Reposo, un antigripal con antipirético, beber mucha agua, alimentarse bien y no pasar frío.

—Gripe, Jungkook, una gripe común y corriente. Nada de qué preocuparse, amigo.

—Gracias SeokJin, me preocupé lo vi muy mal esta mañana. Temblaba como una hoja.

—Suele suceder cuando la temperatura es muy alta. Pero ahora cumplan con lo que dijo el médico de la empresa, yo estoy de acuerdo en todo.

—Gracias amigo, perdón por hacerte venir.

—Para eso estamos los amigos, ¿verdad? Para cuidarnos y estar cuando se nos necesita.

—Sí, sí, gracias —Lo abrazó fuerte.

—¿Y, Jimin es…? ¿Están juntos?

—Algo así. Nos estamos conociendo.

—Lo tenías bien oculto. Los amigos también están para enterarse de estos temas… ¿no?

—Es muy reciente, Jin. Ya te contaré detalles. ¿Tú cómo estás?

—Bien. Mucho trabajo, pero me apasiona, así que en ese sentido, muy bien.

—¿Y en el sentimental?

—Puff, bueno, indeciso, jaja —La risotada rebotó en cada pared.

—¿Por qué? Pensé que lo que tenías con Hanna era importante.

—Pero en el medio apareció Nam. Y ya sabes. Se me mueve toda la estantería cuando llega con sus ojos de dragón y sus preciosos hoyuelos. Mis defensas caen ante él, Kook.

—Ohhh, amigo, te entiendo ¡cuánto hace que no hablamos!

—Mucho. ¿Qué haces esta noche? Estoy libre de trabajo, de "novia" y de "novio fantasma" Jaja.

—Jaja. Calculo que estaré aquí cuidando a Jimin. Pero, ¿quieres venir? Podemos cenar y charlar.

—Me encantaría.

—Voy a consultar con Jimin porque es su casa y si él acepta te mando mensajito y confirmamos. ¿Ok?

—Perfecto.

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Jimin descansaba, había tomado la medicación recetada y solo restaba esperar a que los síntomas de la gripe, en algunos días, acabaran cediendo por sí solos.

Jungkook preparó una sopa que él llamaba "levanta muerto". Le dio de comer en la boca y se quedó a su lado mimándolo y cuidándolo.

—Kook, ve a hacer tus cosas, por favor. Ya estoy bien.

—No quiero irme. No hasta que estés bien del todo. Si me permites, por supuesto. No quiero invadirte.

—No me invades, me hace sentir muy bien que me cuides pero me siento culpable de que pierdas tu tiempo aquí…

—No pierdo el tiempo, Jimin. Cuidarte no es pérdida de tiempo. Me quedaré el tiempo que sea necesario.

—Gracias.

—No me agradezcas. En serio. Pero, quería preguntarte si esta noche puede venir mi amigo Jin.

—¿El médico que me vio recién?

—Sí. Hace tiempo que no hablamos y él tiene esta noche libre y pensé...

—Dile que venga, recíbelo como si fuera tu casa.

—Gracias, Minnie.

—¿Tú necesitas que también esté en la reunión?

—No, no. Creo que sería imprudente si dejas el reposo. Tú estarás en cama con ordenó el doctor.

Acarició sus mechitas rubias y le dio un beso en los labios.

—Noo. ¡Vas a contagiarte!

—¿Ya olvidaste donde estuvo mi lengua anoche, Jimin?

Lo abrazó ante su timidez y rieron juntos.

—Si voy a contagiarme por darte un beso, que así sea, no pienso dejar de hacerlo.

—Jungkook…

—¿Qué, niño?

—Perdón por lo de anoche. Por decirte que te quiero después del sexo. No debí incomodarte.

—No me pidas perdón por eso. Por favor. No me incomodó. Ni siquiera puedo explicar por qué me quedé mudo. Yo soy quién generó incomodidad.

—Bueno, es que cuando uno no siente algo, no tiene porqué fingir, Koo, eso es entendible.

—Jimin, si yo no sintiera algo por ti, no estaría aquí a tu lado, cuidándote y compartiendo contigo algo más que jadeos en la cama.

Jimin abrió enormes ojos.

—Hoy pude "verte" por primera vez, Jimin. Descubrirte entre el blanco de tus cosas personales significó tanto para mí que no puedo ponerlo en palabras. La ausencia de color entre tus cosas hace que tú brilles aún más, si eso es posible. Me habías contado que te gusta el blanco pero no sabía lo que eso significaba hasta que se reveló ante mis ojos.

—No entiendo.

—Pude ver una pequeña parte de ti. Esa que no muestras a nadie. Y no se trata de que me hayas dicho que te vistes de blanco para dormir. Se trata de que "te vi". Vi al Jimin que va a enamorarme y que será dueño de mi corazón en muy poco tiempo.

Jimin había formado un puchero con su boca y enredaba sus dedos en el borde del pijama con pollitos.

—Pude verte dibujado entre tus mantas, pequeño, mojado. Te vestí de blanco y me sentí privilegiado de saber lo que eso significa para ti. Aunque parezca un delirante, Jimin, eso me hizo sentir cosas más fuertes, que las que he sentido nunca.

—Jungkook...

—¿Es difícil de entender? Nuestro encuentro de anoche fue... Nunca me he sentido así con nadie y estos momentos a tu lado, conociéndote y cuidando de ti, me hacen saber que eres a quién he esperado siempre.

Tomó su rostro. Le dio un beso suave y delicioso…

—Jimin, te quiero.