Esta máscara a la que llamó piel, me escuece,
me duele,
siento el sabor de tus labios a miel.
Este secreto que escondo,
siento culpabilidad y  vulnerabilidad,
porque me adentre en lo profundo.
Tus labios carnosos,
daría lo que sea por tenerlos,
por poder rozarlos.
Tus miradas,
esas que paralizan.
Mis lágrimas,
esas que se entremezclan.
Esas sonrisa lobina que aborrezco.
Los recuerdos que vienen y van. Tus mentiras que me comí,
y la confianza que te di.
Me entregué a ti,
y me culpe a mi.
Observo el cielo,
y no sabes cuánto te anhelo, cuánto te deseo y cuánto me arrepiento.
Sea donde estés,
te deseo lo mejor.
Se que te escondes, porque me denominas lo peor.
A pesar de que no me ames,
a pesar de que no me desees.
Te seguiré amando,
seguiré velando por tu bien.
Te seguiré esperando,
como un ciego que no ve,
pero si siente.
Te recordare,
hasta que esta máscara se desvanezca y no duela.