Regresé a casa solo, muy triste y preocupado.

Todavía podía sentir sobre mi cuerpo tus ardientes caricias, Jungkook.
Tus besos deliciosos me estremecen de solo pensarlos.

La cagué.

Quería irme contigo.
Quería que me hicieras el amor y llorar de placer bajo tu cuerpo.

Pero la cagué.
Soy un imbécil.
Me dejé llevar por un impulso.

Sí, sí, Yoongi me gusta. Me gusta todo de él. Estar con él es un impulso incontrolable, pero estar contigo Jungkook, es una decisión.

¿Por qué entonces, hice lo que hice?

¿Por qué solté tu mano y besé a tu hermano?

Me odio por eso.
Estoy muy confundido.
Pero recibí mi lección.

Yoongi prefirió a su hermano antes que a mí y se fueron juntos.

¿Me dolió eso?
En el ego tal vez, pero no, no me dolió.

Me doliste tú. Tus ojitos tristes no me los puedo sacar de la cabeza.

Yoongi te eligió, ¿Por qué no puedo hacerlo yo?

Debería viajar, alejarme de ti y de tu hermano.
Olvidarme de ambos y mandar todo a la mierda.
Pero no puedo, porque me pasan cosas contigo Kook, cosas que no sé cómo manejarlas, cosas que no entiendo.

Mi camisa quedó impregnada de tu perfume y he estado toda la noche con ella entre mis manos.
Me calma.
Cuando siento la garganta arder de tanto llanto, tu perfume me serena y me baja a tierra.
Tengo miedo que tu olor se desvanezca en pocos días. Tengo miedo a que desaparezcan tus ganas de estar conmigo.

Mientras tanto mantengo la prenda cerca mío, como si fuera tuya, como si pudiera tener un pedacito de ti cerca de mí, nuevamente.

Qué iluso, después de lo de anoche sé que no ocurrirá, y me lo merezco.

Daría lo que tengo para decirte que me importas, que tú también me gustas, que quiero conocerte y que me conozcas.
Quiero saber qué te hace reír y con qué cosas lloras.
Quiero que sepas porqué me llamaron Jimin y cual es mi color favorito.

¿Eso hacen las parejas?
¿Se conocen tan profundamente los que se aman?
Nunca tendré nada así contigo Jeon Jungkook y me quiebra pensarlo.

No sé qué hacer, no sé, juro que no sé.

¿Otra vez Jimin?

¡No soy más idiota porque no practico!

¡Otra vez! Maldición, maldición, maldición.

Iba a caer de nuevo en tu telaraña, Jimin.

Me siento mal y con furia hacia mí. Por dejarme llevar por ceder ante lo que me haces sentir cuando te tengo cerca.

Es que ¿cómo te explico que cualquier defensa se me cae a pedazos cuando te veo?

No quiero olvidarme de esos besos Jimin, quiero besarte para siempre, pero, soltaste mi mano cuando lo viste a él, a mi hermano, a mi amado hermano…

Dos meses, solo dos meses y ya siento que quiero todo de ti, y tú no quieres darme nada.
No quiero ser el tercero en discordia.
No quiero que rompas mi corazón Jimin, aun estoy a tiempo de salir ileso de esta locura.

No sé nada de ti, pero puedo dibujarte un mapa perfecto de los lunares en tu espalda, puedo describir con detalles a qué sabe tu boca cuando jadeas mi nombre.
Y no me basta, juro que no me alcanza, quiero más, quiero todo de ti y te quiero todo para mi.

Quiero saber que ese Jimin que me escondes durante el día va enamorarme como el que me muestras de noche y a escondidas.

Quiero descubrirte y que me descubras.

Que ames mi alma y lo que soy como hombre… ¿Es tarde, verdad?
Empezamos mal, Minnie.

Necesito soltar.

Aún estamos a tiempo.

No somos nada, ni novios, ni amigos, ni nada de nada.

Te suelto, Jimin.

Te dejo ir.