Como el rozar de un pétalo
Marchito y frío
Recorer por mi mejilla.
Me dió un último beso
Y se marchó.

Jamás en mi vida pensé
En llorar de esta manera,
Jamás en mi vida me imaginé
Terminar tan destrozada
Y tan rota por dentro
Cómo el día en que perdí
A lo más preciado
Que en mi vida he de tener.

Mi alma destrozada,
El castillo de las desiluciones
En ruinas ha quedado
Desde que ni tu ni yo volvimos,
El corazón de una joven poeta
Muere a manos de un
Despiadado asesino,
Y el asesino es el amor.

No es un adiós, más bien
Es cómo una canción a medias,
Intermedio músical,
Interminable sufrimiento,
Con sabor a meláncolia,
Con una miseria de alegría.

Tiernos los labios que en
Mi memoria olvidadiza
Nunca se borraran.
Y hermosa la mirada
Del joven despreocupado
Que de mi mente
Nunca puedo ni podré sacar.

Estás pronto a tu llegada,
La espera no es más que
Un puñado de sentimientos
Que a la cocción del fuego lento
A mi corazón añadió.

Misterioso el sentir,
Caprichoso el querer
Y mísero el morir en vida
Esperando en agonía
Una eternidad,
Que no durará,
Pero para el alma enamorada
Intetminable la espera
Siempre que se enreda
Termina siendo
Interminable.

Intermedio músical,
Una dulce agonía instrumental.