- Y eso fue lo que pasó... - Terminé de contarles a los chicos que habían esperado todo el día por saber más de mi.

- _____... - Las chicas me miraban cubriendo su boca con sus manos sorprendidas.

- Eso debió ser horrible... -

- No podremos ni imaginarnos como te sentiste -

- Realmente eres muy fuerte y valiente para aguantar todo eso - Habla Kaminari.

Resoplé.

- Pero nos alegra que hayas regresado -

- Sí... y que también puedas hablar de nuevo -

- Supongo que eso es lo bueno - Sonreí ligeramente.

Nos quedamos en silencio, aunque para mi era un silencio agradable, Rex y Taison estaban a mis lados y yo los acariciaba. Pero entonces hice una mueca llamando la atención de los demás.

- ¿_____? -

- Oe ¿Estás bien? -

Me quité el vendaje del ojo pero aún así lo cubrí con mi mano por un momento y entonces levanté la cabeza y abrí los ojos.

- Tu ojo... - Los otros estaban sorprendidos.

Yo suspiré aliviada y sonreí ampliamente.

- Me había preocupado... creí que no volvería a tenerlo - Murmuré.

- ¡_____! - En un segundo todas las chicas saltan sobre mi para abrazarme, en realidad fue como detenerse en el aire y caer a un lado por recordar que aún tenía otras heridas más.

- Menos mal... - Dicen aliviadas.

- ¿Pero como es eso de que tus ojos se regeneran? - Midoriya levanta lentamente su libreta y su bolígrafo mientras me mira.

- No lo sé, siempre fue así - Respondí.

- ¿Cómo? ¿Lo sabías? -

- ¿Cómo lo sabías? - Las chicas y chicos me miran confundidos a excepción de Katsuki.

- Etto... yo... ¡Oh! Miren la hora, Rex, Taison, a dormir -

- ¡Es medio día! -

- ¡Excisten las siestas, bye! -

- ¡_____! -

- ¡No corras, idiota! -

***

***

- No te lo había preguntado antes, pero... ¿Cómo te fue en tu examen? - Pregunté mientras estaba sentada junto a Katsuki en el balcón.

- Me fue bien, extra... ya la tengo - Dice mirando al frente.

- ¡Eso es genial, pomeranian! - Lo abracé para molestarlo.

- Tsk - Aparta la mirada sin decir nada, tampoco me aparta.

- ¿Cómo fue? -

- Tuvimos que ser niñeras de unos mocosos maleducados -

- ¿Niñeras? ¿Tú... más niños... y aprobaste? -

- ¡¿Qué quieres decir con eso, idiota?! - Él hace explosiones con sus manos mientras yo me aguantaba la risa.

- Nada, nada, olvídalo, estoy segura que los niños te amaron -

Si, claro.

- Hm - Se calma un poco, ambos nos quedamos en silencio pero entonces lo miré de reojo, estaba con la vista fija en sus manos y con el ceño relajado - Había extrañado tu voz, extra... -

Lo murmura casi inaudible y aparta la mirada para que no pueda ver su rostro pero yo me quedé sorprendida por un momento pero sonreí.

- ¿En serio... ? Bueno... yo también extrañé hablar contigo, pomeranian - Me acerqué más a él y apoyé mi cabeza en su hombro.

Vimos tranquilamente como el cielo cambiaba de tonalidad a uno anaranjado, los perros vinieron junto a nosotros en algún momento mientras hablábamos de vez en cuando, poco a poco el sol comenzó a esconderse y yo sentí mis párpados pesados.

Por acto reflejo suspiré y levanté la cabeza para permanecer despierta como acostumbraba pero Katsuki apoya su mano tras mi cabeza rodeandome por la espalda.

- No tienes que seguir aguantando... ya puedes dormir, _____ -

- Es verdad... lo había olvidado... - Apoyé de nuevo mi cabeza en su hombro comenzando a adormilarme - Gracias Katsuki... -

Finalmente terminé de cerrar mis ojos y suspiré profundamente para luego quedar dormida, aunque sentí como me cargaba en algún momento y me dejaba en mi cama.