37 ¿Justicia de qué, monstruito?
- Baja el arma, Norah - pide Derek.
Arqueo una ceja con chulería. No sé quién se ha creído que es para darme órdenes, y menos en la posición en la que se encuentra ahora mismo.
Veo que, sin quitarme el ojo de encima, me muestra su pistola y poco a poco, se la guarda en la cinturilla del pantalón.
- Norah, baja el arma por favor - insiste.
- Jefe, no. Te matará - Thomas le reprocha por guardarse el arma.
- No me hará daño - asegura.
No puedo evitar reírme. Me parece increíble que Thomas le siga siendo leal después la tortura que ha debido de vivir por su culpa.
- Tengo que admitir que has sido bueno. Realmente bueno. Te colaste en mi vida, en mi casa, en mis negocios... Y ni siquiera sospeché de ti. Pero ahora... Ahora que he descubierto que tú y tu padre fuiste los culpables de la muerte de mi padre, ¿qué te hace pensar que no voy a matarte?- aprieto los dientes por la rabia.
- Norah. Sé que tienes razón, pero necesito que entiendas que es mi padre. No puedo traicionar a mi familia - intenta excusarse con la misma mierda que en la sala de las torturas.
- Eso no me vale, Derek - siseo.
Alzo unos centímetros la pistola, lo justo para apuntar en el centro de su cabeza. Estoy totalmente dispuesta a disparar, la rabia se me acumula, la ganas de acabar con todo me dominan... Pero no disparo. No disparo, porque ya no es Derek quién está en mi punto de mira, sino la espalda de Jhon.
¿Por qué coño se pone en medio?
- Tú sabes salir de aquí - asegura Jhon.- Sacanos, Derek. Sacanos, vuelve a España y toda esta mierda acabará de una vez.
Aunque la rabia y las ganas de acabar con Derek siguen latentes en mi sistema, no puedo negar que Jhon ha actuado mejor que yo. Él siempre ha sabido mantener la cabeza fría y pensar con claridad en casos extremos.
Jhon me mira, y al girar la cara hacia atrás para hacerlo, veo que Derek y Thomas también me miran. En el ambiente se palpa una pregunta silenciosa. Una pregunta, para la que sólo yo tengo respuesta. Me muerdo el interior de la mejilla. Sé que tener que decir esto me va a doler en el alma, y es una clara traición a la promesa de vengar a mi padre.
- Está bien - cedo.- Sacanos de aquí y lárgate de mi vida.
Tras un suspiro de alivio por parte de Thomas, Derek amaga una leve sonrisa, y dice:
- Sabía que me entenderías, pequitas. Tú me conoces mejor que nadie.
Me carcomo por dentro.
***
-
-Es por aquí - afirma Derek.
Llevamos un rato caminando tras él, y parece muy seguro de hacia dónde va. Y aunque me tranquiliza saber que tenemos más posibilidades de salir de aquí con él, que por cuenta propia, me inquieta mucho el hecho de no habernos encontrado a nadie por los pasillos.
- ¿Qué ha pasado con los demás?- pregunto, refiriéndome evidentemente a Marcos, Manuel y el padre de Derek.
Él lo capta a la primera. Gira la cabeza para mirarme un momento, y después vuelve a mirar al frente mientras sigue andando.
- He matado a Marcos - confiesa.
No se me pasa por alto el tono de satisfacción en sus palabras. Sé de sobra que Marcos no era plato de buen gusto para Derek, y más aún, si aun siendo socios en cierto modo, estaba al tanto de todas las veces que me acosté con él.
- Había otras dos personas, Derek - insisto.
Suspira.
- Los he dejado inconscientes y amordazados - responde, y ante mi silencio, gira la cara de nuevo hacia mí - ¿Contenta?- suelta en un fino reproche.
Finjo estar meditando sobre ello. Me encantaría decirle que no. Que me gustaría más poder matarlos yo misma. Pero justo cuando pretendo hacérselo saber, escucho el estallido de un disparo colisionando con la pared que está a mi lado izquierdo.
¡Joder!
No hace falta que nadie diga nada, todos salimos corriendo siguiendo a Derek, mientras un oleada de disparos nos persigue desde detrás.
Mi pierna protesta de dolor, pero lo omito todo lo que puedo. Aun así, siento que mi ritmo va bajando, y que no podré correr mucho más. Jhon está bastante peor que yo, aún así, me agarra de la mano y me arrastra corriendo como alma lleva el diablo.
-¡Corre!- gritan desde atrás.- ¡Ya los tenemos!
Derek corre encabezando el grupo, Thomas le sigue, y Jhon me arrastra consigo. Cuando Derek se percata de mi estado, y de que Jhon es quien me insta a seguir, da la vuelta sobre sus pies y llega hasta a mí. Sin previo aviso, me coge en volandas y corre conmigo a cuestas.
- De frente. De frente. Seguid de frente - dice cuando llegamos a un cruce de pasillos.
Al fondo, a unos cuantos metros, vislumbro el dichoso bidón de gasolina. Es enorme, esta bien anclado a la pared, y no alcanzo a ver ninguna puerta cerca de él.
- Hacia la derecha - dice Derek.
Thomas sigue sus instrucciones, y es tal el desespero que lleva, que casi tropieza con sus propios pies al girar hacia la derecha.
- ¡Está cerrada!- bufa Thomas aporreando la puerta.
- Tiene una contraseña. ¡Mierda!- maldice Jhon.
- Teclea: 20717- dice Derek.
Thomas sigue sus órdenes, pero los nervios le pueden y no hace más que teclear mal los números.
Desde mi posición, en los brazos de Derek, alcanzo a mirar hacia atrás y ver que los tíos que nos disparan, nos están pisando los talones. No nos va a dar tiempo, así que desesperada por hacer algo, me remuevo hasta que Derek me suelta. Sin dudarlo, empiezo a disparar a diestro y siniestro, para hacer algo de tiempo. Derek me imita.
Son muchos, así que acertar con los disparos no es difícil. Pero es por esa misma razón, que seguimos en clara desventaja. Son demasiados, no vamos a poder acabar con todos.
- ¡Por fin!- grita Jhon.
Lo miro mientras sigo disparando y avanzando marcha atrás hacia a ellos. Derek sigue en su posición, sospecho que tiene intención de ser el último en salir.
- Sal de aquí - grita entre disparos.- Los retendré todo lo que pueda - sus palabras me confirman lo que me esperaba.
Y aunque he de valorar su buena actitud de última hora, no puedo obviar la realidad.
Él fue mi primer amor, el primer chico del que me enamoré en mi adolescencia, y aunque no es él quien mató a mi padre y destrozó mi vida, sí es quien ha sabido la verdad todo éste tiempo y me ha estado mintiendo.
Lo miro fijamente, sabiendo a conciencia lo que voy hacer.
- ¡Derek!- grito. En cuanto me mira, me apresuro a registrar en mi mente todo lo que puedo de su perfecta cara. Absorbo cada detalle, cada facción, y me permito el lujo de sentirme bien por ser lo último que va a ver.- Yo tampoco puedo traicionar a mi familia.
Tras mis palabras, disparo al bidón del combustible.
Un estallido ensordecedor, una fuerza bruta que me escupe hacia el exterior, y una cortina de humo negro que me envuelve casi por completo.
- ¡Norah!- mi nombre se mezcla con el agudo pitido que zumba en mis tímpanos.- ¡Norah!- alcanzo a ver la cara de Jhon frente a mí.
Lo veo agacharse y cogerme en brazos, aunque en realidad, mi cuerpo no es consciente del roce de sus manos.
- Vamos, Norah. Aguanta - creo que dice, antes de que se me cierren los ojos.- Vamos, eh, no te duermas.
Cuando los abro, el cielo nocturno y su manto de estrellas sustituyen la cortina de humo. El aire es más puro, más limpio, y me siento capaz de saborear cada bocanada de aire, como nunca antes lo había hecho. Veo que Jhon me deja en el suelo y se queda junto a mí, mientras veo que Thomas se acerca a nosotros.
El zumbido de mis oídos es algo más leve, no mucho. Pero atino a escuchar a Thomas gritar con furia.
- ¡Lo has matado! ¡Has matado a Derek!
Jhon se levanta de mi lado, se acerca a Thomas y le da unas palmaditas a modo de ánimo en la espalda. Sé que le dice algo. Aunque mis oídos recuperan audición poco a poco, no le oigo bien.
Sin embargo, a Thomas, que sigue gritando, le oigo casi perfectamente.
- ¡Te voy a detener, zorra! El peso de la ley caerá sobre tus hombros. Tu vida se resumirá a rejas y...- sus palabras quedan en el aire y sus amenazas incompletas.
Jhon no ha titubeado: le a partido el cuello en un gesto rápido y certero. El cuerpo inerte de Thomas cae a mi lado como un saco de patatas, y junto a él, Jhon se deja caer de rodillas.
- Ya está, Norah - sonríe agotado.- Ya has hecho justicia.
La plenitud me embarga. La sed de venganza sabe a gloria, y el cielo parece abrirse ante mí, dejándome ver por fin esa ansiada paz que aclamaba mi alma.
Ahora sí. Descansa, papá.
***
- Chicos, a dormir - Alise grita desde el otro lado de la puerta.
Sé que mañana tengo que madrugar para ir al colegio. Pero estoy realmente entusiasmado con éste cómic de super héroes que me ha comprado mi tía.
- ¿Crees que nos van a pillar?- susurra bajito mi prima pequeña.
Estamos ocultos bajo la sábana de mi cama, alumbrando el cómic con una linterna. No es que a mi me agrade, pero a ella le encanta hacer este tipo de cosas cada vez que le leo algún cuento o cómic.
- Calla, Amber. Si sigues hablando, seguro que nos pillan - le explico. Aunque no sé de qué me va a servir. Tiene cuatro años, y nunca me ha hecho caso.
- ¿Crees que ella conseguirá vencer a los malos?- pregunta, señalando a la super heroína del cómic.
La miro por unos segundos. No sé qué le pasa esta noche. Siempre le ha gustado que le lea, y disfruta con ello, pero hoy está más que interesada en la protagonista.
- ¿Por qué no iba a conseguirlo, canija?- pregunto.
- Porque es una chica - responde con simpleza.
- ¿Y eso que tiene que ver? Wonder woman también es chica, y es toda una guerrera.
Amber me mira con sus ojitos marrones. Por un segundo, no reacciona, y repaso mentalmente qué es lo que he dicho que ella no haya podido entender. Tengo que tener en cuenta que ella tiene casi dos años menos que yo, y que hay cosas que no siempre entiende bien. Yo soy más mayor, y mi deber es tener paciencia con ella.
De pronto, sus mejillas rechonchas muestran los ayuelos que persiguen a su risa traviesa. Esta niña siempre ha sido un poco traviesa, y su sonrisa siempre ha sido como un reflejo de ello. Además, desde que le faltan unos cuantos dientes... Parece que se ve más claro.
- ¿Por qué sonríes?
- Porque yo también soy chica, Alan - responde sin más. La miro interrogante.- Yo también puedo ser una super heroína.
- ¿Y tú para qué quieres ser una heroína?- pregunta una voz femenina.
La sábana que nos cubre desaparece, y la luz de la habitación rompe el momento de "noche en tienda de campaña", que había diseñado Amber.
- ¡Jo! ¡Mamá!- protesta ella.
Tia Norah nos ha descubierto.
No puedo evitar reír cuando veo a Amber hacer pucheros, y a tía Norah imitarla para hacerla rabiar.
- No te rías de mí - chilla Amber con voz aguda.- Algún día seré una super heroína y haré justicia - frunce el ceño.
Vaya carácter tiene la canija.
- ¿Justicia de qué, monstruito?- sigue haciéndola rabiar mi tía.
- Algún día encontraré a mi papá y le chillaré por no estar con nosotras - sentencia Amber.
Tía Norah palidece, como siempre que Amber menciona al padre que nunca ha conocido. Yo, sin embargo, aunque la pena me puede en ocasiones, me conformo con saber que tía Norah era la mejor amiga de mi madre, y que me dio todas las fotos que guardaba de ella. Dakota se llamaba... Y era preciosa.
Y hasta aquí llega esta historia y nuestra Norah Fox.
¿Qué puedo decir?
Bueno, lo primero que me gustaría hacer, es agradeceros a todos los que me habéis acompañado en este nuevo proyecto. Me habéis ayudado a crecer como escritora, y me habéis animado con cada voto y comentario.
Sé que me repito más que el chorizo, pero lo digo de verdad: sois lo mejor.
Tal vez, para muchos de vosotros esto solo sea una historia. Pero para mí, que sin haberlo planeado, me metí para improvisar en este género, ha sido toda una prueba de fuego. Una prueba, que gracias vosotros, o mejor dicho, CON VOSOTROS, he superado.
Sin vosotros, nada de esto sería posible.😘 Gracias por confiar en mí a la hora de añadir esta historia a vuestra lista de lectura, por seguir ahí, por animarme en cada capítulo.
JaniSisLove TifaSteph NishaSaez Britger26 xandy547 MaryEstuardo2112 clarymorgen2 GraceSeidl20 shamialvarez Ceciovando Escarlata1984 JuanDeEnero Livsnjutare_RF RubnPrezPardo AdictaAlChicoDelPan LizetYitrum rosalia_1950 eyesmoonbooks Rouses0926 AlexBlanc13 nagopi ZoeyCMtz Silentofthevoice
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro