Capítulo 1. [1.1]
notas: bien, antes de que empecemos, quiero decir que: no tengo una maldita idea de cómo pude escribir todo un capítulo sobre niños. Ni siquiera leo fics con niños en ellas, si eres como yo, te garantizo que se pone más interesante en los siguientes capítulos. Lo siento.
precaución: en este capítulo hay una muerte de un personaje secundario.
"Algunos días podrías decir algo estúpido, y esa es la parte dentro de ti que todavía tiene diez años. O, tal vez, algunos días necesitarás sentarte en el regazo de tu madre porque estás asustado y esa es la parte dentro de ti que tiene cinco años. Y, tal vez un día, cuando ya hayas crecido, necesitarás llorar como si tuvieras tres años y está bien. Eso es lo que le digo a mamá cuando está triste y necesita llorar. Tal vez, se siente de tres años. Porque la forma en la que envejeces es como una cebolla o como los anillos dentro del tronco de un árbol o como mis pequeñas muñecas de madera que encajan una dentro de la otra, cada año dentro del otro."
—Sandra Cisneros, Once.
*
La primera vez que pasa, Harry tiene 4 años.
Verás, Gemma ha estado cultivando una pequeña semilla que encontró en una manzana. La puso en un recipiente, colocándole tierra cuidadosamente y la regó todos los días hasta que había una pequeña cosa verde saliendo de la tierra. Y cuando eso pasó, ella chilló, sonrió y le dijo a todos que la plantaría en el patio cuando fuera lo suficientemente grande, que comería sus manzanas y tal vez pondría un columpio en el árbol. A Harry le gustaba la cosita de manera normal, incluso cuando no le encontraba demasiado sentido a sentarse y esperar hasta que creciera. Había muchas más cosas interesantes qué hacer en ese tiempo.
Pero ahora— ahora acaban de volver de un viaje por el fin de semana a la casa de su tía Lydia y en Holmes Chapel estaba bastante helado, el tipo de frío que hacía que la nariz de Harry se volviera rosada al igual que la punta de sus dedos apenas saliera del auto. Y ahora que están en la cocina y está mucho más helado de lo que Harry recordaba, Gemma se aferra al recipiente que estaba en el alféizar de la ventana y llora.
Su mamá la ve y se acerca a ella. Mira el recipiente, haciendo un gesto rápido y triste. "Oh, cariño," dice, acercando más a Gemma, dejando que solloce en su suéter y le murmura cosas a Harry que no puede descifrar.
Se acerca y trata de ver lo que hay en el recipiente. "¿Puedo ver?" Dice. Gemma lo ignora. Tal vez no lo escuchó. "¿Qué pasa?" Dice, más audible esta vez, Gemma llora más fuerte.
Se encuentra con los ojos de su mamá. Ella se ve más cansada de lo normal. "La planta de Gem murió, bebé," dice, suavemente. Harry siente pesado su estómago de repente.
Frunce el ceño. No lo entiende. "Pero... ¡pero la ha estado regando todos los días! Y le ha llegado mucha luz, ¿no?" Mira a Gemma y acaricia su codo. "Tal vez si la riegas más, ya no estará muerta."
Gemma niega con la cabeza desde donde está enterrada, en el suéter de su mamá. Harry abre la boca, quiere preguntar por qué, pero su mamá dice: "No funciona de esa manera, Harry."
Harry arquea las cejas. "¿Puedo ver?" Pregunta, de nuevo. No recuerda haber visto una planta muerta. Se acerca y toma el recipiente café, apretado entre Gemma y su mamá, y mira con curiosidad. No se ve diferente para nada, pero Harry cree que lo entiende, porque antes era verde y ahora se ve decaída y... triste.
Harry mira a Gemma y ve que todavía solloza, sosteniendo el suéter de su mamá con sus puños cerrados. Mira a la planta de nuevo, y se siente mal por no haberse preocupado de ella antes. Era linda y hacía a Gemma feliz, incluso si le tomaba mucho tiempo crecer. Desea— no sabe lo que desea, no en realidad. Quiere hacer que todo esté bien. Quiere darle a la planta la cosa que hacía que no se viera muerta. La empuja suavemente con el dedo y lo desea.
Y entonces, el frío que Harry sentía, ya no está y la calidez que siente es suave y brilla, como mirar fuego. Se escucha a sí mismo respirar, pero es bastante fuerte, casi como si se estuviera cubriendo los oídos y entonces— entonces, lentamente, la planta empieza a enroscarse hacia arriba y se vuelve verde de nuevo, sólo que esta vez es verde oscuro y maravilloso. Harry puede sentir su corazón, boom boom boom en su orejas y en su pecho. La planta se mueve, y el tallo crece más y más, de repente y lentamente, algo en la punta cambia y aparece una flor, sus pétalos abriéndose con un rojo brillante. Más florecen junto al tallo, abriéndose hacia la luz. Harry recuerda lo que le han dicho en la escuela y se pregunta si tocando la planta haría que la primavera volviera.
Porque hizo que esto pasara. Lo sabe.
Su corazón ya no late tan fuerte. Las flores han dejado de aparecer. Tira de la manga de Gemma. "Gem," dice. "Gem, mira."
Gemma lo mira. Su boca se abre, pero no dice nada. De repente, Harry se siente incómodo. Mira a su mamá, y ella ya lo está mirando. Por un segundo, Harry tiene la impresión de que ha hecho algo terrible, terriblemente malo, y siente que sus ojos arden por las lágrimas repentinas. Pero entonces su mamá deja ir a Gemma y lo alza como sólo algunas veces lo hace. "Harry," susurra en su cabello. "Harry, mi maravilloso, maravilloso niño." y eso es todo lo que necesita para sentirse bien de nuevo, en realidad.
🌠🌠🌠
Las cosas cambian después.
Harry no hace que algo más pase y su mamá no dice nada al respecto, así que piensa que está bien, que no ha hecho nada malo, y lo saca de su cabeza. Pero un día, lo lleva a ver a una mujer que dice que no es un doctor, pero se ve como uno y hace todas las cosas que hacen los doctores al principio. Toma su estatura, su peso y mide el tamaño de sus pies y usa instrumentos para mirar en sus ojos, sus orejas y su boca. Luego le dice que haga cosas como dibujar a su hermana, a su mamá y a una familia de animales. Después le pregunta un montón de cosas. Sabe algunas de ellas por la escuela, pero debe pensar las otras preguntas e, incluso así, no sabe si ha respondido bien.
Va dos veces después de la escuela cada semana, y con el tiempo, ella empieza a pedirle que haga otras cosas. Le da cosas para dibujar, construir y vestir, y una ve que le da Legos, sale de la habitación y no vuelve hasta que es tiempo de que se vaya. Le dice que se acueste, cierre sus ojos y piense en cosas como el jardín, o un río, o estar bajo el agua, sólo ella habla, como si estuviera contando una historia... una historia que él crea en su cabeza; y cada vez que abre los ojos de nuevo, siente un cosquilleo extraño en la punta de los dedos de sus pies y manos. Hasta que un día le dice que se imagine que está flotando y siente el latido de su corazón en todas partes, justo como ese día en el que le hizo algo a la planta de Gemma. Cuando abre los ojos, se siente extraño y después de un segundo se da cuenta de que es porque está flotando dos pulgadas sobre la alfombra en la que estaba acostado.
La mujer sonríe con la sonrisa más brillante que Harry le haya visto en su rostro.
Su mamá va con él en la próxima sesión. No es como las demás; no hay juegos, ni legos, ni recostarse en el suelo, y la mujer lo saluda con amabilidad, pero el resto del tiempo sólo le habla a su mamá. Harry se sienta en la silla y escucha por un momento, algo sobre como 'en realidad, muestra ka capacidad para ello', 'tenemos algunos libros y panfletos aquí, si les quiere echar un vistazo' y 'hay escuelas con programas especiales, si está interesada'. Se aburre después de un tiempo, porque incluso cuando es bastante bueno en estar en su asiento o estar sentado con piernas cruzadas durante toda la clase, no hay ninguna imagen divertida para observar, la médico ni siquiera está hablando con él y es aburrido. Comienza a inquietarse, se desliza hacia abajo de su silla y espera que su mamá esté demasiado ocupada hablando con la mujer como para darse cuenta y comienza a investigar la habitación. Mira a su madre una o dos veces, manteniéndose cauteloso y una vez que se da cuenta de lo que está haciendo, mirándolo como si estuviera a punto de decirle algo, la mujer le dice otra cosa en voz baja y su mamá lo deja ser. Es extraño, pero no Harry no cuestiona su suerte.
No vuelven después de eso. Harry no pregunta por qué, no obstante, lo extraña, más o menos. Tiene sus propios juguetes, pero le gustaba un poco cuando tenía que imaginar cosa. Especialmente, cuando podía volar. Tendrá que intentar eso de nuevo.
🌠🌠🌠
Hay un chico en su escuela llamado Rick, quien siempre le toma los lápices a Harry durante el tiempo para colorear. A Harry no le importa compartir, pero entonces se da cuenta de que, cuando Rick se los devuelve, las puntas están rotas. Les saca punta de nuevo, sin embargo, los lápices vuelven rotos de nuevo —y cuando mira a Rick, ve que ni siquiera está coloreando, sino que coloca los lápices en el suelo y los golpea con su silla, rompiéndolos. Por un momento, Harry se enoja, realmente se enoja y siente algo ardiendo dentro de él, y lo siguiente que sabe, es que, de alguna manera, las patas de la silla se han derretido y Rick está en el suelo, llorando. Sólo se siente un poco mal sobre eso.
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"Hoy hice que la silla de un chico desapareciera," anuncia esa tarde en la cena, porque incluso cuando técnicamente fueron sólo las patas de la silla, suena más impresionante de esa manera. Su mamá lo mira de una forma que lo hace dudar si debió haber dicho eso o no. Los ojos de Gemma se agrandan, y se pareciera como si estuviera a punto de decir algo, pero su mamá coloca una mano en su hombro y habla primero.
"¿Lo heriste?" Dice, su tono un poco estricto.
Harry se pone incómodo. Esto se siente como un reto. "Un poco," dice, y ve cómo la cara de su mamá se vuelve severa. Añada, de manera defensiva: "¡Él rompe mis lápices!"
"Harry," su mamá dice seriamente. "No está bien herir a las personas."
Harry parpadea, entonces baja la cabeza. "Lo siento," murmura. "No lo hice a propósito." Mira a su mamá de reojo y sus ojos son más suaves, como si lo hubiera perdonado. Respira, con alivio.
Gemma, sin embargo, se ve extrañamente entusiasmada. "¿Realmente hiciste eso? ¿Puedes mostrarme cómo?" Sus ojos son brillantes.
Harry se encoge de hombros, algo que le ha visto hacer a ella, pero se siente satisfecho al mismo tiempo. "Es fácil. Si alguien te está molestando, los miras y sólo lo haces." Mira de reojo a su mamá, sintiéndose culpable y añade precipitadamente. "Pero no deberías hacerlo, porque herir a las personas es malo."
Gemma, no obstante, frunce el ceño. Harry se pregunta por qué. Le gusta impresionarla. "Mamá, ¿Harry puede hacer magia?" Pregunta. Siente alegría ante eso, y mira a su mamá también, esperando que una explicación.
Su mamá vacila. Extraño. "No es de esa manera, Gems," dice, después. "Puede hacer cosas que nosotros no podemos. Así fue cómo nació." Gemma se ve como si fuera a protestar, y Harry tiene una gran necesidad de hacer preguntas también, porque, ¿cómo sabe todo eso? Pero su mamá los mira a ambos y dice: "Hablaremos de esto después, ¿bien?"
Gemma frunce el ceño, pero murmura. "Bien," así que Harry también lo hace. Terminan su cena, alistándose para ir a la cama y su madre podría haber hablado con Gemma mientras él no estaba mirando, pero el después llega y ella todavía no le ha explicado nada.
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"Mamá, ¿puedo hacer magia?"
Cada noche, la madre de Harry levanta sus frazadas, lo acurruca, se siena en el borde de su cama y le cuenta una historia. Gemma dice que ya está muy grande para historias, por lo que se va a su habitación y lee un libro, pero a Harry le encanta, nunca quiere que la historia termine. Pero, a pesar de que las ama, tiene que preguntarle a su mamá primero, porque se lo ha estado preguntando desde que Gemma lo dijo, y no puede seguir sin saberlo.
Magia. Nunca había pensando en ello como algo así. Magia podría ser la cosa más genial.
Su mamá suspira y pasa una mano por su cabello. La luz amarilla de la lámpara en su velador ilumina su rostro y se siente bien, seguro. "Ah, Hazza," dice. "Creo que debería haberte dicho esto antes. Te explicaré algo, ¿sí, amor?" Harry asiente, las frazadas hasta su barbilla. "¿Recuerdas a la mujer que fuiste a ver?"
"¿La doctora?" Harry pregunta.
Su mamá sonríe. "No era una doctora, pero sí. ¿Recuerdas las preguntas que te hizo, las cosas que te pidió que hicieras?" Harry asiente de nuevo, incluso cuando se pregunta cómo ella sabe estas cosas, si no estuvo ahí. "Bueno, quería saber algunas cosas de ti. Quería saber si podías hacer ciertas cosas, que la mayoría de las personas no pueden hacer. Resulta que sí puedes."
"Magia," Harry susurra, apenas atreviéndose a creerlo.
La sonrisa de su mamá crece. "No es magia, Hazz, no en realidad. Funciona de una manera muy específica." Ella continúa acariciando su cabello, lenta y tranquilizadoramente. "Sólo pasa cuando realmente quieres algo. Cuando lo haces, algunas veces puedes cambiar las cosas, hacer que sean lo más cercano a lo que quieres. Pero no puedes controlarlo, no en realidad— la única manera de controlarlo es aprender a controlar lo que quieres."
Harry se acurruca más en las frazadas, se siente tan cálido, hasta la punta de sus dedos. "Así que, es como magia," dice. Está sonriendo, aunque no puede recordar cuándo empezó a hacerlo.
Su mamá ríe. "Tal vez lo sea, Harry, tal vez."
"Y, ¿pueden— pueden otras personas hacerlo también?" Se retuerce de la emoción. Tal vez podría meterse en algún tipo de club con esas otras personas mágicas. Tal vez podría usar sus poderes y volverse un superhéroe en la vida real,
La sonrisa de su mamá decae un poco. "No, en realidad— no sé cuántas personas son, amor. Podemos investigar, si quieres. Ver si hay alguien de tu edad por aquí. ¿Te gustaría eso?"
"Sí," dice, honestamente. Piensa por un momento, y entonces: "¿Eso significa que no hay nadie que pueda hacer magia en la escuela?"
"Hablé con personas de la escuela," dice. "Y creo que hay una chica en quinto que es como tú. Puedes hablar con ella, si quieres, ¿sabes eso?" Harry se pone nervioso, porque nunca le ha hablado a nadie de quinto en toda su vida. Son mucho más grandes que Gemma. "Mencionaron en la escuela que hay clases especiales que ella realiza también. Tal vez, deberías intentarlo y ver cómo es."
Harry asiente en silencio. No puede —no puede decir nada ahora, está tan ocupado pensando en todo. Tiene poderes. Poderes reales y todo lo que tiene que hacer es aprender a usarlos y será capaz de hacer cualquier cosa que quiera. Un pensamiento pasa por su cabeza, entonces, y dice entusiasmado: "¿Puedo decirles a todos en la escuela?"
No esperaba que la sonrisa de su mamá desapareciera de inmediato. "No creo que sea una buena idea, amor." Mira su cara un un momento, entonces añade: "Puedes decirles a tus amigos, ¿sí? Pero, quizá— no creo que sea una buena idea anunciarlo, bebé. Dile a las personas en las que confías y estarás bien."
Harry siente la decepción expandirse dentro de él, fría y horrible, el pensamiento de impresionar a todos con su magia desaparece de su mente. "¿Por qué?"
Su mamá suspira y su voz es mucho más suave cuando habla de nuevo. "A las personas no les gustan las cosas que son diferentes, Hazza. No les gustan personas que son diferentes. Especialmente, cuando podrían ser capaz de asustarlas también." Su mamá lo mira directamente y con cara seria. "Y es por eso que nunca deberías hacer lo que hiciste hoy, Harry. Tienes algo especial. Nunca lo uses para herir a las personas. ¿Lo entiendes?"
Harry asiente, aunque en realidad no lo entiende, no en realidad, especialmente la parte donde las personas estarían asustados de él. Pero no insiste en ello. En cambio, abraza a su mamá por el cuello y deja que lo bese en la frente y lo acurruca cómodamente, y cuando apaga la luz, deja la habitación con un susurro: "Buenas noches, Hazza," y se siente somnoliento, cálido y a salvo.
🌠🌠🌠
No le dice a nadie la siguiente mañana, aunque siente que es un secreto tan grande que explotará dentro de él como una pelota. Después de almuerzo, sin embargo, no puede quedarse callado. Se acerca sigilosamente a David, un amigo suyo y le dice cuidadosamente. "¿Quieres saber un secreto?"
David lo mira. "¿Qué es?"
"Puedo hacer magia," Se siente sonreír ante ello, grande como cualquier otra cosa.
Está satisfecho cuando los ojos de David se agrandan. "¿En serio?" Harry asiente seriamente. "Pruébalo."
Harry vacila por un segundo. No estaba esperando que David le pidiera eso. Pero está bien, en realidad, porque puede hacer magia para obtener las cosas que quiere, ¿no? Así que todo lo que tiene que hacer es concentrarse en algo. Mira a su alrededor y ve a una chica llamada Luce quien tiene un cabello muy amarillo. Frunce el ceño y se concentra en volverlo morado. No pasa nada.
David lo mira. No se ve impresionado. "Sabía que no era verdad." dice y corre hacia el campo de fútbol sin mirar a Harry de nuevo. Él parpadea, confundido y no dice nada. Tal vez, debería guardarlo en secreto como su mamá le había dicho.
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Harry quiere muchas cosas. De hecho, Harry quiere algo todo el tiempo, así que hacer magia no debería ser un problema. Por lo que debería estar haciendo mucha magia, en vez de tan poca. No tiene sentido.
O no lo hace, al principio. Harry ya no intenta impresionar a las personas con su magia, porque sólo no funciona. No puede hacerlo, nadie le cree e, incluso, algunas personas se han reído de él. Está pensando en decirle a su mamá que tal vez la doctora se equivocó, pero una mañana ve a una ardilla muerta a un lado del camino, cuando su mamá los está encaminando hacia la escuela a Gemma y a él y, antes de que lo sepa, la convirtió en, al menos, diez ardillas en miniatura que se escabulleron y no dejaron nada atrás. Gemma jadea, su madre sonríe y Harry piensa que tal vez puede hacer magia después de todo.
Las semanas pasan, el aire comienza a ponerse cálido y Harry finalmente se da cuenta, el conocimiento creciendo como si fuera parte de él todo el tiempo.
Quiere muchas cosas. Cuando pasan por el camión de os helados y su mamá se niega a comprarle uno, cuando va donde su amiga Sam y juega con sus perros toda la tarde y quiere uno propio, cuando van a comprarle un regalo a su primo y quiere un juego de Nintendo también —cuando pasan todas estas cosas, aprieta sus ojos y lo desea. Pero cuando los abre de nuevo, todo sigue igual que antes. No tiene un helado. No tiene un juego. No tiene un perro.
Lloró un poco las primeras veces. ¿Qué hay de bueno en tener magia, si ni siquiera puede usarla? No parece justo. Pero incluso cuando quiere esas cosas desesperadamente, las olvida pronto, y cuando despierta la siguiente mañana, no puede recordar si había algo que quisiera, en lo absoluto.
El otro tipo de querer algo, es diferente.
No pasa todo el tiempo. Ni siquiera pasa a menudo, y cuando lo hace, aparentemente es por razones sin importancia, razones que, la mayor parte del tiempo, ni siquiera se las puede explicar a sí mismo. Pero, cuando lo hace... cuando lo hace, sabe instantáneamente, porque de repente está muy concentrado, luego siente calor hasta sus pies, y entonces hace que las cosas cambien. E incluso cuando no puede explicar qué deseó, ve lo que ha hecho y se siente feliz, calmado y bien.
Tiene magia. Sabe eso ahora. Puede hacer cualquier cosa, incluso si no puede elegir qué hacer con ello, incluso si no puede decirle a nadie, incluso si es el único.
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Las personas se enteran de todas maneras. Después del tercer periodo, hace nevar dentro de la sala de clases y el profesor de Harry lo lleva a un lado y le dice que quizá debería hablar con su profesora mágica (la señorita Wheel no es su profesa mágica, no en realidad, pero tiene clases privadas con ella y ella le habla sobre su magia demasiado, por lo que le dice de esa manera), David se acerca a él.
"¿Hiciste que nevara?" Pregunta.
"Sí," Harry dice de inmediato, porque en realidad se siente un poco orgulloso de ello.
David lo mira por un momento y parpadea. "¿Y las otras veces también?"
"Sí," Harry dice de nuevo. Se pregunta entusiasmado si David le creerá esta vez.
"¡Eso es genial!" David dice. "¿Puedes mostrarme cómo?"
Para el momento en el que la mamá de Harry viene a buscar, seis personas diferentes le han preguntado si en realidad puede hacer magia. Harry se siente bastante satisfecho consigo mismo. Cuando ve a su mamá, sin embargo, recuerda lo que le había dicho, sobre no decirle su secreto a nadie más y se siente culpable y asustado por un segundo, antes de que recuerde que no ha hecho nada por lo que la gente debería sentirse asustado de él. Estará bien.
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Tiene siete cuando su abuela se enferma.
Su mamá lleva a Gemma y a él a visitarla al hospital. Harry no ha estado en demasiados hospitales antes: se pregunta si todos son así de limpios, si las luces son blancas en todos ellos. Gemma y él besan a su abuela en la mejilla, ella les sonríe a ambos y les aprieta las manos. Harry le sonríe de vuelta incluso cuando se siente incómodo y decide que no quiere estar ahí en lo absoluto.
Cuando vuelve a casa, le pregunta a su mamá: "¿La abuela va a morir?"
Ya es lo suficientemente agrande para saberlo, pero por la mirada en la cara de su mamá, quizá no debería haberlo preguntado. Pero se siente junto a él en una de las sillas de la cocina, la cena olvidada temporalmente, y lo mira a los ojos. "Tal vez. No sabemos. Los doctores todavía no saben."
Harry sigue preguntando, incluso cuando sabe que no debería. "¿Qué pasa con ella? ¿Está enferma porque es vieja?"
"Sus pulmones no está funcionando bien," su mamá dice, gentilmente. "Y sí, de una forma es porque es vieja. Eso significa que ya no es tan fuerte como alguien joven. Pero la gente joven se enferma también, así como Gemma y tú, a veces. Sólo que ustedes son fuertes, ¿no es así? Por lo que mejoran."
"Ya lo sé," Harry dice. Está frustrado, como si no estuviera diciendo lo que en realidad quiere decir. "Pero no tienes que ser viejo para morir, ¿o sí?"
Su mamá lo mira. Harry piensa que se ve triste, o algo parecido. "No," dice, tranquilamente. "La vida siempre termina en algún punto, amor. Así que lo que importa es si es una buena vida."
Harry piensa en eso. "Me gustaría vivir por cien años. ¿Crees que pueda hacerlo?"
Su mamá desordena su cabello y le besa la frente. "No lo sé. ¿Crees que yo viviré cien años?"
"Definitivamente," Harry proclama. Le sonríe a su mamá y ella también lo hace, después vuelve a preparar la cena.
Harry piensa en lo que dijo. Siente que necesita más, así que cuando vuelve a su habitación se para en la cama e inspecciona su librero. Encuentra tres o cuatro libros que hablan sobre el cuerpo humano y los mira todos, tratando de encontrar una respuesta a lo que le preguntó a su mamá, ¿tengo que ser viejo para morir? Pero no hay nada. Hay un poco sobre envejecer, pero no encuentra nada sobre morir. Es como si las personas que escribieran esos libros no quieren que lo sepas.
🌠🌠🌠
La abuela de Harry muere tres días después de su cumpleaños número ocho. Los ojos de su mamá están rojos por mucho tiempo, Gemma llora y llora incluso cuando la abraza o trata de reconfortarla. Harry no va al funeral; observa a su mamá y a su hermana vestirse de negro y después lo dejan en la casa de Sam y se olvida de eso por un tiempo, hasta que lo van a buscar.
Le toma un tiempo dormirse esa noche. Su cabeza empieza a tener pensamientos propios y no puede detenerlos. Se pregunta dónde está la abuela ahora. Le ha escuchado decir a la gente en la escuela que sus abuelos están en el cielo, cuidándolos. Mira al techo. Es difícil imaginar que ella está ahí. Tal vez si hubiera ido al funeral, lo habría descubierto. Le gustaría preguntarle a su mamá, pero se veía tan cansada hoy y teme que, si le habla a Gemma, la hará llorar de nuevo.
Se pregunta si alguna vez volverá a ver a su abuela. Se pregunta cómo se sentirá morir, si duele.
Se queda dormido después, pero tiene sueños extraños y cuando despierta la siguiente mañana, se da cuenta de que hizo que el techo brillara.
🌠🌠🌠
Harry tiene dos fiestas cuando cumple ocho, una para sus amigos y la otra para su familia. Gemma le ayuda a hacer las decoraciones, la lista de invitados, su mamá cuelga las decoraciones y hace dos pasteles, uno de chocolate y galletas y otro de helado de fresa. Ambas fiestas son geniales, recibe muchos abrazos y regalos desde juegos de Lego hasta un abrigo para la lluvia, y canta, baila y cuando sopla las velas en uno de los pasteles, accidentalmente hace que el aire alrededor de ellos se vuelva de un rosado brillante y todos se ríen. Harry va a la cama ambos días sintiéndose cansado y feliz, pero justo antes de que se duerma, se da cuenta de que ambos días se han ido, que habrán más días, pero no podrá vivir esto de nuevo. Eso hace que sus sueños sean inquietos.
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Cuando la escuela termina en verano, Harry se da cuenta de que Gemma ya no irá con él a la escuela en septiembre.
Tiene once ahora, dos dígitos, y siempre ha sido más alta que él, pero ahora Harry se siente como un pequeño gnomo de jardín cuando se para a un lado de ella. Su cabello llega hasta la mitad de su espalda y ya no se coloca su labial con brillos. En cambio, ahora es algo parecido al rosado, menos brillante y se da cuenta de que sus pestañas son más largas y oscuras a veces cuando intenta verse más linda. Se ve grande ahora, como una niña de secundaria y Harry piensa que no puede recordar cuando eso pasó exactamente. Lo asusta, de alguna manera.
🌠🌠🌠
Es una cálida noche de julio cuando se da cuenta:
No hizo ningún tipo de magia para ayudar la abuela cuando estaba enferma. No hizo ningún tipo de magia para salvar a la abuela cuando murió.
Por primera vez, espera que la abuela no esté en el cielo, espera con todo lo que tiene que no pueda verlo ahora. Porque lo sabría. Sabría todo. Sabría que es su culpa, sabría que salvó a la ardilla que encontró a un lado del camino cuando tenía seis, pero no pudo salvarla a ella. Se pregunta qué pasaría cuando su mamá muera. ¿Morirá por su culpa también? ¿Morirá porque no hizo magia para salvarla?
No fue al funeral de la abuela, pero los ha visto en la televisión, sabe cómo son. Ve a su mamá recostada entre miles y miles de flores, sus ojos cerrados, sin sonreír. Cierra los ojos y entierra su cara en la almohada, pero no sirve de nada; las flores siguen ahí, sólo que esta vez es la tía Lydia, la señorita Wheel de la escuela. Gemma.
Gemma va a morir, ¿no es así?
Ahora es mucho más grande que él, y morirá también. Se irá para siempre y no será capaz de verla o hablar con ella de nuevo, nadie lo hará, porque no pudo hacer magia para salvarla.
Todo se irá. Todo. Incluso él. Incluso la casa. Incluso los pequeños bebés que están naciendo ahora en algún lugar del mundo. Todo desaparecerá, se irá, y nadie lo recordará.
Cada segundo que pasa ahora, es un segundo que no vivirá de nuevo, un segundo que lo lleva más cerca a la muerte de su madre, de Gemma, y no hay nada que pueda hacer.
Se da cuenta de que está llorando cuando toca la almohada y está mojada en el lugar en donde su cara estaba enterrada. Llora en silencio, sin embargo, colocando sus manos sobre su boca. Si su mamá viene para ver qué le pasa, no será capaz de dejar de verla muerta.
Las flores no se van. Están ahí cada vez que cierra los ojos. Harry se queda dormido deseando ser alguien más en el mundo —alguien que no sabe lo que él.
🌠🌠🌠
El verano pasado, cuando la escuela se terminó y su mamá los dejó a Gemma y a él en la casa para ir a trabajar, la abuela había venido y los había cuidado durante el día. Pero ahora está muerta, así que este año Gemma y él están solos en la casa, y se supone que Gemma debería cuidar de él.
Desayuna con él todas las mañanas y calienta el almuerzo, que su mamá les deja en el refrigerador, en el microondas, pero tiene que pillarla en un buen humor para que juegue con él. Así que no tiene mucho qué hacer en todo el día, si no está en la piscina de la ciudad o en la casa de alguien más. Dibuja, lee libros a veces, se sienta en el sofá y mira CBeebies; cuenta su colección de stickers, pero después se aburre y sus tardes se reducen a tomar siestas o recostarse en su cama y mirar las estrellas que brillan en la oscuridad, que puso en el techo cuando tenía seis.
Hoy, esto es lo que hace. No está aburrido. Sólo se siente muy mal para hacer algo.
Gemma va a su habitación a la mitad de la mañana, lo ve, y le pregunta qué está mal. Su voz suena preocupada, casi como la voz de una mamá y escucharla hace todo peor. Le dice que se siente mal, porque técnicamente es eso, y toca su frente incluso cuando Harry está seguro que no sabe cuándo alguien tiene fiebre o no. lo besa en la mejilla y le dice que llamará a su mamá y le preguntará qué hacer. Harry asiente, mirando las estrellas en el techo.
Su mamá vuelve a casa temprano, después de almuerzo y toca su frente también, con más experiencia que Gemma. Dice que no tiene fiebre, incluso cuando puede observar que se ve preocupada cuando le pregunta qué le duele. Sólo se encoge de hombros y entierra su cara en las sábanas.
Juntas, sin embargo, lo persuaden de levantarse y bajar a almorzar —es macarrón con queso, así que no tiene que fingir que le duele el estómago. Gemma dice bromas y su mamá le dije sobre todos los clientes extraños que llegaron a su caja registradora. Luego, su mamá les dice que les puede ayudar a hornear algo si quieren, lo que por supuesto los lleva a una disputa, porque Harry quiere brownies, pero Gemma tiene una fascinación extraña con el pan y siempre se niega a hacer algo más. Hacen la mitad de una bandeja de brownies y un poco de pan al final, se lo comen con la cena y los brownies son para el postre. Harry se mantiene tan ocupado que casi se olvida de que los tres van a morir.
Pero en la noche, cuando su mamá va a su habitación a contarle una historia, incluso Gemma la escucha, acurrucada junto a él, ni siquiera puede ponerle atención. Su mente está demasiado nerviosa como para escuchar bien, siempre vuelve a la verdad que ha estado tratando de evitar todo el día. Las dos le dan un beso de buenas noches y él hace lo mismo, distraídamente, hasta que apagan la luz, se van y está solo otra vez.
Hay algo sobre la casa en la noche, como ahora, que la hace ver grande y vacía. En la oscuridad, su habitación se ve como una cueva, y cuando mira hacia el pasillo después, cuando su mamá ha apagado también su luz, ve la oscuridad al final de este y siente que podría ser así para siempre. Las estrellas en su techo brillan, pero parecen que están mucho más lejos. Se acurruca debajo de la sábana incluso cuando el aire es cálido, manteniéndose escondido.
Cuando empieza a llorar casi se siente aliviado, como si hubiese sostenido su aliento todo el día y sólo ahora lo está dejando salir. Entierra la cabeza en la almohada y se deja a sí mismo pensar sobre todas las cosas, todos los malos pensamientos, hasta que se siente tan, tan pequeño, como si lo estuviesen aplastando. Se abraza a sí mismo y solloza silenciosamente.
Cada minuto que pasa es un minuto más cercano a la muerte, a la muerte de todos, sabe eso ahora. Sabe que no debería desperdiciar su tiempo, pero no puede dejar de llorar, un sollozo con hipo que lo hace sentir como un niño. No le molestaría ser pequeño ahora. Los niños pequeños no saben nada, pueden jugar y hacer cosas normales sin sentirse culpables o mal todo el tiempo.
Mira las estrellas en el techo y, de repente, no son suficiente. Vacila por un momento, sus mejillas aún húmedas, antes de sacarse la sábana de encima y caminar por la alfombra un paso a la vez. Va hacia la ventana silenciosamente y mueve las cortinas; lucha por abrir la ventana, pero logra hacerlo, dejando que una gentil brisa entre a la habitación.
Por lo general, no puede ver las estrellas muy bien desde su ventana. En noches nubladas, puedes ver partes del cielo, en los lugares donde hay huecos entre las nubes. En noches claras, las luces de la calle de abajo hacen que sea difícil ver algo, excepto por las estrellas grandes, que sabía que conformaban la Osa mayor. Pero las luces de la calle no parecían importar ahora, porque mira hacia el cielo y hay tantas estrellas. Todo el cielo, todo lo que puede ver, son pequeños puntos brillantes de luz, algunas están tan cerca que pareciera que fragmentos del cielo fueran blancos, en vez de azules.
Le dijeron en la escuela que las estrellas también morían. No como las personas; las personas sólo... mueren y eso es todo, pero las estrellas explotan y a veces se convierten en agujeros negros que succionan todo. Nunca entendió el porqué, pero a su mamá le gusta decir que algunas estrellas que vemos ya están muerta incluso cuando está en el cielo —eso es algo sobre estar tan lejos. Las mira, limpiándose los ojos desordenadamente con el dorso de la mano, y se pregunta cuáles ya estarán muertas. Se pregunta si alguna de ellas morirá antes que él.
Se concentra en una estrella en particular que pareciera estar justo frente a él. Es una de las más pequeñas, sólo un pequeño destello de luz que tienes que observar mucho para darte cuenta que está ahí. La mira, realmente lo hace... y, de repente, como una ola, siente el calor corriendo a través de su cuerpo, el tipo de calor que sólo puede significar magia. Pero es fuerte, mucho más fuerte de lo que ha sido hasta ahora, demasiado fuerte que hace que se asuste y cierre los ojos con fuerza, por si acaso. El calor se vuelve cada vez más notable hasta que casi lo quema y Harry se pregunta qué cosa podría hacer este tipo de magia —pero entonces, en un segundo, se ha ido y él se tambalea, inclinándose contra el alféizar de la ventana, abriendo sus ojos de nuevo. De repente, se siente cansado, tan cansado, sus ojos se cierran aunque no quiera hacerlo, su cuerpo desplomándose. Ya no siente ganas de llorar. Sólo quiere dormir, olvidarse de este, porque incluso si lo hace sentir un poco torpe —lo asusta.
Busca la estrella antes de volver a la cama, pero no la encuentra.
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Las cosas son diferentes, de alguna manera, cuando despierta. Todavía se siente inquieto, todavía tiene ese terror horrible en su cabeza, pero ya no es como antes. Ya no se siente pequeño. No lo aplasta. Es sábado, así que su mamá está en la casa, y cuando le pregunta si se siente mejor hoy, él sonríe, dice que sí y siente que está siendo honesto.
No piensa en el sentimiento de magia de la noche anterior, en lo absoluto.
🌠🌠🌠
Hay un parque al final del camino al que se le permite ir solo ahora que tiene ocho, siempre y cuando no esté lloviendo y lleve a alguien con él. Gemma ya no va con él, pero sus amigos de la escuela lo van a buscar a la casa a veces y van juntos. Hoy es así. Han pasado un par de días desde esos pensamientos malos y se siente mucho mejor ahora, así que cuando Sam, Tess y Greg van a su casa y le preguntan si quiere ir con ellos, dice que sí.
Aun así, una vez que llega ahí no está de humor para jugar. Nadie va a los columpios con él, porque están ocupados colgando boca abajo en las barras, y entonces otros chicos aparecen con un balón de fútbol y, por supuesto, empieza un partido. Harry sabe que es terrible para jugar, pero se une casi todos los días, porque es divertido incluso cuando termina tropezándose y cayéndose en el barro. Pero no juega hoy, sino que toma impulso en el columpio, hasta que empieza a sonar de manera alarmante y vuelve a columpiarse lentamente hasta detenerse. Observa el juego que toma lugar más allá, pero se queda donde está. Es silencioso. Es agradable.
Se baja el columpio, sus zapatos sonando en el pasto con barro. Mira a su alrededor y decide ir a explorar. El parque está a un lado del camino y una fila de casa a un lado, pero en el otro, detrás de la reja del parque, empieza una hilera de árboles. Va hacia ellos, trepando la reja y sólo ha dado un par de pasos hasta que está entre ellos. La tierra es más oscura aquí, húmeda y cuando mira hacia arriba, las ramas tapan el cielo.
A penas puede escuchar el juego desde ahí. Es como si estuviera en un mundo diferente.
Pasa cuidadosamente a través de las plantas y pretende que es un bosque de verdad. Se detiene y escucha. Sí, puede escucharlo ahora, el mago malvado que habita en el bosque viene a buscarlo. No sabe a qué es lo que se enfrentará. Harry empieza a correr de repente, sin atreverse a mirar atrás en caso de que eso lo ralentice y se esconde detrás de un árbol. Lentamente, mira para ver si todavía está siendo perseguido —y entonces saca las manos y le tira magia al mago, magia realmente poderosa, truenos y relámpagos. Eso le ensañará. Cuando la magia se despeja, el mago se ha ido y no hay nada ahí. Se saca el pelo sudoroso de la cara y sonríe. Nadie lo vencerá.
Pero —¡espera! ¡Algo más viene! Es más grande que el mago, es un monstruo. Harry corre y la cosa lo persigue. Necesita un lugar para esconderse, algún lugar donde no lo alcance, así puede hacer magia y derrotarlo. Mira a su alrededor, pero no hay nada —entonces, ve un árbol con ramas gruesas cerca del suelo, perfecto para escalar, y piensa bien.
Salta en la rama, resbalándose y cayendo, pero se agarra del tronco, trepando rápidamente a la siguiente rama porque necesita ser rápido o la cosa lo atrapará. Lo rodea de un lado, con cuidado y pisa una rama más alta que está un poco más allá, pero luego mira hacia arriba, buscando la siguiente rama y se detiene abruptamente. El monstruo se va de su mente.
Un niño está sentado en una rama. Harry está seguro de que es un niño real, no uno que pretende serlo. Sólo que— no se ve como ninguno de los niños que Harry había visto antes. Porque brilla. Se ve como si de su piel saliera una luz suave, y si Harry entrecierra los ojos —¿son esos colores en la piel del niño? Harry de repente piensa, mirándolo, que se parece al cielo.
(Además, no lleva ropa, pero a Harry no le importa. Anda alrededor de su casa desnudo casi todo el tiempo, especialmente en verano, así que lo respeta.)
Harry lo está mirando, incluso cuando sabe que eso es grosero. Es sólo que —nunca había visto algo así, incluso cuando ha hecho magia. Es muy lindo.
Sus ojos se encuentran con los del chico. Son de un encantador color azul y le toma a Harry un tiempo darse cuenta de que lo está observando directamente. Por la expresión en su cara, claramente no confía en Harry en lo absoluto. Mira cómo está aferrándose a su cuerpo y se da cuenta de que está tenso, como si estuviera dispuesto a salir corriendo.
"Hola," Harry dice, cuidadosamente, tratando de sonar tan amigable como pueda. "¿Quién eres?"
"¿Quién eres tú?" El chico pregunta.
"Mi nombre es Harry. ¿Y el tuyo?"
El chico parece extrañamente sorprendido por la pregunta. Vacila, y luego dice, con cuidado: "Louis." Suena extraño, sin embargo, como si no estuviera acostumbrado a decirlo en voz alta. Harry se pregunta por qué.
"Louis," Harry dice. "Genial. ¿Qué haces aquí?" Tal vez está jugando como Harry lo hacía. Tal vez, si lo estaba, podían jugar juntos. Harry inspecciona a Louis —se ve como de la edad de Gemma. Espera que eso no signifique que es lo suficientemente grande para jugar, como ella.
Louis parpadea. "Yo— no sé. Es sólo... yo— es mejor que allá abajo, creo." Frunce el ceño. "Olvídalo." Vacila antes de halar de nuevo, pero dice: "¿Qué haces aquí?"
Harry sonríe. "Estaba jugando. ¿Quieres jugar también?" Louis parpadea, y niega con la cabeza. Harry no puede evitar sentirse decepcionado. Le habría gustado jugar con alguien que se ve tan extraño y tan lindo.
"¿Por qué tu piel es así?" Pregunta, de repente. Es grosero, lo sabe, pero necesita saberlo. Louis frunce el ceño y observa sus brazos desnudos. Entonces, se encoge de hombros. (Harry también se siente decepcionado por eso —casi había esperado que Louis pudiera hacer magia también). Como una ocurrencia tardía, Harry añade: "¿Quieres algo de ropa? Puedes usar mi polera si quieres. Puedo andar sin ella." Louis niega con la cabeza de nuevo. Muy bien.
Harry vacila por un momento antes de bajar y sentarse en la rama. Apoya su espalda contra el tronco y ajusta su trasero hasta que está sentado de manera cómo, y está satisfecho de ver a Louis hacer lo mismo, incluso cuando se sienta tan lejos de Harry como puede y todavía se ve tenso. Ninguno de los dos dice algo por un tiempo. Harry mira a Louis, a la agradable calidez y brillo que viene de su piel y quiere tocarla sólo para ver si se siente tan bien como se ve. No lo hace, sin embargo, porque quiere que Louis confíe en él y si lo hace, probablemente Louis se marcharía.
En cambio, sólo lo mira y está tan atrapado en ello que no se da cuenta cuando esa calidez familiar empieza a crecer dentro de él. De hecho, sólo se da cuenta de que está haciendo magia cuando escucha un leve crujido y ve que las ramas más pequeñas de los árboles a su alrededor crecen, crecen y se acerca a Louis, tratando de tocarlo. Harry no puede evitar la forma en que su cara se pone roja.
Mira a Louis rápidamente, esperando que no se haya ido. Pero Louis no se ve alarmado en lo absoluto. Al contrario, mira a las ramas con curiosidad, y estira su mano para tocar una que está cerca, de manera gentil. Se retuerce, ante el cosquilleo de Louis. Harry está asombrado de ver la manera en la que la sonrisa de Louis crece lenta, lentamente —y luego mira a Harry, sonriendo aún, y le pregunta: "¿Hiciste esto?"
Harry sonríe, su cara aún caliente. Piensa que Louis le preguntaría cómo lo hizo, como todos los demás, pero en cambiado sólo dice: "es bastante genial."
"Gracias," Harry dice y lo dice en serio. Está aliviado de ver que Louis ya no está tenso, como si de alguna manera su magia lo hubiera hecho confiar en él, más que el hecho de que Harry estaba siendo amable con él. Eso nunca había pasado antes. Tal vez por eso se siente tan bien.
Hay un momento de silencio. Las plantas están quietas ahora. Louis se ve como si fuera a decir algo. Pero antes de que lo hiciera, Harry escucha gritos de su nombre, desde un lugar muy lejano. Louis se tensa de nuevo y no dice nada.
"Tengo que irme," Harry dice. No quiere que sus amigos vengan a buscarlo y está asustado de que Louis se vaya si lo hacen. Así que se baja de la rama rápidamente y salta hacia la otra, esperando salir de ahí, pero no puede evitarlo, se detiene y mira a Louis. Él lo observa. Harry realmente no le gusta la idea de dejarlo ahí solo.
"¿Louis?" Él parpadea. "¿Estás seguro de que estarás bien acá?" Louis asiente y no dice nada. A Harry no le gusta. "Volveré mañana. Lo prometo. Te traeré algo de ropa." Él asiente de nuevo. "Bien. Adiós, Louis." Espera en caso de que Louis quiera decir algo, pero no lo hace, así que salta a la otra rama y va hacia los árboles.
Está a punto de empezar a correr cuando escucha un: "¡Adiós, Harry!" Se da la vuelta y ve la cara de Louis asomarse entre las hojas. Harry se despide con la mano y Louis hace lo mismo, y cuando vuelve al parque todavía tiene una sonrisa en la cara.
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Harry no le dice a su mamá o a su hermana sobre Louis. En cambio, se dedica toda la tarde a pensar en qué le llevará mañana. Agarra una bolsa de la bolsa de bolsas de plástico en la cocina y va escabulléndose por toda la casa tomando cosas que Louis podría necesitar. Su camiseta más grande, pantalones cortos y un bóxer, bien doblados. Una botella de agua. Una pera, una manzana y dos barras de chocolate. Una almohada para que duerma y uno de sus cómics en caso de que se aburra. Lo esconde debajo de la cama y ni su mamá o Gemma sospechan algo. Esa noche va a la cama sintiéndose muy satisfecho consigo mismo.
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"¿Louis?"
En realidad no se ha escapado de la casa. Le dijo a Gemma que iba al parque con sus amigos. Sólo que el parque está vacío y en realidad no está en el parque de todas maneras, sino que entre los árboles, cargando su bolsa de plástico y llamando a Louis, tratando de encontrarlo. No ha tenido demasiada suerte.
"¿Louis? ¿Estás ahí?"
Harry busca entre los árboles, tratando de ver si puede encontrar a Louis entre ellos. La incomodidad empieza a instalarse en él. Quizá, Louis ni siquiera está ahí. A lo mejor ya se ha ido, o algo le ha pasado porque pasó la noche solo. O tal vez... tal vez Louis ni siquiera estuvo ahí, en primer lugar. ¿Quién sabe? Quizá Harry estaba muy atrapado en su juego que imaginó a Louis y pensó que era real.
"¿Louis?" Lo intenta de nuevo. Su voz suena temblorosa. Escucha, y entonces—
"¿Harry?" Una voz dice desde arriba. Está tan sorprendido que deja caer la bolsa.
Se apresura en recogerla y estira el cuello hacia todas direcciones. "¿Louis? ¿Dónde estás?"
Hay un ruido sordo cuando Louis salta de un árbol y aterriza en el suelo. Harry está tan aliviado de ver que está bien, de que nada le hizo daño cuando él no estuvo ahí. "Louis," dice sin aliento. "Estás aquí."
Louis sonríe ante eso, realmente le sonríe. Harry se siente aturdido. Es como mirar directamente al sol. "Viniste."
"Bueno, te lo prometí," Harry dice, frunciendo ligeramente el ceño. ¿Louis no estaba seguro de que vendría? Mira hacia abajo y recuerda la bolsa que tiene entre las manos. "Toma," dice, a tientas. "Te traje ropa, como te había dicho. No tienes que usarlas si no quieres, son por si acaso." Saca la ropa doblada, Louis se acerca y la toma, mirándolas con curiosidad. Las desdobla, sin embargo, y parece que le gusta, porque un momento después se está colocando la polera, y el bóxer junto a los pantalones cortos. Harry se siente aliviado cuando ve que la polera sólo le queda ligeramente apretada y los pantalones le quedan bien.
"Gracias," Louis dice. Mira la bolsa con curiosidad. "¿Me trajiste más cosas?"
"Bueno— por si acaso," Harry dice. "Te traje comida, un poco de agua en caso de que tengas sed, una almohada para que duermas bien y un cómic por si estás aburrido."
Saca todo de la bolsa y se lo pasa; lo considera por un momento y le pasa la bolsa también. Louis las mira con atención. Es como si nunca antes hubiera visto algo de eso, lo que es raro, pero Harry no quiere preguntas tantas cosas porque quiere asegurarse de que Louis se quede. Así que trata de explicarle todo, Louis asiente con seriedad y sigue todas sus instrucciones. Después de un rato, están sentados en el suelo, no tan cerca, pero mucho más de lo que estuvieron ayer. Louis bebe el agua y se come todo, ofreciéndole a Harry cada cierto tiempo. Le dice que lo que más le gustó fue el chocolate.
"A mí también," Harry dice y Louis le sonríe. No sabe por qué, pero Louis está sonriendo demasiado hoy, y es maravilloso. Se ve mucho más amigable que ayer y casi no está tenso. Harry se pregunta si jugará con él hoy, luego le pregunta de verdad y esta vez Louis se ve cauteloso, pero dice que sí.
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Louis es genial.
No es sólo el hecho de que se vea interesante, casi mágico. Sino que además es muy divertido. Harry está seguro de que no es sólo porque es mayor (aunque, en realidad, no sabe su edad), porque ninguno de los chicos más grandes con los que ha jugado, son así de buenos. Este es el mejor día.
Le explicó a Louis el juego y lo había entendido con rapidez, pero había sugerido: ¿por qué, en vez de que nos persigan, nosotros los perseguimos? Por supuesto. Harry no sabe por qué no lo había pensado. Ahora no es como si los estuvieran persiguiendo, ahora es una batalla. Y tiene a Louis de su lado. Fantástico.
El cabello de Harry está sudoroso y toda su ropa llena de barro. No le pone atención a eso, porque justo ahora está corriendo, chocando contra los árboles, esperando que Louis no esté tan lejos. Necesita concentrarse o se distraerá de la estrategia. Más allá, ve el árbol en el que se iban a juntar después de haber derrotado a los monstruos. (Esa fue una idea de Louis. Un grupo de monstruos en vez de uno es mucho más emocionante). Corre hacia él y se esconde detrás, jadeando. Louis ya está ahí, brillando mucho más que antes.
"Hola," Harry susurra sin aliento. "¿Los tuyos está muy lejos?"
Louis niega con la cabeza. "Los dejé ahí," susurra, haciendo gestos hacia los árboles. "No tenemos mucho tiempo."
Harry asiente. "Bien, estaba pensando que podría distraerlos, hacer mucho ruido y puedes correr detrás de ellos sigilosamente y eliminarlos."
Louis sonríe. "Genial." Cierra sus ojos, inclina la cabeza y escucha. "Ya vienen," dice, silenciosamente. "Bien, cuando yo te diga..." abre sus ojos de nuevo y mira directamente a Harry. "¡Ahora!"
Harry sale corriendo de detrás del árbol y hace ruido con sus pies deliberadamente, chocando contra todos los arbustos que pueda. "¡Oigan!" Grita. "¡Oigan, por aquí, mírenme!" Mira por sobre su hombro. Lo están siguiendo. Bien. Ve a Louis mientra se acercan 'mas y más y sonríe. Los monstruos ya sabrán quiénes son.
Gira una vez que los monstruos se acercan. Se detienen, pareciendo confundidos. Harry los enfrenta desafiante, moviendo sus manos a un lado para prepararlas para hacer magia. Ve a Louis detrás de los monstruos, no lo han visto. Louis mira a Harry, y él observa, entonces asiente.
Ahora.
Harry dispara relámpagos a los monstruos y Louis dispara su propia magia hacia ellos también y, en un segundo, eso es todo. Se acabó, los monstruos se han ido. Ganaron.
"¡Sí!" Harry grita y Louis lo hace también, Harry va corriendo hacia a él y alza la mano para darle los cinco. Él sólo parpadea, por lo que Harry, sintiéndose vertiginoso y valiente, se acerca a él, toma su mano y la choca contra la suya. Luego se da cuenta de que es la primera vez que ha tocado a Louis (se siente tan cálido y brillante como se ve) y rápidamente deja caer su mano, mirando su cara. No se ve preocupado, asustado o enojado, así que Harry le sonríe, todo sudado y emocionado por correr.
Va a abrir su boca para decirle a Louis lo genial que es cuando su estómago emite un ruido. ¿Ya tiene hambre? Sólo son— oh, espera. Harry mira el cielo entre las ramas y se da cuenta de que el sol es brillante y está mucho más arriba, lo que significa que es mucho más tarde de lo que pensaba, pero no puede estar seguro porque no tiene un reloj, nunca se preocupó en tener uno. Se pregunta cuánto tiempo ha estado ahí. Si no está en su casa para almorzar, Gemma probablemente lo irá a buscar. Y definitivamente llamará a su mamá. Eso no sería bueno.
No se quiere ir, sin embargo. En lo absoluto.
"¿Louis?" Dice, tentativamente. Él lo mira, sus ojos brillantes y azules. "Creo que ya me tengo que ir."
Cree que se ve decepcionado por un momento, pero entonces, sólo se encoge de hombros. "Eso está bien," dice. "¿Volverás?"
"Claro que sí," Harry dice de inmediato. ¿Louis todavía piensa que no volverá después de que jugaron hoy? Tal vez no se divirtió tanto como Harry. "¿Jugarás conmigo de nuevo?" Le pregunta, un poco avergonzado.
La cara de Louis se ilumina ante eso. Harry está aliviado. "¡Sí! Además," agrega después de pensar un momento, "deberías traer más chocolate. Era agradable."
"Lo haré," Harry dice, asintiendo. Vacila. "Adiós, Louis. Me gustó jugar contigo."
"A mí también," Louis sonríe. Genial. "Adiós, Harry."
Harry se da la vuelta y empieza a caminar de nuevo hacia el parque. Cuando llega a la reja, sin embargo, antes de escalarla, no puede evitar mirar hacia atrás y despedirse con la mano. Louis está justo ahí donde lo dejó. Se despide también. Harry ve cómo brilla y se siente bien, feliz, como si tuviera burbujas adentro.
🌠🌠🌠
Le toma una semana, pero después Harry decide que Louis y él en realidad son amigos de verdad.
Louis es fantástico, es ruidoso, divertido y rápido, y puede escalar árboles mucho mejor que cualquiera que Harry haya conocido, además que tiene las mejores ideas para jugar. Harry lucha con no decirle ni a su madre ni a su hermana sobre él, porque está asustado de que, si su mamá se da cuenta que va al parque solo, con alguien que no conoce, no lo dejará ir más, peri es difícil porque Louis es genial, hace las mejores cosas y Harry quiere que todo el mundo sepa sobre él.
Visita a Louis todos los días excepto el domingo, cuando su mamá los lleva a Manchester a visitar el zoológico. A Harry le gusta ahí, porque los animales son agradables y amistosos, y se ve que tienen suficiente espacio para jugar (una vez leyó un panfleto sobre los zoológicos que trataban muy mal a los animales y lo hizo llorar). Pero todo el tiempo que está ahí, no puede evitar preguntarse qué es lo que Louis estará haciendo, si estaba esperando que Harry fuera también, si está decepcionado. Le lleva a Louis más chocolate de lo normal al día siguiente para compensar que no fue.
Va al parque todos los otros días. Es más fácil cuando su mamá no está en la casa porque Gemma siempre lo deja ir y si le pregunta algo, son fáciles de responder. Es más difícil cuando su mamá está en casa, pero crea una nueva excusa todos los días y, hasta el momento, ha salido bien.
Y a Harry le encanta. Adora estar con Louis y jugar con él. Los juegos han evolucionado ahora, y tienen aliados como enemigos y ahora no están peleando para sí mismos; tienen un reino al cual proteger. Harry está agradecido de que siempre pelea juntos. Le gusta tener a Louis a su lado.
Además, Louis nunca lo trata como los otros chicos mayores a los que Harry ha conocido, los amigos de Gemma, los hermanos o hermanas de sus amigos de la escuela. Siempre está a su lado, nunca trata de mandarlo o como si fuera un niño pequeño. Le gusta jugar tanto como a Harry y siempre parece estar pasándolo bien.
También, Harry ha notado que a Louis le encanta cuando hace magia.
Pensó en eso la primera vez que se conocieron, cuando Louis parecía confiar en él cuando hizo que las ramas crecieran y lo ve ahora. Harry, por lo general, está muy concentrado en el juego como para hacer magia, pero pasa a veces, de todas maneras. Y tan pronto como sucede, Louis deja de jugar de inmediato para detenerse a mirar la manera en la que Harry hace que las flores florezcan, o cómo la tierra se mueve, o el agua brota de un árbol como una fuente. Las primeras veces, Harry pensó que lo hacía porque creía que era raro, pero entonces Louis se había girado y le había sonreído, brillando más que nuca y Harry pensó que no era eso.
Pero todavía le toma tiempo darse cuenta de que Louis también hace magia.
No están atacando a nadie, sino que se esconden ahora. Los magos han tomado de prisionero a un bebé y tienen que ser silenciosos si quiere escabullirse para rescatarlo. Están acostados en el piso, arrastrándose a través de la tierra tan silenciosos como puede, pero cuando casi están ahora, Louis salta de repente y empieza a correr. Harry quiere gritarle porque se escondieron por nada y se supone que no deberían jugar de esta manera, pero en el momento en el que Harry abre su boca, Louis se ha ido.
¿Qué?
¿Dónde está? ¿Sólo desapareció en el aire? Harry ya no se esconde y se coloca de rodillas, mirando a su alrededor. ¿Cómo hizo eso? ¿Dónde fue? ¿Qué pasa si ya no vuelve?
"¿Louis?" Lo llama, sin saber. No tiene respuesta.
Pero, entonces —Louis, de alguna manera, aparece a un lado de él, en un lugar diferente del que había desaparecido. Está sonriendo ampliamente y sostiene un bebé imaginario entre sus brazos. "¡Lo hice, Harry! ¡Lo tengo!"
Harry se apurra en levantarse y mira a Louis, atónito. Se inclina y toca su brazo para asegurarse de que realmente está ahí y entonces dice: "¿Cómo hiciste eso?"
Él frunce el ceño, bajando sus brazos. "¿Qué cosa?"
"Estabas ahí y después desapareciste, y ahora— estás aquí." Harry explica, haciendo gestos.
Louis parece darse cuenta de lo que está hablando. "Oh," dice. "No lo sé, sólo lo hice, pero es como lo que tú haces, ¿no? Cuando haces aparecer flores"
"Pero eso es diferente," Harry dice. "Yo no puedo—" Deja de decir cosas de repente, porque se da cuenta de algo. "¿Eso significa que también puedes hacer magia?"
Casi no ha conocido a nadie que pueda hacerlo. Le habló una vez a la chica que iba a su escuela, pero era mucho más grande que él, por lo que se sentía cohibido para decir más cosas y una vez su mamá lo llevó a una especie de reunión con otros chicos y sus padres, lo que fue divertido, pero dos chicos se pusieron a pelear y uno de ellos convirtió al otro en un zorro, así que no volvieron después de eso. Pero Louis haciendo magia es algo más. Tal vez Harry debería haberlo sabido ya, al ver esa extraña luz en su cuerpo. Pero si realmente puede hacerlo, es mucho mejor de lo que pensaba.
"¡Eso es genial!" Harry dice, emocionado. "¿Cómo funciona la tuya? ¿Pasa cuando quieres cosas también?" Louis se ve confundido, así que Harry agrega, "Deberías hablarle a tu mamá sobre eso, la mía me llevó a ver a una doctora y supimos muchas cosas. Tal vez te pueda ayudar también."
"¿Mi mamá?" Louis pregunta, mucho más confundido que antes.
"Bueno, no tienes que hablarle si no quieres," Harry dice. "Podría ayudar, pero tal vez no, no lo sé."
"¿Qué?" Louis dice. La emoción de Harry se desaparece un poco, y deja de mirar a Louis tan de cerca. Si Harry no supiera mejor, porque Louis es mayor y no hace eso, diría que está a punto de llorar.
Harry frunce el ceño. "Louis, ¿no tienes mamá?"
Louis se pone tenso de nuevo. "¿De qué estás hablando?" Se ve a la defensiva y enojado y Harry quiere saberlo con muchas ganas, pero la idea de Louis enojado con él le da miedo.
"No quería decir—" Dice. "Louis, por favor no te enojes conmigo. Sólo estaba tratando de ayudar." ¿Por qué estaba actuando así? ¿Por qué no quería responderle? ¿Qué tipo de magia puede hacer? Harry no lo entiende.
"Está bien," Louis dice, pero no lo está, porque no se ve amigable y está brillando más que antes, pero no de manera cálida como siempre, y a Harry no le gusta. Sin embargo, no dice nada después de eso, Louis tampoco, y sabe que ya no quiere jugar así que se va casi de inmediato. Incluso cuando no puede dejar de preguntarse sobre la mamá de Louis, o sobre su familia, y si por primera vez, si realmente está solo no sólo aquí, sino que en todas partes.
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Harry sabe del viaje a Whitby que su mamá ha estado planeado desde el principio del verano. Había esperado mucho por eso, porque no ha ido a la playa desde el año pasado y realmente es muy divertido. Pero desde que conoció a Louis, ha empezado a olvidar muchas cosas, como ver a sus otros amigos o al hecho de que técnicamente no tiene permitido sacar chocolate de la alacena sin preguntarle a su mamá primero. (Le dijo sobre eso hace una semana y ahora ha tenido que comprar a escondidas). Por lo que más o menos se olvidó del viaje, hasta que están comiendo su cena una tarde y su mamá les dice: "¡Van a tener que empezar a empacar pronto para el viaje!"
La cara de Harry se congela con un gesto. "¿Qué?"
"Whitby, tonto," Gemma le dice.
Su mamá mira su rostro y sonríe. "Está bien, Harry, no tienes que decirme que te olvidaste."
Harry siente que su estómago se aprieta. "¿Cuándo? ¿Por cuánto tiempo vamos?"
"Una semana, ¿no te acuerdas?" Gemma le dice. "Nos vamos en dos días, ¿no es así, mamá?"
Mira a su mamá para que lo confirme y ella asiente. "Así es, Gem."
"Pero—" Harry no puede decir nada. "¡No podemos irnos por una semana!"
"¿Por qué no?" Gemma le pregunta con curiosidad. Harry no dice nada.
"Harry, amor, ¿qué está mal?" Su mamá suena preocupada. Por un momento, Harry tiene muchas ganas de decirle, de contarle que no puede ir porque Louis realmente estará solo y, ¿qué hará entonces? Pero no lo hace. No puede. Así que solo niega con la cabeza y mira a la mesa, sintiéndose inútil, culpable y terrible.
🌠🌠🌠
Empaca un bolso extra grande para Louis el día antes de que se vayan, con agua, chocolate, un suéter y un abrigo para la lluvia. Se siente un poco tonto, pero toma el dibujo que hizo unos días atrás de Louis y él persiguiendo a un monstruo azul, lo dobla con cuidado y lo deja en el bolso. No quiere que Louis se sienta solo.
Se sentía muy mal decirle algo el día anterior. Tendrá que hacerlo hoy. Una sensación de temor lo agobia en todo el camino hacia los árboles.
El juego no es tan bueno hoy. No puede concentrarse bien. Cuando dejan de jugar, colapsando en el suelo, Harry puede sentir los ojos de Louis en él. Gira la cabeza para encontrarse con los suyos, parecen tener muchas preguntas.
De repente, Harry no lo soporta más. "Me voy a ir mañana."
Algo en Louis cambia. "Oh," dice. "Está bien," está en silencio por un momento, sus ojos se mueven para mirar el suelo. "¿Volverás?"
Harry frunce el ceño. "¿Qué? ¡Sí! Es sólo por una semana."
Louis se encoge de hombros. "Bien," dice de nuevo y ninguno de los dice nada por un momento después de eso.
Harry siente la necesidad de hacerlo. "Louis," dice. Él no lo mira, pero Harry sabe que lo está escuchando. "Le puedo preguntar a mi mamá si puedes venir con nosotros. Apuesto que diría que sí."
"No," Louis dice, de inmediato.
Harry no puede evitar sentirse mal ante eso. "Pero, ¿por qué?" Dice. "¿Por qué no quieres otro lado además de aquí?" Ve cuán tenso está Louis, pero está cansado de que no responda ninguna de sus preguntas y se siente caliente por dentro. "Quiero que seamos amigos de verdad, ¿por qué no quieres?"
Louis está de pie ahora. "Harry, sólo cállate, ¿bien? Sólo cállate." Brilla mucho, pero no se ve para nada amigable.
Harry siente que sus ojos empiezan a picar por las lágrimas. "¿Por qué no me respondes?"
"Sólo— sólo porque no, ¿bien?" Está a punto de gritar y él lo ha escuchado gritar, pero no es nada parecido a esto, nunca a él. De repente se siente menos enojado, sólo asustado. Trata de alcanzar a Louis, no obstante él se aleja. "Harry, déjame solo, ¿sí? Sólo déjame solo."
Louis se aleja y Harry se levanta, listo para perseguirlo. Pero antes de que pueda hacerlo, Louis se va, desaparece por completo y Harry no puede seguirlo.
🌠🌠🌠
Sólo pasa una semana en Whitby, pero se siente interminable, los días pasan y pasan y pasan. Harry se distrae con la playa, el viento y el mar durante el día, pero en la noche no puede dormir. Tan pronto cuando se acuesta, todo el cansancio desaparece y empieza a pensar. Como antes, con los malos pensamientos, sólo que ahora Louis está en ellos. Se pregunta qué está haciendo. Se pregunta si está solo. Se pregunta si le hablará de nuevo. Parece que no.
Vagamente se pregunta si Louis morirá también, algún día. Cuando antes podía imaginarlo claramente con Gemma y su mamá, con Louis es mucho más difícil. Él muriendo no parece estar bien. Es muy brillante.
Llueve durante todo el camino de regreso a Holmes Chapel. Es un largo viaje, más de tres horas y Gemma duerme todo el camino. Harry lo intenta, pero no puede. Se decide por mirar las gotas de lluvia en la ventana del auto, haciéndolas competir una contra la otra hasta que alguna pierde el camino y sólo las observa, pensando, pensando.
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La primera cosa que Harry quiere hacer cuando vuelva es visitar a Louis. Casi está a punto de preguntarle a su mamá si puede ir al parque cuando se da cuenta de lo terrible que sería esa idea, así que se va a su habitación de inmediato.
Al final, le toma dos días tener el coraje para enfrentar a Louis. Sam y Greg aparecen en su puerta y le preguntan si quiere ir al parque con ellos; al principio, entra en pánico, pero luego acepta. Juega fútbol con culpa por un tiempo hasta que no puede hacerlo y deja de jugar para sentarse en una banca mojada un poco más allá, pasa diez minutos enteros observando el suelo después de eso (Sam viene a preguntarle si está bien, él responde que sí, así que ella se va) antes de que finalmente se levante y vaya hacia los árboles.
Espera, al menos, caminar cinco minutos y llamar el nombre de Louis, si es que llega a aparecer. Así que, cuando da cinco pasos y mira hacia arriba, él está sentado en una rama justo ahí, Harry no tiene idea qué hacer.
"Hola," Louis dice, como si fuera la cosa más normal del mundo.
"Hola," Harry responde, porque no puede pensar en nada más. Louis no lo odia, ¿o sí? No hay manera de que Harry le pregunte.
Louis estira sus brazos sobre su cabeza y le sonríe. Su brillo es feliz y cálido, y no hay enojo en su cara. Harry nunca ha hecho magia en gente antes, pero se pregunta si ha pasado ahora. Tal vez querías que Louis lo perdonara con tantas ganas, que hizo que pasara. Pero no, no puede estar bien, porque no ha sentido la magia en toda la semana. Tal vez, Louis se había olvidado de eso. De cualquier forma, realmente parece feliz de verlo de nuevo y él no quiere cuestionarlo.
Así que se lanza hacia Louis y grita. "¡Agáchate!," porque un mago acaba de lanzarle un hechizo y no puede permitir que le llegue a ninguno de los dos, y por supuesto que Louis le sigue el juego, quedándose en el suelo hasta que Harry le susurra que el hechizo ya se ha terminado. Porque es lo que siempre hace y Harry sólo puede sentirse aliviado de que es algo que todavía puede hacer.
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Louis ya no está enojado con él. Harry lo sabe porque se lo preguntó una vez. Louis se queda quieto y dice: "¿Por qué estaría enojado contigo?"
Harry no lo presiona. Si se le ha olvidado, al menos todavía siguen siendo amigos y eso es suficiente.
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Ahora hablan, a veces. Juegan, claro que sí, todo el tiempo, pero a veces Louis colapsaría en el suelo y tiraría de Harry junto a él, se quedan recostados ahí (lo que hace que la mamá de Harry lo regañe por dejar la ropa llena de barro) o se sientan en una piedra contra un árbol. Y, entonces, Louis le pregunta cosas. Son cosas de todos los días, cosas que Harry casi consideraría aburridas, pero Louis escucha con atención todo el tiempo, casi nunca inquietándose o molestándolo. (Interrumpe mucho a Harry, sin embargo.) Cosas como, cómo se ve su casa, cómo funciona una lavadora o las historias que su mamá le cuenta antes de irse a dormir. Harry casi nunca le pregunta algo, porque recuerda qué pasó las otras veces que intentó que le respondiera. Trata de dejar que Louis le cuente cosa a su tiempo, pero nunca lo hace. Harry ni siquiera sabe cuántos años tiene.
Una vez, sin embargo, después de que Harry termina de describir los vestidos de su mamá con detalle, dice, tranquilamente: "Está bien si no tienes una mamá, sabes. Yo no tengo papá," tal vez Louis supo eso por su cuenta, porque Harry ha mencionado los papás de otras personas, nunca el suyo. De todas maneras, quiere que Louis lo sepa.
Hay una pausa. Entonces, Louis dice: "Yo tampoco."
"Oh," Harry dice. "Bien. ¿Tienes hermanas o hermanos?"
"No lo creo," Louis dice. Es una respuesta un poco extraña, pero no es eso de lo que Harry está preocupado ahora.
"¿Estás— estás solo entonces?" Harry pregunta con tranquilidad, porque no está seguro si Louis querrá escuchar eso. Él no lo mira y, por un momento, Harry está preocupado de que fuera a desaparecer.
Pero, entonces, lo mira y dice: "Te tengo a ti." Su brillo es un poco más fuerte cuando lo dice. Por alguna razón, Harry está aliviado.
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Harry pensó que había hecho un buen trabajo manteniendo en secreto sus visitas a Louis. Está casi seguro de que Gemma no sospecha nada, y piensa que su mamá tampoco, hasta que, un día, cuando le ayuda a doblar la ropa y ella dice, casualmente. "Así que, ¿por qué visitas tanto el parque?"
Harry está tan sorprendido que deja caer el calcetín que sostiene. "Um," dice. "¿Cómo?"
Ella ríe. "Me lo preguntaba, amor," dice. "Me he dado cuenta de que vas mucho ahí y hablé con la mamá de Sam ayer y me dijo que no jugabas mucho con Sam últimamente. Así que, ¿qué es lo que haces?"
No, no, no. No debería estar pasando. "Yo, um," dice y antes de que pueda inventar algo, balbucea: "Juego con mi amigo, uno que hice."
"¿Sí?" Su mamá dice, sonando interesada. "¿Quién es tu amigo con el que pasas tanto tiempo?" Al menos, no lo está regañando. Harry siente ganas de cruzar los dedos, sin embargo, por si acaso.
"Louis," dice cuidadosamente. "Ese es su nombre, es divertido."
"Louis," su mamá dice. "No puedo recordar si había escuchado su nombre antes. ¿Vive por aquí?"
Harry vacila. "No lo sé," dice, porque no sabe. Ni siquiera sabe si Louis vive en algún lado.
Su mamá se ve pensativa. "Bien, entonces," dice. "Deberías invitar a Louis alguna vez. Me gustaría conocerlo, suena agradable," le sonríe y sigue doblando una camiseta de Gemma, dejando a Harry pensativo, pero, más que nada, aliviado.
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"Mi mamá dice que puedes ir a mi casa a jugar, si quieres," Harry le dice a Louis al día siguiente. Han derrotado a los magos de nuevo y se han recostado contra un árbol, tratando de recuperar el aliento. Harry trata de hacerlo sonar tan normal como puede, pero su corazón late fuertemente en su pecho.
"Eso es muy amable," Louis dice, casualmente. Por un momento, Harry piensa que lo dejará ahí, pero luego dice: "¿Qué le dijiste de mí?"
Jugar con Louis es fácil, sencillo, pero cuando Harry le habla, a veces piensa que no puede decir nada. "Le dije que eras mi amigo," dice.
"Oh," Louis dice. Harry piensa que suena un poco aliviado. "Muy bien."
Harry se pone nervioso, y mueve su uña contra el árbol. "¿Vendrás?"
El brillo de Louis se atenúa un poco. "No lo creo," dice. Harry está a punto de preguntarle por qué, pero Louis dice: "Cuéntame más sobre Ben 10." Y lo hace y eso es todo.
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