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O1

Tal vez una excursión escolar no era lo normal a esas alturas de sus clases, pero tal vez era menos común que fuera en un bosque.

Entendía a la perfección el agobio de los maestros en una clase, pero no se podía imaginar dos semanas de levantarse y dormirse viendo la cara de sus compañeros. Les tenía un pequeño aprecio, pero no el suficiente para tener esa cercanía con ellos, además, suelen ser insoportables cuando quieren.

El lado bueno para Yeonjun, es que iría Soobin; es su amigo de toda la secundaria y con quien tiene la confianza suficiente para dormir en la misma cama. Ah, y por supuesto su gran amor platónico Choi Beomgyu.

Tal vez eso ya no era un gran punto, si quedaba en ridículo el primero que vería todo eso sería Beomgyu.

—Muy bien alumnos, formen fila y suban en orden —El maestro Kim los llamó, y por supuesto para ir junto a Soobin, se formaron juntos y de los primeros.

Yeonjun no usaba lentes tan grandes -según su parecer- pero era notorio cuando se avergonzaba por la manera en la que se empañaban, en especial cuando Choi Beomgyu pasa con su amigo, hablando tranquilos y entre tiernas risas.

Soobin sonrió mientras negaba con la cabeza.

—Deberías decirle —comentó, llamando la atención de su mayor.

— ¿Eh?

—Lo que sientes, estoy seguro que te corresponderá.

Yeonjun enrojeció por completo y miró a su compañero e interés amoroso, viéndolo reír por lo que sea que su amigo le estuviera mostrando desde su celular.

—Ya quisiera, es tan lindo que hasta ha de tener una pareja ya.

El viaje fue lleno de chistes y cosas de gustos que compartía con el alto pelinegro, fueron unas horas sentados y ya luego se detuvieron un momento en la carretera para estirar las piernas.

No era un frondoso bosque al que iban, pero el paisaje del camino estaba lleno de altos y frondosos árboles, los cuales, tenían encantados en la vista a los chicos.

—Así que los otakus están conociendo el aire fresco por primera vez —Yeonjun se volteó para verle la cara a Huening Kai y rodó los ojos —Parecen animales descubriendo un nuevo ecosistema ¿no es así, Gyu? —el alto jaló un poco del brazo del chico de cabello castaño, quien le miró confundido por no haberle prestado atención.

— ¿Uh? —Kai rió y lo abrazó, pasando su mano por los hombros del chico.

—¿Y tú acaso no has visto un par de árboles jamás, Kai? —el castaño gruñó ante las palabras de Soobin —Oh, es que solamente supuse eso ya que siempre te veo pegado al teléfono, y a diferencia nuestra, esas chicas no creo que quieran tu pimiento—Kai rodó sus ojos y volvió al autobús, sacando una risa en el alto pelinegro.

—De verdad se ofendió —Comentó con diversión Yeonjun, luego el maestro los llamó para subir al autobús y seguir con el camino hacia el bosque donde pasarían dos semanas.

Incomunicados, sin ver Umaru-chan.

Comenzaba a cuestionarse si era buena idea ir a una excursión así siendo que no tiene nada de especial, más allá de que estará con sus compañeros y estará sin Internet por la falta de señal allí.

—Soobin ¿me puedes recordar por qué estamos aquí aún sabiendo que la pasaremos mal? —preguntó Yeonjun, casi lastimero.

—Porque estamos reprobando educación física —respondió Soobin mientras acomodaba sus lentes de descanso.

—Soobin... —Yeonjun lo miró, con esa mueca que bordeaba la decepción y confusión —Estás reprobado educación física, yo no.

Al más alto alzó sus hombros pero luego alzó su ceja, confundido.

— ¿Entonces qué haces aquí? —Preguntó el pelinegro —Porque juraba que estabas reprobando educación física, la mayor parte de los que vamos es para salvar la materia.

El castaño mordió su labio y miró a Choi Beomgyu, quien estaba escuchando música y mirando por la ventana del autobús, dejándolo ver ese perfecto perfil. Oh, ya recordó por qué vino a esa excursión.

Está siendo hormonal al sonreír empalagoso, pero, no podía evitarlo, Beomgyu es hermoso ante sus ojos y no hay nadie ni nada que pueda hacerlo cambiar de opinión.

—Ah, ya entendí —el más bajo reaccionó cuando escuchó nuevamente la voz de su amigo y lo miró, con cierta vergüenza —Él también vino voluntariamente.

Yeonjun adoraba que Soobin fuera el callado del salón y el chismoso del dúo, porque el chico para ayudarlo siempre le entregaba cierta información de Beomgyu.

Luego de un rato, ya cuando era algo tarde llegaron al dichoso bosque, donde luego de adentrarse un poco, el autobús se estacionó y los alumnos bajaron.

Yeonjun había acampado con su familia anteriormente, pero nunca había visto un bosque tan bonito como el que sus ojos estaban presenciando.

Los árboles eran incluso más altos que los vistos en el camino, había una gran variedad de estos, hojas, tamaños y formas. El aire era puro y ya podía oír una gran variedad de animales, el cantar de las aves lo dejaron encantado. Un bosque que fácilmente consideraría mágico.

Si tiene esa vista para los días siguientes, entonces ya no tiene problemas para estar en esa excursión. Al contrario, se sentía agradecido de ir.

—Escuchen alumnos, por aquí —los estudiantes se acercaron al maestro, quien le dio las indicaciones de formar parejas y armar las tiendas de campaña.

Soobin y Yeonjun se miraron, con una sonrisa y pocos problemas armaron la tienda de campaña que les fue confiada, fueron los primeros en armar y ya estaban listos para acomodar sus cosas dentro del lugar.

—Choi Yeonjun, Choi Soobin —Los chicos miraron al maestro —Ya que ustedes acabaron primero, espero que no les moleste ayudar a los otros estudiantes.

Yeonjun sonrió y aceptó, pero su sonrisa se borró al ser enviado a la tienda de campaña que Huening Kai y Kang Taehyun compartirán.

Pobre Taehyun, Kai era un pesado de primeras con todo el mundo.

—Mira quién está aquí, Taehyun —Yeonjun alzó una ceja y se cruzó de brazos —Aparentemente alguien viene a rogar por ayuda para armar una...

—En realidad el maestro los vio acomplejados y me pidió que los ayude —interrumpió el chico y ayudó a Taehyun para acomodar las varillas que mantenían la tienda de campaña.

—Apenas y respiras algo que no sea el vapor del ramen ¿en serio vas a armar una tienda de campaña de forma decente? —Yeonjun rodó los ojos.

—Kai ¿Qué tal si dejas de molestar a Yeonjun y nos ayudas con la tienda? De lo contrario dormirás fuera —amenazó Taehyun y Kai volvió a gruñir.

Entre los tres acabaron en tiempo récord, y luego pasó a ver si Beomgyu estaba llevando bien lo de armar la tienda de campaña.

— ¿Los ayudo? —preguntó y Beomgyu lo miró, causando que el castaño se sonrojara y mordió su labio.

Beomgyu sonrió pero negó con la cabeza.

—Muchas gracias Yeonjun-ssi, pero ya estamos terminando —contestó Beomgyu, y Ham Wonjin bufó.

—Oh, ya veo —Yeonjun rió un poco un poco nervioso, luego hizo un gesto de despedida a su crush y se fue echándose regaños por haber molestado a su crush o decirle preguntas innecesarias, aún bajo la mirada de Beomgyu.

— ¡Agh! Me rindo —Beomgyu miró a su compañero, confundido — ¡¿Por qué rechazaste su ayuda?!

Las mejillas de Beomgyu se enrojecieron a más no poder y simplemente acomodó su cabello.

—Bueno... ¿Acaso mentí? Seguramente le espera una larga tarde y nosotros lo estaremos distrayendo con una mísera varilla —comentó mientras tomaba la varilla que Wonjin soltó.

—Ah ya, entonces supondremos que los otros simios no tienen el mismo problema con las varillas o las piquetas —Recrimina Wonjin y Beomgyu se levantó, suspirando.

—Eres un llorón, ya acomodé la varilla en todo caso —dijo mientras tomaba las piquetas y le entregaba la mitad a su compañero de tienda.

— ¿Cuándo vas a decirle? —preguntó Wonjin mientras colocaba la primera piqueta para evitar que en algún momento la tienda saliera volando.

— ¿Qué cosa?

—A Yeonjun, ya sabes —Beomgyu suspiró y negó.

—Es un poco obvio que no le gusto ¿para qué darme el golpe de mi vida? Es notorio que Soobin y él están saliendo.

— ¡Bro! —Los dos miraron a Soobin, quien abrazaba a Yeonjun y reían

Wonjin los miró y luego a Beomgyu, pensando fervientemente en la pregunta "¿Quién le dice?".

Cuando los alumnos terminaron de armar las tiendas de campaña, se reunieron al centro de estas y el maestro les dio las indicaciones de la actividad que harían esa tarde.

Yeonjun suspiró y apoyó la cabeza en el brazo de Soobin, ya que los dos seguían abrazados.

Definitivamente sería una larga excursión.

—Psst, Yeonjun.

El castaño abrió los ojos, confundido al ver que al interior de la tienda se seguía viendo oscuro.

—Yeyo —Yeonjun se volteó, y una vez sus ojos se acostumbraron a la poca luz que había notó que Soobin estaba levantado y con su abrigo encima.

— ¿Qué pasa? —preguntó el castaño mientras se sentaba en su saco para dormir y trataba de espantar el sueño de sus ojos.

—Escuché un poco de ruido afuera —El más bajó miró a Soobin, un poco molesto por haber sido despierto solamente por eso —Así que salí porque pensé que había un animal.

—Aún no entiendo porqué me despiertas —Soobin negó.

—Ahora quiero ir al baño, no había ningún animal, pero sí estaba Kai con sus amigos y estaban algo ebrios.

Yeonjun desvió la mirada, sin terminar de entender el punto al que su amigo quería llegar.

—Me dieron un poco de licor y... Ahora quiero ir al baño ¿Me acompañas? No quiero ir solito —Pidió el pelinegro e hizo un puchero.

—Mapache, mides casi dos metros ¿y te da miedo ir al baño solo?

—Es que nunca he acampado en un bosque —Yeonjun suspiró y tomó su abrigo, su gorro para que su cabeza no se congelara y luego salió para colocarse sus zapatillas.

—No había notado que bebiste —Confesó Yeonjun mientras Soobin salía de la tienda.

—Es que no bebí mucho, el sabor no me gustó y tampoco bebería demás en un bosque, también tengo criterio —Explicó el pelinegro mientras llega al lado de su amigo y comenzaron la caminata hacia donde se encontraban los baños.

Yeonjun esperó a que su amigo entrara y vio que cerca estaban Kai y su grupo de amigos, y tal como le dijo su bro, los estudiantes estaban borrachos.

Estaban llevando a su bro por el mal camino, eso no lo podía permitir.

Sintió ruido en unos arbustos detrás de él, y miró en su dirección. Pensó que mirar un poco la fauna de noche no haría daño.

Se acercó a paso tranquilo y sin perturbar a la planta se inclinó un poco para ver de cerca, sin embargo un empujón lo hizo caer y antes de siquiera poder reaccionar fue jalado por alguien.

Pensando que era el pesado de Kai Kamal Huening, comenzó a forcejear para ser liberado.

— ¡Suéltame idiota!

—Quédate quieto, mocoso —Se puso nervioso al escuchar una voz desconocida para él y con mayor razón comenzó a forcejear para tener de vuelta su libertad, pero un golpe imprevisto lo dejó noqueado y el hombre dejó al chico tumbado en la tierra.

A los pocos segundos, un hombre de mediana edad se le acercó y revisó el pulso de Yeonjun, al notar que estaba bien, tomó de sus bolsillos una jeringa con aguja y un frasco, el cual no tenía ninguna etiqueta.

El hombre, confiado de su experimento, inyectó el misterioso químico en el cuello de Yeonjun, hasta la última gota.

Sin embargo,cuando se dio cuenta de que el chico no despertaba y que contrariamente dejaba de respirar, chasqueó su lengua.

—Deshazte de él, está muerto —el hombre que noqueó al adolescente asintió y mientras el hombre mayor desaparecía entre la oscuridad, Yeonjun era jalado por el hombre a quién sabe dónde.

No hubo testigos, y para cuando Soobin salió del baño, ya no había rastro alguno de Yeonjun.

— ¿Yeonjun?

— Todos, manténganse cerca.

El maestro Lee y Soobin estaban recreando los últimos momentos donde el chico vio a Yeonjun, y por el bien de su amigo confesó que Kai con sus amigos estuvieron bebiendo la noche anterior, sin embargo al momento de declarar los chicos y Soobin concordaron con que Yeonjun no habría estado con ellos ni antes ni después de que Soobin le pidiera compañía para ir al baño.

Beomgyu por su parte estaba sumamente preocupado, nadie sabía dónde estaba el joven castaño.

—Increíble, aparentemente los otakus no pueden vivir mucho tiempo fuera de su casa —comentó Kai de forma insensible y Beomgyu no lo dejó pasar.

— ¡¿Quieres callarte un rato?! Ya sabemos que no te agrada Yeonjun —Espetó el castaño, haciendo que todos lo miren —Pero, maldita sea, cállate que no quiero oírte.

Kai bufó y volvió a su tienda de campaña, en eso Wonjin corrió hacia los demás estudiantes.

— ¡Encontraron a Yeonjun! —Beomgyu rápidamente corrió hacia su amigo y luego de intercambiar unas palabras, ambos salieron corriendo en una dirección desconocida para el resto del alumnado.

Pasó un rato más, luego, casi al atardecer Soobin, el maestro Lee, Beomgyu y Wonjin estaban volviendo con un Yeonjun totalmente cambiado y con la fiebre atacando su sistema.

Una vez en el campamento, lo revisaron y para la fortuna de ellos solamente no contaba con golpes mayores o signos de haber sido atacado, pero mostraba un pulso demasiado bajo y su respiración apenas era notable.

Parecía haber comenzado a caer en hipotermia, ya que por lo que Wonjin le contaba a sus compañeros, Choi Yeonjun habría sido encontrado al borde de un río, lleno de tierra y casi irreconocible por el gorro que cubría su cabeza, pero lo reconocieron porque Soobin reconoció la ropa del chico y su rostro una vez estuvieron más cerca.

Afortunadamente estaba vivo y siendo atendido.

Las actividades curriculares se detuvieron para poder prestarle más atención al castaño, por lo que los alumnos mayormente se dedicaron a hacer cosas como jugar al uno dentro de las tiendas de campañas o dibujar, o dormir por la resaca, o esperar a que Yeonjun despertara.

Y es que Beomgyu sólo había ofrecido su ayuda con tal de estar cuidando de Yeonjun.

Por lo que fue un gran alivio para Beomgyu ver que Yeonjun abriera sus ojos.

—Yeonjun-ssi —el chico parpadeó un montón de veces y luego se sentó de golpe, gritando por la sorpresa de que lo primero que vio al abrir sus ojos fue a su crush.

— ¡Santa madre! —Yeonjun tenía que admitir que eso fue lo más espanta viejas que pudo haber hecho en su vida, porque pudo presenciar el momento preciso donde Beomgyu se exaltó y dio un salto en su lugar —Mierda, digo, perdón. No quise asustarte yo...

Beomgyu colocó un dedo en sus labios y el rostro del mayor enrojeció por completo, sin terminar de entender por qué su crush estaba dándole tanta atención.

—Está bien, has de sentirte desorientado —Beomgyu le sonrió y luego se quedaron en silencio, porque el chico tenía razón.

Yeonjun no tenía la menor idea de por qué estaba en una tienda de campaña distinta a la que se durmió. Lo último que recordaba era que Soobin le pidió acompañarlo para ir al baño, más no tenía idea de nada.

— ¿Es malo que sea así? —el contrario negó.

—Sucede que... Bueno, algo te pasó mientras esperabas a Soobin y te encontramos a la orilla del río que hay cerca, estabas con mucha fiebre incluso —Yeonjun frunció el ceño, tratando de hacer memoria.

Pero nada venía a su mente.

—Recuerdo haber visto a Kai con sus amigos, bebiendo —comentó —Pero no recuerdo haberme acercado a ellos o algo.

Beomgyu hizo una mueca de disconformidad, a las finales lo que dijeron el grupete de Kai parecía ser verdad.

Antes de que Beomgyu volviera a decir algo, la tienda de campaña fue abierta y luego ingresó Soobin, quien casi lloró al ver a su bro despierto.

— ¡Jun!

—Mapache —Soobin se lanzó a abrazarlo y ambos rieron un poco, y eso Beomgyu lo tomó como una señal para dejarlos solos.

Tal vez Beomgyu estuvo toda la tarde y parte de la mañana cuidando de Yeonjun, pero Soobin estuvo la noche entera y gran parte del día buscándolo, por lo que Beomgyu creyó que no tenía derecho a quejarse. Salió de la tienda, dejando a los amigos llenarse de mimos no homo y fue con Wonjin a tratar de ahogar su pena en el jugo que los maestros estaban entregando como refrigerio.

Luego de que Yeonjun se sintiera mejor, el chico salió a tomar aire fresco, sin darse cuenta de que estaba siendo vigilado por un molesto Kai Kamal Huening.

—No puedo creer que Beomgyu se haya enamorado de un tonto otaku como Yeonjun.

Taehyun suspiró, ya harto de las continuas quejas de su compañero de tienda.

—Si tanto te gusta Beomgyu, ve y dile.

Kai lo miró con esa cara de confusión.

— ¿De qué hablas? No me gusta —Kang alzó sus cejas, confundido.

— ¿No? Entonces no entiendo ese infantil odio que le tienes a Yeonjun, hasta cae bien —comentó Taehyun —Y hasta donde yo sé, tú también ves anime. Al menos aplica la de simio no mata simio y deja de molestarlo.

Kai lo miró ofendido, y luego le salió con un testamento de cinco mil páginas de que ver Inuyasha no lo hacía otaku.

Volviendo con Yeonjun, el chico debía admitir que sentía un poco de incomodidad en su cuello, pero supuso que quedar noqueado en la orilla de un río no era muy cómodo, sin darse cuenta del pequeño moretón que se estaba formando en su cuello por el golpe que recibió hace dos noches.

No se dieron cuenta al principio, cuando despertó sentía dolor de cabeza, pero cuando eso había pasado, no pudo usar sus lentes porque le provocaba dolor de cabeza.

Aquello fue extraño, pero lo dejó pasar.

Estaba a salvo con sus compañeros, y ahora Soobin iba al baño antes de irse a la tienda de campaña a dormir.

Para que no se repitiera el tema, los maestros decidieron que lo mejor era vigilar que los alumnos no salieran de sus tiendas, y si necesitaban con tanta urgencia ir al baño los acompañarán ellos.

Más allá de eso, la excursión siguió con normalidad, incluso para Yeonjun que se estaba sintiendo algo extraño.

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