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«Hace cuatro años»

La más joven de la pandilla, Wheein, se graduaba ese día, y en la noche se celebraría una fiesta en una casa no muy lejos de su taller. No era de ir a fiestas de adolescentes, en ese tiempo Moonbyul recién cumplía sus veintidós y no confiaba en nadie luego de haber pasado cuatro años en prisión.

Para recobrar un poco de libertad, sus colegas le habían invitado a esa fiesta.

Durante toda la celebración mantuvo un perfil bajo, tomaba solamente cerveza y cuando estaba demasiado hastiada del ambiente salía de la casa y fumaba.

Ella daba por fraude esa fiesta porque aunque sus colegas le hacían plática y le alentaban a bailar con equis chica, Moonbyul estuvo siempre en negación pensando en que ya no estaba para eso, tenía otras cosas en mente, o así fue hasta que una chica loca en minifalda, camisa blanca, corta, desabotonada y con una corbata se subió a una mesa y empezó a bailar como si fuese lo último que haría en su vida.

Todos estaban eufóricos por la muchacha y con mucha razón, porque la joven se movía como toda una profesional captando la atención de todos y también la de Moonbyul, definitivamente fue lo más entretenido que había pasado durante la noche.

Ese trasero, esa cintura, la separación de sus pechos que se veían por la abertura de la camisa cuando la corbata se le movía, definitivamente no había visto algo tan sexy como eso.

No se expresó con nadie respecto a la chica. Solo la vió moverse demasiado bien, y una corriente le llegó hasta la entrepierna cuando la chica se puso en cuatro avivando los gritos de la gente.

Suspiró pesadamente mirando a otro lado. Se veía muy joven, así que estaba descartando que la chica tuviera dieciocho siendo parte de los graduandos. Fácilmente le hubiera preguntado a Wheein pero no era de esas que contaban a sus amigos los ligues o las chicas que le interesaban. Lo peor era que estaba muy cargada por culpa de ella.

Cuando volvió a verla, a Moonbyul una leve sonrisa se le escapó pero tomó de su cerveza para disimular lo que le había fascinado esa imagen. Otra chica había subido a la mesa para levantarle la minifalda a la bailarina, dejando ver una tanga de hilo que por supuesto, dejaba ver sus redondas y blanquecinas nalgas.

La otra joven la tomó del cabello largo y castaño mientras le daba nalgadas, todo eso sin parar de reír entre ellas y los demás gritando ante el espectáculo. Moonbyul estaba excitada, pero si tenía que descargarse con alguien no podía ser esa chica con apariencia menor de edad, por más que quisiera hacerlo se seguía negando a preguntarle a Wheein.

— Joder, que buena está — Llegó Wheein a su lado mirando hacia la mesa del momento.

Seulgi que llevaba todo ese rato al lado de Moonbyul solo pudo asentir.

— Se nota que tiene a todos deseándole— dijo Seulgi luego de unos segundos.

— Ella es así, calienta a todos y al final no hace nada — decía Wheein por encima de la música — Tengo un amigo, Tae, estuvo tanteando el terreno por un mes, le dijimos que era difícil porque no la veíamos seriamente con nadie, el bobo pensó que podía lograrlo — hizo una pausa porque empezó a reírse — Iban a verse en su casa, verían una película y según él saldría coronando pero no, hermanas, Solar lo dejó caliente, le dijo "vengo enseguida" y nunca volvió.

Seulgi y Wheein reventaron en risas.

Solar.

Ese nombre se lo quedó en su mente, y sí, la chica tenía pinta de ser así como la describía Wheein, aunque Moonbyul la definiría más como: irresistible.

— Tae cerraba los ojos cuando la veía por el pasillo de la escuela, no quería caer de nuevo — seguía contando Wheein entre risas.

Moonbyul escuchaba como continuaban riéndose, contando otras anécdotas de Solar y de la amiga de esta, Irene, que estaba junto a ella en la mesa y a la que Seulgi mostraba interés. Moonbyul volvió a echarle un vistazo a ese cuerpo tentador, que ya no estaba en cuatro pero se había quitado la falda y bailaba de rodillas sobre la mesa. La chica se dió la vuelta y Moonbyul nuevamente se perdió en el hilo de su tanga.

No podía ser cierto que una chiquilla le pusiera así, y no le quedaba de otra que ir al club a visitar a Dahee, su compañera sexual sin compromiso que visitaba cada siglo.

Se dio cuenta que otras personas estaban fumando dentro de la casa así que ella se llevó el cigarrillo a sus labios y lo encendió. Cuando alzó la vista para ver nuevamente ese cuerpecito, la chica cambió de posición y ahora estaba de frente. Moonbyul suspiró pesadamente el humo viendo ese abdomen, el encaje que tapaba el inicio de su feminidad, su cintura, volvió a recalcarse, esa cintura tenía pinta de que había sido diseñada para posar fuertemente sus manos sobre ella.

Quiso ver el rostro de la chica, había pasado por alto eso estando tan embelesada en su cuerpo, la joven tenía los ojos cerrados y mordía su labio fuertemente en un claro gesto sexual.

De un momento a otro Solar abrió sus ojos y se encontró con esa desconocida mirada en la penumbra. Moonbyul llevó su cigarrillo a la boca para terminarlo en una sola halada y no le apartó la mirada.

Solar empezó a mover la cintura inspirada en esos ojos que la admiraban y hacerla disfrutar el espectáculo. Notó deseo en esa mirada, que le encantaba cómo se movía y eso hizo a Solar medio sonreír durante su baile. Volvió a clavar sus ojos en la persona desconocida y esta vez vió como Moonbyul se llevaba la botella a los labios sin apartarle la mirada.

Debe ser de alguna pandilla, pensó Solar.

La marea se calmó cuando otra chica quiso participar en el alboroto y Moonbyul vió que Solar se bajó de la mesa, se colocó su falda y caminó hasta la cocina con la mirada de algunos chicos encima.

Lo pensó. Dos, tres, cuatro minutos, miró hacia la puerta de la cocina y miró a su alrededor, tal vez tendría consecuencias, pero una sensación extraña, además de lo cargada que sentía su entrepierna la estaban impulsando.

Sí, definitivamente quiero posar mis manos en esa cintura y atraerla a mi con mucha fuerza.

No le dijo nada a Seulgi, que era la única que se quedó junto a ella embelesada con la otra chica que seguía en la mesa y agradeció que ésta no le preguntara nada cuando estaba realmente urgida y le arruinaban sus movidas.

Caminó hasta la cocina, no tenía manija la puerta así que entró como si nada, no vió quienes estaban ahí pero de reojo sabía que estaba la tal Solar con otra joven tomando tragos como si fuera agua.

Ambas se callaron cuando Moonbyul entró; abrió el refrigerador y tomó una de las cervezas. En lo que la sacaba pudo notar que alguien salía de la cocina, cuando cerró el refrigerador Solar la miró con curiosidad recostada del fregadero.

La tenue luz azul de la cocina hizo todo más tenso y misterioso.

Iba a darse la vuelta desinteresada para salir de ahí hasta que la escuchó.

— No te había visto por aquí — habló la castaña y Moonbyul pensó que esa chica no podía tener otra característica más sensual. Su voz no era de una niña, era profunda y melodiosa.

Ya entendía el porqué de tanta altivez. Todo en ella era sensual.

— He estado por fuera un tiempo — dijo omitiendo demasiados detalles como lo era el haber estado en prisión.

Solar la miró curvando minimamente la comisura de sus labios, plantó sus manos en el respaldar del fregadero y se impulsó para subirse a él.

Moonbyul notó el truco, pero no caería, no le miraría como lo estaba haciendo antes mientras Solar bailaba, sin embargo no le apartó la mirada en ningún momento de sus ojos. Sí, la deseaba, pero no se dejaría engañar.

Si lo que quería era jugar, estaba con la persona equivocada.

— Ah — respondió como si se acordara de algo — Soy Solar — Moonbyul abrió la cerveza y tomó un trago.

Por otro lado no sabía qué decirle; en las situaciones donde iba a estar con una chica no hacía falta hablar porque había crecido en ese mundo donde pagaba para eso y listo, algo sucio, pero esto sin duda era algo nuevo para ella, y se sentía ridícula.

No era una novata con las mujeres, así que procedió, y en tal caso si la chica jugaba con ella, iría con Dahee.

— ¿Te importa si fumo? — le preguntó sacando otro cigarro, Solar negó.

Unos chicos entraron a la cocina y miraron algo extrañados a Solar, además de dedicarle una mirada llena de lujuria. Empezaron a hablar tonterías y a tontear con ella sin importar la presencia de Moonbyul, quien solo se dedicaba a disfrutar de su cigarrillo.

— Oye, tú me debes algo pequeña tramposa— le decía un chico a Solar, acercándose minuciosamente a ella.

— Era ese día o nunca y tu amiguito... — le miró la entrepierna — eligió nunca— se burló Solar apartando la mano que el chico había colocado en su muslo.

— Pero no hacía falta contárselo a toda la puta escuela.

— Yo no conté nada, ellos solo adivinaron— se rió ella.

Al chico no le hizo ninguna gracia que Solar se burlara de él. Era uno de los que le rogaban día y noche a Solar por un acostón y a la hora de la preparación, el chico jamás tuvo erección. Ella solo le había contado brevemente a sus amigas que "lo habían dejado para después" sin involucrar al tipo a un escándalo pero el rumor se transformó radicalmente quedando sorprendida por las diferentes historias que mencionaban.

— Tal vez no fuiste lo suficientemente caliente para levantarlo — dijo el chico haciendo que sus otros dos amigos bufaran en burla.

A la castaña en cuestión de un segundo se le deformó el rostro. Mostró una expresión diferente a la traviesa chica que vio Moonbyul afuera, estaba seria, Moonbyul supuso que un movimiento en falso o una palabra más por parte de los otros y Solar perdería el control con lo enojada que se veía.

Tenía un aire de: "Di algo más y verás"

Moonbyul se echó a reír rompiendo el silencio. Para mala suerte de ellos, no estaba en el mejor de los papales esa noche, no tenía planes de hacer amigos ni mucho menos dejar que un par de niños le arruinaran sus asuntos.

Negó con la cabeza en plan lastimero aprovechando que había captado la atención de todos.

— Saben... — dijo con un hilo en su voz sombrío — No tolero las faltas de respeto — se alzó la sudadera gris y lentamente sacó del borde de sus jeans una G19. Tenía muchas ganas de disparar, su mano picaba con esas ganas de sangre en sus manos pero no estaba para eso, no luego de cuatro años.

Los chicos no parpadearon ningún segundo, uno de ellos se sacó el arma también y era algo que Moonbyul sabía, lucían de calle y eso la llevó a arreglar ese asunto a punto de amenazas, como mejor lo sabía hacer.

— La fiesta, realmente estaba siendo un asco, estaba por irme pero repentinamente me empezó a gustar — habló insinuando en la aparición de Solar en la fiesta, despreocupadamente revisaba la cantidad de balas que tenía. Casi siempre los jóvenes que están iniciando en ese mundo no llevaban balas consigo, así que ese acto de ver su calibre como diciéndole a ellos que estaba realmente armada, le mostraba inmediatamente la actitud de los otros como que: el chico de la pistola se veía ahora nervioso cuando se dio cuenta que Moonbyul no bromeaba — Entonces, no hagan que esto acabe muy mal, yo a lo mío y ustedes a lo suyo.

Esta vez miró directamente hacia el tipo que en principio estaba con Solar. Él no le apartó la mirada y cuando vio que uno de sus amigos estaba dispuesto a irse, lo detuvo mientras habló.

— No sé quien diablos te creas pero no puedes venir a decirme qué hacer.

Moonbyul suspiró, realmente se estaba conteniendo.

— Y no te metas en esto, esta zorra dijo que haría algo y vine a recordarle lo que... —  sin sopesar alguna consecuencia Moonbyul tiró del gatillo y le disparó en la pierna para que se callara.

Realmente le sacaban de quicio los novatos.

Vió que el chico que estaba armado alzó la pistola y tampoco dudó en dispararle en la mano para que la soltara.

— ¡Joder! — se quejó del dolor.

— Bueno, ya que me arruinaron la noche — sacó dos cervezas más del refrigerador mientras el otro amigo salía corriendo, probablemente a llamar a alguien aunque era obvio que toda la fiesta había escuchado los disparos.

— Evitemos meter a la ley en esto — le decía a los dos del piso — Si son tan malvados los estaré esperando para arreglar esto como personas... civilizadas.

Moonbyul se tomó su tiempo, guardó su arma y salió con las dos botellas en mano como si nada. Fuera de la cocina era un escándalo, y aquello le dio risa.

Caminó hacia su auto, a pesar de que algunos huían de la posible llegada de los policías, ella prefería no pensar mucho en eso y disfrutarlo. Cuatro años sin sentir esa adrenalina, cuatro años sin disparar, el olor a polvora le hizo recordar de dónde venía. No le gustaba quitarle la vida a las personas, a menos que fueran una amenaza para su vida, pero eso solo pasó una vez y salió mal.

Recordó a Eric, su amigo por el que pagó cuatro años.

Luego de caminar las dos cuadras donde estaba parqueado su auto, tiró la botella que consumió en el camino y se dirigió a la puerta del piloto.

— ¡Oye! — miró hacia la vereda por donde había llegado y se sorprendió cuando vió quien le alcanzó — Me voy contigo.

Arrugó sus cejas mirandola confundida. Después de haber disparado se iba a ir con la persona menos adecuada.

¿Está loca?

— No te lo recomiendo — le dijo Moonbyul abriendo la puerta y en automático las demás puertas quitaron el seguro dándole vía libre a Solar de subir también.

— Ellos no dirán nada — le aseguró sentándose muy a gusto y poniéndose el cinturón — Son unos llorones que se creen matones.

Moonbyul cuando introdujo la llave en el coche no pudo evitar mirar las piernas de su nueva copiloto. Lo encendió y salió a la carretera ignorando los comentarios de la otra.

— Ve al Hello Street — le ordenó Solar y Moonbyul se preguntó si tenía ahora cara de taxi.

No iba a hablar, de hecho ya había perdido el interés desde que esos novatos se las dieron de malotes. Sin embargo, Solar estaba dispuesta a todo. Podría decirse que la actitud de Moonbyul le encendió algo, además de lo sexual, era un no sé qué, pero desde que captó esos ojos mirándola durante el baile una llama de pasión le surgió. Nunca había visto a alguien como ella. Muy madura, peligrosa, poderosa.

Moonbyul le hizo caso, la dejaría en su casa y luego podría irse a la suya, en tal caso de que se animara iría con Dahee, pero lo dudaba.

Cuando se acercaba a la calle, frunció las cejas. Era una calle desierta, solo habían unas tiendas pero estaban cerradas y frente a ellas había un terreno con hierba alta, si acaso dos faroles, uno al inicio de la calle y otro al final dejando a oscuras el medio.

Moonbyul la volteó a ver con cara de pocos amigos.

— Qué — dijo Solar ante la mirada de Moonbyul — ¿No querías pasar el rato?

— Tus amigos me quitaron las ganas.

— No seas aburrida — se quejó con voz divertida.

Moonbyul lo pensó un rato, mirando por las ventanas, luego el cielo, suspiró, abrió la cerveza y bebió, puso nuevamente en marcha su auto y lo estacionó a lado de un arbol que se encontraba entre una de las tiendas cerradas y el terreno oscuro.

Dejó la cerveza en el portavasos y echó todo el asiento hacia atrás, una clara señal de permiso. Solar con una sonrisa se quitó el cinturón de seguridad y se levantó sobre el asiento enviando su mano hacia el botón del pantalón de Moonbyul.

Pero Moonbyul le agarró las manos deteniendo la acción.

— ¿Cuántos años tienes? — preguntó.

— Diecisiete — Moonbyul apartó las manos de su entrepierna con mala cara — Espera, espera, cumpliré dieciocho en febrero.

— No te creo.

— Pues mira — Solar buscó en su bolso su carnet de identificación y se lo mostró. Moonbyul leyó atentamente la fecha y además el nombre real de su acompañante.

Eran solo tres meses pero podía pasar cualquier cosa en ese tiempo.

— No quiero problemas con la ley.

— Pero ¿Cuántos años tienes tú? ¿50? — se burló Solar volviendo al cierre del pantalón — No te preocupes, en serio...

Moonbyul la dejó desabrocharlo, viendo esas manos femeninas sacar su miembro semi erecto. Solar disimuladamente ahogó un grito de entusiasmo cuando lo tuvo en su mano y Moonbyul solo se relajó lista para el espectáculo. Recostó por completo su espalda y pasó su mano derecha por atrás del asiento del copiloto para sostenerse.

El contacto fue inmediato. Sintió como le succionaba de forma descuidada y un poco brusca, Solar trataba de pasarlo todo al fondo de su garganta pero medio que lo retiraba con arcadas. Moonbyul sonrió, la castaña no tenía idea de como hacerlo bien, pero, tampoco la detuvo. Pasaron unos minutos y Moonbyul se terminó la cerveza que había dejado antes a un lado, apartó a Solar por los hombros y la agarró de la mandíbula para analizar su rostro sonrojado.

Es linda.

Pásate para atrás — le ordenó Moonbyul decidida a culminar la noche bien.

La joven enseguida se pasó para el puesto de atrás y Moonbyul fue tras ella después, se sentó y se dio cuenta que la chica observaba con un poco de timidez su miembro.

— Arriba — le dijo Moonbyul y Solar se abrió de piernas sobre ella — ¿Estás bien? Parece que vas a llamar a la policía en cualquier momento.

Medio sonrió la castaña y Moonbyul vió duda en sus ojos. Entonces se dió cuenta. No podía ser verdad lo que estaba pasando.

— Bueno, es que es la primera vez que haré esto.

Sí, era verdad.

Moonbyul repasó los crímenes que llevaba en una sola noche: le disparó a dos chicos en una fiesta, estuvo con una menor de edad y encima vírgen, bueno, lo último específicamente no era un crimen.

Ella no sabía qué decirle sinceramente, no estaba para cariñitos, ni palabras bonitas, así que solo dejó que Solar se calmara un poco y dejara los nervios. Tal vez la confianza entre ellas andaba muy lejos porque eran unas desconocidas pero tampoco se quedaría toda la noche esperando, normalmente en esa situación primero se exploraban sus cuerpos así que Moonbyul queriendo ayudar a eliminar ese ambiente tenso que se creó, ella misma empezó a estimularse logrando que Solar bajara la vista a esa acción. Solar jamás pensó que ese miembro pudiera crecer más luego de la estimulación que le había hecho, pero quedó sorprendida.

— Baila como lo hacías en la fiesta — le pidió Moonbyul.

Solar empezó a moverse en un vaiven tortuoso, apoyándose en el respaldar del asiento por encima de los hombros de Moonbyul.

— ¿Así?

Moonbyul asintió y no se aguantaba más, le levantó la falda hasta dejarla toda enrollada en su cintura. Miró su pecho en busca de sus senos y los masajeo por encima de la camisa; le quitó la corbata desaliñada que cargaba en el cuello, y bajó para pasar sus manos por la cintura y su abdomen.

Todo era excitante en ella.

Solar detuvo sus movimientos estando realmente caliente por los toques de la otra.

— Quita esto — le pidió Moonbyul que quitara la camisa. Obedeció desabrochando lentamente cada botón con la punta de sus dedos y abrió lentamente la camisa dejando al aire sus pechos.

Todos sus movimientos parecían ser un baile erótico en cámara lenta.

Moonbyul se saboreó y se inclinó hacia ellos para chuparlos directamente. No se iba a ir con rodeos de primera vez ni mucho menos a que fuera romántico cuando la situación para nada lo parecía. Jugó con las tiras de la tanga mientras escuchaba a Solar respirar pesadamente dejándose llevar por la boca que tenía encima comiéndose sus senos.

Solar se echó hacia atrás para separarla y sin ningún aviso besó a Moonbyul. Un beso brusco pero decidido. Moonbyul le siguió la corriente, dejando que la castaña le enredara los dedos en su cabello con tal de acercarse más, la dejó rozarle la lengua y el movimiento inconsciente de las caderas de Solar hacia su erección le avisó que ya estaba lista y ese momento de duda había sido borrado por la lujuria.

Quedó satisfecha cuando Solar tomó su miembro y empezaba a acercarlo a su entrada aún con movimientos precisos. El espacio en su coche era limitado así que empezó a prepararla así sentada.

Dejó de besarla y Solar recostó su mejilla en el hombro de Moonbyul sin dejar de moverse como buscando alguna forma de encajarse. Enredó sus brazos alrededor del cuello de Moonbyul y se levantó minimamente sobre sus rodillas.

Moonbyul aprovechó eso y guió su miembro a la entrada haciendo a un lado la ropa interior de la otra. Paseó la cabeza por toda la zona y también con su otra mano empezó a estimularla para que se relajara.

Paciencia, pensó al borde de la locura. Estaba en llamas, su piel y la de Solar estaban sudorosas y eso que era el comienzo.

Continuando con la estimulación, colocó el miembro en la entrada y elevó sus caderas suavemente sabiendo que la castaña no se atrevería a bajar ella misma. Cuando entró el glande, Moonbyul escuchó a la par de su oído el quejido que ahogó su acompañante contra su hombro, sintió como le apretaba contra ella en busca de resistencia.

Era un gemido suave, las respiraciones las sentía en su cuello y hasta eso, Moonbyul lo encontró tremendamente sexy.

Con la mano libre la tomó de la cintura para invitarla a seguir bajando, no dejó de estimularla en ningún momento hasta que Solar se separó de ella para ver la unión entre sus cuerpos.

— Muevete — le pidió a Solar, quien se agarró de sus hombros y empezaba a subir y a bajar solo con esa mínima parte dentro de ella y resistiendo la incomodidad.

Moonbyul la observó detenidamente, el gesto de dolor, el sonrojo, lo mínimo que podía ver con la escasa luz de afuera.

Poco a poco ella misma fue descendiendo mientras Moonbyul fijó su vista en ese movimiento de cintura que la estaba hipnotizando con esos leves quejidos dolorosos que soltaba cuando se dejaba llevar por la excitación y bajaba de golpe un poco más.

En tanto Solar estaba echa un lío mental, la saliva se le volvió agua con las sensaciones que estaba teniendo, un escalofrío le recorrió toda su espalda cuando sintió caricias de Moonbyul en su cintura. Miró a Moonbyul a los ojos y de un solo golpe bajó lo que faltaba, no pudo contener el grito de dolor sencillamente porque le había dolido demasiado, se retorció un poco ya estando sentada completamente y volvió a quejarse con un minucioso movimiento de cadera que hizo Moonbyul para asegurarse de que estaba todo dentro.

Moonbyul sonrió orgullosa.

Solar trataba de respirar calmada pero no podía, tenía que respirar por la boca porque se sentía muy sofocada a pesar de que los vidrios estuvieran abajo y empezara a hacer frío.

Sin más, Moonbyul empezó a mover sus caderas para que la otra saltara y así lo hizo luego de que se preparara mentalmente, tomó a Moonbyul de los hombros y se aventuró a ello que tanto le hacía ilusión pero que ninguno de los tipos con los que se metía habían cumplido sus expectativas.

Moonbyul sí, y se alegraba de no equivocarse respecto a su primera vez. Y mientras ella se enfocaba en aguantar, Moonbyul estaba embelesada viendo entre la oscuridad esa gotita de sangre que había llegado hasta el nacimiento de su miembro. Como pudo buscó en sus bolsillos el paquete de cigarrillos y se llevó uno a la boca sin encender.

Solar continúo subiendo y bajando con cautela a no golpearse y acostumbradose pero no duró mucho en eso porque luego de la peor parte Moonbyul sentía que ya podía desatarse. Repentinamente detuvo los movimientos de Solar y le besó los pechos alzandola por la cintura.

Solar bufó en desaprobación cuando sintió que Moonbyul salió de ella.

Se levantó, se apoyó sobre su rodilla en el asiento y movió a la castaña para que se pusiera en cuatro mientras le quitaba con brusquedad las bragas. Puso su mano en la espalda de Solar para que su pecho se recostara en el asiento mientras dejaba al aire su trasero.

Hermoso trasero, Moonbyul le sobó las nalgas con morbo y rudeza. Solar se aferró al asiento sospechando que ahora sí Moonbyul no tendría compasión con ella.

Su actitud en la fiesta se lo demostró, bastó con una mirada para darse cuenta que Moonbyul mal polvo no era.

Moonbyul encendió su cigarrillo y lo dejó en su boca para llevar su miembro a la entrada de Solar, la escuchó quejarse muy bajito mientras entraba aún con dificultad. La tomó de la cintura y sin contemplación  empezó a darle embestidas fuertes y certeras. No era tierna, no daba caricias, no le importaba escuchar esos quejidos de dolor pero que ya luego eran más fuertes pareciendo gemidos que Solar intentaba controlar agarrándose fuerte del asiento.

Moonbyul la soltó de la cintura y mandó una mano al respaldar del asiento en donde estaban para impulsarse con él, con la otra mano agarró su cigarrillo soltando el humo mientras veía como entraba y salía de Solar.

Agarrándose fuerte del asiento empujó con mucha mas fuerza contra ella al punto de escuchar su centro encharcado.

Bajaba, subía, y volvía a bajar la velocidad, en eso se la pasó hasta que terminó su cigarrillo y se dejó caer no del todo sobre la espalda de Solar. Le agarró de sus pechos para empezar unas embestidas más rápidas que las anteriores.

— Que buena estás — le dijo en su oreja con voz gruesa apretando sus senos. Solar gimió y Moonbyul se llenó de orgullo viendo como la tenía, desde arriba podía ver que la chica estaba sonrojada a más no poder, era un escándalo de sonidos: jadeos, gemidos, chasquido de dientes; y también vio que unas gotas de saliva se le escaparon de los labios y caía en el asiento.

Moonbyul volvió a aferrarse a la cintura de Solar y unos cuantos movimientos más sintió el orgasmo de la castaña. Se movió lento ayudando a que lo sintiera con más énfasis mientras la otra seguía temblando. Cuando se detuvo, salió de ella y la volteó boca arriba, abrió sus piernas aun estando en ese minúsculo espacio del coche y vió el desastre de la entrepierna de Solar.

Empezó a masturbarse bajo la mirada perezosa de Solar quien definitivamente sentía que se había ganado la lotería, sentía que todo era como una película para adultos en 3D.

Moonbyul miraba todo de ella, sus pechos, su feminidad, su abdomen plano que bajaba y subía tratando de buscar aire. La miró a la cara y Solar le sonrió coqueta por lo que estaba haciendo. Moonbyul le abrió más las piernas luego de esa sonrisa y se derramó en su entrada.

Solar pensó que ese era el fin. Moonbyul dejó que la última gota cayera y la calentura le volvió cuando se dió cuenta de que este lado le gustaba más. Podía ver sus senos, tomarla de la cintura, definitivamente ese pensamiento la encendió.

Sentía que también se le estaban durmiendo las piernas pero no iba a detenerse.

Entró nuevamente en Solar sin juego previo puesto que la humedad en el centro de la otra bastaba como para tres rondas más. Solar se sobresaltó ante la fuerza pero se aferró a los muslos de Moonbyul conforme las embestidas subieron de tono.

Esta vez Moonbyul se derramó en su interior y Solar quedó mucho mas empapada y con los pechos marcados.








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