15
—He tenido muchas novias. He besado muchos labios y he hecho míos a muchos cuerpos. Pero sólo fue cuando te vi aquella mañana en el pasillo del instituto que me di cuenta que jamás había amado de verdad a nadie. —dijo Gulf—Me sentí vulnerable, vuelto a nacer, aterrado de que si te alejabas más de un paso de mí moriría sin haber probado aquellos labios tuyos, que deseaba desde la primera sonrisa que me regalaste. Rosé tu mano y me elevé a las alturas, hasta el cielo mismo, hasta el cielo más alto, hasta que escuché tus siguientes palabras que se me han clavado en el alma y no han dejado de dolerme ni un sólo día: "No te preocupes", me dijiste, "no eres mi tipo. Soy de esos gays que tienen buen gusto." Desde ese día las contadas veces en las que tu mirada se cruzaba con la mía eran miradas de odio tan profundo que hasta me hacían llorar.
Mew sentía que estaba soñando. El grupo de alumnos que los rodeaban en el campo de deportes estaba en completo silencio. Algunos incluso los estaban filmando con sus celulares, pendientes de cada palabra y de cada gesto de ambos.
Era la mañana siguiente, que coincidía con el día de la evaluación final de la clase de educación física, por lo que los tres cursos del último año estaban allí.
Gulf no quitó su mirada vidriada de Mew ni un sólo segundo mientras le hablaba. Estaba a punto de llorar y aunque su voz sonaba quebrada por la emoción, avanzó un paso hacia Mew y continuó:
—Yo rompí con mi moto tus zapatos especiales a propósito. Lo hice para que no continuaras haciendo deliverys. Algunos de mis compañeros estaban planeando enviarte a una dirección falsa y... divertirse contigo. —al pronunciar aquellas últimas palabras, Gulf levantó la vista y miró seriamente a tres jóvenes que seguían la escena con rostros burlones— Desde hoy me avergüenzo de ustedes. Desde hoy nada tengo que ver con ustedes y les aclaro que si le hacen algo a Mew... Yo...
Mew, en un impulso, siendo consciente por primera vez de que los estaban filmando, se acercó a Gulf y le tapó la boca, obligándolo a que su mirada volviera a posarse en él.
Cuando sus ojos se encontraron, bastaron unos pocos segundos para que Mew sintiera que el corazón de Gulf se estaba tranquilizando.
—Sé que hice muchas cosas equivocadas. Pero te juro que traté de ayudarte en todo lo que pude, incluso logré que te dieran una beca completa cuando sólo iban a darte media beca.— Mew comenzó a llorar en silencio— No te digo todo esto para que me ames, ni para que te sientas obligado a agradecerme.—continuó Gulf —Te lo digo para que me creas: no te mentí por maldad. Es cierto que nunca perdí la memoria a largo plazo. Sólo fueron los primeros minutos después de despertar. Pero cuando aquella mañana te vi entrar a mi habitación de la clínica, sabiendo que para ti es un suplicio ir a esos lugares...— Mew se estremeció...— Sé muy bien todo lo que has sufrido por ver a tu madre enferma... y aún así, fuiste a verme...
Mew lo interrumpió con apenas un hilo de voz:
—El director me obligó...
Gulf sonrió conmovido.
—Lo sé,—dijo—pero no te obligó a que me dieras de comer y aún así lo hiciste... Si tuviera algún poder lo usaría para borrarte la memoria y para que olvidaras todo lo malo que te he hecho. Por favor , olvida todo lo malo, pero no me vayas a olvidar. Por favor, no me olvides...
Mew se despertó de golpe, empapado en sudor. Otra vez había tenido ese sueño. Lo había estado reviviendo casi cada noche desde que Gulf lo había interceptado en el campo de deportes y le había abierto su corazón de aquella forma tan inesperada frente a medio colegio.
Mew miró a su alrededor. El otro lado de la cama estaba vacío. Aquel refugio a la orilla del río que ahora se había convertido en un hogar cálido y hermoso con su chimenea siempre encendida, con sus paredes vidriadas por las que ahora atravesaba el sol matinal iluminándolo todo, y con el perfume dulce e hipnotizante de Gulf en cada rincón, se hallaba vacío y silencioso.
Mew se paró de un salto y salió prácticamente corriendo hacia el camino de piedra. Recorrió los casi cien metros hasta la entrada, descalzo, sin prestar atención a las maravillosas plantas rebosantes de flores que se alzaban a ambos lados. Llegó hasta el cartel que anunciaba la inminente apertura de aquel vivero bautizado "nomeolvides" que siempre había sido su sueño y sólo entonces al ver a Gulf allí, sonrío aliviado.
—Buenos días...—Gulf lo saludó con un dulce beso en los labios— Estabas durmiendo tan profundamente que no quise despertarte. Ya está todo listo para la gran inauguración de tu vivero.
—Nuestro vivero...
—Sólo falta un detalle...
— ¿Qué detalle?— susurró Mew derritiéndose al sentir las manos de Gulf en su cintura, atrayéndolo hacia él.
— Vas a necesitar un empleado. ¿Puedo dejarle mi currículum, señor?
—Voy a necesitarte a ti, siempre.
—¡Voy a amarte siempre!— le susurró Gulf.
—¡Voy a amarte siempre!— repitió Mew, entregándose por completo al beso de Gulf y sabiendo que aquella mañana la apertura del vivero probablemente se retrasaría algunas horas más...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro