5
— ¿Dónde está? — Preguntó de manera ansiosa mientras continuaba asomándose por cada puerta por la que se cruzaba.
De más estaba decir que en varias ocasiones se había encontrado personas en situaciones bastante comprometedoras, pero se relajaba al notar que su amada no se encontraba entre ese tipo de "trabajadores".
No es que le molestaría que ella hiciera ese tipo de labor, sólo que desde que JiMin entrara en su vida, sería su único partener.
— Disculpa...— Una melodiosa voz le distrajo de su labor— ¿Puedo ayudarte?
Park estuvo a punto de mandarle al demonio, cuando recordó que no sería propio de una "señorita" como se suponía que era, además que algo en el joven que tenía en frente le llamó la atención.
Suaves hebras oscuras caían en ondas por su nivel rostro hasta pasada su nuca, mirada oscura que parecía calar en su interior, y una pequeña sonrisa que alteró sus sentidos.
Su nariz pico al sentir el ligero perfume a gardenias que el contrario tenía, dejándole sin aliento.
— Oh, seguro estás aquí por el trabajo... — Se rascó la mejilla. — ¿Estás perdida? — Nuevamente su voz estaba causando estragos en su persona, incapaz de reconocer de dónde venían esos impulsos de abrazarse a él.
JiMin asintió, sin emitir palabra alguna.
— Por suerte para ti, creo que puedo ayudarte. — Le tendió su mano, la cual, Park no tardó en sostener con firmeza. — ¿Hobi te contrató? — Volvió a consultar mientras negaba. — HoSeok últimamente se toma muchas atribuciones que no le corresponden. — Murmuró haciendo un puchero que le pareció demasiado tierno al rubio. — Por cierto, ¿Cómo te llamas? — Antes de que pudiera responder, el joven de cabellos oscuros se adelantó. — Pero ¿Qué digo? — Se dio un ligero golpe en la frente. — Es de mala educación no presentarse primero. — Explicó. — Min YoonGi.
El rubio tan sólo pudo pensar en lo bonito que se veía el contrario, antes de responder de forma pausada — Park JiMin...
— ¡Un placer, JiMinnie! — YoonGi volvió a sonreírle antes de continuar su camino. — Sé cuánto puede costar este mundo al comienzo, pero no te preocupes, sí tienes alguna duda puedes preguntarme a mí o a Hobi. —El rubio volvió a asentir a sus palabras.
—Tu...— Su voz sonó demasiado gruesa para lo que realmente deseó, por lo que carraspeó para que su garganta se acomodara. — ¿T-También trabajas aquí? — Inquirió tratando de que su timbre fuera lo más suave posible.
El contrario no pareció notar nada raro en la linda joven en frente suyo.
De hecho, YoonGi se sorprendió de que le llamara tanto la atención, ya que, por lo general, sí sabía apreciar la belleza en el género contrario, especialmente por esas fuertes piernas que la chica tenía. ¡Incluso hasta mejores que las suyas propias!
Ni hablar de lo fuertes que parecían sus brazos, pero de algo a lo que no sabía que nombre ponerle era a como la naturaleza le había bendecido con unos belfos que se veían de lo más apetecibles.
Mirándola una y otra vez, podía comprender por qué su amigo la había contratado, y conociéndole, se había olvidado de decirle un detalle así.
Definitivamente, JiMin era la epitome de la belleza femenina.
Y casi podía sentirse atraído hacía ella.
Sí no fuera porque...
—Algo así... —Murmuró mientras le dedicaba una sonrisa esquiva. Antes de que la rubia pudiera preguntarle al respecto, Min volvió a hablar. — Trabajo como fotógrafo junto con HoSeok, a quien ya conoces. — Park asintió, no teniendo ni media idea de a quién demonios se estaba refiriendo. —Pero cuando eres uno de los productores, terminas teniendo que realizar más sacrificios de los que realmente te imaginas en un principio. —No pudo evitar que una mueca se formara en su rostro ante el recuerdo de como quien se jactaba de ser prácticamente su hermano, le había arrojado cual pedazo de carne a una manada de leones hambrientos. —Hemos llegado... — YoonGi le soltó la mano, causando que ambos se sintieran vacíos, sin embargo, no emitieron palabra alguna hasta que un nuevo sujeto se hizo presente.
—Llegas tarde, Min. —Señaló un joven de cabellos castaños hasta nuca con pequeñas ondas y las puntas teñidas de rubio, quien portaba lentes de sol, un gorro tipo cowboy y una bufanda de cotillón de color morado.
YoonGi se cruzó de brazos al ver a su amigo. — Jung, no me hagas—
Pero el extraño sujeto le calló al notar la presencia de la rubia. —Shhh, —Se quitó sus lentes durante un instante para poder examinarle con mayor presión. —Min YoonGi, ¡Eres un bastardo! —Expresó con una sonrisa. —Tenías a esta belleza escondida para ti solito, —Silbó. —Dime linda, ¿Te dolió mucho cuando te caíste del cielo?
El joven de cabellos negros gruño al sentirse completamente ignorado por su mejor amigo. ¡Si! JiMin podía ser exquisitamente bella, pero no por eso deberían dejarlo de lado.
—HoSeok... — Amenazó el Min. Por supuesto, todo tenía que ver con Hobi no prestándole atención y no con el hecho de que estuviera comiéndose a la rubia con la mirada.
YoonGi estuvo tentado a decirle que sí tanto le gustaba, que les daba la bendición para que se casaran y hasta sería el padrino de su boda y de sus retoños, a pesar del amargo sabor que le generaba la idea.
Además, recién le conocía, no le importaba el destino de la muchacha a su lado, tampoco tenía ningún tipo de interés en ella más que el de estrictamente laboral. ¡No había ningún tipo de posibilidad que nada surgiera entre ellos porque YoonGi—
Sus pensamientos fueron interrumpidos al notar como una pequeña pero firme mano se enlazaba a la suya, el Min desvió su mirada lo suficiente como para notar que la rubia se había alejado de HoSeok, pegándose a él, causando que se tranquilizara.
— ¡Oppa! — Un grupo de chicas se acercó hacía donde ellos se encontraban, llamando su atención.
— ¡Oppa, te extrañamos! — Una chica que apenas y tenía algo de ropa que dejaba demasiado poco para la imaginación, se colgó a del cuello del Jung.
— ¿Acaso ya no nos amas? —Preguntó otra, aferrándose a su brazo.
—HoSeok-Oppa, ¿Ya no somos tus favoritas? —Intervino una tercera, tomándole del otro costado.
—Chicas, — Respondió de manera dramática. — ¿Cómo sería capaz de olvidarme de ustedes? — Negó lentamente. —Pero que cosas dices, Mika.
—Me llamo Milla. — le corrigió con un puchero en sus labios.
—Eso mismo dije, linda. — Carraspeó suavemente, sin prestarle mucha atención — Ahora dulzuras, volvamos al trabajo, ¿De acuerdo?
Las tres asintieron a coro mientras se acercaban hacía el pequeño escenario que YoonGi había preparado con anterioridad para poder llevar a cabo la sesión del día.
—Bien. — Habló con algo de timidez al continuar con el calor de la joven tan próxima a sí. — Te prometo que Hobi no es tan...
— ¿Mujeriego? — Terminó JiMin con una sonrisa.— ¿Pesado? — Una leve carcajada de escapó del Min— ¿Maníaco?
—Extravagante pensé, — Sonrió mientras se rascaba su mejilla. — Pero de sus preferencias, no puedo negártelo, — Se encogió de hombros. —Aunque es buena persona...
—Seguro. — Afirmó poco convencido pero queriendo confiar en las palabras del pelinegro.
—De todas formas, cualquier cosa que necesites, —YoonGi se acercó lo suficiente como para correr el cabello de su frente. — O sí no te sientes cómoda con algo, —Park se encontraba tan cerca de su rostro que podía divisar como pequeñas pecas adornaban su linda nariz. ¡Qué extraño! ¡¿Por qué esos rasgos se le hacían tan familiares sí era la primera vez que le veía?! —Puedes avisarme. —Finalizó, luego de acomodar ligeramente algunos de sus cabellos sueltos para luego adentrarse en el salón y tomar su cámara.
JiMin asintió, tocando su frente y tratando de comprender el porqué del frenesí de su corazón, sin comprender por qué ese muchacho lograba hacer hervir su sangre como sólo su querida YoonJi lograba hacerlo.
Y hablando de ella...
Todavía no le había encontrado y ya le estaba siendo infiel con el pensamiento.
No tenía ningún tipo de prejuicio con sentirse atraído hacia otro hombre, el problema era que justamente su corazón y su pene estaban comenzando a responderle a otra persona, lo que le hacía que la culpa se agolpara en su mente.
A pesar de sus cavilaciones internas, Park se dejó guiar por la dupla de fotógrafos en una producción que quedaría dentro de su etapa oscura de cosas que no quería que nadie en el futuro se enterara.
Comenzaron tomando fotos grupales, totalmente sugestivas entre las presentes, y JiMin se sorprendió nuevamente de que en sus pensamientos lascivos no se encontrara ninguna de las chicas con las que estaba posando, ni tampoco YoonJi, sino más bien, cierto pelinegro que tenía un precioso sonrojo en sus mejillas.
YoonGi no se daba cuenta, pero JiMin estaba al pendiente de cada uno de sus movimientos, y había logrado leer sus expresiones de nerviosismo al momento de cruzar miradas, y que el rubio se le quedaba prendido hasta el momento en que el Min apartaba sus orbes de sí.
—Linda, muévete más a la izquierda. — Pidió HoSeok mientras continuaba acomodando a las demás. JiMin hizo caso sin quitar sus ojos del Min, —JiMin-ah, — Volvió a llamarle. — Sube una de tus piernas arriba del sofá, por favor.
YoonGi se camuflaba detrás de su cámara, tragando grueso al notar como la rubia se acomodaba según las indicaciones de su amigo.
A pesar de todos los intentos de su mente, no lograba comprender el porqué de que aquella chica despertaba en el cosas que nunca antes había sentido por alguien del sexo contrario.
Así que hacía lo que mejor le salía...
Esconderse detrás de un lente y enfocarse en recrear los escenarios de su mente.
Y sus pensamientos no eran más que una maraña de hilos cruzados en donde terminaba imaginándose una y otra vez, siendo él quién recorría la sugestiva piel de la rubia, y no la otra joven que se encontraba a su derecha.
Se imaginaba que sus largos dedos cubrían sus muslos descubiertos, soñaba despierto con trazar la línea de sus lunares, formando constelaciones y deseaba por sobre todas las cosas, saber sí sus labios serían tan dulces como aparentaban ser.
"—Min YoonGi, pasaste toda tu vida tratando de salir del clóset, para que venga una muchacha y te haga dudar de volver a entrar.", crujió sus dientes. "—Mierda...", pensó al sentir como su sangre comenzaba a agolparse en cierta zona de su cuerpo, sin poder evitar su excitación al notar a la joven que se había acostado sobre el sofá al revés, sosteniendo su falda al centro para que no se viera de más, pero por los costados podía apreciar sus bien formados muslos y el comienzo de sus glúteos.
Estaba perdido.
Estaba completamente perdido.
Lo "peor" de haberte creído y considerado completa e irrevocablemente gay por el resto de tus días.
Era descubrir que existe alguien que pudiera hacerte dudar sobre toda tu identidad.
Sabía que era demasiado pronto para hacerse un sinfín de cuentos y películas de amor que solían pasar los domingos en los canales públicos, pero algo en su interior le decía que esa chica, había llegado a su vida para quedarse.
YoonGi estaba dispuesto a intentarlo, sí es que ella le daba la oportunidad, pero...
Min, además de ser homosexual hasta la médula...
También disfrutaba de ser el pasivo.
¿Cómo se le explica a una chica que aparenta ser completamente heterosexual que no sólo era gay, sino que también un muerde almohadas?
¡Sin contar que no sabía cómo tratar con mujeres más allá de una lejana amistad!
¿Cómo se les invitaba a salir?
¿Y bajo que concepto y pretenciones?
Uno no podía ir por la calle ilusionando a la gente para luego cuando las cosas llegarán a "otras instancias", salir corriendo sin dar ningún tipo de explicación.
Min podía intentar ser el activo una que otra vez, pero llegaría un momento en el que necesitaría ciertas cosas...
Ni hablar de tener que tener esa charla en dónde YoonGi le dijera "Me gustas, JiMin, pero soy gay, y antes de follar, prefiero ser follado."
Y sus estadísticas decían que el 99% de mujeres heterosexuales rechazarían su propuesta de introducir juguetes sexuales en el trasero de su novio.
En definitiva, estaba jodido.
Suspiró al haber llegado a esa dura conclusión. Su crush había durado lo que dura la quincena al momento de cobrar y pagar las deudas.
Miró nuevamente a la linda rubia, quien le respondió con una ligera sonrisa. Se sintió avergonzado de como sus pensamientos habían divagado, imaginándose todo un universo que no existía y que jamás lo haría, cuando HoSeok le arrebató la cámara.
—¡Jodida mierda, YoonGi! — Mencionó emocionado. — Sé que eres un fotógrafo increíble, — continuó mirando las fotos. — Pero déjame decirte que está vez te pasaste, amigo. — Min se sonrojó levemente al escuchar los cumplidos del Jung.
—N-no es nada.
—¡¿Nada dices?!— Le miró ofendido— ¡Haces que JiMin-ah parezca una maldita diosa griega! — "La" joven le miró enarcando una ceja.— No es que no lo seas, — Se excusó. — Eres una belleza, — Explicó — Y YoonGi explotó ese hecho.— Agregó finalmente.
El rubio no pudo evitar sentirse curioso, por lo que se acercó lo suficiente como para prácticamente estar a ligeros centímetros del pelinegro, notando como el carmín en sus mejillas aumentaba, adorando la forma en que se veían.
A regañadientes apartó la mirada del Min para centrarse en la vista previa que ofrecía la cámara, sorprendiéndose de como lucía en aquellas imágenes.
—¡Eres increíble, Gi!—Le felicitó genuinamente.
HoSeok asintió, dando un ligero aplauso hacia su amigo. — Cada día me sorprendes más, Min. — Golpeó su espalda con suavidad. — Ahora... — Su rostro pareció oscurecerse, lo que hizo que las antenas de alerta del pelinegro se encendieran.
—No. — Se negó completamente seguro.
—¡PERO NI SIQUIERA ME ESCUCHASTE, YOONGI!— El joven le hizo una mueca.
— No hace falta... — Giró su rostro.
—¡Vamos! — Pidió, colocándose en frente de su rostro, ¡Demasiado dinero estaba en juego como para poder dejar pasar esa oportunidad! — ¡Sólo una vez!
—¡Estás demente! — Señaló ofendido ¿Dónde demonios había quedado el "Descuida YoonGi, está es la última vez que hacemos esto". ¡Ja! Luego de eso, HoSeok le había vuelto a pedir lo mismo en unas 5 oportunidades más luego de ello. —Ademas, s-sabes que hay mucha gente para ello.
—Pff. — mencionó con una gran sonrisa en su rostro.— Sí ese era el problema, mira... — Dio un par de aplausos, llamando la atención de las otras chicas que se encontraban charlando amenamente en otro extremo del lugar. — Preciosas, — Les llamó — Hemos finalizado por el día de hoy, ¡Espero poder verlas mañana temprano luciendo tan radiantes cómo siempre!
—¡Que descansen Oppa! — Saludaron antes de comenzar a retirarse.
JiMin estuvo a punto de emprender su viaje con las otras chicas, rumbo a buscar la verdadera razón de su visita cuando sintió un ligero tirón de su brazo.
Jung carraspeó un momento— Err, tu no, linda. — Park levantó una de sus cejas en forma de interrogación.— Necesitamos que te quedes un momento más...
— Lo siento, tengo otros compromisos. — JiMin ya había perdido demasiado tiempo vagando y jugando a ser modelo cuando debería haber estado buscando a su mujer.
—¿Dime, ¿Estarías interesada en ganar un extra a tu pago—
— HoSeok, no.— Advirtió YoonGi, aferrándose a su cámara, sin embargo, su amigo hizo caso omiso de su llamado.
—¿Y de conocer a una estrella en ascenso? — Esa propuesta hizo que sus ojos brillarán durante un instante, cosa que no pasó desaparecida por el Jung. —¿Te gustaría conocer a YoonJi?— Las últimas letras del nombre habían sonado demasiado arrastradas y con más confianza de la que a Park le habría gustado por parte de otra persona que no fuera sí mismo para referirse a su adorada casi esposa.
— Acepto. — expresó sin inmutarse.
La mirada de furia del Min se encontró con la de HoSeok, — Bien, YoonGi. — Fingió inocencia ante la travesura que acababa de realizar. —¿Por qué no vas a buscarla a su camerino? — El Jung tuvo que poner todo su esfuerzo para evitar reírse ante sus propias palabras mientras se imaginaba que el joven de cabellos oscuros estaba pensando en mil y un maneras de asesinarlo.
Bienvenid@s al ante último capítulo.
Sinceramente me muero de la risa con todo! Espero que nadie de ofenda con lo dicho, creo que puede pasar que alguien nos haga dudar de nuestra sexualidad y no creo que esté mal. Quiero creer que todos nos podemos enamorar de cualquier persona, sin importar género, genitales ni preferencias sexuales, siempre y cuando todo sea consensuado ❤️
Nos vemos en el final ❤️
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