Llegué a la casa de Amy, seguía atemorizado por la foto, decidí conservarla, pero no mencionársela a nadie. Inmediatamente, fui a platicar con otras personas en lo que llegaba Sonic.

Las charlas eran normales, incluso Amy no mencionaba nada sobre las cosas extrañas que pasaban en la calle dónde vivía. Desafortunadamente, para mí, el disfrute de esta fiesta no duró mucho, empecé a sentirme mal, con ganas de vomitar, intenté ocultar estas ganas que me hacían sentirme pésimo.

Tristemente, había veces en las que vomitaba a escondidas de todos, incluso llegué a vomitar en un recipiente que era para comida. Ante estas acciones, decidí ir al baño y tirarme agua en el rostro, para despertarme. Después, miré por la ventana del baño de Amy, se veía una gigantesca luna llena, la cual iluminaba el baño al por montón, quedé observándola por unos instantes, eso me recordó a la foto que tomé de Vanilla y Cream. Observé la luna llena y comencé a relacionarla con la foto, quizá acababa de terminar en un hechizo de brujería, pero, ¿por qué? Parece que el anzuelo de esta persona era una foto de alguien que aprecies, y que mejor que la foto de tu madre adoptiva y hermana, eso explicaba el porqué de mis sensaciones, lo que no sé ahora, es que me va a suceder, ¿será algo bueno o malo? Después, me senté a pensar en la taza del inodoro de Amy, pero, mis ganas de vomitar volvieron y ahora me empezaba a sentir mareado, me levanté y empecé a perder el equilibrio, para mi mala suerte, alguien tocó la puerta del baño, era un caos, era algo que jamás creí que me iba a pasar, era obvio que no era una enfermedad esto, era algo diferente a ello, me caí al suelo, la puerta, seguía siendo tocada, gritaban mi nombre "Tails", "Tails". Después abrieron la puerta del baño con llave, estaba Cream ahí, preocupada por mí, me dijo que qué me pasaba, no le pude contestar, no podía hablar era como si estuviera muerto, pero con los ojos abiertos y respirando, entre todos me llevaron a la cama de Amy.

Vi como todos se me quedaban viendo Cream estaba empezando a soltar lágrimas, afortunadamente, Amy la estaba calmando, después ahí no supe que sucedió, terminé durmiéndome.

Minutos después, me desperté, como si nada, estaba solo el cuarto, incluso me gustaba el silencio de este, me quedé recostado un momento apreciando el cuarto de Amy. Por alguna extraña razón me comenzó a dar hambre, pero era un hambre como si nunca hubiera comido algo en años.

Me levanté de la cama y fui a ver a todos, al llegar el lugar donde se encontraban todos, se me quedaron observando, quise romper el hielo con un saludo.

—Hola —dije un poco apenado.

—¡Me alegro que despiertes! Me tenías preocupada —comentó Cream.

—Lo siento... No sé qué me pasó hace rato.

—Tails, no te quieres recostar un rato más, por si llega a pasar otra cosa... —me insistió Amy.

—No, de hecho, tengo hambre.

—Okay Tails, pero si te sientes mal, solo ve a mi habitación a dormir.

—Gracias Amy.

—No me agradezcas.

Después de esa pequeña charla, me dirigí con Sonic, platicamos un rato y comía entre las charlas, eran grandes cantidades que a veces dejaba al erizo sorprendido de tanto que comía, aunque no podía sentirme satisfecho, eso era extraño y más de mí que yo no comía mucho, en cierta parte, se me antojaba algo... salado, algo duro que comer, pero al mismo tiempo masticable de forma fácil, no sabía con exactitud qué era lo que quería, así que tomaba lo que más se semejara a la descripción.

Seguí comiendo, pero seguía igual, por suerte, nadie notó que estaba comiendo más de lo normal; terminé rindiéndome y mejor seguí en las pláticas, eso sí, con hambre.

Hubo un momento en el que me separé de todos y me alejé en busca de algo que me había encargado Amy, mientras caminaba, vi a Espio pasando lo saludé y seguí mi camino, en un rincón lleno de cartas, estaba lo que me había encargado la eriza. Caminé de regreso, con el objeto en mano, otra vez vi a Espio el cual estaba saliendo del baño, se veía la ventana del baño, estaba mostrando la luna llena en su gran esplendor.

Fue en ese momento, que no supe que me sucedió, tiré el objeto de Amy al suelo, me lancé hacia Espio, tirándolo al suelo, el camaleón intentaba quitarse encima de mí, no lo logró, en ese momento, tenía una fuerza que superaba a la que tenía normalmente. El camaleón me gritaba, preguntándose qué era lo qué me pasaba.

Comencé a comerlo, di varias mordidas, las primeras eran suaves, después empezaron las fuertes, la cual provocó que le quitara la vida, estas mordidas, hicieron que apareciera un gran charco de sangre. No dejaba de morder, pero tampoco eran acciones voluntarias. Al final solo dejé trozos de su cuerpo y dejando a la vista su esqueleto.

Después de esta terrible acción, reaccioné, volví a estar cociente, quedé en shock, no sabía lo que había hecho, mis guantes estaban llenos de sangre al igual que mis labios.

No sabía si dejar el cadáver, o esconderlo, no tenía opción, ahora me preguntaba: ¿qué fue lo que hice?, ¿por qué lo hice?, ¿por qué en cierta parte me gustó saborear el sabor de la sangre su carne?, ante esto, era obvio que tenía que controlar este impulso repentino.

Decidí esconder el cadáver y quitarme los guantes, antes me lavé el rostro y me miré en el espejo, me di una ligera cachetada y me dije qué era lo que acaba de hacer, maté a alguien, que tenía amigos.

Sus amigos se darán cuenta de su ausencia. Esto es terrible, acababa de cometer un delito y un delito fuerte, así no fue como me educaron, así no fue como me enseñó Vanilla los valores, empecé a soltar lágrimas y a gritarme a mí mismo, al mismo tiempo me golpeaba el rostro, estaba en un quilombo de emociones, nunca creí hacer esto.

Finalmente, decidí ocultar mis emociones, esconder el cadáver era lo más factible, ¿no? Antes de realizar el plan me di cuenta que iban a preguntar por él, no iban a estar como si nada, y me cuestionarían que si lo vi ya que estábamos cerca. No, no, no. Tiene que haber alguna forma de evitar esto, así que, recordé que soy el de más confianza del grupo, cualquier cosa que diga, me creerían, así que me armé de valor puse el cadáver en una bolsa, salí de la casa de Amy por los ventanales que tenía por el pasillo y lo tiré en un contenedor de la basura que estaba afuera de la casa de Amy, regresé a la casa y cerré los ventanales y retorné en donde estaba el grupo.

Al regresar con el objeto de Amy, y sin guantes, me preguntaron que, si había visto a Espio, contesté que se había ido porque se sentía mal, todos me creyeron, es lo bueno de ser el inocente y amable zorro de dos colas, que siempre ayuda a todos cuando lo necesitan.

Al final, decidí ignorar, lo sucedido, era obvio que no podía, pero hacía lo mejor para lograrlo, el resto transcurrió normal, regresé a mi casa y cerré la puerta de mi cuarto, esto lo hice para poder evitar salir y comerme a otra persona, era hora de dormir y se venía lo peor.