Cada vez que me miro en el espejo,
me siento mejor,
ya no pongo caras de enojo,
y no siento que mi respiración va a peor.

Antes pensaba que no lo conseguiría,
hay días en los que estoy desanimada,
con ganas de quedar en la nada,
pensando que intentándolo perdería.

Cuando me miraba,
solo veía lo que tenía que “perfeccionar”,
aunque eso me hiciera llorar,
y compararme me mataba.

Ahora estoy llorando,
porque estoy mejorando,
y eso me provoca un sentimiento que andaba buscando,
con mucho anhelo.

Quiero decirle a mi antigua yo,
que va a mejorar,
de alegría llorar,
y buenos amigos van a llegar.

Se que no es fácil,
pero un día te mirarás y dirás:
Soy lo suficiente,
no soy una miseria,
no soy excelente,
pero mi dolor no es minoría.

He aprendido a amarme cada día más,
a agradecer mientras bailo con mis latidos al compás.

Me acuerdo de ti,
antigua yo:
Llorabas en el suelo,
alegrabas el día de otros,
sin importar que el tuyo fuera un infierno,
y lo ocultaban todo a través de tus ojos.

Pero sin ti,
hoy yo no sería la persona que soy.

Sin ti,
no daría gracias por lo que me has aportado.

Sin ti,
no me habría fortalecido.

Mi yo del presente,
está llorando,
porque lo tiene todo en mente.

Gracias a ti, yo del pasado, hoy puedo decir, que estoy BIEN después de mucho tiempo.