Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 03.

No sabía cómo sentirme. No sabía si sentir dolor o alivio por las cosas que sucedieron hace algunos minutos. Probablemente golpear a mi hermano mayor me iba a costar caro dentro de pocos minutos cuando aparezca en el hogar de mis padres, asegurando que Junghyun estaría allí para declararme el culpable de su estúpido comportamiento apenas ponga un pie dentro de esa casa.

Mientras caminaba por la calle, Taehyung y Yoongi bromeaban entre ellos, mientras Jimin caminaba en silencio, a veces sintiendo ligeros toques de su mano contra la mía; intentando comunicarme de esa forma que no estaba solo.

¿Qué hice para merecerte, mi amor?

Los ojos de Jimin eran preciosos. Eran como ver el mismo cielo ignoto en un azul primoroso. Son mi serendipia. Jimin era aquel milagro que nunca esperé encontrar, un hallazgo que nunca me arrepentiría de haber encontrado.

— ¿En serio no te duele nada, Kookie? —preguntó preocupado al verme cojeando.

— No, Jiminie. Quizás duela un poco mañana, pero no es nada grave, lo prometo. —sonreí.

Cuando caminábamos por las aceras de la calle, nos estuvimos un momento para despedir a Yoongi y a Taehyung, ya que ellos tomaban caminos diferentes a sus hogares.

— Cuando llegues a casa curate el rostro, Jeon. —un ligero ceño fruncido se mostraba en el rostro de Yoongi, mientras tomaba la mano de Taehyung— Espero verlos a ambos en la marcha Pride.

— Tiene razón. Espero puedan ir junto a nosotros, los estaremos esperando. —mostró su pulgar arriba Taehyung al igual que Yoongi— Nos iremos ahora.

— Cuidense mucho, chicos...

Dijimos Jimin y yo al unísono.

Jimin siguió caminando a mi lado después que nuestros amigos tomaran rumbos diferentes. Podía ver por el rabillo del ojo cómo apretaba con sus tiernas manos la correa de su bolso, sabía que estaba asustado por acompañarme a mi "hogar".

— Bebé, si no quieres venir no te obligaré, puedes esperame en tu apartamento. —propuse, igual de preocupado por lo que pudiese ocurrir cuando lleguemos allá.

No soportaría que Jimin viese como peleo con mis padres. No soportaría que saliese lastimado por culpa de mi negligencia como pareja.

— Te dije que iré, es solo que... Junghyun seguramente está con tus padres y temo que te hagan daño.

Verifiqué que ningún conocido estuviese mirándonos, para luego tomar sus mejillas con ambas manos y besarle con todo el amor que albergo en mi corazón por él.

— No pasará...

— No me puedes asegurar eso, Jeon. —alegó— Junghyun está loco, Kook. ¿Por qué no solo vamos a mi casa?

— Tengo planeado algo... —susurré— Tengo que ir por algo, después cuando vuelva mañana de nuevo, sé que me sentiré libre.

— Está bien, solo apresuremonos, tengo hambre.

Un puchero formó con sus esponjosos labios; haciéndome imposible no evitar besarle una vez más.

— Vámonos.

No faltaba mucho para llegar, unas cuantas cuadras más y por fin llegaría a esa casa totalmente careciente de cariño y calor familiar. En el momento en que ambos ya estábamos justo en la acera de mi casa, Jimin quiso seguirme para hacerme compañía, pero no dejaría que entrase a un nido de víboras y saliese lastimado.

Lo tomé por los hombros y lo guié a unos cuantos metros lejos del lugar, dejándolo en una banca bajo un pequeño techo. Una mirada confundida fue lo que recibí, pero luego cambiar a una expresión de entendimiento.

— Esperame aquí, regresaré en diez minutos. —prometí.

— ¿Y si me necesitas?

— No quiero que salgas herido. Sé que probablemente Junghyun te golpearía por haberte defendido antes. Mis padres son irritantes y no quiero que te agredan verbalmente, ¿lo entiendes? —Jimin asintió— Iré rápido, traeré lo que necesito y nos largaremos de aquí para poder tener la mejor noche de películas de todas.

Una risa ligera escapó de sus labios. No dijo nada, solo tomó mi rostro con ambas manos y dejó un casto beso sobre mis labios.

— Contaré los minutos.

— Yo también. Te amo, Mochi.

— Yo también, Nochu. —rió con las mejillas coloradas.

Debo protegerte de las personas que me atormentan para que no logren alcanzarte, borrar tu brillante sonrisa y apagar el amor de tus ojos.

Esa era una promesa que mantendría por el resto de mi vida.

Deje a Jimin en aquella banca, así no sería visible por mis padres. Tomé las llaves de mis pantalones, abriendo la puerta y entrar a la casa y terminar todo rápido. Apenas entre un olor a tabaco y cerveza se impregnó en mis fosas nasales; haciendo que mi rostro se desfigure en una mueca del asco por el tóxico aroma de las adicciones de mi padre consumía a diario.

Escuché un ajetreo y gritos en la cocina, yendo hacia ahí para saber qué pasaba, pero no esperé que mi padre apenas me viera caminase hacia mí y me golpeara en la mandíbula, tambaleante me sostuve de la pared para no caer al suelo.

— ¡¿En qué mierdas pensabas para golpear a tu hermano?! ¡Eres un miserable!

— Miserable... —reí, por un momento pensando que me había vuelto loco— ¡¿MISERABLE YO?! ¡Esa escoria que tienes por hijo mayor lo es más que yo!

— Jeon Jungkook, ya estás demasiado grande para resolver tus mierdas a golpes. ¡Mírate! Das asco con esa ropa.

Mi madre me veía con desagrado, mi hermano riendo con sorna, mientras mi padre estaba conteniendose para no golpearme.

— El derramó jugo sobre Jimin y yo, cómo querías que reaccionara, ¿con un abrazo? —contesté irónico.

— ¿Jimin? El hijo marica de los Park, ¿en serio, Jungkook? —alegó mi padre— Te he dicho que te quería ver lo más lejos que pudieses de ese hijo de puta.

— Y yo te he dicho que no tengo diez jodidos años, y que me junto con quienes quiero y puedo. —sonreí— No vine a pelear con ustedes, iré por unas cosas y me iré por hoy.

— ¡¿Adónde vas?! —preguntó furioso mi padre, iba a mentirle, pero alguien más respondió por mí.

— Seguramente con Jimin. Dime, Kook, ¿le martillas el culo por las noches?

No hay forma de describir el odio inmenso que tengo hacia mi hermano cuando lo escuchaba hablar así de Jimin. Quiero golpearlo hasta borrarle esa sonrisa estúpida del rostro.

Pero para que todo esto no llegara a mayores, me contuve.

— Jodanse.

Salí de la cocina totalmente enojado. Escuchaba los gritos de mi padre llamándome, la cual ignoré todos y cada uno de sus llamados. Esperando unos segundos para respirar hondo y tranquilizarme, procure que estuviese solo y busque una pequeña caja de metal bajo la cama, sacando de ella la tarjeta de ahorro que abrí a mis dieciséis años.

Quizás sabía que esto pasaría, que me iba a enamorar de un chico y que mis padres nunca me apoyarían por esa razón, así que ahorrar dinero durante años era mi boleto para una vida llena de paz junto a mis amigos y la persona que amo.

— Listo. —dije cuando ya había metido todo en mi mochila.

Cuando bajé de nuevo al primer piso, en el sofá se encontraban mis padres: mi padre fumando y mi madre bebiendo, mientras mi hermano mayor veía televisión. Les ignore y caminé hacia la salida, me había tardado unos minutos de más y probablemente Jimin este comiéndose las uñas para evitar venir hacia aquí.

— Pagarás por cada pecado que comentas, Jungkook. La biblia dice que, aquellos que tengan malos augurios cerca, les contamina el alma, guiándonos hacia el mal. —me recordó mi padre.

Como si lo que está familia de mierda hiciera era totalmente sano.

— Tú y tus creencias se pueden ir a la mierda.

Fue lo único que dije antes de salir del lugar.

Caminé hacia donde había dejado a Jimin esperándo hace varios minutos, encontrándole despistado viendo a unas personas caminar. Me acerqué a él, acercándome a él para plantar un besito en su cabeza para que notase mi presencia, logrando tal acción en pocos segundos.

— Es hora de irnos, bebé.

— Tardaste, Kook. —frunció el ceño molesto— Pensé que debía llamar al 911 por si te había pasado algo.

Yo solo reí, aligerandome de inmediato con sus ocurrencias. Aunque su rostro mostraba seriedad, dándome cuenta de que quizá no era una broma.

— No encontraba lo que buscaba. —mentí, odiaba hacerlo, pero no quería que se preocupara más— Vamos a tu casa, tengo hambre.

— Te toca cocinar.

— Ahg. —me quejé, escuchando su melodiosa risa porque sabía muy bien que a mí no me gustaba la cocina.

Entre pláticas y bromas nos dirigimos a su hogar. Estaba totalmente seguro que mi lugar en esta tierra era al lado de Jimin, ambos sintiendo totalmente lo mismo cada vez que nos tomábamos las manos o nos besabamos en algún lugar cerrado y con pocas personas alrededor.

Probablemente mi hermoso ángel pensará que soportará una relación de esta manera, pero no podía hacerlo.

Sabía que algún día se cansaría de esto; un amor a escondidas, como un amor a medias y buscaría a alguien mejor que yo, así que por esa razón tomaré cartas en el asunto.

Ya no quiero ocultar mi amor por ti, Jimin. Quiero gritarle al mundo lo mucho que te amo, y tomar tu mano y besarte en lugares públicos sin tener que ocultarme y reprimir mis sentimientos hacia ti.

— Jiminie... —le llamé.

— ¿Qué pasa, Kookie?

— Te amo.

Su sonrisa no tardó en aparecer, tomando mi mano para caminar todo el trayecto a su hogar sin antes responder:

— También te amo, Jungkook...

Lucharé por nosotros, bebé. Lo prometo. Me convencí mentalmente. Y lo cumpliré tarde o temprano, quizás más antes de lo planeado.

-🏳️‍🌈-

¿Ustedes sacrificarían algo por amor a alguien más?
Pueden responder acá —>
Respondiendo a mi pregunta,
yo creo que si lo haría. 😸

Espero les haya gustado el capítulo.
Gracias por leer. ☎️♥️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro