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9. Yo siempre voy guapa, capullo

Jhon me deja en la puerta de casa y, tal y como le he ordenado, se queda vigilando la casa junto con uno de los chicos. Los otros tres, vigilan con discreción el apartamento de mi única amiga, Dakota.

Por inercia, suspiro y me relajo mientras abro la puerta. Es raro que Alise no esté pendiente de mi llegada.

Qué raro...

-Alise - la llamo nada más entrar. Ni siquiera llego a escuchar una respuesta, cuando lo que llega a mis oídos son carcajadas.

Suenan libres, tranquilas y sinceras. Así que me deslizo tranquilamente hasta la cocina, siguiendo el sonido de las risas. Me detengo en seco en cuanto veo a Alise y Derek riéndose de quién sabe qué.

No sé qué hace aún Derek aquí. Se suponía que se iba a ir de mi casa y... Miro el reloj de mi teléfono móvil y me percato de que tan solo he estado una hora escasa fuera de casa.

Ya decía yo que se me ha Ia hecho corto.

Da igual. Aunque siento un leve resquemor porque Derek me diera una falsa alarma esta mañana, la felicidad por seguir teniéndolo en casa, me puede y me tranquiliza a partes iguales.

-No - dice y ríe Derek.- Lo de Lady pequitas es porque, cuando era pequeña, odiaba sus pecas. Me gustaba hacerle rabiar - explica, haciendo que Alise sonría y niegue con la cabeza.

Me sorprendo a mí misma mordiéndome el interior de la mejilla para no reír.

Aún recuerdo como si fuese ayer, la infinidad de veces en las que me molestó con eso. Aunque no siempre me molestó, claro está. En ocasiones, cuando alguien se metía conmigo en el colegio, Derek siempre aparecía de la nada, gritando un "¡Con Lady pequitas solo me meto yo!". Además, Derek no solo me protegía alegando que él era el único con derecho a molestarme, sino que también, se encargaba de dejarles claro, incluso a golpes, que siempre me protegería de sus burlas.

Ahora te proteges tú sola, y debes protegerle a él. Me recuerda mi conciencia.

No puedo negar que mi sabia conciencia tiene razón. Las cosas han cambiado mucho en mi vida, muchísimo, y ahora soy yo quien puede y debe proteger a Derek.

Hablando de eso... Me estoy entreteniendo demasiado.

Me apoyo contra el marco de la puerta y, con todo mi descaro, me aclaro la garganta para llamar la atención de Alise y Derek. Ambos me miran al instante.

-Señora - saluda Alise con una sonrisa. Le devuelvo el saludo con un ligero asentimiento de cabeza.

Desvío la mirada hacia la sonrojada cara de Derek y, antes de que pueda decir palabra, él se disculpa:

-Lo siento. Ya me voy - se levanta de la silla en la que estaba cómodamente sentado frente a Alise, y alarga la mano para acariciarle mejilla.- Gracias por la ropa. Dile a tu sobrino que se la devolveré limpia y planchada.

Me cuesta una milésima de segundo darme cuenta de lo que están hablando. Es verdad. Derek llegó a mi casa inconsciente, malherido, y con un calzón de boxeo como única prenda. Agradezco en mi interior que Alise haya sido tan atenta de traerle ropa. Yo ni siquiera me había acordado.

-No se preocupe señor. Puede quedarse con la ropa - le ofrece Alise.

Derek se limita a sonreírle y pellizcarle suavemente la mejilla. Así, como me hacía a mi cuando era niña. Incluso pone la misma cara tierna y dulce que me dedicaba a diario.

Siento un remolino de emociones en mi estómago. ¿¡Qué coño remolino!? ¡Es un huracán!

Un momento... ¿Celos?

En cuanto Derek deja los arrumacos con Alise, gira sobre sus talones y me mira, su expresión tierna cambia a una mucho más seria. Entonces me doy cuenta de que sí que son celos lo que siento. No por Alise, obviamente, ella es una anciana. Pero me jode ver cómo trata a otra persona con la dulzura que me trataba a mi. Me jode darme cuenta de que, quizá, he perdido lo poco que me hacía especial o importante para él.

Tengo que hacer algo para evitar que se marche.

Espero a que avance hasta estar casi a mi lado. Cuando lo hace, me mira y dice un "Norah" a modo de adiós, no puedo evitar ponerle una mano en el pecho y decirle:

-Quédate - ahora que me oigo, parece más una orden que otra cosa. Así que intento arreglar un poco mi tajante tono, con unas palabras.- Las peleas clandestinas no son un modo de vida sano, Derek - explico.- Quédate. Aquí tendrás trabajo y un buen sueldo. Al fin y al cabo... El chico de mantenimiento a decidido no volver.

No sé en qué momento me he inventado semejante gilipollez. Ni siquiera tengo un chico para el mantenimiento de la casa. Cuando se funde una bombilla, se avería una tubería o el césped ya parece un bosque, contrato empresas que me solucionen el problema. Pero bueno, ahora, eso que me ahorro. Se lo pago a Derek como sueldo, y listo.

Derek tuerce el gesto. Arruga los labios y achica los ojos como si estuviese sopesando mi propuesta y, por un momento, siento un poco de miedo de que no acepte mi oferta.

- Con una condición - me sorprende diciendo con seriedad.

Uis... No sé por qué no me sorprende.

Alzo la cabeza, invitándole a hablar.

-Solo si sigue en pie lo de ir esta noche a visitar esa discoteca que tienes por negocio - suelta sin más. - La venta de drogas tampoco es un modo de vida sano. Tendré que comprobar que no hay ninguna sola.

¿Pero qué coño?

Cierro los ojos y aprieto los dientes con fuerza. No sé en qué momento he olvidado que Derek es un manipulador de primera, y que tiene más cara que espalda. Pero, aunque me joda, sé que tengo que ceder solo para conseguir que se quede aquí, a salvo bajo mi protección.

-Esta bien — mascullo.

Suelto el aire que, sin darme cuenta, he contenido en mis pulmones, y abro los ojos para mirarlo. Me insulto a mí misma en mi fuero interno por no haber sido más dura con él, en cuanto veo su sonrisa triunfal partiéndole la cara en dos.

-Me encanta negociar contigo, Lady pequitas - endulza el gesto y me pellizca la nariz.

No tardo ni media milésima en sentir la vergüenza por su acto, y lo aparto de un manotazo. Lo miro con rabia. Barajando la idea de matarlo por su atrevimiento. Me cuesta todo un triunfo recordar que es Derek, y que tengo que protegerlo, no matarlo.

Esto ya es muy humillante.

El cabrón se ríe y desparece por el pasillo. Escucho sus pasos al subir por las escaleras, y me carcome por dentro el hecho de oírle que se va tan feliz y contento, que incluso se va silbando.

-Ponte guapa Lady pequitas.- grita feliz, justo antes de que escuche como cierra la puerta de la habitación.

Pero qué hijo de... ¡Yo lo mato!

-Yo siempre voy guapa, capullo.- farfullo para mí.

Y vaya que si me pienso esmerar en que él también lo perciba. ¡Se va a cagar!

* * * *

En cuanto dan las once de la noche, cojo mi teléfono y llamo a Jhon. Necesito recordarle que todo el tema relacionado con mi verdadero negocio, tiene que estar fuera, en las calles, en otros locales, donde sea, pero fuera de mi local durante toda la noche.

Sé que me estoy arriesgando, pero nada es peor que el hecho de que Derek sepa a qué me dedico en realidad, y quiera detenerme. Y con ello, joder mis planes de venganza.

Últimamente he progresado mucho, he recuperado viejos clientes y socios de mi padre. No puedo permitirme el lujo de que Derek meta la nariz donde no le llaman.

-Norah - responde Jhon al otro lado de la línea.

-¿Estan todos fuera?

-Sí. No te preocupes. Los chicos han repartido a los camellos en zonas de máxima afluencia, y estarán vigilando que no les vea la policía.

-Perfecto. Espéranos en la puerta con el coche en marcha.

Guardo el móvil en el pequeño bolso negro de mano que llevo, y me echo un último vistazo en el espejo.

No sé por qué nunca antes me he puesto este vestido. ¡Me encanta como me queda! El color azul de la seda realza la blancura de mi piel. El corto del vestido, me da un aire sensual, atrevido y provocativo, mientras que ese detalle de llevar toda la espalda desnuda... ¡Dios!

Hoy follo. Sí o sí. Me prometo a mí misma.

Acabo de recordar que hace mucho tiempo que no tengo sexo. Desde que deje a Mark o Marcos, o como se llame, tirado en su casa. Y la verdad es que... Ahora que lo pienso, estoy sedienta, hambrienta de sexo.

Salgo de mi habitación y me deslizo por las escaleras, apresurada. Tengo prisa porque empiece esta noche. Cuanto antes empiece, antes acaba, y antes puedo ir a satisfacer mi apetito sexual.

El atronador ruido de un vidrio reventando contra el suelo, me sobresalta en cuanto llego al hall.

-¡Coño!- suelto un gritito, sobresaltada por el susto. Giro sobre mis talones, buscando el origen de ruido y...

-La puta que me parió - suelta Derek, asombrado. Miro hacia al el suelo, buscando el objeto que deberían de estar sosteniendo sus manos entre abiertas, y vislumbro una copa reventada a sus pies.

Mis ojos retroceden el camino y, está vez, mirándolo de pies a cabeza, me percato de que...

Ains dios. Mi cara debe de ser similar a la suya. Él está... Está... ¡Joder!

¿De dónde a sacado esa camisa negra tan entallada? ¿Y esos pantalones vaqueros claros?

Madre mía... Más me vale controlar mis hormonas si no quiero terminar acostándome con Derek.

Muchísimas gracias😘😍
MontseRodriguezHerra LizetYitrum clarymorgen2 IkriiMNS4 NishaSaez TifaSteph MaryEstuardo2112 JaniSisLove xandy547 GraceSeidl20 IsPardo_ Britger26 AdictaAlChicoDelPan IsPardo_ eyesmoonbooks JuanDeEnero😘😘

Este es un capítulo light, lo sé. Pero era necesario hacer este capítulo puente para enlazarlo con lo que espero conseguir en el siguiente... Si sale tal y como espero... Será mucho más intenso😘

Atte:
ItsasoAU#amagodeescritora#rompeclichesdelnorte

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