El cielo nublado mira con reparo, tiembla con fuerza enseñando su magnificencia.

Grita con dolor,
haciendo de ello una abertura llena de escozor.

Las nubes tapan el sol,
quitando su protagonismo que para ellas está llena de egoísmo.

El sol reprocha, pero estas aprietan el botón de su antorcha para que se calle.

Los pájaros se refugían, mientras pían.

Las ramas soportan su peso con gran esmero.

Las gotas de lluvia caen sin ningún vaivén.

Charcos de agua se forman, gritos de alegría se escuchan.

La niña sin importar su salud, salta en ellos con plenitud.

Riendo,
gritando y cantando mientras alberga en su mente recuerdos. Llenos de felicidad que guardará con gratitud.

Los colores del arcoiris llegan sin imprevisto alguno,
y ella los mira pensando que cada color es la llamada de una luz.