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Yoongi galopó rodeado solo de arboleda y pastizales. Jaebum lo acompañaba en esta ocasión. Generalmente solía hacerlo Taehyung, pero el joven se encontraba muy atareado últimamente y la noticia de que compartiría cuarto con un extraño no le sentó muy bien. Él no se quejó ni mucho menos, pero el príncipe se percató inmediatamente del descontento en su persona.
A medida que se acercaban a destino el bosque se volvió más denso y de difícil acceso. Solo quedaba desmontar y caminar una distancia relativamente corta. En las numerosas veces que el príncipe recorrió el mismo camino siempre le abrumaba el sentimiento de ansiedad cuando la tienda en medio del bosque aparecía en su rango de visión.
Nurbanu era un sabio, un brujo, un oráculo, recibía muchos nombres a conveniencia. Sus predicciones eran exactas y el conocimiento sobre ciencias y astronomía aran admirables. Nadie sabía cuánto tiempo llevaba allí, resguardándose en el pequeño cuarto tras la tienda, nadie conocía su rostro, muchos solicitaban sus servicios, pero solo él decidía a quien ayudar. Era muy selecto.
Yoongi ajustó la capucha ocultando su rostro. Había una yegua amarrada a un árbol, al parecer, Nurbanu tenía visitas. Se adentró al lugar dejando a Jaebum cuidando de los caballos. Lo primero que notó al entrar fue a una joven desplegando mapas sobre una mesa de madera vieja, dejando varios enrollados a su lado. Tenía el cabello rubio y largo hasta la cintura. Ella levanto la mirada y le sonrió dándole la bienvenida.
-Señor, por favor, tome asiento. - ofreció inclinando su cabeza y señalando un lugar junto a la mesa.
El príncipe se negó. Comenzó a recorrer el cuarto, observando frascos polvorientos con especias y hierbas finas, había objetos extraños y libros de gran tamaño apilados en los rincones. Tomó uno, con detalles plateados en la portada, y lo ojeo como distracción mientras daba pasos hacia el manto traslucido que separaba la tienda de la habitación tras esta.
Allí estaba Nurbano, ocultando su rostro bajo la túnica oscura mientras garabateaba números en papel bajo la luz de las velas. Estaba en compañía, era un hombre de buena apariencia que se mantenía impasible observando. El príncipe solo podía ver su espalda. No era difícil adivinar que se trataba de un extranjero. El cabello rojo era una rareza particular, pocos en el reino lo tenían, todos descendientes de esclavos traídos del norte. Como la madre de Hoseok. La sensación de frío en los huesos envolvió a Yoongi de pies a cabeza. Un escalofrió tan grande que le acelero el corazón.
-Es una hermosa historia de amor lo que tiene en sus manos señor.
Volvió su atención a la chica, que se había acercado demasiado, y luego miro el libro. El idioma no era conocido para él, pero no era lo que le preocupaba en ese momento. Ella tomó el libro en sus manos y paso las hojas leyendo algunas frases.
-Aun no lo traduzco, pero si le interesa puedo enviarle una copia cuando lo termine.
-Claro. - contesto él sin más.
El hombre que se encontraba consultando a Nurbano salió del lugar a paso firme sin reparar en ellos, dejando una ráfaga de aire tras él. En cuanto abandonó el cuarto la muchacha se aseguró de que se fuera y luego corrió hasta el cuarto trasero.
-Ya se fue. – anunció, miro al príncipe y luego volvió a hablar: - Yoongi vino a visitarnos; creo que haré algo de té.
La mano pálida de Nurbanu corrió el manto dejando ver el cuerpo cubierto por la tela negra.
-Majestad...- hablo una voz femenina. - ha pasado tiempo.
Nurbano retiro la capucha revelando a una mujer cerca de sus treinta, de rasgos suaves, cabello trenzado como la noche, ojos oscuros y cansados.
-Sí, lo se...- hablo quitándose su capa. - Considere venir hace días, pero no quería aburrirte con el mismo relato una y otra vez.
-Ha hecho bien. - dijo ofreciéndole asiento en donde antes había estado aquel hombre. Yoongi aceptó la invitación antes de que ella volviera a hablar. - Ahora, ¿Qué le hizo cambiar de opinión?
-Primero...- hizo una pausa cerrando sus ojos. -...supongo que te debo una disculpa. - habló con pesar soltando un suspiro.
-Interesante. -musito. - ¿A qué se debe? Por favor, continúe. - animo al príncipe que parecía haberse desgarrado con sus propias palabras.
-Hace algunos años te hable de una voz recurrente en mis sueños...
-Cómo olvidarlo. –rió irónicamente. El ignoro ese gesto y continuó, elevando la voz en compensación.
- Te pedí, desesperadamente, que me revelaras su significado.
- Un reencuentro. - afirmo ella, Yoongi asintió, recordando la emoción con la que recibió aquella afirmación.
- Los años pasaron; comencé a molestarme porque no sucedía.
- Y decidió poner una daga en mi garganta. - bajó el cuello de su ropa y acarició la cicatriz recordando el filoso metal. - Según usted mi lectura fue errónea.
-Si el joven Taehyung no hubiera intervenido, hoy no estaríamos aquí. - interrumpió la chica volviendo con dos tazas de té. -Nur jamás se equivoca.
-Gracias Ana, puedes retirarte. – habló con aprensión.
-De nada. - dijo ella alegre. -Es té de rosas, lo traje de mi último viaje, es exquisito.
El príncipe agradeció, ella se marchó y él continuó:
-Lo siento por eso, tenías razón. - bebió del té y saboreo. - Él volvió.
-Claro que tenía razón. – sonrió acomodando el cabello sobre su rostro.
Nurbanu amaba que la cosas ocurrieran como ella profesaba, era la forma de alimentar su ego, le daba prestigio y dinero, aunque muchas veces estas no fueran agradables.
En ocasiones sentía mucha pena y dolor por aquellas personas que llegaban a su hogar en busca de un consuelo cuando la desgracia aun no tocaba la puerta. Podía ver con exactitud lo que ocurriría en el futuro, pero jamás sabría expresar el momento exacto.
-Cuando mencionaste que el reencuentro ocurriría pronto, esperaba, a lo sumo, un mes o dos.
Nurbanu observo al príncipe recordando el día en que dejó esa marca en su piel.
- A veces pronto significa un día, dos meses o diez años... Pronto ocurre en el momento que menos esperamos o cuando creemos que jamás llegara, intente explicarle en aquella ocasión.
-Lo entiendo ahora. – interrumpió.
Yoongi pensó en Jimin por mucho tiempo, sus ojos de agua, las mejillas abultadas, rosada y suaves. Lo recordaba puro y aunque esa pureza aparentaba aún estar allí, sabía que ya no era posible.
- Me pregunto... qué hizo esa peste con su inocencia. - murmuro para sí.
- ¿Sabe lo que significa verdad? Si el chico volvió a su vida, quiere decir que el resto de las premoniciones comenzaran a cumplirse si no toma las medidas adecuadas para confrontar lo que está por venir.
-Lo sé. - afirmo apretando la cerámica. - creo saber por dónde empezar.
🌚🌚🌚
Yo imagino a Yoongi con la ropa de multimedia en este fic, y se me cae la baba 🤤
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