En la música clásica el preludio se considera como la pieza que va introducir el concierto, como la base de lo que será la obra maestra, una muestra de toda la magnificencia que se dará a conocer.

Puede decirse que mi preludio fue la primera vez que probe el miembro de Agust, o cuando Hoseok tomo mi virginidad, convirtiéndose en los dos únicos hombres que me han hecho apreciar el sexo de verdad.

Pueden decir lo que deseen, pero la lealtad que ambos han tenido hacia mí, jamás la verían en una relación formal, o en un matrimonio, intente estar con otros hombres, pero no era lo mismo, no tenían lo que buscaban y los sentimientos que me ofrecían no los necesitaba.

Al único que jamás toque fue a Hyungwon, el es mi pieza blanca, es sincero y es tierno sin llegar a aburrirme, siempre tiene ese rostro tranquilo que me parece curioso, casi siempre parece estar metido en otro plano. Me agrada su compañía por algo he conservado lo que llaman una amistad con él a través de los años.

—Pero si es mi hermana la Ingeniero, te vez hermosa con tu toga y birrete.

—Gracias Hermano, ¿Papá vendrá a mi ceremonia?

—No, sigue ocupado, pero quiere que sepas que está orgulloso de ti.

—Como siempre.

—Señorita Jeon, ya esta listo el auto —mire a mi chofer.

—Gracias Agust, enseguida bajamos.

Había convencido a mi padre de que me dejara a Yoon como mi guardaespaldas personal, ¿A quién más le confiaría la vida de su hija si no a su mano derecha?

Lógicamente eso a Hoseok no le agrado demasiado, pero lo compensaba a cada momento que estábamos solos en un cuarto: Mi hermano me llevo a beber después de la ceremonia de graduación, estábamos en uno de sus negocios en el palco privado, ya estábamos algo servidos de copas un poco más él que yo.

—Se que no ha sido un camino fácil hermanita, pero quiero que sepas que estoy orgulloso de ti, de todo lo que has logrado, te has criado tu sola prácticamente, quisiera poder darte más.

Bebi de mi Martini mientras veía como Hoseok era tratado de ser seducido por una mujer de cuerpo exuberante, tenia mucha curiosidad de ver su reacción, él esta consciente de que lo estoy mirando, porque cuando la toma del mentón para intentar besarla me sonríe, pero se detiene, solo me guiña un ojo y me lanza un beso, luego le dice algo a la mujer que se va de su lado.

—Jungkook.

—Dime hermanita.

—¿Me amas demasiado no es así? —seguí bebiendo de mi copa, Jungkook se tomo todo de un trago y asintió —¿Qué me darás por mi graduación?

—Lo que quieras, pídelo y es tuyo.

Me comí la aceituna de mi bebida dejando la copa en la mesa para después cruzándome de piernas mientras miraba a Hoseok.

—Dame a Hoseok.

Él se río, pero al ver que no apartaba mi mirada de su asistente, lo miro a él y regreso a observarme a mí.

—¿Para qué querrías a Hoseok?

—Es asunto mío, tu solo obséquiamelo, cuando lo necesites ahí estará, pero por lo demás trabajará para mí, ¿Puedo tenerlo?

—No, ya tienes a Agust trabajando contigo.

Me levante del sofá y acomode mi vestido, Jungkook se levanto para tomarme del brazo.

—No hagas una rabieta, tú no eres así.

—¿Cómo? —me solté de su agarre y tomé mi bolsa —que tengas linda velada tu solo hermano.

Se dejo caer en el sofá y se froto el rostro, le hizo una seña a Hoseok, este se acercó.

—¿Qué sucede?

—A partir de este momento, estas bajo las órdenes de mi hermana.

Sentí que le brillo la mirada, estoy segura que mi hermano sabe lo que pasa entre los dos, pero no dice nada por que no puede enfrentar el hecho de que su inocente hermana pequeña, meta a su cama a uno de los asesinos mas terribles de la familia Jeon.

Esa noche el termino saliendo del lugar con una mujer, yo por mi parte termine encima de Hoseok en el auto antes de irnos a casa.

—¿Así que solo recibo ordenes tuyas? —me bajo para clavarse en mi de un golpe mientras mordía mi cuello —es interesante el saberlo.

—¿Odias la idea? —empecé a mover mi cadera en círculos —siempre puedo cambiar de opinión.

—Sabes que no es así.

Me tomo de los glúteos para ayudarme a subir y bajar más rápido sobre su miembro, que se amoldaba perfecto mi interior, los vidrios empañados y el movimiento brusco del auto, eran mas que suficientes para saber lo que pasaba dentro, pero mis gemidos debían adornar él cierre del convenio con Jung Hoseok.