaba el resto. 

En ese momento, Hyosun y Jungkook salían de la cocina, el único lugar donde pudieron comunicarse con sus padres. Sus amigos, los cuales estaban repartidos en un larga mesa al fondo, los miraron atentos. Todos estaban muy asustados, unos lo mostraban, otros no.

— Sin rodeos, estamos en un gran problema.— Jungkook fue franco.— Y la verdad no sé si lo lograremos.

— Pero...

— Como lo escucharon, un psicópata le disparó a Minhyuk hace un momento. No sólo es él, toda la escuela está llena de ellos.

Youngmi miró rápido a Hyungwon; Minhyuk era su mejor amigo. Won se puso de pie sin decir nada y se alejó, Youngmi lo siguió. Hyosun se sintió mal en esos momentos, ella conocía a Minhyuk.

— ¿Qué es lo que está pasando exactamente?— Preguntó Namjoon.

— No lo sabemos exactamente. La llamada con nuestros padres se estuvo cortando y justamente por eso, iremos a la sala de maestros.— Contestó Jungkook.— Ahí se encuentra un teléfono fijo y lo necesitamos para recibir indicaciones.

— Hyosun, tú no vas.— Le dijo Hoseok, mirándola desde su asiento.— No si yo no voy contigo.

— De hecho necesitamos a varios de ustedes.— La chica suspiró.— Además de Jungkook y de mí, sería bueno que Hagun y Wonwoo vinieran.

— Claro que no están obligados a nada.— Jungkook los miró.— Podemos ir sólo nosotros.

— Yo iré.— Hagun se puso de pie.— Supongo que necesitan alguien que sepa defensa personal.

— ¿Y yo voy por el cableado, no?— Wonwoo se puso de pie también.

Wonwoo era el mejor en el tema de cableado ya que, no sólo iba en el club de Tecnología, sino también en el de Electricidad y Robótica.

— Yo iré.— Jeri imitó sus actos.— No las dejaré ir a ustedes dos solas.— En ese momento, Yugyeom tiró de la manga de su saco, pero ella lo ignoró.

— Jessica, ya van muchas personas. Tú no vas.— Le advirtió su hermano.

— Jackson, no las dejaré, lo sabes.— Dijo dura y después de aquella batalla de miradas entre los hermanos Wang, se volvió a Hyosun.— Vámonos, el tiempo corre.

— Necesitamos alguien que distraiga a Junho.— Hyosun se refería al maestro que cuidaba la puerta.

— No te preocupes por eso.— Dahye y Sunmi se pusieron de pie.

— Yo las ayudo— Taehyung se ofreció.

Jungkook, Hyosun, Jeri, Hagun, Wonwoo y Hoseok se pusieron en marcha, caminando por la orilla hasta llegar a las mesas pegadas a la pared de lado de la puerta, Dahye, Sunmi y Taehyung se fueron por el otro lado.

— Okay, lo que necesitamos hacer es estar tranquilos, ¿de acuerdo?— Namjoon le dijo a los que quedaron en la mesa.— Sus padres sabrán que hacer y ellos nos dirán, así que, hay que esperar.

— Y rezar.— Murmuró Gonggi.

El otro bando ya estaba muy cerca de la puerta; Dahye miró Jungkook, éste asintió y le dio un codazo a Sunmi, ésta reaccionó al instante y se desplomó en el suelo.

— ¡Auxilio!— Dahye gritó y se hincó para "ayudar" a Sunmi.— ¡Se ha desmayado! ¡Ayuda!

— ¿Qué pasó?— Junho salió corriendo a ellas.

Taehyung aprovechó, tomándolo de una forma que Junho no podía voltear.

— Estaba muy alterada, dijo que sintió un mareo y se cayó.— Le dijo él, de una manera alterada, volteó para la puerta y alcanzó ver a Jungkook cerrándola con cuidado. Listo.

Oficinas centrales.

Tenían suerte de que la zona de la cafetería, el auditorio y las oficinas centrales estuvieran en la misma área, o sea, el centro de todo el campus. Eran los puntos más visitados y transitados de toda la escuela, por eso estaban en el mismo terreno.

Jungkook había llegado a la conclusión de que los invasores no llegaban aún ni a la zona de los salones de Matemática, Cálculo y Física, y eso que eran los primeros edificios desde la entrada, ¿cómo llegó a esto? El edificio de radiofusión de la escuela, donde se llevó a cabo el disparo, estaba en la parte más alta, el sur, o sea, la única y principal entrada de la escuela, de la entrada a las oficinas centrales eran varias hectáreas, eso llevaría tiempo, más el cateo que seguramente estaban haciendo los norcoreanos. 

Tenían tiempo, pero poco. 

— Se siente raro que el edificio esté tan solo.— Comentó Hagun al salir del elevador, la sala de maestros eran los dos últimos pisos. 

— Espera, hay gente aquí.— Jungkook alzó su mano y automáticamente todos guardaron silencio. 

Él se acercó a la puerta de donde provenían las voces, pero justo detrás Hoseok tropezó con un escritorio, causando un fuerte ruido. La puerta se abrió en ese instante, los jóvenes estaban con caras asustadas. 

— ¡¿Qué hacen aquí?! ¡Todos los estudiantes tienen que estar en la cafetería!— Tan sólo era una de las secretarias.— Cariño, te llamó cuando logre salir del campus.— Dijo al teléfono y seguido lo colgó.— Tienen que irse, estarán seguros allá.  

— ¡Ese teléfono!— Hyosun lo señaló y dio paso entre los demás para tomarlo.— Gracias. Wonwoo, ya sabes qué hacer. 

— Hagun, quédate en la puerta, vigilando el elevador.— Ordenó Jungkook.— Jeri, Hoseok, ustedes miren por el ventanal y avisan si ven a alguien acercarse. 

Wonwoo se sentó en el piso, al lado de todo el cableado donde estaba el teléfono fijo, Hyosun y Jungkook sólo lo observaban conectar y desconectar, quitó la goma de dos cables y los conectó, asegurando que eso funcionaría a tener un señal con más potencia. Cuando estuvo listo, Hyosun se apresuró a marcar el teléfono de su padre. 

— Ya estamos aquí, ¿qué procede?

— Te contaré todo en breve.— Dijo su padre del otro lado de la línea. 

— Rápido papá, no hay tiempo.

— Los últimos meses el país había estado recibiendo amenazas del vecino norte, hubo negociaciones y tratados, pero al parecer todo fue un vano. Esto nos ha caído de sorpresa, porque sí, han tomado el colegio y no se van a tentar el corazón en nada, lo que ellos quieren es sangre...

— Lo noté ya. 

— La presidenta está en una negociación con Jong-Un en estos momentos y mis hombres se están moviendo para allá, mientras los hombres del papá de Jungkook ya están poniendo en marcha el rescate y contraataque. 

— Y entonces, ¿qué hacemos, papá?

— Esconderte, encuentra un lugar seguro y ahí quédate hasta que yo llegué. 

Y la llamada se cortó. 

— ¿Qué te dijo?— Preguntó Jungkook. 

— Ellos vienen en camino y el gobierno se está haciendo a cargo de los líderes del Norte.— Dejó caer el teléfono y salió de ese cubículo.— Tenemos que sacarlos de la cafetería. Ahora. 

— ¿Qué? ¿Por que?

— Y tenemos que encontrar un buen escondite lo más rápido posible antes de que los soldados lleguen. Vienen dispuestos a una masacre. 

Jungkook paró al escuchar eso, sintió un escalofrío recorrer su espalda y el temor en su ser se incrementó. Wonwoo, Hoseok y Jeri los miraban con pavor. 

— Todos, vámonos. 

Wonwoo salió casi corriendo, al igual que los otros, Hagun había estado tranquila en el pasillo, pero al verlos tan apresurados, se asustó un poco y prefirió no preguntar nada. Jeri, antes de salir de la sala de maestros, tomó una tableta que se le hizo familiar y la aseguró dentro de su saco. 

Cafetería. 

Habían llegado más estudiantes y maestras, el lugar parecía una lata de sardinas llenas de miedo, sin embargo, no era ni un cuarto de estudiantes ni maestros, los demás seguían afuera y seguramente escondidos por su cuenta. 

— Ten.— Taeyong le pasó una botella de agua a Gyoori, la pobre había estado llorando aterrorizada, pensando en lo que seguramente pasaría al final del día. Taeyong la abrazó por un costado y la pegó a su cuerpo.— Escucha, pase lo que pase, tú y yo saldremos de ésta, ¿de acuerdo? Sólo no te apartes de mi lado. 

Gyoori lo miró esperanzada y asintió, acurrucándose más a él. 

Del otro lado de la mesa, se encontraba el club de los alterados. Jackson, Jin, Dahye y Sunmi.

— ¡Ya se están tardando mucho! Incluso el dolor del golpe que me dí ha desaparecido.— Sunmi miraba por las grandes paredes de cristal de la cafetería 

— Papá y mamá me van a matar si Jessica no regresa.— Dijo Jackson.— Bueno, si no es que me matan antes aquí. 

— No los debimos dejar ir, ¿y si algo les pasó?

— ¡Ya sé!— Dahye le dio la razón a Jin. 

Zona centro de Elite High School. 

Los seis corrían fuera del edificio, pero se detuvieron al escuchar una detonación del lado sur. 

— ¡Lo mejor será irnos por las partes traseras!— Gritó Jugkook y corrió al callejón que estaba entre el auditorio y el edificio de las oficinas, todos lo siguieron. 

Unos metros más y estarían en el callejón de la cafetería, sin embargo, Hagun que iba al final, se detuvo al ver dos personas a lo lejos, portando el uniforme de la escuela, ambos corrían a la cafetería también, al parecer, al reconocerlos, se sobresaltó. 

— ¡Minseok! ¡Minho! ¡Apresúrense!— Hagun les gritaba mientras les hacía señas.

— ¡Hagun!— Gritó Minho e incrementó velocidad, Minseok estaba que le pisaba los talones. 

Ambos llegaron junto a Hagun y pronto se unieron al resto, entraron por el pequeño callejón y llegaron seguros a la puerta de la cafetería. Junho y Wooyoung los esperaban ahí muy molestos. 

— Escuchen...— Jungkook intentaba recuperar el aliento. 

En el fondo, se escucharon sillas arrastrándose, eran sus amigos, quienes se acercaban para comprobar que no faltara nadie. 

Cuando Jungkook iba a continuar hablando, fue interrumpido por un estruendoso ruido y de pronto sonidos de disparos muy repetitivos invadieron todo el lugar. Provenían de lo lejos, pero aún así había sido un fuerte impacto. De pronto, éstos pararon. 

El sonido de los altavoces de nuevo.  

— La zona sur está oficialmente limpia.— Dijo la voz con extraño acento.— Hora de empezar a jugar. ¡Así es, a jugar!— La voz rió con un tono tétrico y extraño.— Nuestro respetado líder Kim Jong-Un, se ha puesto en sus zapatos, son jóvenes y él también lo fue, lamentablemente él nunca pudo jugar.— Suspiró.— Algo que ansió mucho, fue jugar a las atrapadas y ¡eso haremos! Éstas son las reglas, apreciados estudiantes de Elite High School...— Dijo con ironía incluida.— Tiene diez minutos para salir de donde quiera que estén antes de que nuestros hombres se pongan en marcha, si alguno de ellos se encuentra con alguno de ustedes, fácil, es un game over para ti, quién sea que me estés escuchando.— Fue duro esta vez.— Hagan lo posible para llegar al lado norte de la escuela, así es, lo último del campus. Si llegan allá, tal vez se les considere su derecho a la vida... ¡Espero verlos en el lado norte, mis estimados! 



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