Capítulo 04.
Después de salir de la casa de mis padres y dirigirme con Jimin a su departamento, no pude sentirme totalmente tranquilo ya que aún no le he dicho la verdad a mi familia. Lo hubiera hecho, pero que Jimin estuviera esperándome afuera, no hubiese querido que me viese derrumbado y que pensara que todo eso hubiera sido su culpa.
El silencio era algo incómodo, podía darme cuenta de la incomodidad de Jimin al caminar por las calles por la falta de afecto que ambos tenemos que evitar cuando estamos en ellas, en cambio en su apartamento o cuando estábamos a solas, era totalmente diferente.
Estaba consciente que a ambos nos estábamos haciendo daño.
Pero todo eso cambiaría.
Cuando llegamos a su departamento, cerré la puerta detrás de mí al estar los dos dentro de la casa. Jimin solo se giró para verme con una sonrisa en sus labios y se alejó de la sala de estar y fue hacia el baño, seguramente trayendo el botiquín para curar mi espantoso rostro. Me miré al espejo, notando algunas manchas de sangre, unos cuantos rasguños y hematomas que seguramente estarán más oscuros al amanecer. Unos segundos después volvió, señalándome el sofá para que tomase asiento y me quitará mi chaqueta para que pudiera limpiarme completamente.
— No me gusta verte el rostro golpeado... —susurró apenas audible, dando suaves toques de algodón con alcohol en mi labio inferior.
— ¿Y permitir que te golpeara? Ni loco ¡Ahhg! —me quejé cuando hizo presión en la herida.
— No todo se resuelve a golpes, Jeon. —alegó— Hay otra manera, una donde no tengas el rostro golpeado, n-no por mi culpa.
Entré en pánico cuando un sollozo se escapó de sus labios, tomé sus mejillas y levanté su rostro para que viera mi mío y me mirase a los ojos. Unas lágrimas estaban a punto de derramarse por sus mejillas, no puedo soportar esa imagen de mi pareja llorando por mi culpa, me destroza el alma y me rompe el corazón, así que lo besé. Pude escuchar un pequeño jadeo por el inesperado beso, en pocos segundos dejándose llevar por el y rodearme el cuello con sus brazos mientras yo lo acercaba más a mi cuerpo, profundizando más el beso.
Unos segundos después perdimos el aire, separándonos jadeantes al intentar recuperar el aliento. Pude sentir el sabor metálico en mi boca, seguramente había abierto nuevamente la herida en mis labios, pero ya no me importaba, sino el bello chico que estaba sentado sobre mi cuerpo mientras me veía con esos ojos brillantes llenos de amor cada vez que se conectaban con los míos.
— No fue tu culpa, mi amor... —le susurré, dejando repetitivos besos en todo su rostro unos segundos para después volver a hablar— Sé que golpear a la gente no calma las cosas y tampoco ayuda resolver problemas, pero quiero protegerte. No me importa si salgo lastimado en el proceso, pero jamás permitiría que alguien te golpee y no defenderte.
— Y-Yo...
— También sé que puedes defenderte solo, pero Junghyun es mi problema, no tiene por qué meterse contigo. —él asintió comprendiendo— Ahora quiero que me prometas que, si Junghyun intenta molestarte o golpearte, te alejarás y me lo dirás de inmediato, ¿está bien?
— Está bien. —sonrió para después volver a besarme.
— Creo que deberíamos cenar, ya es algo tarde. —dije entre el beso— Después te daré todos los besitos que quieras.
O todos los besos que no pude darte hoy. Pensé, sintiéndome culpable al darme cuenta de ello.
— Haré un poco de ramen. —dijo mientras se retiraba de mis piernas y tomaba las cosas que estaban en una pequeña mesa— Tú irás arriba, te ducharás y yo te llevaré la cena; hueles a fluidos de naranja.
— Te amo. —reí al igual que él.
— Yo más. —me dió un casto beso y después se alejó— Apresurate o se enfriará .
— ¡Tres platos para mí! —grité desde las escaleras para después irme hacia la habitación de mi novio y empezar a quitarme la ropa.
No tardé mucho en ducharme y salir del baño con una toalla alrededor de mi cintura y empezar a buscar algo cómodo con lo que podría dormir. Tenía bastante cambia ropa en casa de Jimin, ya que la mitad de la semana iba a quedarme con él.
Me coloqué una calsoneta holgada, no me sequé el cabello y tampoco me coloqué una camiseta. Podía sentir el olor a ramen desde la cocina, aún así preferí quedarme en la habitación acostado sobre la cama donde muchas veces dormí e hice el amor con Jimin.
No pude evitar sonrojarme, una risa escapando de mis labios mientras ocultaba mi cara bochornosa en las almohadas.
Sonreía cada vez que recordaba sentir piel contra piel, cada vez que Jimin y yo solíamos perder la cordura entre besos y caricias en las noches oscuras, con la luz de la Luna colándose por la ventana.
— Jungkook...
Aquel llamado me sacó de mis recuerdos, volteando hacia la puerta donde se encontraba Jimin con dos tazones de ramen en sus manos mientras entraba a la habitación, dejando ambos recipientes en su escritorio para después encaminarse hacia mí.
— ¿Te sientes mejor? —preguntó.
— Me siento limpio. —le sonreí, tomando su mano para halar de él y apretarle en un abrazo que le hizo reír porque sabía que no lo solitaría después.
— La comida se enfriará.
— No me importa.
— Después no la calentaré. —bufó.
— Yo lo haré...
Él intento zafarse del agarre, pero el mío se hacía cada vez más fuerte y no le dejaba irse. Minutos después se rindió, su respiración se volvió pesada al intentar escapar, pero dejó de luchar al notar que no me rendiría.
— Jungkook, me estás asfixiando. —alegó con el ceño fruncido, mientras yo solo reía por los sonidos raros que hacía al intentar soltarse de mi agarre.
— Si me das un beso, te dejo ir.
— ¿Solo un beso? —preguntó, viéndome inquisitivo con una ceja alzada.
— Solo uno...
No pasó un segundo cuando él unió sus labios con los míos, dejándonos llevar por el sabor mentolado de mi boca y el sabor a fresa de su bálsamo. Poco a poco me apoderé de su boca, explorando su cavidad bucal con mi lengua; escuchando sonoros jadeos cuando mordía sus labios.
— J-Jungkook... —gimió cuando bajé mis besos a su blanco cuello y dejé una marca que se notará al llegar la mañana.
Volví a tomar sus labios en un apasionado beso, él dejándose llevar por las sensaciones que estábamos sintiendo en ese momento.
— Mi Jimin, mío, solo mío. —susurraba mientras mis manos empezaban a picar por tocarlo, empecé a suspirar agitado y recorrer mis ojos su bello rostro sonrojado.
Continué besándolo.
Jimin se deshacía en pequeños jadeos y gemidos, tomando mis hombros cada vez que mordía su cuello. Sentí como una de sus manos tomaba una mía y la guiaba hacia el borde de su camiseta.
— ¿Puedo tocarte, mi amor? —le pedí en un suspiro.
Él asintió.
— H-Hazme el amor, Jungkook... —me miró con sus ojos dilatados con un brillo de lujuria reflejado en ellos.
No tardé mucho en despojarnos a ambos de nuestras prendas, quedando totalmente desnudos sobre aquella cama en la oscuridad de la noche; sintiendo cada músculo, cada vello, tocarse mutuamente, llevando corrientes eléctricas a todo nuestro cuerpo.
— Eres hermoso, Jiminie... —dije empezando a besar su clavícula, bajando lentamente hacia uno de sus pezones para tomarlo entre mi boca mientras que con mi otra mano lo llevaba a su entrada.
— ¡J-Jungkook! —le escuché gemir al meter dos de mis dígitos en su interior para prepararlo, no quería lastimarle— M-Más ahí... Mmhg, por favor.
— ¿Así? —dije cuando empecé a prepararle un poco más rápido, sintiendo su caliente interior cada vez que movía mis dedos dentro de él.
Jimin asentía frenéticamente mientras jadeaba; sus labios se habrían formando una magnífica "O" mientras pequeños quejidos y mi nombre salían de ellos. Su respiración agitada, sus ojos cristalinos, su piel perlada por el líquido de sus fluidos corporales.
Es tan hermoso.
— E-Estoy li-listo, mñn... entra ya. —le escuché decir, esa siendo la señal que necesitaba para sacar mis dedos de su interior y volver a besarle, mientras tomaba mi miembro y lo dirigía a su entrada.
— T-Te amo, Jimin... —dije mientras gruñidos se escapaban de mis labios al sentir sus paredes asfixiar mi miembro.
— Y-Yo también te amo, Jungkoo- Ahh... —gimió cuando empecé a moverme paulatinamente dentro de él.
Usaba mis brazos como soporte para no aplastarle, sus gemidos siendo un impulso para moverme a un ritmo que a ambos nos encantaba. Podía sentir sus uñas rasguñar mi espalda, como sus paredes anales me apresaban. Podía ver sus labios humedecer por los besos que ambos intercambiamos. Podía oír el sonido de nuestros cuerpos chocar, los chasquidos de nuestros labios al besarnos. Era mágico y placentero.
No pasó mucho para después ambos venirnos entre gemidos y gruñidos, quedando totalmente exhaustos sobre aquella cama. Escuchaba su agitado respirar, mientras yo salía de su interior y lo atraía a un abrazo para después besarle todo el rostro.
— Solo era un beso... —comentó, haciéndonos reír a ambos al instante.
— Te amo, Jiminie. —fue lo único que pude decirle antes de que pudiese caer dormido.
— Yo también te amo, Jungkookie...
Lo siguiente que escuché solo fue su respiración pausada y tranquila, dándome a entender que se había quedado dormido. Tomé el edredón y nos cubrí a ambos para resguardarnos del frío, no pude dormir al instante, miraba un punto fijo de aquella habitación pensando en lo que podría pasar cuando le contase a mis padre quien soy en realidad, a quien amo.
Tengo que librarme de mis padres.
Y la única forma de hacerlo era diciéndoles la verdad; debía decirles que era un hombre que amaba a otro.
Debía librarme del miedo para poder amar a Jimin libremente, como debió serlo desde un principio.
-🏳️🌈-
Hola, estoy gritando de la emoción.
Ame este capítulo ♥️
Espero les haya gustado a ustedes también.
Gracias por leerme.
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