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Usualmente Soobin y Yewon se encargan de cocinar, él se encarga de lavar los trastes y siguen su vida normal.

Pero en base a que podía deducir que el exceso de licor de Yeonjun ocasionó su completo malestar, decidió ser buena persona y hacer algo por su propia cuenta a pesar de su limitado conocimiento en la gastronomía.

Si le fuera posible, no comería en días por su falta de experiencia.

Buscó alguna receta que fuera de ayuda al pelirrosa en el recetario de su madre, pero al ver que no había algo para tratar una intoxicación alimentaria, optó por algo que lo mantuviera hidratado.

—Bueno, si lo mantiene hidratado no hará mal ¿no? —hizo una mueca, sin entender casi nada del recetario.

Suspiró, anticipando que todo lo que estaba haciendo terminará mal y Yewon se va a burlar de él por el resto del mes, o si le fuera posible, del año. Aunque valía la pena intentarlo ¿no?

Se puso manos a la obra, y a pesar de que no entendía el recetario, podía buscar y hacer de las suyas como si nada. Sólo será una simple sopa de pollo, nada podría salir mal de eso.

Comenzó a buscar los vegetales, abriendo incontables veces la nevera y luego de limpiar todo se dedicó a rebanar, totalmente concentrado en que luciera bien mientras estaba preguntándose el nivel que tenía el cocinero de Yeonjun, y si al menos lo suyo sería decente. Se supone que sí, puesto que estaba siguiendo una receta y todo lo que preparaba su madre sabía maravilloso y…

— ¿Qué estás haciendo? —se exaltó al escuchar la voz de Soobin y se volteó hacia el joven.

— ¡No vuelvas a hacer eso! Pude cortarme… —el chico frunció el ceño y formó una mueca de confusión en su rostro.

—Sólo te pregunté qué estabas haciendo, no te hice nada y, ¿ese es el recetario de mamá?

Wonjin se volteó, viendo que la distintiva letra de su madre era notoria para el menor y rápidamente cerró la libreta, pero, se arrepintió ya que no se fijó en qué página estaba la receta.

—E-eso no te importa —sacudió su cabeza — ¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que…

—Sí, ya vi a los animales —Wonjin volvió a abrir la boca —y revisé las hortalizas, las regué y ya hice la cosecha correspondiente —Soobin se cruzó de brazos —Venía a cocinar, pero veo que no te podías esperar.

—Ah —tragó saliva al seguir con la mirada del menor encima suyo —Bueno. En realidad no es para mí.

— ¿Qué?

— ¿Qué te sorprende? —cuestionó el mayor —Es para que se recupere desde antes y deje de chillar, sí.

Soobin guardó silencio unos segundos mientras agudizaba su mirada sobre su hermano, como si estuviera dudando de sus palabras y poniéndolo nervioso.

—Entonces, ¿puedo ayudarte?

—Eh… —Miró el recetario y luego recordó el estado urgente de Yeonjun, no tenía tiempo para dudar, y Soobin no cocina mal, así que suspiró, rendido —Bien, solamente porque será más rápido.

Soobin finalmente sonrió y tomó el recetario, comenzando a buscar entre las páginas y notando algo extraño. Miró los vegetales y luego la página.

—Hyung, ¿qué ibas a cocinar?

—Una sopa ¿por qué?

—Creo que es mejor omitir ciertas cosas, o le harán mal a Choi Yeonjun —comentó y tomó ciertas cosas —Partiendo por quitar el picante.

Iba a protestar ¿quién se creía ese mocoso para decir que sería una comida sin picante?

—En especial estos, destruirán su estómago —comentó el menor mientras tomaba el picante —Y… ponerle arroz hará bien, sí.

—Bueno ¿no que era seguir la receta? —el menor lo miró.

—La estoy adaptando, eso es todo.

Gruñó ante lo dicho pero lo dejó pasar, de todas formas tenía razón, seguramente perdería algo de sabor, pero era para que Yeonjun al menos pudiera comer algo y estar mejor.

Soobin le dio las indicaciones y él sólo acató, pensó que sería insoportable como lo era cocinar con Yewon o su padre, ya que ellos en realidad se molestaban si comenzaba a juguetear o se equivocaba, pero el chico realmente se esforzó por explicar a su hermano mayor y hasta le levantaba el pulgar en señal de aprobación cuando hacía las cosas bien.

Al cabo de un rato, estaban terminando con la sopa y el menor ya estaba comenzando a limpiar los utensilios, entonces, su padre entró en la cocina como si nada.

— ¿Wonjin? Pensé que estabas…

—Todo está en orden, así que me di el lujo de venir a la cocina —mintió mientras le sonreía, aún debía arreglar la podadora favorita del hombre, pero ya tendrá tiempo después de comer.

—Ya veo —Siwon miró a Soobin, el cual rápidamente agachó la cabeza.

—El almuerzo ya está listo —habló por adelantado y comenzó a caminar fuera de la cocina —Iré a ver como se encuentra Choi Yeonjun y…

—Yeonjun está siendo revisado por un doctor, no interrumpas —habló Siwon y el chico se detuvo.

— ¿Doctor? —preguntó Wonjin, confundido.

—Sus padres se enteraron que está enfermo y enviaron al doctor de su familia —Wonjin miró a Soobin y finalmente suspiró.

—Entiendo. Iré a avisarle a Yewon —contestó Soobin y rápidamente se encaminó hacia la granja y luego Wonjin optó por sacudir su cabeza.

Quiso pensar que no era para tanto, y que muy pronto Yeonjun estará bien.

Solamente era una resaca más fuerte que las otras, de lo contrario mataría a Beomgyu por mostrarle ese "invento" que solamente constaba en licores mezclados.

En realidad, no creía que su pedido de llamar al doctor para pedir un descanso e irse a casita hubiera llegado tan lejos.

El doctor no actuaba alarmado, pero le indicó que era mejor llevar a cabo el cuidado en su casa, donde estuviera más cerca de la clínica para ser tratado a tiempo en caso de alguna emergencia porque lo suyo parecía ser algo más bien grave.

El universo actúa de una manera muy textual, en su mente estaba la idea de tener más cuidado a la próxima que quiera pedir alguna otra cosa al universo, o cosas como esta le seguirán pasando.

Sus padres lo llamaron, y dijeron que no estaban presentes por un viaje a Japón, pero que estarían llegando a tiempo para recibirlo, de hecho ya le estaban consiguiendo personal como enfermeras y le pidieron al personal cocinar con sumo cuidado al detalle para su ahora delicado estómago. Yeonjun les preguntó sobre el castigo, y ellos sólo respondieron que "sólo debe estudiar y prepararse mejor para la próxima".

Definitivamente ya no estaban molestos con él y ahora lo quieren de vuelta en su casa, pero al ser los tres muy orgullosos, ninguno volvió a hablar del tema hasta ese momento.

Estaba bien, puesto que sus padres querían cuidar de él y darle un trato un poco más justo, un semestre lo puede reprobar cualquiera y así también alguien puede prepararse mejor, ya que con aquella frase admitieron que fueron muy severos y en el lenguaje de sus padres es "Vuelve a casa, te extrañamos y te daremos tu helado de chocolate con menta que tanto amas" pero… No estaba seguro de querer volver.

No estaba loco, recordaba a la perfección sus pensamientos de hace un mes si dejaba de lado las marranadas que se encontraban en su mente respecto al físico de los granjeros, sólo quería volver a su casa y tomar su vida de antes. Salir de fiesta a escondidas con Kai y conocer gente, ir de compras y hacer lo que quiera con su cabello son cosas que de verdad deseaba volver a tener.

Pero ahora, no sabía si quería eso de nuevo.

No era la vida de sus sueños, pero tenía aire limpio en su cara, aunque la cama no era cara sí que era cómoda, tiene compañeros de trabajo increíbles y ha aprendido bastante tan sólo por estar un mes al lado de Soobin; incluso más de lo que alguna vez pudo hacerlo en lo que llevaba preparándose con libros y veterinarios que solo se jactaban de sus años de experiencia y preparación en el ámbito.

Por supuesto que no sería lo mismo. Estaba seguro de que seguirá castigado una vez vuelva a la casa de sus padres pero de la misma forma que los Huening estaban castigando a Kai, condenado a vivir sin dinero y con el único permiso de salir para estudiar.

Mordió su labio al pensar en ello, en la ciudad sentía una necesidad de revisar su celular cada tres segundos, pero ahora que estaba fuera de ello, no sentía mayor compromiso con el aparato a parte de comunicarse con sus padres y su amigo.

Amigo… Soobin básicamente era su amigo ¿Qué pasará con él?

Su vida volvería a ser la misma, pero con lo suavecito que es el chico estaba seguro que se podría llegar a ver muy solito, y pensar en aquella situación no le agradaba para nada.

Extrañaba su vida en la ciudad, pero sabe que extrañará a Soobin y a los animales.

Pero eran órdenes médicas, y debía acatarlas.

Miraba por la ventana de su cuarto cómo es que Soobin hacía sus labores por su cuenta, tan tranquilo y apuesto que no se atrevía a pedirle que lo acompañe, a pesar de que el chico le dio el permiso absoluto de llamarlo y según sus palabras, "aparecerá como el genio de la lámpara".

Suspiró y sonrió con cierta tristeza, Soobin era un chico tan noble que sería muy fácil que puedan aprovecharse de él, aquello era tierno, pero preocupante. No quería enterarse de que le hicieron daño, incluso si estaba ahí, no permitiría a nadie que cambie la esencia del pelinegro.

Comenzó a pensar en algún plan, algo que le diera la seguridad de que volverá a verlo, pero a medida que lo iba pensando, cada idea que llegaba a su cabeza, se descarta luego de unos minutos, puesto que siempre estaba el hecho de que sus padres podrían negarse a lo que tuviera en mente.

Hizo una mueca por ello hasta que golpearon la puerta de la habitación, fue a la puerta y la abrió  dejando ver a Choi Siwon.

—Señor Choi…

—Tus padres me llamaron, vendrán a por ti en dos horas, empaca tus cosas.

Tragó saliva y asintió.

—Está bien, gracias, señor Choi —el hombre luego se retiró y entonces cerró la puerta del cuarto. No podía creer que con suerte tenía tiempo para empacar antes de largarse y, muy probablemente, seguir con su vida como si nunca hubiera pisado este lugar.

Mientras tomaba su maleta y comenzaba a acomodar toda su ropa y accesorios que le fueron otorgados, pensó en que tal vez era su última oportunidad de mantener contacto con la granja, entonces una mejor idea llegó a su mente.

Terminó de guardar sus cosas con cierto apuro, tomó su celular y salió corriendo en busca de Soobin, sin importarle mayormente que otra vez había barro y que una vez más resbaló frente al pelinegro.

— ¡Santos cielos, no me asuste…! —el pelirrosa se puso de pie y le extendió su celular con una mirada seria — ¿Choi Yeonjun?

—Dame tu número —Soobin frunció el ceño, confundido por las palabras —Soobin, dame tu número, ya me tengo que ir.

Entonces el pelinegro entendió todo y miró a sus lados. La huerta de hortalizas es el lugar más alejado de la granja, pero, quería despedirse apropiadamente de su amigo, no solo entregarle su número.

Era cierto, le había tomado por sorpresa que el amigo que había hecho, que se fuera tan pronto lo aturdió un poco.

Llevó a Yeonjun tomándolo de la mano, a un lugar tan hermoso, rodeado de toda la naturaleza que había más allá de la granja. Un lugar tan hermoso, Yeonjun aseguraba que era un manantial, el agua lucía tan limpia y fresca que incluso si no era apropiado pero tuviera el tiempo, se echaría a nadar por horas ahí.

Estaba tan inmerso en el lugar que poco se había enfocado en el chico, pero al sentir las manos ajenas posarse en sus mejillas y con un poco de fuerza, su mirada fue guiada a la mirada de su menor. Tragó un poco de saliva, puesto que para nada era normal un contacto así entre ellos, a lo máximo estuvo que se paraban muy cerca del otro, pero nada que realmente pudiera ponerlo más nervioso.

Le dió un poco de miedo fijar su mirada en los ojos del menor, sin embargo, lo hizo al tener una orden en completo silencio por las cálidas manos.

Sus mejillas enrojecieron, notando todos y cada detalle que sus ojos no habían notado antes por que es primera vez que tienen una distancia tan corta entre sus rostros. Una galaxia iluminando los ojos marrones de Soobin, hipnotizantes y profundos en los cuales uno podría mirar y perderse por horas.

¿Realmente podrá ser capaz de volver o mantener el contacto con Soobin? Le aterraba la idea de que no pudiera ser así.

Miraba los árboles pasar y cada vez volverse más escasos, mientras que la voz de Madonna entonaba "Material Girl"  en sus audífonos, aún preguntándose si era bueno que se fuera de Nongbuwa Suuisa así como así.

Es decir, no había un contrato de por medio, pero, claramente contaban con su parte para poder mantener a flote la granja. De alguna forma, su parte del trabajo era igual de importante que la de Yewon o incluso Wonjin.

Sí, la situación llegó a un extremo bastante extraño.

Suspiró y miró al conductor que se limitaba a mantener su mirada fija en el camino y a presionar los pedales del automóvil cómo es debido, preguntándose si cuando él debe de cambiar de trabajo siente la misma lástima que está sintiendo en esos momentos por haberse visto forzado a dejar la granja, muy a pesar de que en un principio no estaba de acuerdo con la idea, sobre todo si se trataba de un castigo impuesto por su falta de dedicación a la carrera que estaba estudiando.

Bueno, tal vez el conductor no tiene esa lástima porque no fue forzado a hacerlo, y es muy probable que no lo vea tanto como una carga, sino que más bien ha de verlo como conducir a distintos lugares, o al menos es la idea que podía hacerse al respecto.

No sabía mucho, nunca antes había trabajado.

Nació con la cuchara de plata entre sus manos, nunca tuvo el sentimiento de saber que quiere algo y no puede obtenerlo, o el sentimiento de la pérdida. Nunca ha experimentado aquello, ya que si lo perdía, en lugar de llorar, sólo le decía a sus padres y abracadabra tiene el doble ahora. Incluso cuando la pasó tan mal, no fue porque perdió algo, sino que más bien, estaba recibiendo algo que no quería.

Entonces, quería saber si lo que estaba sintiendo cada vez que pensaba en la granja, en que quería volver a ese lugar y seguir en la compañía de quien le ha estado enseñando cosas que nunca en su vida creyó necesitar saber, era algo normal.

Quería creer que sí, de todas formas, se supone que el trato era por más tiempo.

Vió cómo por su ventana pasaban los primeros edificios y casas, haciendo ver que ya estaban dentro de la ciudad, asumiendo que ya llegó su tiempo y muy pronto estarían llegando a su -para nada- humilde morada.

Su celular vibró y entonces lo revisó, notando que era una notificación de su bistec, lo cual le sacó una sonrisa y a los pocos segundos ya le estaba escribiendo una respuesta a su amigo.

Entonces, su cabeza se tomó unas vueltas antes de recordar al pelinegro y entonces se decidió a buscar el contacto de Soobin, dejando un mensaje una vez se atrevió, sin esperanzas de tener una respuesta rápida. Soobin buscaba trabajar todo el día, si ya terminó sus tareas, se dedicaba a mejorar un poco la fachada de ciertos lugares.

Cuando le pidió el número estaba cuidando de las hortalizas, estaba muy seguro que estará intentando arreglar el gallinero en donde estaban los pollos que ya para nada son pequeños o alguna otra tarea.

Aún así, recibió una corta respuesta del menor, saludándolo.

Aquello lo sorprendió, pero le hizo sentir bien, tanto que incluso estuvo sonriendo en todo el camino a su hogar mientras intercambiaba más mensajes con Soobin, haciendo que se vea un escenario habitual con los empleados de la casa, Yeonjun bajando del auto y pegado a la pantalla de su celular.

Pero grande fue la sorpresa de todos, cuando Yeonjun levantó la cabeza, agradeció al conductor y entró a la gran casa mientras iba saludando a sus empleados. Al menos, hasta que se cruzó con las caras nuevas y las de sus padres.

El matrimonio no dijo nada, pero, ciertamente estaban sorprendidos por haber sido abrazados por su hijo y que incluso hubieran podido intercambiar palabras más allá de un "hola".

Le presentaron al nuevo personal que estarían cuidando de él hasta su completa recuperación, lo cual se lo agradeció a sus padres y estos le dejaron ir a su cuarto, siendo mucho más cálidos de lo que se esperaba por lo ocurrido hace unos meses. Por lo visto, un par de semanas fuera hace lo suficiente para que los sentimientos y pensamientos se enfríen.

Ya ninguno tenía las barreras tan altas, lo supo al momento en el que sus padres accedieron para que pudiera invitar a Kai, el cual también tuvo la dicha de tener el permiso de sus padres. Yeonjun pensó en que tal vez el chico ya estaba respondiendo como ellos querían en lo que respecta a la universidad.

Así que ahí se encontraba, con su amigo finalmente obteniendo la versión completa de los hechos y de toda su experiencia tal cual un espectador de un incluencer.

Es más, ya habían llegado a la parte de la despedida entre Soobin y él.

— ¿Y…?

— ¿Y, qué?

Kai rodó los ojos, incrédulo ante el hecho de que su bistec, el mismísimo rey de las indirectas, Choi Yeonjun, no haya captado una pregunta tan directa como un mazo por la cabeza.

—Yeon, ¿se besaron o qué?

Las mejillas del pelirrosa se tornaron rojas, pero grande fue la decepción del castaño al ver que negaba con la cabeza.

— ¡¿Ni un roce en los labios?!

—Shh, cállate que mis padres no tienen idea de esto —Pidió —. Y no, no hubo un beso, creo que se estaba cortando la distancia entre ambos, pero antes de que algo pasara su hermana llegó para avisarnos que el chófer llegó, me dió su número y luego nos despedimos.

—Me estás jodiendo, Yeonjun.

— ¡¿Crees que fue de mi agrado también?! Encima hemos hablado de lo más bien en el trayecto a casa, es como si hubiera bastante química, no, espera —lo pensó un poco —De todas formas no creo que fuera a pasar algo como eso, no demostró tener un interés en ese sentido conmigo. No sé, capaz y es cis.

Kai suspiró ante el comentario se su bistec.

— ¿De verdad piensas que después de todo lo que me contaste ese niño va a ser hetero?

—Existe la gente cariñosa y de piel.

El castaño estampó su palma en su cara y luego suspiró, queriendo dar el tema ya por cerrado.

—Bueno, dejando eso de lado y que tienes que recuperarte ¿Qué harás ahora que estás de vuelta en la ciudad?

—Supongo que seguir mi vida y estudiar más. Mis padres me levantaron el castigo y me devolvieron mis cosas.

Ambos pensaron en ello, acordando que disfrutarían ese punto una vez se haya recuperado, para que el regreso a su vida normal no sea algo que le perjudique en la salud.

Eso esperaba, ya que su mente estaba fija en el chico de cabellos negros que se ha encargado de cuidarlo y enseñarle una pequeña parte de lo que sabía sobre los animales y las hortalizas de esa granja.

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