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Nozomi: Gine, cariño que estas haciendo?
Gine: eh... Pues, un hilo...
Nozomi: para?
Gine: solo quiero jugar. Crees que lo pueda pintar de un color?
Nozomi: claro, que color?
Gine: mmm... Esta bien un rojo?
Nozomi se acerca a un mueble algo pequeño como un tipo buro echo de madera. Las puertas eran de cristal y estaba tallada a mano como algunos detalles.
Ella toma uno de los frascos que estaba dentro de ese buro.
Con mucha tranquilidad aquella mujer regresa a su hija dándole aquel frasco que había tomado.
Gine: gracias.
Gine estaba sentada desde temprano en la mesa principal para hacer aquel hilo para aquella piedra. Difícil no era pero en cuestión de minutos ya estaría listo.
Nozomi: bueno, voy a hacer el desayuno... Necesito que vayas a recojer algunos frutos, podrías?
Gine: ¡claro!
Esta con una vara especial para aquel hilo parecía como si fuera magia ante los ojos de alguien ya que mientras el algodón estaba por pasaba por aquella vara se convertía en hilo mientras lo enrollaba sobre el.
Aquella tarea no era tan laboriosa pero pera fácil de hacerlo.
Una ves que Gine terminó había sido más que suficiente aún que al parecer había salido bastante.
Gine tomó aquella piedra y salió directo por algo para dividirla.
Esta entra al "laboratorio" si se podría decir así ya que era una simple habitación cualquiera y entre tantos muebles que su madre utilizaba para guardar material o herramientas, en cuenta en uno de los muebles más grandes un tipo de cierra pequeña el cual está toma y trata de dividirla.
Nozomi: Gine, cielo, que tanto haces!?
La vos de su madre se escucho desde el otro lado de la casa al escuchar unos ruidos que porbenian del cuarto de sus cosas.
Gine: nada en especial, es solo un pedazo de madera!
Nozomi: bien, cuando termines ve al mandado que te pedí por favor!
Gine: si!
Esta porsiguió con aquella dibicion el cual tardó unos minutos.
Gine: ahí no! Ahora tengo que limar la y darle brillo, se vería algo feo si le doy la otra mitad a bardock así... Bien... Lo are después de llegar a casa-
Tomando las dos piezas corre hacia su cuarto para esconderla, está los guarda en un pequeño cofre debajo de su cama y sale corriendo por los frutos.
Nozomi: no te tardes!
Gine: si!
Una ves saliendo Gine recorrió el bosque verde que la rodeaba. Algo que a Gine la tranquiliza y le maravillan de su casa era este tipo de escenarios que le brindaba aquel bioma en el que estaba.
Las luces que entraban del sol y luna por su habitación, las lluvias que dejan rosio sobre las plantas y el verde brillante que se veía por la ventana de su comedor la hacían parecer como si viviera en un cuento de fantasía.
Estaba enamorada de su casa, pero... ¿Que aria si algún día llega un hombre queriendo que se fuera con el al reino para que vivieran juntos?
Apesar de que no sabía muy bien cómo funcionaba la reglas de la sociedad haya en el reino ella siempre se ilucionaba con vivir junto a un hombre que quiera... ¿Podría ser bardock?
Un suspiro salió de sus finos labios ¿preferiría quedarse aquí o irse con su amado, con aquel príncipe que soñaba en los cuentos que le hacía su madre.
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